El aumento de los problemas de salud mental y de las agresiones de los internos a los funcionarios están detrás de parte del descontento sindical, a lo que hay que sumar una divergencia de fondo sobre la gestión penitenciaria
El frágil ecosistema de las prisiones se ha visto sacudido desde hace diez días en Catalunya. El asesinato de una cocinera en la cárcel de Tarragona a manos de un interno, un crimen inédito en 40 años, ha sido el detonante de unas protestas que van a la baja pero que se pueden reactivar en cualquier momento, toda vez que el diálogo entre Govern y sindicatos penitenciarios está roto.