El filósofo Arthur Schopenhauer, uno de los grandes pensadores de los últimos siglos, dentro de todo su pesimismo, encontró máximo sosiego en los textos capitales de la filosofía de la India: las Upanishads, la culminación del Veda. Textos probablemente escritos entre el año 700 a.C. y el año 500 a.C, en su recensión más antigua, pues muchas Upanishads se siguieron escribiendo incluso hasta finales de la edad media, conformando un canon de hasta 108 (el número sagrado de India). Sin embargo generalmente se consideran que son las Upanishads que comentó Shankara las que tienen el prestigio y el aura védica, los grandes referentes en torno a los cuales todo el pensamiento hindú deberá medirse (siendo las principales y las más viejas la Chandogya Upanishad y la Brhadaranyaka Upanishad). No sería exagerado decir que, de la misma manera que Whitehead pudo afirmar que la filosofía occidental era una nota al pie de la filosofía de Platón, se puede afirmar que la filosofía de India es una nota al pie de las Upanishad (pues la misma Bhagavad Gita a veces es considerada una Upanishad, incluso una síntesis de las Upanishads y es absurdo creer que la filosofía sólo es un fenómeno griego). El autor italiano Roberto Calasso incluso las ha llamado una especie de «microfísica de la mente», acaso siendo comparables a lo que significó la mecánica cuántica para la física, pero en este caso para la conciencia.
En el prólogo a su clásico El Mundo como Voluntad y Representación, Schopenhauer dimensiona la importancia de estos textos, los cuales eran enseñados por diferentes escuelas védicas, probablemente entre renunciantes en el bosque (Upanishad, según Shankara significa la sabiduría que corta las ataduras):
el acceso [a los Vedas], abierto a nosotros a través de las Upanishads, es para mí la más grande ventaja de la cual puede disfrutar este siglo todavía joven en relación con los pasados, puesto que creo que la influencia de la literatura sánscrita penetrará no menos profundamente que el resurgimiento de la literatura griega en el siglo 15: si en verdad el lector ya ha asimilado también la sabiduría sagrada y primitiva de India, entonces está mejor preparado para escuchar lo que tengo que decir[…] Puedo sostener la opinión de que cada uno de los aforismos individuales y hasta inconexos que comprenden las Upanshads puede ser deducido como una consecuencia del pensamiento que voy a impartir [en su propia obra], aunque lo contrario, que mi pensamiento se encuentra en las Upanishads, no es para nada el caso.
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