una colaboración de lalunagatuna
Los cambios habidos y en curso en el Vaticano dejan a los obispos españoles en la periferia y en el pasado. La centralidad de la Iglesia que dibuja el Papa Francisco toca una melodía que no está en el repertorio de la Conferencia Episcopal Española escorada a la derecha y al conservadurismo desde hace varias décadas. La selección de obispos durante el último cuarto de siglo ha tenido como prioridad la ortodoxia y la obediencia; también la mediocridad. La personalidad de buena parte de los obispos en ejercicio no brilla por acumulación d eméritos, ni pastorales ni doctrinales. A buena parte de los obispos se les paró el reloj hace muchos años y su sintonía con la sociedad en reducida.
El cardenal Bergoglio es el papa más cercano a España de los dos o tres últimos siglos, pero no es probable que en España hubiera llegado a obispo. Y buena parte de los valores y preocupaciones que ha expresado en sus intervenciones desde que se llama Francisco no figura en la lista de inquietudes de sus hermanos españoles.
El cardenal Rouco, que es la figura que resume el perfil de la jerarquía española expuso ayer, con motivo de la 101ª Asamblea de la Conferencia Episcopal, resumió en la intervención de apertura las preocupaciones de los obispos con la legislación sobre el aborto y el matrimonio homosexual como principales epígrafes. Parece evidente que en la lista de las preocupaciones de los católicos españoles no son esos dos temas los prioritarios. Rouco concluyó su intervención invocando al nuevo Papa y su llamada a la Oración. Como si esa fuera la principal novedad que aporta el Papa Francisco, que parece tan piadoso como sus antecesores. No parece que sea ese la novedad, ni la apelación del Papa a sus hermanos en el episcopado.
Ningún español figura en el grupo reformador con el que el papa quiere compartir los cambios en la curia. No hay que llevar esa ausencia a categoría, pero indica que los españoles no figuran en la vanguardia de esta nueva fase.
El papa recibió en privado al presidente del Gobierno de España, charlaron en castellano durante 24 minutos que dan para bastante. Apenas han desvelado el contenido de la conversación más allá de enunciados generales, y no es probable que haya sido una conversación relevante para el futuro de España, entre otras cosas porque las reivindicaciones del Vaticano y de la iglesia Católica en España son de menor cuantía, a la Iglesia le toca ahora mantener y preservar, incluso con un gobierno feligrés y muy a favor.
Que el presidente de la conferencia Episcopal exija al presidente del gobierno que atienda sus reivindicaciones el mismo día de la visita de Rajoy al Papa es, cuando menos, llamativo y desde luego poco cortés. No es probable que Rouco hiciera dúo pactado con el Papa, que estuviera concertado por un lado el saludo amable de Francisco a Rajoy y por otro la reivindicación del cardenal de Madrid. No es ese el estilo del Vaticano (son más sutiles), ni el de Francisco (es más directo).
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http://www.republica.com/2013/04/15/obispos-descolocados-y-descorteses_638621/