- La prensa siria habla de la ‘madre de todas las batallas’, que se sospecha se producirá hoy viernes.
- Estados Unidos presiente una masacre, aunque ha asegurado que no se producirá una intervención militar en el terreno.
Las fuerzas rebeldes sirias se preparaban para un asalto crucial de las fuerzas regulares este viernes a la segunda ciudad del país, Alepo, mientras Washington decía temer una masacre.
Las tropas leales al presidente Bashar al Assad, con apoyo de artillería pesada, combatieron el jueves contra los rebeldes en varios barrios de Alepo, a 355 km al norte de Damasco, mientras que la violencia dejaba más de 120 muertos en el país.
«Las fuerzas especiales fueron desplegadas el miércoles y jueves en el sector este de la ciudad y llegaron para participar en una contraofensiva generalizada el viernes o sábado» en Alepo, donde los rebeldes tomaron el control de algunos barrios, indicó una fuente de seguridad.
Estados Unidos declaró el jueves que teme una masacre en Alepopero Washington repitió que no se producirá una intervención militar estadounidense sobre el terreno.
Las tropas del régimen, que reconquistaron la mayoría de los barrios de Damasco, se enfrentaban a los insurgentes reagrupados en el barrio Hajar al Aswad, según los militantes.
«Alzamiento de las dos capitales, la guerra de liberación continúa», será este viernes el lema de las manifestaciones convocadas por los militantes antirrégimen, que no parecen desalentados por los más de 19.000 muertos registrados desde el principio de la revuelta, en marzo de 2011, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede el Londres.
En Alepo, el Ejército bombardeó por la noche el barrio Salahedin controlado por los rebeldes, y otros sectores de la ciudad donde se registraban combates, según el OSDH. Se oyeron varias explosiones.
A Salahedin, cientos de rebeldes se preparaban para una ofensiva importante del ejército contra la ciudad desde la apertura, el 27 de julio, de un nuevo frente en Alepo.
Un fotógrafo de la AFP vio barricadas de sacos de arena, un autobús atravesado en una calle para bloquearle y centros de cuidados instalados en los sótanos de escuelas y mezquitas.
Varios helicópteros sobrevolaban en círculo encima de las viviendas y ametrallaban el suelo. Los vecinos del barrio huían en masa, en especial mujeres y niños, en camionetas sobre todo.
Mientras llega el asalto, los rebeldes, armados con fusiles de asalto Kalachnikov, fusiles ametralladoras, cohetes y bombas artesanales lanzaban pequeñas ofensivas contra puestos policiales y de información.
Su esperanza, estiman, viene de la solidaridad de los otros combatientes que vengan a reforzar las defensas de Salahedin o atrasen la llegada del ejército a base de sabotajes y escaramuzas.
Entre 1.500 y 2.000 rebeldes llegaron a Alepo de otras zonas para ayudar a los alrededor de 2.000 insurgentes ya presentes en la ciudad, declaró la fuente de seguridad, y precisó que los insurgentes controlan barrios periféricos del sur y este, además de las carreteras que conducen al aeropuerto.
El portavoz del Ejército Sirio Libre (ESL, formado por desertores) en Alepo, el coronel Abdel Jabar al Okaidi, señaló la llegada a Alepo de 100 blindados y numerosos vehículos militares de refuerzo. «Esperamos una ofensiva mayor en cualquier momento».
Por su parte, el diario Al Watan, cercano al régimen, titulaba este jueves: «Alepo, la madre de todas las batallas».
Si cae Alepo, «el régimen está acabado y los dos adversarios lo saben», estimó Rami Abdel Rahman, presidente del OSDH.
En Damasco, estallaron enfrentamientos este jueves en el campo de refugiados palestinos de Yarmuk, situado en el sur de la capital, segúnhabitantes y los Comités de Coordinación Popular.
También se registraron actos violentos en la provincia de Deir Ezor (este), donde murieron dos personas, y en la ciudad de Hama (centro), donde dos civiles fallecieron por disparos contra su coche, según el OSDH, que estimó que unas 50 personas, civiles en su mayoría, murieron este jueves en todo el país.
En el plano diplomático, la UNESCO pidió a los beligerantes que «garanticen la protección de la herencia cultural excepcional» de Alepo, «ciudad antigua (que) ha conservado una herencia excepcional que refleja la diversidad de las culturas de los pueblos instalados allí desde hace más de un milenio».
La violencia (bombardeo artillero, operaciones del ejército y combates entre soldados y rebeldes) afectaron a otras ciudades, sobre todo Deraa (sur), bombardeada por helicópteros, y Damasco y su región, según el OSDH, que señala al menos 121 muertos (64 civiles, 32 soldados y 25 insurgentes).
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó el miércoles a la comunidad internacional a detener la «matanza», aunque la mitad de los 300 observadores de la ONU abandonaron Siria, según un responsable de las Naciones Unidas, sin que su presencia haya servido para acabar con la violencia.
El general Manaf Tlass, amigo de infancia del presidente y oficial de mayor rango que ha desertado, se reunió con responsables en Turquía tras un desplazamiento a Arabia Saudí, dos países hostiles al régimen sirio. Tlass dice que prepara un plan para un acuerdo que implique a gente «honesta» del régimen pero sin Assad.
Por otra parte, opositores sirios reunidos en Roma abogaron por una solución política, pidieron un alto el fuego y preconizaron una reconciliación nacional.
Ante esta escalada, Israel reforzó la seguridad a lo largo de su línea de armisticio con Siria y numerosos soldados fueron enviados al Golán, «oficialmente para realizar un entrenamiento».