Si el hombre desciende sobre la primera capa de suelo rojiza de cierto planeta conocido, existe una nueva capa de hielo de agua limpia de entre 90 y 150 metros de espesor que le da al paisaje un tono azul oscuro.
No se trata de la Tierra, para encontrar este escenario debes viajar hasta Marte.
Al parecer, y con la ayuda de la nave Mars Reconnaissance Orbiter que lleva en el planeta rojo desde el año 2006 para realizar un mapeado completo, los investigadores liderados por Colin Dundas han dado con un hallazgo histórico: depósitos subterráneos enormes de agua helada, de incluso 170 metros de espesor en algunas zonas.
El equipo localizó ocho de estas características geológicas, llamadas escarpes (vertiente de roca que corta el terreno de forma abrupta), en Marte.
Un análisis de los escarpes reveló que el hielo grueso se oculta justo debajo de la superficie, a poco más de un metro.
Según Dundas:
Hemos encontrado una nueva ventana en el hielo para estudiar, que esperamos sea de interés para los interesados en todos los aspectos del hielo en Marte y su historia.
Este hielo podría ser un objetivo tentador para futuras exploraciones, así como un recurso valioso para los terrícolas acampados en el planeta.
En realidad, no es noticia que Marte esté “helado”.
Esto se sabía desde que la nave Mars Odyssey llegó al planeta y comenzó a husmear para encontrar señales químicas de hielo.
El espectrómetro de rayos gamma de la nave encontró hidrógeno revelador, lo que indicó que el planeta tenía enormes cantidades de hielo.
De hecho, hasta un tercio de la superficie marciana contiene hielo poco profundo.
Sin embargo, elementos de detección remota como el hidrógeno no podían revelar la profundidad y la composición del mismo.
Mars Reconnaissance Orbiter mapeó la superficie con mayor detalle.
Dundas y sus colegas usaron sus imágenes en alta resolución para ubicar el hielo expuesto en pequeños cráteres, glaciares y capas de hielo.
Los investigadores dicen que la clave fueron las imágenes en color de un tinte azulado que envió la MRO:
Eso indicaba una subcapa es, de alguna manera, diferente desde el punto de vista de la composición que la suciedad rojiza de la superficie.
Es poco probable que las láminas congeladas sean una mezcla de agua y tierra. Si las conclusiones son correctas, como así parece, estamos viendo algo que es casi hielo puro, agua limpia.
Los escarpes existen a lo largo de las latitudes medias del planeta, descartando los glaciares que migraron desde los polos.
Los autores del estudio proponen que estas capas de hielo se formaron cuando la nieve espesa cubrió a Marte durante un período de unos miles de años.
El hielo enterrado se reveló después de que las estructuras se volvieron inestables y se expandieron.
Dichos acantilados se formaron a través de un proceso llamado sublimación, en el cual el hielo expuesto se convirtió directamente en vapor de agua.
Además, se piensa que, dada la proximidad de las láminas a la superficie, las hace muy accesibles, en teoría, a los robots exploradores, con el fin de que se pueda estudiar su composición y aprender como nunca antes sobre los valiosos registros del clima marciano y su historia geológica.
Eso sin contar con la idea que no se dice, pero se piensa: el día que se envíen humanos al planeta, esta fuente de agua podría hacer las cosas mucho más sencillas.
[Wired]
Miguel Jorge
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