«El sendero recto se halla muy cerca, a la mano; sin embargo, la humanidad lo busca lejos». L.R.
En los años 60 y 70 el «fenómeno literario» de Lobsang Rampa causó una revolución cultural y espiritual en todo el mundo occidental, que por primera vez accedía a conocer de cerca los secretos de la sabiduría oriental tibetana. Sus libros, escritos con un estilo cálido, resultaban cercanos y comprensibles, a la vez que atrayentes.
Se cree que Tuesday Lobsang Rampa o Martes Lobsang Rampa, fue el seudónimo literario de Cyril Henry Hoskin (Plympton, Inglaterra, 8 de abril de 1910 – Calgary, Canadá, 25 de enero de 1981). Pero una bruma de incógnitas sigue envolviendo su figura hasta hoy.
La carrera literaria de Lobsang Rampa comenzó en 1956 cuando escribió su primer manuscrito «El Tercer Ojo», pero fué rechazado por las principales editoriales británicas, hasta que finalmente la Editorial «Secker and Warburg» aceptó su publicación. Y así en noviembre de 1956 se publicó el que sería el primero de los grandes éxitos de ventas de este autor.
En este primer libro, Lobsang Rampa explica sus experiencias mientras se criaba en un Monasterio tibetano tras ser enviado al mismo a la edad de 7 años, y describe todo su proceso de educación como monje tibetano, detallando un viaje a las tierras altas, el mítico «Shambhala».
El autor de los libros tibetanos parecía un personaje bastante extraño y enigmático. Los propios Editores de «Secker & Warburg», estaban intrigados con el misterioso escritor, y enviaron el manuscrito a una serie de expertos para conocer su opinión: el antropólogo Agehananada Bharati, Hugh Richardson, británico residente en Lhasa, Marco Pallis, experto orientalista, y Heinrich Harrer, explorador y tibetologista, autor de la obra «Siete años en Tíbet»; todos coincidieron en que se trataba de un fraude. Sin embargo los editores decidieron seguir adelante porque vieron en Rampa un filón de oro.
Tres títulos del autor. El curso espiritual en forma de libro «Usted y la Eternidad» suscitó muchas cartas y preguntas de los lectores al autor, y para explicar convenientemente todas las dudas sobre el cuerpo humano, la vida, la biología y la medicina, Rampa sacó a continuación «El médico de Lhasa», un tratado médico novelado escrito por quien aseguraba ser un auténtico médico oriental tibetano.
Entonces Heinrich Harrer, Richardson y los demás expertos, airados, contrataron a un investigador privado de Liverpool, llamado Clifford Burgess, para investigar a Rampa.
Los hallazgos de la investigación de Burgess fueron publicados en el diario Daily Mail en febrero de 1958. El autor del libro resultó ser «Cyril Henry Hoskin», nacido en Plympton, Devon, en 1910, y era el hijo de un fontanero. El informe del detective decía que Hoskin nunca había estado en el Tíbet y no hablaba tibetano. En 1948, había cambiado legalmente su nombre por el de «Carl Kuon Suo» antes de adoptar el nombre de Lobsang Rampa.
El autor según el detective Burgess, ni era erudito en temas espirituales ni esotéricos, y sólo era un adepto lector de obras de ciencia-ficción y de las obras de la ocultista Madame Blavatsky.
¿Pudo haber sido la obra de Rampa parte de una operación secreta de la Elite Illuminati para introducir las doctrinas orientales y budistas en el mundo cristiano occidental? ¿Formaban la Editorial S&W y los expertos parte del mismo complot? ¿O por el contrario Rampa era un simple autor que iba por libre?… ¿Hubo acaso un complot premeditado para desprestigiar a Lobsang Rampa?… Muchos son los interrogantes.
Tras los constantes ataques de la prensa británica, que le tildaban de farsante y charlatán, Rampa se fue a vivir primeramente a Irlanda, luego Montevideo (Uruguay), y finalmente a Canadá, a fines de los años 1960, en donde falleció en 1981.
Hasta aquí ésta es la historia oficiosa que se cuenta habitualmente. Pero no todo el mundo lo tiene tan claro. En realidad, nunca se ha aclarado fehacientemente y del todo la misteriosa historia de Lobsang Rampa.
Lo llamativo de todo el caso es que durante toda su vida, incluso en su lecho de muerte, Lobsang Rampa jamás reconoció haber cometido fraude alguno, ni que sus obras fueran simples novelas ni que fueran producto de su imaginación y fantasía. Rampa expone sus razones y se explica:
«Soy un Lama tibetano. Uno de los pocos que han llegado a este extraño mundo occidental. La sintaxis y la gramática de este libro dejan mucho que desear, pues jamás recibí una sola lección formal de inglés. Mi “Escuela de inglés” fue un campo japonés de prisioneros, donde aprendí el idioma lo mejor que pude, de las mujeres inglesas y americanas, a las que atendí como médico. Aprendí con muchos trabajos y grandes errores a escribirlo.
Ahora mi amado país (Tibet) está invadido -como se predijo- por las hordas comunistas. Sólo por ese motivo tuve que cambiar mi nombre y el de mis amigos. Habiendo hecho tanto contra el comunismo, sé que mis amigos en los países comunistas sufrirán sí se descubre mi identidad.
Las gentes de Occidente, salvo una minoría muy pequeña, no tienen capacidad para las cosas espirituales. Todo cuanto desean es guerra, sexo, sadismo y el derecho a inmiscuirse en los asuntos de otros.
Detesto la vida en Inglaterra, su injusticia, su favoritismo.
Hace unos años se produjo en Inglaterra un ataque contra mi integridad moral. Este ataque fue movido en la Prensa por una reducida pandilla que me tenía una gran envidia… con excesiva frecuencia, la Prensa tiene que tomarla con alguien para aumentar su circulación cuando ésta decae… no es precisamente el medio adecuado para difundir la verdad sino sólo lo sensacionalista… con demasiada frecuencia sirve sólo para halagar las emociones más bajas del hombre.
Permítaseme decir, del modo más tajante, que todos mis libros son absolutamente verídicos. Cuanto he escrito, es cierto y recoge mi experiencia personal. Poseo todas esas capacidades que digo poseer. Y valdría la pena añadir que también tengo varias capacidades más de las que no he hablado».
La ciudad de Lhasa es la capital del Tíbet, rodeada por el Himalaya.
Rampa critica «el favoritismo de la sociedad inglesa», refiriéndose a una sociedad hipócrita, desmesuradamente clasista, y que se organiza socialmente, sobre todo en la alta sociedad, en torno a clubs excluyentes.
Las dudas sobre su obra e identidad personal no impidieron una exitosa carrera literaria a lo largo de 25 años y 19 títulos best-sellers. Todo un fenómeno literario.
En cierta ocasión, en una entrevista, Rampa explicó algo sobre su forma de escribir:
– «Hay algo que divierte a los que viven conmigo. Puedo parar en el medio de una frase y seguir uno o dos días más tarde, en donde me había detenido. Soy capaz de escribir un libro en 2 o 3 semanas, pero primero necesito 6 meses para construirlo en mi mente»
«El tercer Ojo», «El cordón de plata», y «La sabiduría de los antepasados», tres conocidas obras del autor. Los nombres de los títulos a veces pueden cambiar algo según se trate del país hispanohablante.
Para aclarar las polémicas que habían circulado sobre su obra e identidad, Rampa encabezó las nuevas ediciones y reediciones de sus libros, con unas «Notas del Autor», como ésta:
«Soy Tuesday Lobsang Rampa.
Este es mi único nombre, mi nombre legal, y no respondo a ningún otro. Varias cartas me llegan con una fantástica acumulación de nombres diferetes; van a parar directamente a la papelera, puesto que, como digo, mi nombre solo es: Tuesday Lobsang Rampa.
Todos mis libros son ciertos; todas mis pretensiones, fundadas. Hace años la prensa de Inglaterra y Alemania inició una campaña en contra de mi persona, en días en que no me podía defender a mí mismo, a causa de estar postrado, casi moribundo, víctima de una trombosis coronaria. Fui perseguido sañuda y locamente. Aun ahora hay personas que me quieren mal, y por eso coleccionan «evidencias»; aunque es significativo que ningún «colector de evidencias» haya intentado verme personalmente.
Es inusitado el no conceder a una «persona acusada» una oportunidad de puntualizar su propia historia. Todo el mundo es inocente antes de que se pruebe lo contrario. Nunca se ha probado mi culpabilidad; y jamás se me ha permitido probar mi autenticidad.
La prensa inglesa y alemana no me ha concedido el menor sitio en sus columnas; de manera que me he visto en la desagradable posición de saberme inocente y veraz, sin poder explicar a nadie mi historia, vista desde mi lado. Una gran cadena de televisión me ofreció una entrevista, pero insistiendo en que yo tenía que decir lo que ellos pensaban que yo tenía que contar, dicho de otro modo, un montón de embustes.
Yo, lo que necesito, es contar la verdad; visto lo cual, ellos no me dejaron asomar a la pantalla. Déjeseme repetir que todo cuanto escribí es cierto. Mis pretensiones son justificadas. Mi razón específica, cuando, insisto, se basa en que, en un futuro próximo, otras personas como yo se presentarán, y no deseo que sufran todo lo que he tenido que sufrir yo por culpa de la malicia y odio perverso de unos cuantos.
Un gran número de personas han visto mis papeles, absolutamente auténticos, probando que he sido un alto Lama del Potala, en Lhasa, Tibet, y que poseo el título de doctor en Medicina, graduado en la China. Aunque la gente haya visto dichos documentos, lo «pone en olvido» cuando la prensa anda embrollando alrededor del asunto. Leed, pues, todos mis libros, bien seguros en vuestro fuero interno de que todo lo que se escribe en ellos es verdad, y lo que pretendo ser, es lo que realmente soy. Leed mis libros y lo veréis.
T. Lobsang Rampa»
Lobsang vivió sus últimos años en un lugar tranquilo de Canadá.
Philip Porter, tras pasar más de 10 años investigando a Rampa, concluyó:
«No pienso que fuera cien por cien auténtico; Yo me inclinaría por dejar todas las posibilidades abiertas, dadas las innumerables incógnitas que lo rodean. ¡Pero no hay duda de que fué alguien extraordinario!…
Actualmente hay varios sitios en Internet en donde se ofrece descargar gratis los libros de Lobsang Rampa, pero el encanto de la literatura en general, y de Rampa en este caso en particular, aconsejan que su lectura se haga sobre el tradicional libro de papel.
En relación a la obra literaria de Rampa, son muy abundantes las opiniones como la de la escritora Pilar Lopez Bernués:
«Cuando un hombre escribe “Haz a los demás lo que desearías que te hicieran a tí”, merece, como mínimo, un cierto respeto. Dió a conocer a los occidentales una filosofía de vida completamente diferente a la que nos mostraban las religiones tradicionales y supo dar respuestas a las muchas preguntas que todos nos hacemos.
Como siempre me ha interesado más el contenido que la fachada exterior, me importa poco si Lobsang Rampa fue quien dijo ser o sólo adoptó esa identidad para poder transmitir su mensaje. Cambió mi vida y la de millones de personas que, gracias a él, vimos “una luz en la oscuridad”.
http://expedientexfiles.blogspot.com.es/2012/05/el-enigma-de-lobsang-rampa.html
Lobdang Rampa fue tambien para maestroviejo el principio del despertar de la conciencia. Sus libros tenían un poder especial de persuasión en aquella España, monolítica, católica y católica.
Estoy de acuerdo de que el contenido es lo importante, aunque aún hoy pienso que Cyril Henry Hoskin fue quizás realmente un lama en una vida anterior.