Husmeando en el archivo de nuestro colaborador Javier Stagnaro, recuperamos un artículo publicado el 5 de Octubre de 1978 en la revista GENTE y la actualidad, donde uno de nuestros escritores de cabecera, el gran Ray Bradbury, responde a una entrevista, en la que se trata el tema Ovni y la posibilidad de vida en otros planetas. Una nota curiosa e interesante. He aquí, lo más sabroso del reportaje:
“Es fácil decir: es pueril. Pero lo pueril es creer que vendándose los ojos ante lo desconocido se suprime lo desconocido”
Victor Hugo (Contemplación Suprema)
Hablando de OVNI
-En los últimos meses han sido vistos en argentina una gran cantidad de OVNI, una especie de ola similar a la que hubo en Francia en 1954. ¿Usted tiene alguna teoría de estas apariciones masiva que ocurren en un país?
-No lo sé, aquí no se recibe mucha información sobre tales apariciones en otras partes del mundo, y aún cuando ocurren en Estados Unidos, es muy difícil conseguir información como para tener una opinión al respecto.
– ¿Cree que la mayoría de los testigos lo son de buena fe, o por el contrario, piensa que en estos momentos existe una suerte de psicosis colectiva al respecto?
-Solo se han recogido testimonios sobre esa clase de fenómenos por un periodo demasiado breve. De modo que es muy difícil decir si esas personas han visto OVNI. No creo que mientan ni que haya una psicosis masiva. Aquí el tema se trató hace ya unos 30 años cuando aparecieron los primeros libros.
Hasta el momento no hay ninguna prueba definitiva. Por ejemplo, fotografías. Las que existen pueden no ser verídicas. Es lo mismo que pasa con los accidentes. En los últimos 7 años han perdido la vida en accidentes automovilísticos 2 millones de personas, pero aún no se ha podido fotografiar ni un solo accidente. Ocurren tan rápidamente que es casi imposible hacerlo.
-En la Argentina han aparecido fotos de OVNI en los últimos meses…
-Dicen que son fotos… ¿pero quién las sacó? Yo les daría crédito si hubiesen sido tomadas por un piloto, o por un meteorólogo, que son capaces de distinguir entre un globo de aire y un OVNI. La idea de ser famoso es tentadora… yo puedo estar en el jardín de mi casa, tirar un objeto al aire, pedirle a mi hija que lo fotografíe y decir después que se trata de un OVNI.
“Soy un moralista”
-¿Cuál es el papel que usted cree tener, como escritor de ciencia ficción, con respecto a estos hechos: incrementar la imaginación de la gente y predisponerla a creer que han visto OVNI o ser un anticipador de la realidad como lo fue, por ejemplo, Julio Verne?
-Yo diría que el papel de Verne es el más importante. Y creo que ese papel es el mío. El gobierno francés me invitó a celebrar el centenario del nacimiento de Verne. El era un moralista constructivo y tecnócrata. Admiraba la nueva maquinaria que se creaba y sostenía que había que usarla. El capitán Nemo es un maestro de moral que odia las guerras y las maquinarias que se emplean para hacerlas. Verne envía a Nemo al mundo a suprimir esas maquinarias y a destruir las armas. Es como Cristo: elige caminar sobre el agua. Si logramos hoy quitar las armas de todos los países del mundo simultáneamente, tendríamos un mundo mejor. Esa era la meta de Nemo. Julio Verne fue el gran moralista de todos los escritores de cualquier tipo de ficción y lo que me entristece es que Nemo no haya logrado su fin. Hoy tenemos guerras hasta con las ballenas. Nuestros problemas ecológicos son muy graves. Hace unos años yo estaba viendo un documental sobre África y la caza de elefantes. Ver cómo los mataban me hiso sentir tan mal que me tuve que ir del cine. Es como ir a la catedral de San Pedro para dispara contra la cúpula y destruirla. Noi concibo que alguien pueda hacer algo así. Considero la destrucción como algo inhumano. Aparentemente me fui del tema. Pero no, está todo relacionado: Verne, la no destructividad, la caza de elefantes… si Julio Verne viviera sería Jacques Cousteau.
Los seres extraterrestres
-Volviendo al tema de los seres extraterrestre, ¿cree usted que provienen de civilizaciones superdesarrolladas?
-Si todos nos consideramos criaturas de Dios, no solo en este mundo sino en todos los mundos, y estos extraterrestres vienen de otros mundos, supuestamente creados por Dios, tendríamos que sentirnos orgullosos de pertenecer a un universo hecho por un mismo Dios y tan lleno de vida. Esto es lo que tiene de lindo el filme Encuentros cercanos del tercer tipo: la realidad de saber que el universo está totalmente fecundado y que seres de otros planetas nos visitan. Al final del filme uno se siente con ganas de ir a esos planetas desconocidos. Dado que nosotros, los terráqueos, estamos en tránsito –hemos llegado a la Luna y a Marte- no tendríamos que preocuparnos por la posibilidad que esos extraterrestres sean o no superiores a nosotros. Creo que en los próximos millones de años viajaremos millones y millones de kilómetros y visitaremos nuevos mundos y el nuestro se mantendrá intacto. Nosotros seremos el plato volador del futuro. En realidad ya lo somos.
-Concretamente, ¿usted cree o no en la posibilidad de otros mundos habitados?
-Absolutamente.
-¿Sin pruebas, como las que exige para pronunciarse sobre los OVNI?
-Sí, porque la prueba somos nosotros. El que nosotros estemos en este planeta demuestra que hay vida en otros lugares… No va a haber diez millones de planetas vacíos, ¿no es cierto? ¿Para qué serviría haber creado un mundo si nadie lo habita, si nadie lo puede ver?… Así que cualquiera sea el punto de vista o la razón que miren, la fuerza de Dios o de la vida, o como quiera llamarse a lo que hace funcionar el Universo, la religión mantiene una teoría y la ciencia otra. Pero si usted se fija en todas esas teorías se dará cuenta de que es incomprensible saber cómo llegamos acá. O si este milagro pasó o no acá. Pero no importa, acá estamos y podemos observar nuestro alrededor y pensar que tiene que haber millones y millones de seres de diferentes razas, tan o más peculiares que nosotros.
La ciencia y la religión
-Usted habla de creer, es decir, de aceptar el hecho de la vida extraterrestre sin pruebas, totalmente al margen de la ciencia. ¿Ese creer sin pruebas no coloca el tema en un terreno similar al religioso?
-Sí y de muchas maneras. Los científicos estarían totalmente en desacuerdo con lo que acabo de decir, porque me objetarían que nuestra existencia no prueba nada, pero no creo que negarían la posibilidad de vida en otros planetas. De ahí en adelante se entra en el terreno de la religión. Se trata en la teología. Cualquier lugar que nosotros no conocemos se convierte en asunto teológico. Por ejemplo, podemos inventar muchas reglas sobre la gravedad, sobre la energía solar, pero ni siquiera sabemos que es la luz. Tenemos teorías sobre ella, pero no sabemos concretamente qué es. Terminamos diciendo que es algo misterioso y nos volvemos a referir a Dios porque no importa cuántas investigaciones hagamos: nunca solucionaremos ciertos problemas. Y ahí es donde la religión se establece. Donde los científicos no pueden resolver los misterios.
-Lo fantástico ha entrado en nuestro mundo cotidiano y amenaza con sacudir nuestros esquemas tradicionales sobre ciencia, religión, filosofía. Una suerte de reedición de lo que pasó cuando el hombre debió admitir que la Tierra no es el centro del Universo. Si todo lo que hasta ahora creíamos no es cierto ¿por qué creemos en el futuro?
-Yo escribí una cantata hace 9 años que era parte de una larga poesía. El concepto de Cristo quizá cambie para muchos porque las criaturas de otros mundos serian diferentes. Si hubiera una civilización de arañas intelectuales que fueran capaces de tomar decisiones morales, esas arañas no serian, claro, seres humanos, pero se comportarían como tales. El deber de la humanidad es diferenciar lo bueno de lo malo. Los animales no tienen esa opción. Nosotros podemos pensar acciones y esa capacidad es la que demuestra que somos humanos. Si una nave espacial llega a la Tierra y sus tripulantes se parecen a arañas o a conejos pero tienen, por ejemplo, un dedo pulgar, y pueden asir cosas con él, ahí está la respuesta. Porque podrían empezar a construir herramientas, a cambiar el ambiente, y entretanto se irían haciendo humanos. En el camino que recorrimos nosotros. Entretanto aprendimos a defendernos de otras criaturas de este mundo y más tarde a matarlas… Si un ser de otro mundo nos invade, puede que sea horrible. Yo escribí mi primera película sobre este tema: Venido de otro mundo. Ahí explicaba que no se puede juzgar a nadie por la apariencia física sino por su conducta. Si salen de la nave y se comportan como el Papa Juan, tendremos suerte y no habrá por qué pensar en agredirlos. Nuestra civilización cambiará de acuerdo con la calidad moral de las criaturas que nos visitan. Si estas criaturas llegan después de billones de años y se convierten en perfectos cristianos diremos, aunque no nos parezcamos físicamente: “ojalá seamos como ellos”. Y para eso tendremos que controlar nuestras guerras; cosa nada fácil de lograr, porque nos gustan. Si no fuera así no existirían.
“Todo va a terminar bien”
-¿El tener que resignar el papel de centro del universo no será para el hombre un golpe duro?
-Eso es lo grande de los viajes interplanetarios. En lugar de sentirse tocado en su orgullo por el motivo que usted citó, tendrá la posibilidad de sentirse orgulloso por pertenecer a un universo lleno de vida y creado por un mismo Dios. Dios está en todos los posibles Adanes y puede tratarse de un Dios que evoluciona y nos da piedra libre para actuar junto con los seres de otros mundos. Puede ser que Dios nos diga: “Bueno, muchachos, yo no voy a estar siempre acá para ayudarlos. Tienen que actuar solo. Yo no les voy a decir que deben hacer, la elección la dejo a su criterio. Ustedes son responsables por la vida de todo el Universo”.
Nosotros no somos los únicos y tendríamos que apreciar esa situación y aprender a convivir, o que criaturas de otras órbitas vengan y nos den el ejemplo y nos digan “por Dios, terminen con las guerras y las agresiones”. Personalmente creo que vivir es tan lindo que no hay por qué arruinar ese hecho. Pero creo que en definitiva todo va a terminar bien. Aún es muy temprano y somos demasiado jóvenes.
-Cuando lanzaron los primeros cohetes espaciales usted dijo: “el hombre es realmente grande y a agarrado a Dios por el ruedo del sobretodo”. ¿Ahora, ante la cercana posibilidad de encontrar seres de inteligencia superior, repetiría esa frase?
-Por supuesto. No hay pruebas de que existan seres superiores a nosotros alrededor del mundo. Aún somos nosotros los superiores. En todo el mundo hay editores que esperan ansiosamente de que aparezcan pruebas de la existencia de tales seres para enriquecerse. Cualquier catástrofe se convierte en best seller y sino, basta con pensar en los uruguayos que se perdieron en la cordillera.
“Si nos quedamos en la Tierra morimos”
-Aun a título de hipótesis, ¿le molesta suponer que existan seres superiores a nosotros?
-Si fueran superiores hubieran aterrizado hace ya mucho tiempo y nos hubieran dicho, ”Hola, acá estamos.” ¿Para qué se esconderían?
-¿Cree que la existencia de otros mundos habitados alterará la idea de Dios y los conceptos religiosos?
-Yo escribí mucho sobre el concepto de Cristo en otros mundos. No va a ser el mismo que el de nuestro Cristo. El Cristo africano es distinto al asiático. En México la virgen es morena y en África, negra. Si hay cambios en el mundo, cambiará la imagen de Cristo.
-Bradbury, usted se refiere a la imagen, yo me refería al concepto, a la idea de Cristo. Es decir, al fondo, no a la forma. Además, para extender la religión tal como la conocemos hay que suponer que esos seres son similares a nosotros.
-Para construir una nave espacial tendrían que ser como nosotros. Matemáticos, físicos… Además, en muchos sentidos, todas las religiones son iguales. Son religiones del Sol. Cristo es el Dios del Sol y está en relación con Ra y los dioses persas. Por eso hay varios conceptos distintos de Cristo. En cualquier país, en cualquier planeta, en cualquier idioma, el Dios es salido de Sol. De modo que si esos seres tienen una religión tiene que ser solar.
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