Archivo por días: noviembre 1, 2013
hallowen el origen
Emilio Carrillo oct 2013. Economia de los dones y los talentos
El arte de estar en silencio
Se aconseja escuchar el video mientras se lee
Cuando hables procura que tus palabras sean mejores que el silencio dice un proverbio hindú.
Hacemos un mal uso de las palabras y muchas veces hablamos por hablar. Usamos palabras para llenar los vacíos que nos producen angustia, y nos mueven una sensación de soledad que nos aterra. Pensamos que no hablar es hacer silencio, pero tampoco.Tenemos mucho ruido interno, que impide que hagamos silencio para evitar el contacto con nosotros mismos. Este ruido interno es nuestra voz interior que nos juzga constantemente. ¿Qué pasa si hacemos SILENCIO en mayúsculas?¿ Por qué nos da tanto miedo y para qué sirve? Sigue leyendo…..
El miedo al silencio
Hay personas que ponen la tele, para no estar en silencio, y dicen que les hace compañia mientras hacen cosas. Otras personas llenan los huecos de silencio con palabras vacías para no sentirlo. El mal uso de las palabras hacen que pierdan valor. Cuando hablamos por hablar, sin querer decir nada, estamos huyendo de nuestro interior. A la mayoría nos incomóda, sentir ese silencio interno, y por tanto, el silencio externo aún nos molesta más.
Seguro que has experimentado alguna vez, algún silencio en grupo, y alguien para romperlo dice: ¡Ha pasado un ángel!. Hay muchas maneras que usamos cotidianamente para evitar estar en silencio. ( risa nerviosa, tics, toser, dibujar, movernos excesivamente etc). El miedo a estar en silencio, es el miedo a estar en contacto con nosotros mismos, con nuestra esencia, con lo que de verdad sentimos, necesitamos y anhelamos.
El ruido interior que no nos deja escuchar
Estar callado, no es estar en silencio. De hecho, ,muchas veces estamos callados, y hay mucho ruido exterior ( música, conversaciones, ruidos de la calle, tv, etc) que nos deja escuchar nuestro silencio interior. Pero, si por fin conseguimos, encontrar un momento para estar en ausencia de ruido externo….¡SOPRESA! Nos encontramos con nuestro ruido interno. Esas voces internas, que juzgan cada movimiento que hacemos, nuestros pensamientos. Éstos no son fáciles de silenciar, de hecho, normalmente, nuestro juez interno, nos da órdenes, o emite opiniones de todo lo que hacemos, decimos o sentimos.
Es un disco rallado, que la mayoría de veces no tiene un stop, y nos acompaña hasta el momento de ir a dormir. Normalmente, son diferentes voces, que se pelean entre ellas, una dice por ejemplo: – ¡cinco minutos más! la otra dice: – ¡levántate ya que llegas tarde! Una se pone autoritaria, y la otra es más benevolente. El caso es que, el ruido interior, nos impide, escuchar nuestro verdadero silencio. Hemos de aprender a no hacer mucho caso a nuestros pensamientos, y en concreto a nuestro ruido interno.
El silencio que nos da tranquilidad
El silencio que nos da fuerza permite que recarguemos pilas, y permite llenarnos de tranquilidad y serenidad. No todos los silencios nos transmiten paz, existe el silencio, del bloqueo, de no saber que decir, de la incomprensión, de no atreverse a decir algo etc. No todos los silencios nos energetízan. Ahora, si somos capaces de trabajar nuestro silencio exterior ( éste es normalmente el más fácil) luego podremos trabajar el interior.
Nuestro bienestar, depende directamente de poder estar tranquilos y en armonia con nosotros mismos.Hay momentos en la vida en que necesitamos estar completamente en silencio, y escucharlo de verdad. La comunicación verdadera que tiene sentido para nosotros, muchas veces se da después de un sliencio reflexivo.
Las decisiones importantes se toman mejor después de un silencio profundo para escucharnos profundamente. No podemos conseguir este silencio, ausente de ruido interno, sin trabajo personal. Es un camino interior que podemos explorar para sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás.
Adriana Reyes
Con la palabra, el hombre supera a los animales, pero con el silencio se supera a sí mismo.
Paul Masson
SILENCIO, RESPIRACION, APERTURA DEL CORAZÓN- Paul Ferrini
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http://www.youtube.com/watch?v=sLAlX9yVwB0#t=296
Tú eres el que aprendes a respirar en el cuerpo y a elevarte por encima del dolor de los conflictos autogenerados.
El silencio es la esencia del corazón. No puedes estar en el corazón a menos que te perdones a ti mismo y perdones a los demás. No puedes estar en tu corazón si te sientes preocupado o enfadado. No puedes estar en el corazón si tu respiración es superficial o forzada.
Cuando la respiración es superficial, el pensamiento es superficial. Si quieres vivir una vida espiritual, pon conciencia en tu respiración. Sé consciente de las ocasiones en las que inspiras superficialmente y lleva conciencia a tus pensamientos. Verás que tu mente está parloteando. Ninguno de esos pensamientos tiene profundidad ni significado. Si te relajas y respiras profundo, esos pensamientos se alejarán volando como pájaros sorprendidos. Y entonces estarás en el corazón.
Cuando tu respiración es forzada, el pensamiento está siendo impulsado por el miedo y la ansiedad. Tus estados mentales tienen su raíz en el pasado o en el futuro. Es posible que te enfoques en lo que hacen otros y en cómo te puedes adaptar a ellos o protegerte de sus acciones. Estás construyendo una fortaleza de pensamientos alrededor de tu corazón. Toma una respiración profunda y relájate. Ahora toma otra. Respira y vuelve al corazón. Respira y vuelve a tu Ser esencial.
A menos que retornes al corazón, no podrás mirar con compasión. Y quien no mira con compasión no ve con precisión. Todo lo que percibe es un montaje, una exageración que sólo alimenta su aburrimiento o su ansiedad.
La respiración es clave para vivir una vida espiritual cuando estás encarnado en un cuerpo físico. Cuando el cuerpo muere, la respiración lo abandona. ¿Adónde va?
La mayoría de vosotros creéis que el cuerpo genera la respiración. En realidad, ocurre al revés. Es la respiración la que produce el cuerpo. Cuando la respiración se va, el cuerpo deja de funcionar. Se desintegra en la nada porque, sin el aliento del Espíritu, el cuerpo no es nada.
Si quieres vivir una vida espiritual, respira lenta y profundamente. Lleva el aire a lo profundo de tu abdomen y suéltalo completamente. Cuanto más aire lleves a tu cuerpo, más ligero te sentirás y más fácil te será cumplir tus responsabilidades. Quien respira profundo no se siente atemorizado ni abrumado por lo que la vida le presenta, porque dispone de energía para afrontar todas las circunstancias. Solo quien respira superficial e irregularmente se siente sin energía y se deja intimidar por los retos de la vida.
A menos que respires profundo y en calma, no podrás estar en tu corazón. Si no sabes de qué estoy hablando, deja a un lado este libro y empieza a respirar hacia el abdomen, contando hasta cinco en la inspiración y volviendo a contar hasta cinco en la espiración. Respira así durante cinco minutos, extendiendo progresivamente la cuenta hasta siete, ocho o nueve. No fuerces. Sólo expándete gradualmente, en la medida que lo permitan tus pulmones.
Ahora estás en tu corazón. Date cuenta de que estás relajado y, sin embargo, muy alerta. Tu conciencia se extiende a todas las células de tu cuerpo. Te sientes contento de estar donde estás. En este momento habitas plenamente tu cuerpo. Sientes energía y calidez. Te sientes seguro. Tus pensamientos se han ralentizado. Ya no te enfocas en los “debería” y en los “qué pasaría si” de tu vida. La tensión y la ansiedad están ausentes. El pasado y el futuro están recesivos en tu conciencia. Tu pensamiento es digno y está centrado. Puedes observar tus pensamientos porque hay menos y están más distanciados. Ahora lleva tu conciencia hacia tu corazón mientras continúas respirando delicada y profundamente hacia tu abdomen.
¿Puedes sentir la presencia de la comprensión y de la compasión en tu centro corazón? ¿Puedes ver que te aceptas delicadamente a ti mismo y que aceptas a los demás? ¿Puedes sentir el amor que habita en tu corazón y se extiende libremente a otros?
Ahora estás en tu corazón. Ahora estás en el silencio del que surge todo sonido.Como una barca en el mar, sientes las olas moverse por debajo de ti. Tú te mueves con las olas y, sin embargo, sabes que no eres las olas. Los pensamientos vienen y van y, sin embargo, sabes que no eres los pensamientos. Algunos de ellos te impulsan más lejos que otros y, no obstante, puedes volver a tu centro. Como una gran ola, un pensamiento concreto puede estar cargado de emoción y, sin embargo, si te quedas donde estás, la emoción se disipará. Ahora sabes que puedes habitar en el flujo y reflujo de la marea, saliendo y entrando, sintiendo la contracción y la expansión del pensamiento.
Debajo de la mente pensante hay una conciencia pura y sin juicio. En cuanto descubres dicha conciencia, el corazón se abre y puedes dar y recibir sin esfuerzo.
Observar el silencio y respirar delicada y profundamente es la manera más fácil de abrir el corazón.
También puedes abrirlo a través de la danza sagrada y de los movimientos que incorporan la respiración y fomentan la gratitud y la presencia en el momento. El método que uses para entrar en el corazón sólo es una herramienta. No hagas que sea importante. Lo importante es que encuentres un modo de acceder al aspecto más profundo de tu Ser, que está en paz.
No hay ningún ser humano que sea incapaz de alcanzar este estado de conciencia abierta y de compasión. No obstante, muy poca gente sabe que esta capacidad de estar en paz existe en ellos. La mayoría de los seres humanos viven una vida estresada, esforzándose por hacer que todo encaje. Sus mentes están consumidas por el pensamiento, la planificación y la preocupación. Sus cuerpos están constantemente en el reflejo de lucha o huida, lo que debilita el sistema inmunitario y crea las condiciones en las que la enfermedad puede arraigarse.
Pocos seres humanos se responsabilizan directamente de su bienestar físico y emocional. No puede sorprendernos que, los que no lo hacen, no tengan una perspectiva espiritual de la vida. Cuando las personas no cuidan de sí mismas, culpan de sus problemas a los demás. Se sienten víctimas. Se sienten atrapados en sus trabajos, en sus relaciones, en el lugar físico donde habitan, en sus roles y en sus responsabilidades. Parece que viven dentro de una olla a presión. Entonces, o bien se quedan en su situación externa, sintiéndose víctimas resentidas; o bien abandonan la situación en un momento inadecuado, antes de que esté resuelta, dejando tras de sí una estela de corazones rotos.
Si algo de esto te suena familiar es porque conoces muy bien lo fácil que es quedarse atrapado en las luchas de la existencia. Tu vida se ha acelerado —estás más ocupado que nunca—, pero, ¿con qué fin?
El dinero y las posesiones no pueden comprar tu paz. Tu nombre, fama y estatus social no pueden darte la felicidad. Sé honesto contigo mismo. ¿Te sientes bien contigo y con las personas más cercanas? ¿Te sientes optimista con respecto a la vida? ¿Tienes ganas de vivir el nuevo día? Si no es así, estás viviendo una vida vacía de alimento espiritual, una vida que ha perdido su enraizamiento en la respiración, el cuerpo y la tierra.
Acelerar la vida no la hace mejor. Viajar por el planeta en coche y en avión no genera relaciones más íntimas. Muchos de vosotros sentís que vuestras vidas se están acelerando, pero no os dais cuenta de que sois vosotros los que llenáis el depósito de la gasolina. Supongo que os resulta más fácil creer que el planeta será destruido por terremotos e inundaciones que haceros responsables del expolio que está sufriendo por vuestra propia ansiedad, aburrimiento y descuido.
¿No veis que la Tierra simplemente os refleja de vuelta la cualidad de vuestra conciencia? Su contaminación no es otra cosa que la contaminación de vuestro corazón-mente. Cuanto más os alejáis de vosotros mismos, más abusáis de la Tierra y unos de otros. Cuanto más os olvidáis de respirar, más insano es el aire y más conflictos interpersonales surgen. Si continuáis olvidándoos de respirar, el planeta está condenado.
Respira profundo durante un día y mira qué pasa. Después, inténtalo otro día. Con el tiempo, si te comprometes con esta práctica, todo lo artificial de tu vida empezará a caerse. Quizá te sorprenda todo lo que empieza a desprenderse de tu vida.
Considera esto: ¿Tienes un trabajo seguro? La respuesta es no, si vas a él con una sensación de sacrificio. ¿Y qué hay de tu matrimonio?
¿Estás con tu pareja por deber o por amor? ¿Y qué hay de tus valores y creencias religiosas? ¿Son seguras? ¿O han surgido de la culpabilidad y del miedo? Si es así, no soportarán el flujo y reflujo de la respiración bajando hasta el vientre y saliendo por la boca, la nariz y la piel.
¿Quieres desintoxicarte verdaderamente? ¿Quieres ralentizarte realmente? ¿Estás dispuesto a soltar el exceso de estímulos?
Buscar la paz significa que, de momento, debes soltar los falsos estímulos de tu vida. Cualquier cosa trivial o demasiado elaborada te aleja de la esencia de tu Ser.
¿Puedes vivir sin sobreestimularte? ¿Puedes ralentizarte, respirar y vivir el momento? Tal vez no sea tan difícil como crees. Como sólo puedes empezar ahora, no en el pasado o en el futuro, se trata de un reto simple. Pruébalo ahora mismo. Mantente en el presente y respira durante unos minutos. Cuanto más lo hagas, más fácil será. Esta práctica tomará fuerza, como un arroyo que desciende por la montaña llevándose consigo todo lo que bloquea su camino.
Cuando te comprometes con la práctica del silencio, tu relación con la totalidad del universo cambia. Ya no hay diferencia entre dentro y fuera. La Tierra y el Cielo se encuentran allí donde tu corazón y tu mente se juntan en dicha silenciosa.
Sólo tu miedo hace que sigas resistiéndote a la vida. Supera el miedo respirando y la resistencia se disuelve. Ahora estás fluyendo con la corriente de la vida y así ella puede apoyarte.
Todos los pueblos indígenas que han vivido en el planeta saben lo que te estoy enseñando. Y en algún lugar, en lo profundo del corazón, tú también lo sabes. En una ocasión, antes de que tu ego intentara apropiarse del viaje, fuiste el paciente capitán de tu propia nave, yendo hacia tu destino intuido pero desconocido. Y ahora es lo mismo, aunque creas que debes esforzarte por tomar el mando.
Respira y, con el tiempo, el río de la vida te encontrará y te adoptará. Entonces serás su portavoz y confidente; serás el que escucha y el que dice la verdad; el que sirve sin ahorrar esfuerzo y ama sin pedir nada a cambio.
Harás todo esto porque el Mesías ha venido y el Mesías eres tú. Tú eres el que aprendes a respirar y te elevas por encima del dolor de los conflictos autocreados.
Tú eres el esperado, querido hermano o hermana. Sólo tú.
Paul Ferrini, de su libro EL SILENCIO DEL CORAZÓN
domi Si algo te da miedo, dilo en voz alta
Expresar de forma sincera las emociones reduce el miedo según acaba de demostrar un estudio de la Universidad de California (EE UU) que publica la revista Psychological Science.
Según los autores, ponerle nombre a las emociones en el momento en que nos enfrentamos a un temor puede hacerlo desaparecer. En sus experimentos, Michelle Craske y sus colegas trabajaron con sujetos que sufrían cierto temor a las arañas y estudiaron su reacción ante el contacto con una tarántula viva. Algunos pronunciaron en voz alta expresiones como ?siento ansiedad y miedo por esta fea y terrorífica araña?, mientras que a otros se les pidió que suavizaran sus emociones con frases como ?esa araña no me puede hacer nada y no me da miedo?. Transcurrida una semana, los participantes volvieron a enfrentarse al animal y se les solicitó que intentaran tocarlo con un dedo mientras se medía su respuesta fisiológica, en especial cómo les sudaban las manos. Aquellos que la primera vez habían expresado sus emociones de miedo tal y como las sentían lograron acercarse más a la tarántula, e incluso tocarla, y sufrieron menos ansiedad que el resto.
Aunque aún no entienden a qué se debe este fenómeno, los investigadores aseguran que admitir en voz alta el miedo y expresar las emociones puede ayudarnos a cambiarlas o, al menos, suavizarlas. Analizando las palabras exactas que usaron los individuos para describir su experiencia comprobaron que los que más rápido habían reducido su miedo era los que usaron más palabras negativaspara describir al arácnido. Según Craske, este es el primer estudio que demuestra que “el etiquetado emocional del miedo y la ansiedad en un escenario real tiene efectos positivos”. Los investigadores analizarán ahora cómo esta estrategia podría ayudar a las personas que han sufrido un trauma, por ejemplo las víctimas de un rapto o de la violencia doméstica.
http://www.muyinteresante.es/salud/articulo/si-algo-te-da-miedo-dilo-en-voz-alta
El Mito de Bon
por Come Carpentier de Gourdon
Junio de 2011
del sitio Web ExopoliticsJournal
traducción de Adela Kaufma
http://veritas-boss.blogspot.com.es/2013/10/el-mito-de-bon-1.html
El Mito de Bon
por Come Carpentier de Gourdon
Junio de 2011
del sitio Web ExopoliticsJournal
traducción de Adela Kaufma
http://veritas-boss.blogspot.com.es/2013/10/el-mito-de-bon-1.html
¿Dios Existe?
LA VERDAD DE LA EDUCACIÓN: EL MUNDO SEGÚN LA LOMCE
Los Héroes Blancos Precolombinos
por Jacques de Mahieu
http://veritas-boss.blogspot.com.es/2013/10/los-heroes-blancos-precolombinos.html
domi El perro más pequeño del mundo, una chihuahua de Puerto Rico
Miracle Milly es más baja que una lata de sopa, con apenas 9,6 centímetros (3,8 pulgadas) de estatura, medida desde la columna hasta la pata.
Tiene casi dos años de edad y saca a menudo su diminuta lengua.
Milly destronó a Boo Boo, un chihuahua de Kentucky que mide 10,16 centímetros (4 pulgadas).
Guinness tiene además una segunda categoría de menor perro del mundo, en cuanto a longitud. Ese título corresponde a Heaven Sent Brandy, una chihuahua en Cayo Largo, Florida, que mide 15,24 centímetros (6 pulgadas).
domi Científicos buscan la materia oscura en una mina a 1.400 metros de profundidad
La materia oscura, todo un misterio
El experimento LUX no encuentra sus señales en sus primeros 90 días de existencia y se da un nuevo plazo de 300 días
Madrid. (Europa Press).- El experimento de detección de materia oscura Large Underground Xenon (LUX) aún no ha encontrado señales que demuestren su existencia durante los 90 días que lleva en funcionamiento en una mina a 1.400 metros de profundidad.
“No hemos encontrado ningún evento compatible con cualquier materiaoscura”, ha señalado uno de los responsables de este proyecto, Rick Gaitskell, durante la rueda de prensa concedida este miércoles en el Laboratorio Subterráneo Sanford (Estados Unidos).
A pesar de ello, los responsables de LUX se han mostrado muy optimistas para el futuro del experimento y han destacado que este detector es “el más sensible del mundo” y han asegurado que habrá resultados en los próximos años.
Los físicos saben por observaciones astronómicas que el 85% de la materia del Universo es oscura y solo se da a conocer a través de su atracción gravitatoria sobre la materia convencional.
Algunos piensan que también puede participar en las colisiones débiles pero detectables con la materia ordinaria. En este sentido, varios experimentos de detección directa han hablado de las partículas conocidas como WIMPs (partículas masivas de interacción débil) como posibles candidatas.
Ahora, Gaitskell dice que LUX no ha hallado WIMPS de baja masa, que serían las compatibles con estas teorías. A su juicio, los avistamientos anteriores acerca de esta partícula podrían ser “probablemente el resultado de la radiación de fondo y no de la materiaoscura”.
Del mismo modo, ha señalado que lo que se ha hecho en los tres primeros meses de vida de LUX es “comprobar lo bien que está funcionando el detector” y ha señalado que el equipo está “muy contento con lo que está viendo”.
“Esta primera carrera demuestra una sensibilidad que es mejor que cualquier experimento anterior en busca de detectar directamente partículas de materiaoscura”, ha insistido.
Tras esta ejecución inicial completa, el equipo de LUX hará algunos ajustes para mejorar aún más la sensibilidad del dispositivo a la espera de, en un nuevo plazo de 300 días, los investigadores puedan detectar la materiaoscura definitivamente, “o descartar una vasta franja del espacio de parámetros en los que se podría encontrar”.
LUX está formado por un conjunto de tubos fotomultiplicadores que capturan destellos de luz emitida cuando las partículas de materiaoscura colisionan con xenon.
Concretamente, contiene 122 tubos detectores de líquidos y, según han explicado los expertos, son mucho más sensibles que el sistema rival más cercano en la búsqueda de materiaoscura.
domi El perdón de un crimen imperdonable
Luis Carrasco, el asesino del exgobernador Juan María Jáuregui, narra por primera vez su encuentro con la viuda de una víctima directa de ETA
Maixabel Lasa, con una foto de ella y su marido cuando tenían 16 años.
“Aquella mañana me disponía a pedir perdón por un crimen imperdonable”.
Luis María Carrasco Asenguinolaza trató de matar a Juan María Jáuregi, ex gobernador civil socialista de Gipuzkoa, en un bar de Tolosa, pero no pudo hacerlo porque había unos conocidos cerca de la víctima elegida. No conocía a su víctima. No tenía que conocerla. Su cometido como miembro de ETA era ejecutar órdenes; en este caso, ejecutar personas. Volvió a localizar a su víctima unos días después, en la cafetería del frontón de Tolosa. Esta vez no había obstáculos. Jáuregui recibió dos disparos por la espalda mientras su mujer, Maixabel Lasa, le esperaba en casa para comer. Aquel 29 de julio del año 2000 Carrasco se convirtió en asesino y Maixabel Lasa en viuda. Carrasco y Maixabel se vieron las caras casi 11 años después.
Carrasco fue condenado a 39 años de cárcel por la Audiencia Nacional en el año 2004, junto a los otros dos asesinos que acabaron con la vida de Jáuregui. Años después participó en el programa piloto de“encuentros restaurativos” entre víctimas y presos de ETA que puso en marcha el Gobierno vasco en 2010, presidido entonces por el socialista Patxi López. En aquel momento, Maixabel Lasa ya era la directora general de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo. El destino quiso que uno de los primeros presos que solicitó conocer a su víctima fuera uno de los asesinos de su marido. Maixabel aceptó el encuentro. Fue la primera cita entre un terrorista y su víctima.
Luis Carrasco ha escrito ahora sus razones para acudir a ese envite. Lo ha hecho en el libro Los ojos del otro,que ha publicado estos días la editorial Salterrae, firmado por Esther Pascual Rodríguez, la coordinadora de los 14 encuentros realizados hasta que el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy paró ese programa.
Carrasco justifica su participación en que ya había iniciado su trayectoria de “depuración ética”. Y razona: “Para mí era vital escucharla. Poder estar con el familiar de la víctima del atentado en el que yo participé directamente (…), tener ocasión de escuchar sus impresiones y sus testimonios me permitió reevaluar racionalmente numerosas cuestiones de carácter ético y emocional y acercarme a una realidad largamente eludida, que siempre estuvo ahí, de la que durante tanto tiempo logré escapar e igualmente me esforcé por no ver (…) el encuentro con esas personas fue aleccionador y decisivo en mi particular proceso de transformación personal; representó un hito, un antes y un después”.
El encuentro tuvo lugar un jueves, 26 de mayo de 2011, en una pequeña sala de la cárcel de Nanclares de Oca (Álava), pionera en estas medidas. La mediadora profesional les presentó. Se dieron la mano y se miraron a los ojos. “Me fijaba mucho en sus gestos, en la cara”, recordó en mayo pasado Maixabel Lasa a EL PAÍS. “Él parecía estar mucho más nervioso que yo. Creo que es lógico porque yo no había hecho nada malo. Yo iba a ver a la persona que más daño me había hecho en la vida, pero estaba tranquila”.
Carrasco lo rememora de otra manera: “La persona que iba a conducir el encuentro me confirmó la disposición del familiar para reunirse conmigo. Se despejaba el temor que me había embargado hasta ese momento, que ella finalmente no quisiera, una decisión sin duda frustrante para mí, pero que si se hubiera producido yo la habría entendido (…) El encuentro, finalmente, se produjo y fue (he de admitirlo) muy complicado emocionalmente (…) Lo afronté con miedo y dudas: no estaba seguro de cómo conseguiría enfrentarme a aquella situación”.
La viuda del exgobernador confesó más tarde que había ido a la cita “porque sabía que era una persona que había hecho autocrítica, que desaprobaba lo que había hecho y que lo condenaba. Sabía que no iba a tener beneficios penitenciarios; que no iba a conseguir nada material”.
Carrasco lo explica a su modo: “Acudí con un solo objetivo: pedirle a ella y a todos los que tanto habían sufrido por mi culpa, perdón. Perdón por ser el causante de una gran injusticia, por ser el culpable del asesinato de su marido, el culpable de su sufrimiento, el culpable de haber destruido su proyecto de vida en común y sus sueños compartidos, el culpable de haber impedido que disfrutaran juntos de todos los momentos felices que les tenía reservado el futuro, el culpable de haberles despojado de miles de posibilidades que jamás se habrían de concretar, el culpable de haber acabado con todo lo que hubiera podido ser su vida y ya nunca sería”.
La viuda no conocía al asesino de su marido. No había podido ver su cara durante el juicio. No tenía una imagen de su aspecto físico. No quiso ver su foto. La víctima reflexionó sobre sus inquietudes ante el encuentro: “Le pregunté si conocía a Juan Mari, si sabía quién era y por qué lo había matado. Me dijo que no le conocía, que le había llegado una orden y la había ejecutado. No sabía nada sobre él ni sobre su trayectoria. No sabía que había estado en la cárcel, ni que había formado parte de ETA, ni que había sido miembro del Partido Comunista, ni que había declarado contra el general Galindo en el caso Lasa y Zabala. Ni que teníamos una hija. Realmente, no sabía nada de nada. Ni personal ni profesional”.
El terrorista la esperaba de otra manera: “En pocos minutos, ella aparecería, se sentaría frente a mí. Y yo habría de afrontar su presencia desde mi vergüenza y mi arrepentimiento, y consciente de la trágica posición en que me había situado el devenir de mi propia trayectoria personal, empeñada muchos años atrás en un desatinado transitar hacia ninguna parte, consagrada al servicio de un terco y necio delirio de sinsentidos que, mientras duró, solo consiguió sembrar odio y dolor”.
Un detalle impresionó a Maixabel Lasa: “El preso me dijo que no sentía nada bueno en él”.
Esa declaración formó parte del proceso de maduración del terrorista: “Años de reflexión y de introspección hasta convertirme en la persona que ahora soy. Hasta redefinirme y abandonar la lógica fanática y sectaria en la que una vez me hallé ciegamente inmerso y abominar de todo aquello que quería dejar de ser y que deseaba no haber sido nunca. Años ásperos, duros, de discontinua pero tenaz evolución hasta depurar e instalar en mi fuero interno el sentimiento de culpa, de arrepentimiento, la necesidad de pedir perdón”.
Y el preso le pidió perdón por un crimen imperdonable. Y la viuda se lo agradeció, le dio un abrazo y le dijo que no le importaría volver a verlo.