Archivo por días: enero 29, 2018

¿El universo responde a tus preguntas y tú escuchas?

El ser humano se percibe como separado del mundo y de esto proviene gran parte de su sufrimiento. Y, sin embargo, enseñan muchas tradiciones espirituales que tal separación -tal caída hacia un estado de soledad y desamparo- es una ilusión ya que la unidad inicial es indivisible. En la medida en la que el ser humano tiene conciencia e inteligencia participa en aquello mismo que origina el universo y sustenta su evolución o manifestación. Coinciden Platón y los doctores de la Iglesia en que el mundo fue creado en el intelecto, que es también la facultad más alta del alma humana. «Un orden natural es uno en el que el punto más alto de aquello que es inferior está en contacto con el punto más bajo de lo que es superior», dice el más oriental de los místicos occidentales, Meister Eckhart. Lo más alto del hombre está enlazado con la inteligencia universal o divina -hay comunicación.

Solos en un mundo vasto, los seres humanos extienden sus interrogantes, anhelos o plegarias al cosmos en busca de una respuesta, de significado. La mayoría de las personas buscan refutar aquella sentencia de Sartre de que la naturaleza es muda. Creemos que el universo tiene sentido y está vivo y por lo tanto responde a nuestros actos, palabras y pensamientos. Creemos que dentro de nosotros también existe esa vastedad espacial que podemos ver en un telescopio como el Hubble -y que si el universo existe adentro de nosotros, entonces podemos conocerlo y comunicarnos mirando hacia dentro, haciendo silencio y observando. Eckhart dice:

Toma nota que aquel que quiere escuchar a Dios hablando debe de volverse sordo y desatender a todo lo demás. Esto es lo que San Agustín nos dice en el cuarto libro de sus Confesiones «Alma mía, no seas tonta y haz que el oído de tu corazón se vuelva sordo al tumulto de tus penas… Si el tumulto de la carne es silencioso para la persona; y el alma misma es silenciosa; si revelaciones imaginarias, cada lengua, cada signo, y toda las cosas que son transitorias son silenciadas… entonces él mismo puede hablar a través de sí mismo para que podamos escuchar su Palabra». «La llevaré al desierto y le hablaré a su corazón allí» (Oseas 2:14)

Esta noción de que en el silencio, habiendo apaciguado los sentidos y los deseos mundanos, haciendo esa noche oscura del alma, se puede escuchar y unirse con dios o con lo absoluto, es algo común a todas las tradiciones espirituales y trasciende incluso el teísmo, Por ejemplo, en el budismo zen o en el budismo tibetano, donde no hay un dios creador, también se realiza esta especie de comunión con la propia naturaleza que brilla en el silencio y que es la misma budeidad, o el ser libre de sufrimiento que está más allá del cambio. Esto también es lo que podemos llamar, con Jung, «sincronicidad», la sincronía o sintonía entre la psique y el mundo.

San Agustín poéticamente explica cómo la naturaleza responde al llamado de una persona con el lenguaje de la belleza:

Le pregunté a la tierra… al mar y a las profundidades… al cielo, al sol, a la luna y a las estrellas… Mi cuestionarlos fue mi contemplación y su respuesta fue su belleza. No cambian su voz, esa es su belleza, si una persona está allí para ver y otra para ver y cuestionar… La belleza aparece para todos de la misma manera, pero es silenciosa para uno y habla para otro… Lo comprenden aquellos que comparan la voz recibida afuera con la verdad que yace adentro.

Este pasaje es sumamente profundo. Nos sugiere que la naturaleza es un espejo que refleja nuestra inteligencia y nuestro propio cariz existencial. Pero esto sólo se vuelve claro cuando el individuo entra en un estado contemplativo, cuando es capaz de ver sin que el pensamiento y el deseo contaminen su visión. Cuando habla y pide con el corazón. La naturaleza (o el universo) contesta según nuestra pregunta, para aquel que contempla en silencio, contesta con la belleza silenciosa, como se representa en el arte zen; para quien hace una pregunta, la naturaleza habla, pero habla también con belleza, con ese lenguaje de las aves, con la música del viento y de los ríos, con la misma luz del sol, que esa verdad que también yace adentro. Y en la profundidad, el alma que contempla en silencio puede recibir la palabra de Dios: puede entender que todo es una palabra, las mismas montañas y valles, los animales y el propio instante son manifestaciones del Logos (el orden universal). Porque, como dice Eckhart, Dios habla de una vez para siempre y lo que dice es el cielo y la tierra. El universo siempre se está creando y nos está revelando esta creación. Sí sólo tuviéramos los ojos para ver, los oídos para escuchar.

http://pijamasurf.com/2018/01/el_universo_responde_a_tus_preguntas_y_tu_escuchas/

Carne de mentira para luchar contra el efecto invernadero

Tiene más nutrientes, es más ecológica y los animales no sufren. La carne de laboratorio podría resultar un ‘boom’ en 2021.

La empresa encargada de hacerlo, al menos en Estados Unidos, sería Memphis Meats, que cuenta con el mecenaje de caras tan conocidas como el multimillonario Bill Gates, el magnate Richard Branson y uno de los distribuidores de carne más grandes de América del Norte, Cargill Meats.

Una mesa de restaurante

La ‘startup’ se fundó en 2016 y su objetivo es crear carne de laboratorio idéntica en sabor a la de toda la vida. Eso sí: sin que los animales sufran. La salvación para aquellos en contra del sufrimiento animal pero también de opciones como el tofu o el seitán.

Desde Inverse se hacen eco de las palabras de Christ Lo, analista en el portal GlobalData, para asegurar que el 2021 será un buen año para el ganado:

«Los inversores de capital de riesgo [de Memphis Meats] están dando mucha publicidad a esta ‘carne’, diciendo que tiene un mejor sabor y valor nutricional que la carne de verdad (…) Sin embargo, la presencia de la distribuidora Cargill en el capital de riesgo es importante, lo que indica que Memphis Meats está apostando en serio por distribuir sus productos a largo plazo: productos asequibles para las crecientes clases medias chinas e indias. El éxito requerirá, al fin y al cabo, en la firme confianza de los consumidores y de que la firma sea transparente», explica el analista.

Buenas noticias para el planeta Tierra

Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la ganadería es responsable del 39% de las emisiones de gas invernadero en el sector de la agricultura. El paso masivo a la ‘carne de mentira’ reduciría esa cifra, por lo que no se debe considerar la carne de laboratorio simplemente como una opción ecológica para vegetarianos. De ahí que la ‘startup’ estadounidense recibiese 17 millones de dólares en su última ronda de financiación.

Las vacas en la región de Omsk
© SPUTNIK/ ALEXEY MALGAVKO

Sin embargo, no está todo en las manos de quienes produzcan, ahora o en el futuro, ‘carne artificial’. Será decisivo que el consumidor ponga de su parte y opte por apartarse de la típica carne de res y se acerque a una que reduciría con el tiempo las consecuencias de la acción del hombre en el planeta.

Por ahora el sector lo tiene difícil con la prensa en su contra y con artículos en los que se cuestiona que el sabor de esta nueva carne sea comparable al de la tradicional. Tampoco resulta fácil para el consumidor atreverse a consumir carne creada en un laboratorio.

De ahí que el analista de GlobalData subraye que, Memphis Meats deba comenzar por ganarse la confianza del consumidor. Será indispensable para reducir las emisiones de efecto invernadero y la contaminación de nuestro planeta

¿Cómo los Pensamientos se convierten en Enfermedades?

Escrito por Alquimista

A menudo leemos en libros de autoayuda o autoconocimiento, que los pensamientos de carga negativa o destructiva, afectan a la salud y pueden crear enfermedades. Que cuidar nuestros pensamientos puede tener una incidencia directa en nuestra salud, como poco.

Este tipo de aseveraciones, así tan resumidas (porque la industria editorial de hoy en día parece premiar los libros comerciales y resumidos, frente a los detallados y más técnicos) son una realidad. El problema es que no se explica el proceso por el cual el pensamiento de las personas se convierte directamente en parte de su salud, creando enfermedades y patologías o produciendo todo lo contrario: Mejoría y curaciones.

En el post de hoy vamos a hacer lo que muchos de esos documentales y libros no hacen: Explicar cómo funciona y de qué manera opera el proceso bioquímico completo por el cual nuestros pensamientos afectan directamente a nuestra salud tanto para bien como para mal.

Porque creemos que todo lo que se explica es fácilmente comprensible, mientras que lo que no se explica pasa a formar parte de la creencia. O se cree o no… pero no se comprende.

Veamos, pues, de qué manera un simple pensamiento (cada pensamiento que tenemos) afecta, física y materialmente, a nuestro organismo. El proceso es tan enriquecedor como interesante, de manera que merece la pena conocerlo a fondo porque, así, nos estaremos conociendo a nosotros mismos. Estaremos conociendo cómo opera nuestra Máquina Perfecta: La Mente, y su extensión:

El cuerpo.

EL PROCESO QUE SIGUE UN PENSAMIENTO PARA CONVERTIRSE EN ENFERMEDAD (O TODO LO CONTRARIO):

El pensamiento es la actividad de nuestro cerebro. Los pensamientos, las emociones, cómo nos sentimos, nuestra personalidad, la forma en que respondemos a nuestra vida… Todo ello forma lo que conocemos como “Mente” o actividad mental. Pero ahora nos interesa analizar el pensamiento como el flujo de actividad eléctrica que se desarrolla en nuestro cerebro, concretamente, la actividad comunicativa entre las neuronas.

Esas conexiones eléctricas interneuronales son las que dan lugar a lo que conocemos como pensamientos (ya sean imágenes, sonidos, recuerdos y memorias, inspiraciones, ideas, etc…).

Una vez el cerebro ha creado y perseverado en una serie de pensamientos de un determinado tipo (alegres, destructivos, de crítica, humorísticos, inspirativos…) nuestro hipotálamo (el gran laboratorio químico de nuestro organismo) se pone en marcha. ¿Forma de proceder? Tan simple de describir como compleja es en su funcionamiento: El hipotálamo se pone a crear hormonas (péptidos) directamente vinculados a los pensamientos que nuestro cerebro está teniendo. Es decir, que nuestro hipotálamo creará combinaciones químicas de la misma tipología que los pensamientos que nuestro cerebro está produciendo.

De este modo, aparecen las “emociones”. Nuestro hipotálamo, al segregar e inundar el torrente sanguíneo con esas hormonas vinculadas a nuestros pensamientos, hace que nuestro cuerpo cree sensaciones. Por eso nos sentimos bien o mal, alegres o abatidos, calmados o nerviosos, como respuesta a nuestros pensamientos. Se trata, sencillamente, de que nuestro centro bioquímico (el hipotálamo) está creando productos químicos como el más perfecto laboratorio imaginable, para “dar forma de sensaciones” a los pensamientos que está produciendo nuestro cerebro.

Nuestro hipotálamo puede crear péptidos que nos hagan actuar deprisa ante situaciones de estrés; O puede segregar hormonas placenteras para adormecernos o para “premiarnos”. En definitiva, puede crear una sustancia química natural para cada proceso mental que esté en ese momento en marcha.

EL PROBLEMA:

El problema es que, por desconocimiento de estos procesos, la gente no es consciente de la importancia que tiene “pensar correctamente”. No se trata aquí de defender un tipo de pensamiento religioso o moral, ni nada por el estilo. Cuando decimos “pensamiento correcto” queremos decir, ni más ni menos, que el que sea adecuado y beneficioso para cada uno de nosotros. Ni más ni menos.

Como la mayoría de las personas desconoce la maquinaria bioquímica que se pone en marca cada vez que nuestro cerebro produce pensamientos de un tipo o de otro, la gente simplemente no puede controlar cómo se siente, o lo que es mucho más importante, no puede controlar el hecho de que muchas de esas sustancias químicas vinculadas a pensamientos destructivos, están literalmente, envenenando su cuerpo a diario y de ahí surgen enfermedades.

Pero vayamos por partes, ya que hemos dicho que íbamos a explicar el proceso completo y de forma clara:

Si, por ejemplo, permitimos que las tensiones de cada día nos mantengan en un estado de estrés, o de alerta y desconfianza (actividades que realizará nuestro cerebro a través de los pensamientos que crea y que no se controlan), nuestro hipotálamo responderá segregando sustancias químicas que colocarán nuestro organismo en modo “ataque/huida” que es la respuesta interna ante el peligro y, por ello, frente a una situación de vida o muerte.

Esa actividad del hipotálamo que es tan importante y decisiva en momentos puntuales de verdadero peligro, se vuelve autodestructiva cuando se experimenta muy continuada y regularmente. El estrés, la ansiedad, la prisa, la urgencia, la preocupación… hace que nuestro cerebro cree situaciones inexistentes y, como respuesta química a ello, nuestro hipotálamo segrega las hormonas correspondientes a un ataque o a una situación de peligro inminente para nuestra vida… Y así, durante horas al día, y durante días y días al año. Eso, simplemente, destroza nuestro cuerpo por intoxicación bioquímica, dado que ningún organismo puede vivir permanentemente en estado de shock, de peligro o de estrés/miedo continuado.

Esto es lo que da lugar a infartos, anginas de pecho, úlcaras gastrointestinales, hipertensión arterial, diabetes y un largo etcétera de patologías que pueden llegar a ser mortales. Y todo comienza… En nuestros pensamientos descontrolados que han dado la orden equivocada a nuestro hipotálamo para que produzca sustancias que, segregadas de manera continuada en nuestro torrente sanguíneo, envenenan nuestro cuerpo.

MÁS PATOLOGÍAS CON ORÍGEN EN LA GESTIÓN DEL PENSAMIENTO (EXPLICADAS):

Otro cúmulo de patologías y enfermedades que nuestro cuerpo padece sin que fuera necesario y que están directamente vinculadas a la forma en que pensamos son las infecciones víricas y bacteriológicas.

El procedimiento es similar al anterior, pero no idéntico: Bajo situaciones constantes de estrés, miedo, ansiedad y preocupación, como hemos explicado, nuestra actividad hormonal pone en marcha procesos de defensa/respuesta. Es decir, tensiona músculos, prepara el cuerpo para la potencial huída, redirige la circulación sanguínea, paraliza procesos internos no vitales, para atender una supuesta amenaza que no existe… pero que estamos imaginando.

¿Qué logra todo esto?… Pues ni más ni menos, que nuestro sistema inmunitario se desgaste, se colapse y no pueda repeler ataques que, en situaciones normales, está combatiendo y rechazando a diario (cuando funciona bien, claro está).

Así pillamos una gripe, sufrimos alergias, tardamos más en cicatrizar o en repeler infecciones, etc.. etc…

Y todo comienza por la actividad mental.

Debemos tener en cuenta, ahora que sabemos cómo opera la bioquímica de nuestro cerebro, que nuestros pensamientos son las “instrucciones” que le dará nuestro cerebro a nuestro hipotálamo para que éste cree las hormonas que correspondan a ese estado mental. Si no cuidamos nuestros pensamientos y procesos mentales, la bioquímica de nuestro organismo sencillamente seguirá un patrón equivocado y nos inundará de toxinas que no juegan a nuestro favor, sino que nos debilitan, primero emocionalmente y después orgánicamente.

Nuestros órganos dejan de funcionar adecuadamente para hacerlo en modo “alerta”, si vivimos bajo situaciones de estrés sostenido, prisa, preocupación y ansiedad. Con ello la circulación sanguínea falla, la tensión se dispara, la actividad nerviosa salta por los aires y aparecen las enfermedades en órganos como el corazón, los riñones, el páncreas y un largo etcétera de variables.

Del mismo modo, esas instrucciones incorrectas que no hemos sabido parar y revertir en nuestros pensamientos afectan a nuestro sistema emocional: Agotamiento, pena, rabia, frustración, depresión, bipolarismo… y un largo etcétera de variables de orden nervioso y emocional. Tan peligrosas o más que las orgánicas.

EL CONOCIMIENTO ES LA SOLUCIÓN

Ahora que sabemos cómo se origina el proceso (pensamiento – hipotálamo – hormonas – envenenamiento del cuerpo – destrucción del sistema inmunitario) podemos también invertir el proceso.

Pensamientos de confianza, amor, seguridad, tranquilidad, calma, paz, alegría… Inician una secuencia totalmente diferente a la que da lugar a enfermedades. En estos otros casos, nuestro hipotálamo produce hormonas endorfinas, placenteras, de anestesia, calma, tranquilidad etc… Que contribuyen a que nuestro organismo pueda operar con normalidad y no bajo amenazas.

Nuestro sistema inmunitario puede hacer su trabajo de manera eficiente, el riego sanguíneo sigue el modelo y ritmo óptimos, nuestros órganos operan bajo condiciones perfectas.

Y todo comienza con el detonante inicial: Los pensamientos: La llave a la bioquímica del cuerpo humano.

Ahora, ya sabes qué hay detrás de cada emoción y de por qué te sientes como te sientes en cada momento.

Ahora también sabes de qué forma y por qué pasos, un pensamiento se convierte en una toxina y afecta a tu organismo enfermándolo, o todo lo contrario: Sanándolo.

Y, como siempre que parendes algo nuevo e importante, ahora tú eres el dueñ@ de hacer los cambios oportunos, porque es tu calidad de vida y tu salud las que están en juego.

Saludos cordiales.

TWITTER: @alquimistaverda

La segunda piel invisible que todos tenemos mucho más que protegernos del mundo exterior

En muchas de las denuncias de acoso sexual del último año se acusó a personas poderosas de «invadir el espacio personal» de otros.

¿Alguna vez te sentiste incómodo o incómoda porque algún desconocido se te sentó demasiado cerca o alguien -incluso alguien que conoces- se te puso a hablar a centímetros de tu cara?

Nos ha pasado a todos y no es algo imaginario: el espacio personal es real . Y no solo es real, es necesario para poder interactuar con normalidad.

En su nuevo libro » The Spaces Between Us » (Los espacios entre nosotros) el psicólogo y neurocientífico de la Universidad de Princeton Michael Graziano explica que lo que llamamos espacio personal es en realidad algo similar a un campo de fuerza .

«Es un mecanismo básico que crea nuestro cerebro, sin el cual no podríamos funcionar en el mundo», le dijo a BBC Mundo.

Los expertos empezaron a estudiar el fenómeno en animales. Se dieron cuenta de que los animales se evitan unos a otros, en especial a los predadores.

«Actúan como si hubiera un espacio invisible que los rodea y cualquier cosa que entra en ese espacio es considerado una amenaza potencial , que lleva a que el animal retroceda», explicó Graziano.

Los primeros estudios en humanos, en los años ’60 y ’70, abordaron la cuestión desde el punto de vista psicológico .

Fue en años más recientes que la neurociencia se dio cuenta de que el espacio personal tiene un fundamento biológico.

BBC
«The Spaces Between Us» (Los espacios entre nosotros) se publicó este mes. (Foto: Oxford University Press)

Cómo funciona

Neurocientíficos como Graziano descubrieron que en el cerebro hay neuronas específicas que son responsables de vigilar el espacio alrededor de distintas partes de nuestro cuerpo.

La cara es la zona con mayor vigilancia: distintas neuronas protegen distintas secciones. Le siguen los brazos.

¿Cómo sabe el cerebro cuando alguien ha invadido nuestro espacio personal?

No es por percepción extrasensorial. «El sistema se basa en la información que llega por los sentidos , en especial la vista, incluso lo que vemos de manera inconsciente», afirmó Graziano en referencia a la visión periférica.

Pero el mecanismo también se activa con la memoria .

«Estudiamos ciertas neuronas que se encargan de vigilar los objetos que están cerca del cuerpo. Luego apagamos la luz y vimos que incluso en medio de la oscuridad -e incluso si retirábamos los objetos- las neuronas protectoras seguían activas», señaló el experto.

Para ser menos torpes

Este mecanismo va más allá de garantizar nuestra seguridad e integridad física.

También es necesario para poder funcionar coordinadamente en el mundo.

Mujer atravesando una puerta

iStock
Nuestra percepción de los objetos que nos rodean nos permite realizar tareas mundanas como atravesar puertas sin golpearnos.
 

Por ejemplo, sin esta segunda piel invisible que nos permite percibir aquello que nos rodea seguramente golpearíamos nuestros hombros contra el marco cada vez que atravesamos una puerta o no podríamos manejarnos en una oficina llena de objetos.

Según Graziano, los seres humanos directamente no hubiéramos podido desarrollar el uso de herramientas si no tuviéramos este sistema de monitoreo neuronal que nos ayuda a entender dónde están las cosas en relación con nuestro cuerpo.

Si bien todos nacemos con este concepto de espacio personal ya integrado -es decir, no es una conducta aprendida- los expertos han visto que puede ser modificado por diferencias culturales .

Eso explica, seguramente, por qué en los países latinoamericanos la gente se saluda y abraza más, una conducta que en muchos países sajones sería considerada una violación del espacio personal.

Trump

También la personalidad puede influir en cuán grande o pequeño es ese espacio personal.

Sorprendentemente, contra lo que podría sonar lógico, las personalidades más fuertes o aquellos de estatus más alto tienden a tener espacios personales más chicos.

El ejemplo perfecto es Donald Trump, «probablemente una de las personas con el espacio personal más pequeño en el mundo hoy», según Graziano.

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