Lleva trabajando la tierra desde 2011, no pertenece a ninguna organización agraria pero asegura que sale en las manifestaciones “porque son necesarias; estoy cansado, quiero cambios, y cuantos más seamos unidos, más fuerza tendremos”
Arturo Peris es agricultor de secano en el Matarraña, Teruel. Tiene 43 años y dos hijos pequeños. No le gustaría que alguno de ellos decidiera dedicarse a trabajar en el campo como él lo hizo en su día. Sus tatarabuelos ya eran agricultores, una tradición que apostó por mantener viva, a pesar de la negativa inicial de su padre. “Él sabía que la agricultura iba a ir a peor, y no quería para mí una vida de disgustos y de incertidumbre mirando al cielo” explica Arturo, que confiesa que su hija pequeña ya entiende por qué los días que llueve su papá está más contento.