En uno de los pasajes más memorables de la obra de Platón, Sócrates explica el origen divino de la locura (o manía), la cual considera superior a la cordura (o mesura). Asimismo, el amor maníaco, dice, es superior al amor templado, precisamente porque el primero bebe de lo divino, de hecho, es «la más grande bendición celestial» .
Más adelante en el mismo diálogo (en el Fedro), Sócrates habla de la que considera el cuatro tipo de locura (manía o posesión), la más divina de todas, propia de aquellos que habiendo visto la belleza terrenal son transportados por la luz de la imagen hacia la recolección de la verdadera belleza celestial. Esta es una particularidad de los filósofos, los amantes y los artistas, quienes son capaces de recuperar «la memoria de las cosas sagradas» y en la misma contemplación de la belleza recrecer las alas del alma, su propia naturaleza divina que yace como apagada en la mundanal tumba. La teoría de la reminiscencia de Platón mantiene que todos los hombres, en mayor o menor medida, han contemplado la verdad, el esplendor divino, previamente a su nacimiento. En gran medida la filosofía consiste en educar el ojo de la mente para que pueda abrirse de nuevo a la visión de las formas divinas. Pero aunque seamos o no consciente de que vemos en lo inmanente atisbos más o menos disminuidos de realidades trascendentes, Platón sostiene que nuestras visiones «prenatales» (por decirlo de alguna manera) siempre influyen en nuestro comportamiento, particularmente en cuáles son nuestros intereses y quiénes nos atraen. Nuestro eros tiene una fuente divina. Sócrates recuerda, por ejemplo, que él fue seguidor de Zeus y este paradigma de haber estado en el feliz tren de Zeus, contemplando formas de belleza supracelestes, se traduce en la Tierra en una cierta inclinación y en un magnetismo hacia cosas similares. Así Fedro probablemente también estuvo en el entourage celestial del dios que lleva el rayo y ahora comparte con Sócrates esta suerte de banquete filosófico, que es una sombra del banquete de los dioses.