El Maestro Codificado, aún imperceptible para la mayor parte de vuestro mundo, entra en la mente de las masas sólo cuando un número suficiente de vosotros os hayáis depurado como para poder mantener su patrón vibratorio en vuestra frecuencia, lo que podemos decir que empieza a suceder en vuestro año terrestre de 2010.
No se trata del «Mesías», ni tampoco tenemos la intención de presentarla como vuestro salvador, así que os pedimos que no entreguéis vuestro poder a esa posibilidad, pues ello significaría que habéis tergiversado por completo nuestro mensaje. Aquellos de vosotros que iniciasteis la tarea de depurar vuestro campo y os estáis liberando del miedo, habéis entendido que os encamináis en la dirección correcta, que os guía vuestra conciencia más elevada y que no hay nada externo que pueda hacerlo por vosotros.
Vuestra concentración mental y la pureza de vuestra intención os guiarán por el desierto del invierno gaiano; vuestros sentimientos de comunidad y vuestro sentido de la totalidad permitirán que el planeta se sostenga durante la noche sin estrellas. Ya podéis descartar los sueños del Mesías y otros salvadores y ceder el paso al saber interior (vuestra fortaleza y sentido de propósito), con el cual cada uno de vosotros mantiene su propia frecuencia, mientras asumís la responsabilidad de todos los pensamientos que enviáis en las ondas, así como de cada una de vuestras obras, actos y palabras.
Los trabajadores físicamente presentes están ahora a vuestra disposición para asistiros en el cambio y la depuración de las energías, y los verdaderos maestros están transmitiendo el mensaje.
¿Habéis sentido las ondas centelleantes de luz que pasan por vosotros?
Sin duda, estáis sorprendidos de la aceleración que se está experimentando en muchos niveles, pues vuestra familia de cuerpos celestes no había conocido nunca una intensidad vibratoria semejante y, a su vez, todos los planetas de vuestro sistema solar han iniciado su metamorfosis. Todo está interrelacionado; cada criatura viva de vuestra Deidad Solar lo experimenta todo, desde los confines más lejanos de las órbitas exteriores hasta las esferas más recónditas del ser, y también allí, en la explosiva masa de la estrella gaseosa: vuestro Sol central.
Actualmente, están pasando a primer plano nuevos pensadores revolucionarios en los campos de la astronomía y la astrología, quienes tendrán la lucidez necesaria para cartografiar las nuevas rutas, pues dentro de poco las relaciones de los cuerpos celestes asumirán proporciones alteradas, a medida que los planetas inicien sus agudos estados de transmutación, y los viejos paradigmas pierdan su vigencia. Los arquetipos se están transformando en entidades más complejas, y están surgiendo nuevos cuerpos de la oscuridad de lo inexplorado.
A medida que vuestro Sol empieza su colapso, todo es atraído hacia dentro, y lo que aún no ha sido descubierto saldrá a la luz y luego viajará por el vórtice junto con vosotros.
Hay líderes nuevos, iconos fuertes en quienes podéis depositar vuestra confianza; ellos os guiarán a través de los cataclismos de las realidades que se desmoronan y os llevarán a la calma. Hay madres y grupos de curación para nutrir y restituir las energías; hay visionarios e instrumentos dotados que traen la sabiduría. Otros se desempeñarán como guardianes de los registros y serán quienes lleven los códigos genéticos a la próxima dimensión.
Están los Guardianes de la Tierra, quienes mantendrán la vibración de Gaia y facilitarán vuestra activación cuando vayáis a los sitios. Pero no os engañéis con imaginaciones de un gran salvador, pues ésa es simplemente una alegoría mítica. Como seres de luz, os congregaréis, y en los círculos sagrados de vuestra unión encontraréis protección y un refugio seguro en vuestro amor por Gaia y por todo lo que palpita con el latido del corazón del universo.
Cuando en las páginas precedentes os presentamos al Maestro Codificado como aquel cuya misión es ayudar a guiaros de regreso a la luz, no fue nuestra intención dar a entender que se trata de un ser físico, aunque hay muchos a quienes les encantaría reclamar el título. Por este motivo, sólo nos referiremos a Ella de esa manera cuando sea necesario para cumplir con nuestro propósito en estas transmisiones, el cual consiste en iniciar la percepción de su presencia en esta difícil fase de vuestra evolución planetaria, y transmitir dicha conciencia a tantos seres humanos como sea posible para que podáis recibirla en vuestros corazones y aceptarla en la mente colectiva.
Cuando hablamos del Maestro Codificado, nos referimos a un Maestro Ascendido que ha prestado sus servicios en muchos intervalos de conciencia del Ser Universal. Ella llega a vuestro reino como una especie de «partera» galáctica, cuya misión es ayudar en el renacimiento de vuestra Deidad Solar. Ya ha descendido desde más allá de la galaxia de Andrómeda, la décima dimensión, en preparación para lo que se requerirá de su parte: la tarea monumental de establecer los puntos de anclaje de los cuerpos celestes de vuestra Deidad Solar.
Esto exige poderes mentales conscientes tan ajenos a nuestras capacidades, que nos sentimos un tanto sobrecogidos ante su magnitud, pues estamos hablando de una entidad cuya influencia afecta el curso de todo un sistema solar, a medida que éste pasa de un contexto dimensional a otro.
Esta es una misión inimaginable, aun desde nuestra perspectiva, de modo que es inútil que tratemos de describirla en este punto de nuestro desarrollo común. Os podemos decir, no obstante, que Ella viene con el fin de abrir los portales de todos los cuerpos celestes en vuestro sistema solar y para establecer el enlace gravitatorio interplanetario necesario para el viaje por el gran vórtice de los cordones astrales del Ser Universal.
Esto sucederá cuando las alineaciones galácticas y las conjunciones planetarias correspondientes coincidan con las coordenadas mayas. Ello involucra universos paralelos, seres celestes multidimensionales, y vuestra amada familia solar de planetas, lunas y asteroides, todos los cuales habrán llegado a la posición óptima en el punto de proyección maya del 21 de diciembre de 2012.
En cuanto al descenso del Maestro Codificado, no deseamos insinuar que asume forma humana o que se cristaliza como materia; en verdad, una esencia vibratoria de semejante intensidad no puede condensarse en un cuerpo físico. Solamente, digamos, que sería como tratar de mantener un litro de uranio puro en una botella de plástico. Su esencia ya impregna vuestra atmósfera y está concentrada especialmente sobre los vórtices, pues es desde la Tierra que coordinará el enlace planetario.
Dado que no experimentaréis al Maestro Codificado como una deidad física, os aconsejamos que no os fiéis de quienes alegarán ser testigos de su imagen en las formas abstractas de las nubes y los árboles. Ella está más allá de la forma, un ser de una magnitud vibratoria tan monumental que no puede haber una referencia visual específica o una palabra que la describa.
Ella es esencia, una conciencia de la más pura intensidad en el desempeño de una misión: prestar asistencia en el renacimiento de una Deidad.
Algunos de vosotros habéis empezado a conectaros con Ella en el nivel de la energía primaria, el primero de una serie de etapas de comunicación de creciente intensidad que pueden alcanzarse mediante un proceso gradual de alineaciones, pues tal es la inmensidad de su luz. La presencia llega hasta vuestra conciencia como un brillo extremadamente intenso, una iridiscencia radiante inexistente en vuestro actual espectro de la luz, pero tened la certeza de que cuando pase por vosotros lo reconoceréis.
Muchos más se harán conscientes de su presencia a comienzos del nuevo milenio, y será ese propio brillo lo que despertará vuestra conciencia, una señal de que habréis llegado al Nivel Uno de aclimatación. Se trata de un color que percibiréis profundamente en vuestro interior, el cual penetra con el fin de crear las alteraciones necesarias a nivel subatómico; tal como en otras circunstancias de vuestra evolución habéis absorbido frecuencias de otras dimensiones que os han puesto en resonancia. El resplandor del Maestro Codificado penetra hasta la estructura subatómica de todos los seres del planeta y más allá, por todo el cuerpo de vuestra Deidad Solar, el preludio eufórico de vuestra transición final al próximo nivel.
Si hoy, por medio de estas enseñanzas, tenéis conocimiento de esta entidad, entonces en este momento iniciáis vuestra percepción consciente de Ella, un paso preliminar para recibir los ajustes vibratorios, los cuales se iniciarán una vez que, simplemente, os permitáis considerar la posibilidad de tener a un ser semejante en vuestros pensamientos conscientes. Vuestra mente racional no aceptará esto de buena gana, pues aún es inconcebible para vosotros que pueda existir un ser de tal magnitud.
Estamos describiendo a un Maestro Ascendido que resuena como una Deidad, y sabemos lo extremadamente difícil que es para la cultura occidental, aún esclavizada por sus religiones de raza blanca y dominio masculino, aceptar a la Diosa.
Todos los seres se hacen más divinos en su proceso de ascensión por la espiral. Os pedimos que consideréis esta afirmación como un hecho en cuanto a lo espiritual. Así como transitáis el karma a medida que se manifiesta en vuestra vida física, de igual manera, como seres espirituales, evolucionáis y os convertís finalmente en esa incontenible vibración de luz de la luminaria: el alma evolucionada. Larga es la travesía hasta la iniciación; más larga aún hasta la maestría y más allá…, hasta la ascensión. Es el mismo sendero para todas las almas; el camino de regreso al Ser Supremo.
Toda la creación está en ese estado de movilidad ascendente de transformación y de regreso a la Fuente. El Maestro Codificado ha llegado a ese punto de fusión; sin embargo, primero tiene que consagrar este acto final como conciencia individual: su contribución a la Gran Obra de alquimia.
Éste es un proceso de curaciones y alineaciones gravitatorias que llevarán a vuestra Deidad Solar a través del túnel y, en la transición, el sistema solar entero se convierte en oro.
Trydjya, nuestro instrumento, en este momento está siendo preparada para el Nivel Tres de aclimatación, lo cual aumentará su sinergia con las reverberaciones de la energía del Maestro. Esto facilitará aún más su interacción con este Consejo y con seres de dimensiones aún más elevadas, quienes iniciarán su comunicación con la Tierra en un futuro muy cercano.
Esto forma parte del proceso continuo de armonización necesario para su futura labor como el instrumento de nuestra voz colectiva y oradora de los Días del Desierto. El Maestro Codificado viene para definir las alineaciones apropiadas que se requieren para garantizar que el tránsito se realice a salvo, restableciendo en el cuerpo de la Deidad Solar las frecuencias de sonido que ayudarán a mantener la cohesión de vuestro sistema solar, tal como los Seres Delfín han sostenido vuestros mares.
Ella tiene los códigos de todos los vórtices clave de cada cuerpo celeste en vuestro sistema solar, y su misión consta de tres partes: purificará los meridianos de energía de la Deidad Solar, establecerá el enlace gravitatorio correcto entre los campos de fuerza de todos los cuerpos y, en cierto sentido, dirigirá la orquesta de esta sinfonía final.
Entendemos que sin su intervención vuestro sistema solar se desintegraría, pues, a no ser que los cuerpos celestes hayan sido integrados dinámicamente, el efecto de sifón de ese paso magnético podría hacer que los planetas, lunas y grupos de asteroides se estrellen entre sí en una gran colisión galáctica, o lanzarlos a los cuadrantes más lejanos del espacio hiperdimensíonal. Otros, simplemente, podrían desaparecer en la zona gris «entre» dimensiones, la suerte más indeseable para todas las almas en transición.
La zona gris se puede comparar con la niebla más densa, una nebulosa impenetrable entre la vida y la muerte, donde el alma que no ha tenido resolución puede quedar atrapada entre la materia y el espíritu durante las fases de transición del proceso de la muerte. Tened la certeza de que no os gustaría estar en este lugar, ni como unidades individuales en vuestros propios ciclos de vida y muerte, ni como un cuerpo celeste en tránsito hacia su próxima dimensión. Es aquí donde residen los infames «grises», vuestro estereotipo de los villanos extraterrestres.
Desde estos turbios vapores se han escabullido a múltiples entornos del universo material, y su presencia perturba siempre la armonía de los seres tridimensionales. No pertenecen ni a lo físico ni a lo espiritual, y por eso ocasionan mucho miedo y molestias cuando aparecen en vuestra realidad. Como nota al margen, queremos enfatizar que éstos no son seres de luz, y que vuestro creciente encaprichamiento con ellos —libros, películas, figurillas, camisetas y demás parafernalia— los mantiene presentes en vuestra conciencia.
Eso es insensato, especialmente en este momento delicado, cuando hay tantas cosas en juego.
Sois mucho más perspicaces cuando centráis vuestras visiones creativas de seres de otros planetas en imágenes que proporcionan luz a vuestra aura, que cuando llenáis los espacios entre ellos y vosotros con ilusiones del mundo gris, pues sabemos que entendéis que el pensamiento puede manifestarse —y lo hace— cuando lo proyectáis en vuestro entorno. Y, creednos, ésta es una realidad que, sinceramente, es preferible que dejéis en paz.
El Maestro Codificado se convertirá en una fuerza predominante durante el año 2010, cuando el tiempo inicie la fase extrema de su curvatura antes de hacer un alto a partir del solsticio de invierno de 2012.
Os enfrentaréis a muchas incongruencias a medida que el tiempo lineal empiece a cerrarse a vuestro alrededor. Por más raros que ahora os parezcan los acontecimientos, no podéis imaginar lo que os aguarda una vez que lleguéis a ese punto de la rueda. Presenciaréis la reaparición de especies extintas, la manifestación de seres multidimensionales que atraviesan las capas, la repetición de sucesos específicos de vuestro pasado y veréis que las barreras de la realidad empiezan a abrirse de par en par.
Habrá una infinidad de imágenes conflictivas, toda suerte de contradicciones, y reinará la confusión en esta fase de la transformación, cuando seres de todas las procedencias se enfrenten a la disonancia de las realidades en proceso de fusionarse.
A medida que los efectos del cambio vibratorio intensifican vuestro cuerpo emocional, mental y físico, también se intensifican las condiciones geológicas de la Tierra. Con la aceleración del tiempo y las crecientes rasgaduras y roturas en la estructuración del espacio-tiempo, os veréis forzados a confrontar un sinnúmero de «no-realidades». Serán muchos los que buscarán frenéticamente las explicaciones lógicas y sencillamente «perderán la cabeza» (en vuestros términos); otros, que han venido acelerando su cuerpo de luz y cuya evolución los está sacando de la limitación, verán el desmoronamiento de las murallas del tiempo como una expansión que trasciende los límites de la tercera dimensión, y pasarán por todo ello situados en un punto de equilibrio.
Aquéllos capaces de entender y de resonar con la frecuencia del poderoso aumento vibratorio que se aproxima a vosotros con el Maestro Codificado, tenéis un don. Habéis depurado vuestro campo y ya os habéis enfrentado a los residuos de vuestro miedo, de tal forma que realmente deseáis que llegue el cambio y sabéis que será glorioso: el refinamiento de la polaridad, el fin del tiempo y la liberación de la ilusión.
Sus emanaciones serán una parte sumamente significativa de vuestra aceleración, una fuente de inspiración consciente, y estáis listos, emprendiendo el vuelo en alas de la expectativa.
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El Maestro Codificado se halla personificado en las efigies de la diosa egipcia Hator, donde se la representa con el disco solar entre sus cuernos, pues los egipcios sabían que Ella mantenía el equilibrio de Ra, vuestra Deidad Solar. Os recordamos que todo está escrito en el Akasha, todo está previsto en el no-tiempo, y muchos miembros de la clase sacerdotal de Egipto eran videntes de talento y contaban con la guía de seres estelares de las Pléyades y Sirio, quienes se encontraban entre ellos.
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