De alguna manera, las épocas de adversidad son escenarios en los que aprendemos a ser fuertes. Ahora bien, esa fortaleza no debe alzar muros ni alambradas, no hacernos olvidar que ahora también es un buen momento para ser felices.
Al final, llega un momento en que lo logras: aprendes a ser fuerte. La vida es maestra en este sentido y te enseña de varias formas a edificar una actitud incombustible. Entonces, te dices a ti mismo que vas a poder con todo, que tienes recursos para afrontar cualquier tipo de adversidad… Pero quizá, te estás olvidando de lo más importante: de que el tiempo no es solo un medio para lograr metas futuras, que ahora también te toca ser feliz.
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