La palabra «fobia» se deriva de Fobos, ‘daimon’ que en la mitología griega personificaba los temores profundos e irracionales. Un miedo que, a día de hoy, puede surgir ante situaciones cotidianas, alimentos específicos y hasta a un color particular.
En su Teogonía, donde describe el origen del mundo y la genealogía de los dioses griegos, Hesíodo cuenta que Ares, dios de la guerra, y Afrodita, diosa del amor y la belleza, concibieron dos hijos: Deimos y Fobos, que representaban, respectivamente, el Terror y el Miedo.
Según la mitología griega, junto con su hermano gemelo, Fobos acompañaba a su padre en los campos de batalla para sembrar el miedo y la confusión entre las tropas enemigas. Así se los presenta, por ejemplo, en La Ilíada, donde Homero los describe esparciendo el temor entre los soldados: «Se ve así a Ares, plaga de los hombres, marchar al combate, / Seguido de Fobos, su hijo intrépido y fuerte, / Quien pone en fuga el belicoso más resistente».