Para todas las funciones que realizamos en esta vida existen distintos niveles de consecución, de realización o de perfeccionamiento, obviar esto es una necedad, pensar que todos tenemos la mismas capacidades artísticas y seremos capaces de igualar a un genio de la pintura cuando decimos pintar un cuadro o que seremos capaces de cultivar nuestra voz hasta alcanzar los niveles del mejor barítono o que tras una preparación adecuada obtendremos cualidades suficientes como para crear una composición musical que todos habrán de admirar, es simplemente cerrar los ojos a una realidad y querer vivir en un mundo irreal acorde a nuestras fantasías.
Esto que acabo de escribir es algo tan obvio que no debería ser necesario, sin embargo lo plasmo para hacer aún más patente el error de aquellos compañeros radiestesistas que opinan que esta disciplina es una percepción que todos portamos y que cultivando con la práctica todos llegaremos a desarrollar en unos niveles similares.
No resulta sencillo trabajar con algo tan ambiguo y alejado del plano físico, como es el subconsciente, cuando nos alejamos de esa delgada línea que separa lo real de lo irreal y lo tangible de lo intangible, se hace necesario tener fe en lo que hacemos, pero hay que analizar los resultados fríamente para poder discernir cuales hay que desechar, siempre he dicho que el mayor enemigo de la Radiestesia es el propio radiestesista al justificar los propios errores en las respuestas que obtiene, recreándose en el acierto y justificando los fallos, él y no otro, es el primer perjudicado por esta acción.
Pensamos erróneamente que todas las respuestas que obtenemos a través de un péndulo o unas varillas nos llegan a través de esta percepción o nivel mental que conocemos como Radiestesia y yo particularmente pienso que no es así, imagino al hemisferio derecho de nuestro cerebro, la mente no consciente, como un enorme pasillo de puertas cerradas al conocimiento, a la percepción, puertas que por razones desconocidas se abren en algún momento de la vida de ciertas personas y que si consiguen ser conscientes de ese cambio y canalizarlo correctamente avanzan en un campo determinado que suele estar vetado a otras personas, así pues, considero que muchas de las respuestas que se obtienen a través de un péndulo, que es una simple herramienta en nuestras manos movida por nuestra mente, no se encuentran detrás de esa puerta en la que cuelga el cartel “Radiestesia” por eso habrá respuestas a las que llegue alguien con un péndulo que otro no conseguirá aunque sea un buen radiestesista, simplemente porque son respuestas que se encuentran en otro nivel, tras otra puerta a la que no tiene acceso ¿será por eso peor radiestesista? en absoluto, tan solo hay que saber ser consciente de cuales son las respuestas a las que tenemos acceso y cuales son aquellas que no están a nuestro alcance, esto cuesta descubrirlo.
La Radiestesia debería englobar solo a aquella parte de la percepción que poseemos para detectar las energías y las radiaciones, pienso que tal vez la energía sea una radiación y esté hablando de una sola percepción, el resto de las respuestas que obtenemos a través de instrumentos comunes, como el péndulo, tal vez escapen a ese nivel radiestésico y es por ello que habrá personas que no consigan resultados positivos (concordantes y repetitivos) en ellos. Creo sinceramente que cuando utilizo el péndulo para medir el nivel radiestésico de una persona, no estoy utilizando la Radiestesia sino otro nivel distinto de percepción, ni mejor ni peor, distinto, pero esto es algo tan sutil que entiendo no merece la pena discutir, cada cual es libre de pensar como quiera y sacar sus propias conclusiones, yo, tan solo aporto mis experiencias por si a alguien que empieza a percibir le resulta de ayuda y le facilita un poco el camino, que sin duda es largo y no carente de dificultades.
Para medir el nivel radiestésico no creo que sea la percepción radiestésica la que nos marque las respuestas, aunque sea el péndulo el que nos indique las mismas. Resulta muy difícil medir algo tan intangible como una percepción ¿cual es el grado de la misma? ¿quien nos puede aportar esa respuesta? ¿que patrones son necesarios para conseguir una respuesta adecuada por parte del inconsciente? estas y otras preguntas son las mismas que yo me formulaba, decidí intentarlo grabando en mi mente un patrón que sirviese como muestra para acometer esta tarea, un patrón tan intangible como la respuesta que esperaba alcanzar, concedí para ello un valor radiestésico a una persona, en este caso elegí al radiestesista más conocido en España, el padre Pilón, le asigné un valor a su nivel radiestésico, en este caso le asigné un hipotético 100%, codifiqué mi mente grabando este patrón, a partir de ahí si conseguía una respuesta acertada mi mente habría de comparar el nivel radiestésico de una persona con el patrón, ese hipotético 100% del radiestesista José María Pilón. Conseguí respuestas, demasiadas preguntas, muchas respuestas y muchas comprobaciones. Saqué de todo ello mis propias conclusiones, según las cuales esta es una percepción con la que todos nacemos, los bebés son capaces de detectar las geopatías, por apartarse de ellas adoptan extrañas posturas en sus cunas o camas, pero al final sucumben, acaban acostumbrándose a ellas, esta percepción se va debilitando y en algunos casos al alcanzar la madurez es tan baja que ni siquiera se obtienen respuestas involuntarias del péndulo o varillas, he situado este nivel entre el 0 y el 29% en mi escala, a partir del 30% se obtienen respuestas de los instrumentos. He de aclarar que esta escala es propia y que no servirá para otra persona que no utilice los mismos patrones y que además esté capacitada para usarla.
Ese nivel que portamos, permanece latente en nuestro inconsciente, habrá que ejercitarlo mucho para recuperarlo o incluso superarlo, creo que la mejor edad para iniciarse en esta percepción sería pasada la infancia, en la pubertad, antes de alcanzar la madurez. He de indicar que una persona con un bajo nivel radiestésico que no consiga movimientos, puede llegar a superar ese bajo porcentaje y conseguir respuestas con mucho tesón y práctica, pero lo normal es que se aburran con los fracasos y no lo consigan. Imaginaba que mi escala terminaría en el 100%, que no encontraría a nadie que superase este tope imaginario, pero no fue así, encontré personas que lo superaban, tal vez mi error fue asignar ese alto nivel para crear un patrón, sin embargo no he querido cambiarlo y sigo utilizando la misma escala. Comencé a testar el nivel radiestésico de muchas personas, radiestesistas profesionales y otros que no lo eran, así conseguí encontrar a una persona que arrojaba un valor de un 200% en mi escala y decidí fijar en ella el nuevo techo de al misma, que yo sepa esta persona no ejerce la radiestesia, o puede que si, en realidad no lo se, es un mentalista y no es español, no he encontrado de momento a nadie que supere ese tramo. Para probar el valor de esta escala decidí hacer algo muy arriesgado, algo que tal vez otros jamás habrían intentado, en una charla donde asistían unas 20 personas desconocidas quise comprobarlo y pregunté a mi inconsciente por la persona del grupo con el nivel radiestésico más alto y por la que tuviese el nivel radiestésico más bajo, el péndulo me marcó a esas dos personas, ninguna de ellas había cogido nunca antes unas varillas, los situé a ambos sobre una línea Hartmann, repitieron conmigo una codificación mental para poder detectar dicha geopatía y la persona que tenía el nivel más alto, creo recordar que un 50% aprox. ante su propio asombro vio como las varillas se cruzaban solas al pasar sobre dicha línea, la otra persona portaba según mi escala un nivel del 10% lo intentó varias veces sin conseguirlo, las varillas no se movían cuando preguntaba por la línea Hartmann y pasaba sobre ella, la codificación fue idéntica para ambos. No he vuelto a repetir esta prueba en los mismos términos, pero si con personas que nunca antes lo habían intentado, a las que he dicho que tenían nivel suficiente como para obtener respuestas y tras una codificación lo han conseguido y a otras a las que he dicho que no lo conseguirían por tener un nivel radiestésico bajo y de momento no me he equivocado, aunque nunca descarto el error, hablar de percepción es deslizarse por un delgado alambre que se apoya en muchas variantes, estado anímico, cansancio físico, estrés, etc., el inconsciente no es una maquinita que nos ofrece siempre un resultado idéntico, yo lo compararía con una brújula, nos indica el norte magnético pero a veces hay que comprobarlo en varios puntos, por si alguna alteración desvía el resultado.
EL NIVEL RADIESTÉSICO SEGÚN MI ESCALA:
INSUFICIENTE: 0 – 29%
BAJO: 30 – 35%
BÁSICO: 36 – 45%
MEDIO: 46 – 59%
ÓPTIMO: 60 – 79%
ALTO: 80 – 100%
EXCEPCIONAL: 101 – 200%
TELE-RADIESTESIA: A PARTIR DEL 80%
Según esta escala creada por mi, a partir de unos valores propios, la tele-radiestesia comienza a partir de un nivel del 80% y acaba (de momento) en el 200% al igual que el nivel radiestésico. Lo más normal es que un radiestesista profesional se encuentre en el nivel óptimo de mi escala, esto no es ni bueno ni malo, es un buen nivel, estando bien codificado se puede detectar cualquier geopatía a través de la radiestesia y el que alguien sea portador de un nivel alto o excepcional no significa que pueda ser más eficiente a la hora de prospectar, en todo caso puede resultar más sencillo para aquel que pueda utilizar la tele-radiestesia, nada más. Un ejemplo: un zahorí que porta un nivel radiestésico del 70% y lleva abiertos cientos de pozos será más eficiente buscando agua que alguien que porte un nivel del 120% y no se dedique a abrir pozos, la explicación es sencilla, la práctica es la que manda, un zahorí encontrará el agua al pasar con sus varillas sobre ella, el otro la encontrará más fácilmente utilizando la tele-radiestesia, pero el zahorí puede ser mucho más eficiente al indicar la profundidad y el flujo de la vena porque su mente habrá ido corrigiendo sus errores iniciales, si en un pozo erró en la profundidad solo con ver y reconocer el error su mente se irá codificando sola, así una y otra vez hasta alcanzar esa perfección que solo se consigue con la práctica, sin embargo a la hora de buscar alteraciones aisladas como un Vórtice Energético o una Chimenea Cosmotelúrica, la tele-radiestesia se hace casi imprescindible, solo con nivel radiestésico se puede encontrar un vórtice dentro de un dolmen porque sabemos casi con certeza que en ese lugar lo hay, pero encontrarlo en un lugar abierto sin utilizar la tele-radiestesia es prácticamente imposible .
Mi nivel radiestésico en esa primera medición era del 85%, me he encontrado con muy pocas personas que superen el 80% aún después de muchos años como radiestesistas, pero ni soy ni pretendo ser único, ya encontré a una persona que partía de un nivel del 100% pero andaba en otros temas y este no le atrajo, aunque le brinde mi ayuda, yo la informé, pero entiendo que cada uno tenemos que movernos por el camino que adoptamos como nuestro. A mi curso han acudido dos personas con un nivel del 80%, actualmente ayudo en lo que puedo a una persona a muchos Km. que parte de un nivel latente del 85%.
Con el tiempo y la práctica he ido aumentando ese nivel inicial y en estos momentos soy consciente de que ya he alcanzado mi máximo nivel, creo que no subiré más el nivel que ahora porto, aunque no dudo que seguiré buscando y encontrando respuestas que permanecen ocultas. A conseguir superarme han contribuido mis desvelos y mis aportes para intentar restablecer el orden en este mar de contradicciones que nos muestran las publicaciones sobre Radiestesia. Siempre que esperes recibir algo has de empezar por dar.
Intento que a mis cursos no asista nadie con un nivel inferior al 35%, es simplemente por no hacerle perder su tiempo y que no se sienta defraudado, cualquier persona a partir de ese nivel puede obtener resultados positivos e ir mejorando si pone empeño en ello.
Me escriben personas que acaban de empezar y lo detectan todo, hasta los vórtices y las chimeneas, me piden verificación, pero en realidad no suelen buscar mi respuesta, tan solo buscan una confirmación, detectar una geopatía sin que nadie te la presente, con la excepción del agua, no es imposible, pero si poco probable, yo lo hice solo, pero después necesité acudir a un curso para comprobar que alguien con mayor experiencia detectaba lo mismo que yo, particularmente creo que solo las personas que han portado y perfeccionado esta percepción en vidas anteriores, llegan a esta con ese conocimiento dormido que espera con ansia un despertar, creo que hablo de una minoría, hasta ahora aquellas personas que creían detectar todo lo que leían estaban en un error, pero repito, esto no es imposible, sin embargo es poco probable.
Se por experiencia y por las personas que acuden a mis cursos, que lo que más llama la atención es la tele-radiestesia, es más cómodo preguntar donde hay una vena de agua y que el péndulo nos indique la dirección que recorrer un campo armado de varillas esperando pasar sobre el agua, esto no es algo que se consiga el primer día, la mayoría nunca lo conseguirá y alguno tal vez sí, pero solo después de mucha práctica. No intento crear doctrina, tan solo expongo el resultado de mi experiencia, pero comprendo que cada cual ha de convencerse por si mismo, que lo haga, solo pido que se abstenga de involucrar en sus resultados a terceros hasta estar seguro de los mismos.
Como he dicho en alguna ocasión el mayor enemigo del radiestesista se encuentra en su interior, el justificar nuestros fracasos solo nos hará retroceder. Hay una sencilla prueba para saber si portamos nivel tele-radiestésico, resulta muy sencillo el comprobarlo, se trata de localizar una vena de agua por el método tradicional, pasando con las varillas sobre ella, después preguntar utilizando la tele-radiestesia en que dirección se encuentra otra vena de agua, la más cercana y la distancia aproximada, caminar en esa dirección y antes de llegar a ella, cuando falten unos metros o la zona ya esté a la vista, determinar el lugar exacto por donde pasa antes de llegar a el, detrás de esa piedra, antes de ese árbol, entre esas dos matas, etc., después hay que comprobar el acierto con el método tradicional, se puede hacer y quien porte nivel tele-radiestésico lo hará, tal vez no a la primera, pero lo hará, habrá otros que por el contrario piensen que con esa prueba no, pero que delante de una fotografía serán más eficientes, también pueden comprobarlo, que elijan una imagen de satélite de Google Maps, pero que no lo hagan con una de África si viven en Europa, que no tengan miedo y lo hagan con una de su barrio, que detecten una vena de agua en la imagen y después que bajen a comprobarlo y vean si fueron certeros.
Como decía, mis aportes no persiguen el crear cátedra, tan solo el compartir unas experiencias y unos conocimientos para allanar el camino de aquellos que quieran iniciarse en esta percepción llamada Radiestesia.
Epifanio Alcañiz
Investigador de las energías telúricas
http://www.radiestesiaysalud.com/nivel_radiestesico.htm
Energía sutil
Aún recuerdo mis principios como radiestesista, cuando parecía querer salvar el mundo y sufría por los demás porque estaban ciegos y no alcanzaban a ver mi verdad. Me producía dolor cuando a un amigo o conocido aquejado de algún mal pretendía hacerle ver que dormía sobre una geopatía, y que con tan solo mover su cama podría mejorar su calidad de vida; y éste, incrédulo, decía que no iba a desordenar el dormitorio sólo por comprobarlo.
Me costó aceptarlo, pero, al final, comprendí que todos nacemos con nuestro destino marcado, y que la vida física es tan solo un mero recorrido en el cual disponemos del libre albedrío para mover algunas fichas circunstanciales que para nada influyen en nuestro destino final. Es por tanto inútil que nadie se empeñe en salvar a aquel que no tiene salvación. Sería lo mismo que predicar en el desierto o golpear el hierro frío.
Por eso quiero dedicar el esfuerzo realizado en la elaboración de este apartado a todos aquellos que por distintas vivencias ya han aceptado que hay una energía global e inmortal de la cual formamos parte. Somos como burbujas o cápsulas de esta energía que reencarnada en nuestros cuerpos nos da la vida por un periodo más o menos corto. Somos sin duda un grano de arena en la inmensidad del desierto.
Sé que mis palabras serán leídas por muchas personas que no alcanzarán a comprender el mensaje de las mismas, y tan solo unas pocas están destinadas inexorablemente a cruzarse en mi camino, o en el de cualquier otro que por efecto de la causalidad darán un giro a su vida. Sin duda una mano invisible mueve sin descanso el entramado de cada uno de los pasos que por mucho que nos empeñemos no vamos a poder evitar.
Aunque al término “energía” se le pueden aplicar diversos significados, en Física se la define como la fuerza capaz de realizar un trabajo. Este flujo de partículas realiza una fuerza. Ejemplos de energías son la eléctrica, solar, térmica, eólica, magnética, nuclear, gravitacional, etc.
Nuestro Cuerpo Etérico recibe la vitalidad de una estructura o ente invisible y desconocido que forma parte de las energías llamadas sutiles. Ella es gestionada en el mismo a través de siete vórtices que son conocidos con el nombre de “chacras” (que son los puntos o puertas de acceso principales). Dicen que hay otros 21 “subchacras” y 340 “sub-subchacras”. Esta energía actúa sobre el campo vital o físico de nuestro cuerpo, sobre el campo mental y sobre el campo espiritual y emocional de las personas.
La medicina, después de estudiar miles de cuerpos, no ha encontrado pruebas de que esta energía exista. Tampoco la ciencia ha conseguido detectarla. Por este hecho no reconoce su existencia. Sin embargo, hay realidades que muestran que esta energía existe. En algunos hospitales ya dejan aplicar Reiki (Energía Universal) a sus pacientes de cáncer. Aunque no entienden ni encuentran explicación científica, reconocen que dichos pacientes reaccionan mejor a la aplicación de radioterapia y quimioterapia, y que los medicamentos tratados con Reiki (aplicación de energía con las manos) son mejor tolerados por los pacientes.
Una colmena de abejas situada sobre un punto de baja radiación energética será mucho más productiva que otra situada junto a la primera pero sobre un punto de mayor radiación (la vibración energética de los insectos y bacterias es inferior a la humana). Un árbol que crezca sobre un Vórtice Energético alcanzará mucha más envergadura que otro de la misma especie que crezca junto al primero; un ejemplar que crezca sobre una geopatía (zona de baja vibración energética) mostrará unos abultamientos irregulares en su tronco que no presenta otro que crezca libre de geopatías. Los bebés en sus primeros meses de vida tienen la capacidad de detectar las geopatías; es por esto que si su cuna se sitúa sobre una de ellas amanecerá en posturas inverosímiles intentando apartarse de la misma, si cambiamos su cuna de posición y conseguimos encontrarle un lugar neutro dormirá más tranquilo.
El término de energía sutil engloba lo que los chinos taoístas llaman “Chi”, los budistas Zen llaman “Ki”, el pensamiento hindú denomina “Prana”, y los griegos antiguos lo llamaron “Pneuma”. Me imagino que tendrá algún nombre más que escapa a mi conocimiento. Atañe también a las radiaciones emergentes de la Tierra, conocidas como Energías Telúricas, las cuales afectan a los ritmos vitales de nuestro organismo.
Si alguno de nuestros chacras se bloquea, la energía de nuestro cuerpo no circulará correctamente y alguno de nuestros órganos vitales empezarán a debilitarse. Igualmente si pasamos mucho tiempo en lugares con un nivel energético inferior al que vibran nuestras células, éstas acabarán no funcionando correctamente, nuestro sistema inmunitario se debilitará, fortaleciendo a los virus y bacterias.
Antes de que en 1895 el físico Wilhelm Conrad Röntgen consiguiese radiografiar la mano de su esposa Berta, los rayos X eran desconocidos para la ciencia, pero eso no significa que no existieran. Puede que dentro de 10, 100 o 1000 años algún científico por casualidad descubra una radiación posiblemente ultramicroscópica, que lo inunda todo y que es tan necesaria para nuestra existencia como el oxígeno que respiramos. Entonces sí, entonces la ciencia habrá dado un gran paso descubriendo la energía sutil; mientras tanto esperará acallando las voces que proclaman su existencia e ignorando los indicios que dan fe de que existe.
En la imagen muestro cómo estaría configurado, según mi propio criterio, nuestro cuerpo bioenergético. He de aclarar que mis teorías son producto de las respuestas que consigo extraer del inconsciente a través de los impulsos que mueven el péndulo y que la Radiestesia no es una ciencia exacta, pseudociencia dirían algunos.
Así pues, el campo de energía vital adoptaría la forma de nuestro cuerpo y crecería con el mismo. El campo energético mental tendría la forma y medida aproximada de un huevo de gallina, y se situaría de forma horizontal en el hemisferio derecho del cerebro. El campo espiritual tendría la forma y medida aproximada de una naranja, y tendría un apéndice del tamaño de una pelota de ping-pong en la parte inferior izquierda, que sería el campo energético emocional; estarían situados por encima del corazón. Y por último el aura que sería la envoltura protectora de estas “cápsulas” energéticas.
Epifanio Alcañiz
Investigador de las energías telúricas
http://www.radiestesiaysalud.com/energia_sutil.htm