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Organiza tus sospechas: 15 puntos para saber si una teoría de conspiración es válida o no

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Vivir en la era de la información muchas veces implica sentirse como una especie de detective amateur en la pista por hacer que los grandes amasijos de data a los que estamos expuestos a diario tengan algún sentido. La información, qué duda cabe, no implica necesariamente conocimiento, y mucho menos, en el caso de las teorías de conspiración, implica conocer la verdadera historia.

Un componente clave de las teorías de conspiración es que existe una persona u organización a la que le conviene probar que es cierta y otra u otras a las que les conviene probar que es falsa. Una teoría conspiratoria no es sino la organización de información que da como resultado una revisión de las versiones oficiales de ciertos eventos en la historia; y como se sabe, son los vencedores quienes desean que su versión de la historia sea la que prevalezca.

El investigador y teórico de la conspiración Rob Ager cuenta con cuidadosos análisis y metodologías no para saber si una teoría de conspiración es cierta o no, sino simplemente para no perderse en los meandros de data cuando tratamos de investigar por nosotros mismos. En How to make sense of conspiracy theories, Ager provee 15 puntos para evaluar cualquier teoría de conspiración; siguiendo su ejemplo, no hemos mencionado ninguna teoría en este artículo, en un ejercicio de absoluta neutralidad teórica.

1. No emitas juicios mientras investigas

Antes de suponer que una teoría de conspiración es cierta o falsa, asegúrate de no hacerte un juicio demasiado pronto; de lo contrario, podrías pasar por alto información relevante que vaya en contra de tu primera impresión. Las teorías de conspiración no son como el amor: la primera vista puede ser un engaño o una trampa.

 2. Reúne tanta información como puedas

Llegar a una conclusión objetiva requiere reunir y procesar tanta información como puedas. Esta etapa del proceso puede ser la más tardada cuando se investiga seriamente una teoría de conspiración, pues generalmente estás lidiando (y descartando) los juicios de otros investigadores.

3. Pon atención a los pequeños detalles

Cualquier cambio de fechas, cualquier frase mal consignada por testigos, cualquier interpretación de terceros puede alterar completamente la validez de una teoría de conspiración.

4. Utiliza distintas fuentes, preferentemente no relacionadas entre sí

Algunas fuentes pueden aportar juicios aparentemente concluyentes, pero otras versiones pueden contradecirlas. La diferencia puede ser la interpretación de un pequeño detalle que puede dar lugar a variaciones importantes. Si encuentras un detalle consistente a través de varias versiones de la teoría, sin que sus fuentes estén relacionadas entre sí, probablemente sea un detalle importante o concluyente.

5. Identifica la información repetida (aka Escoge tus fuentes con cuidado)

Muchos medios mainstream regurgitan la misma información una y otra vez (lo que en la jerga periodística se llama “revolcar al gato”), copiando o refraseando la fuente primaria. El peligro de la información de segunda o tercera mano es que la repetición puede alterar la presentación. Sin embargo, las fuentes originales de información tampoco deben tomarse por concluyentes, pues las segundas y terceras versiones también pueden servir para corroborar y refutar los errores de la primera (en general, hay que aplicar el mismo mecanismo de escepticismo y sospecha en cada fase de la investigación).

6. No demerites ninguna fuente de información

Un esquizofrénico es testigo de un choque de autos y te da los pormenores; el hecho de que sea esquizofrénico no convierte al choque de autos en una alucinación. En otras palabras, las personas inteligentes, carismáticas y balanceadas pueden dar información incorrecta (incluso sin saberlo) y gente que parece desorganizada o impulsiva puede dar justo en el blanco. No juzgues a un informador por su corte de pelo. Esto es fundamental.

7. No hay tal cosa como una fuente confiable

“Fuente confiable” suele referirse a fuentes académicas, investigadores de prestigio, instituciones gubernamentales y medios “reconocidos”. Las “fuentes confiables” son simplemente un atajo para evitarnos buscar la fuente original y comparar las diferentes versiones, pero existen numerosos ejemplos históricos en que investigadores, organizaciones y fuentes reconocidas fallan en un sencillo detalle que los desacredita completamente. Un trabajo cuidadoso por parte del investigador puede cortar de tajo una cadena de malentendidos, que en ocasiones se perpetúan durante años a través de la reproducción ciega de una “fuente confiable”.

8. Ignora las “cascadas de persuasión”

Puesto en términos simples, el que mucha gente crea algo no vuelve a ese algo cierto. Mucha gente puede estar equivocada pero suponer que está en lo correcto. Los rumores y la diseminación de versiones oficiales convenientes pueden dar la apariencia de verdad a algo que no lo es, pero una mentira repetida ad nauseam no se transforma en una verdad.

9. Contexto adecuado

Una imagen, una cita, una frase fuera de contexto puede dar una imagen y un sentido completamente falso e inadecuado a un conjunto de información. Algunos segundos de un largo discurso pueden ser usados en contra del orador. Los detalles circunstanciales, fechas vagas o nombres mal escritos pueden implicar la reproducción ciega de un error.

10. Una declaración no es una prueba

Nuestra realidad perceptual está basada en oraciones declarativas, como esta. Cuando alguien nos dice que “sin lugar a dudas” X o Y, tendemos a creer que X o Y simplemente porque así funciona el lenguaje. Si tu pareja sentimental llega a casa y te platica sobre su día, probablemente no tengas por qué dudar de lo que te cuenta. Pero tu pareja sentimental (suponemos) es alguien en quien puedes confiar; y para investigar una teoría de conspiración es necesario asumir que no puedes confiar ciegamente en las fuentes de información, al menos no en el sentido en que puedes confiar en tu pareja o tus amigos.

11. Nunca confíes 100%

Siempre deja un pequeño margen para la posibilidad (incluso estadística) de que algo pueda cambiar de verdadero a falso o visceversa. Desde el momento en que cierras la posibilidad psicológica de que las cosas puedan no ser como crees que son estás a merced de la contingencia de los eventos. A la realidad le gusta dar sorpresas.

12. Evita caer en la trampa de los gurús

Para Ager, este punto es una variación del “no hay tal cosa como una fuente confiable” aplicado a las personas. Existen investigadores, páginas, medios e instituciones que se forjan una reputación, pero que fácilmente pueden ser colocadas en un pedestal de confianza. Expresar respeto e incluso admiración por estas personas o instituciones no tiene nada de malo; el problema es creer ciegamente en lo que dicen sin pasarlo por el tamiz de tu propia conciencia. El peligro de creer ciegamente en una fuente es que puedes convertirte sin quererlo en fanático; y un fanático, por definición, es alguien que ha perdido la capacidad de cuestionar.

13. Utiliza apoyos visuales para organizar información

Cuando tu corpus de data sea considerable, probablemente necesites aplicar recursos metodológicos como cronologías, mapas mentales, listas, categorizaciones y otras formas de organización de información. En ocasiones pasa que una forma de analizar y organizar información no es la apropiada para ti, por lo que hay que buscar otra; o por el contrario, una forma que te sirve a ti no es la más adecuada para hacer que tu data tenga sentido. El arte de la sospecha es un arte de la meticulosidad.

14. No simplifiques tus conclusiones

“Olvídate de la navaja de Occam”: la idea de que una explicación simple es preferible a una compleja es conveniente para ayudarte a entender algo a corto plazo, pero no sirve para organizar una realidad. La realidad es, por definición, compleja, múltiple, variante. Simplificar en exceso puede hacerte parecer muy listo, o darle a enunciados equivocados la apariencia de verdad, y la necesidad patológica de tener la razón también puede jugarte en contra. En la búsqueda de la verdad debemos estar listos para aceptar que nuestros juicios pueden ser equivocados o parciales, que nuestras elecciones pueden ser irracionales, que nuestras explicaciones pueden estar basadas en información falsa, y que una conspiración puede ser más compleja de lo que unas pocas conclusiones (que, de hecho, podrían nutrirse de nueva información a lo largo del tiempo) pueden dar cuenta.

15. Familiarízate con la psicología del crimen, la corrupción, y las jerarquías sociales, corporativas, legales y políticas

Ager concluye:

Las teorías de conspiración a menudo se presentan bajo la premisa de que grupos de personas secretamente se sientan y acuerdan abiertamente entre ellos planear y ejecutar un gran crimen, sabiendo conscientemente que lo que hacen es completamente inmoral y completamente al tanto de que la gente sufrirá en consecuencia. La premeditación de esta naturaleza ciertamente puede ocurrir, los robos de bancos cuidadosamente planeados, por ejemplo, pero una parte esencial de la psicología criminal es que muchos criminales no se ven a sí mismos como criminales sino como víctimas, y que rara vez piensan en sí mismos como malvados. Un grupo de ladrones de banco pueden considerar que un gran banco es una organización criminal que merece ser robada y que, bajo esa premisa, su propio crimen es justificable. Un asesino vigilante puede surgir a causa de la frustración o de cómo las autoridades lidian con los criminales. Y un gobierno puede considerar que matar la credibilidad de un régimen particular a través de la desinformación es un paso necesario para aplicar una política externa que el público, si estuviera al tanto, no aprobaría. En ocasiones, el comportamiento criminal está genuinamente alimentado por ideas positivas pero mal encaminadas, pero también está en la naturaleza humana mentirnos a nosotros mismos acerca de la nobleza de nuestras intenciones. Esto aplica incluso para las personas más inteligentes, y es especialmente cierto para las pandillas criminales y regímenes tiránicos. Los miembros de tales grupos reforzarán la ilusión de moralidad de los demás de maneras complejas, acuñando justificaciones convenientemente fraseadas y ciñéndose a ellas hasta el punto en que de hecho las creen a un nivel consciente.

http://pijamasurf.com/2014/07/organiza-tus-sospechas-15-puntos-para-saber-si-una-teoria-de-conspiracion-es-valida-o-no/

domi BEGUINAS

El movimiento de las beguinas (beguinismo) y, junto a él, el otro menos numeroso de los begardos (begardismo), apareció a finales del s. XII debido a la oposición de los cistercienses o de los premonstratenses a los monasterios llamados dobles, donde vivían por separado monjes y monjas. De esta manera en torno al 1170, muchas mujeres, sobre todo vírgenes y . viudas nobles o burguesas, comenzaron, o solas o en pequeños grupos, a establecerse en torno a las iglesias y hospitales recluidas en casitas dentro de un recinto. Posteriormente, estos grupos se fueron ampliando hasta llegar a formar grandes comunidades llamadas beguinatos (por el 1220). El lugar de origen de este fenómeno religioso es el ducado de Brabante en Bélgica. Desde aquí el movimiento se difundió rápidamente por Holanda, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Austria, convirtiéndose en un fenóméno europeo. Según algunos cálculos, en la región brabantina y renana el 6°Z0 de la población femenina estaría constituido por beguinas. En cierto momento, en Colonia, ciudad con menos de 20.000 habitantes, llegó a haber 1,700 beguinas.

El nombre de beguina se deriva probablemente del hábito de color gris (beige) de lana burda, parecido al de los «humillados» de Italia. Pero no es excluye que, en labios de la parte «clerical » opuesta a este movimiento, esta palabra fuera un peyorativo en relación con los albigenses herejes de Francia, La vida de las beguinas era semi-religiosa. Vivían en el mundo como mujeres religiosas (mulieres religiosaeJ, sin votos y sin regla, pero obligándose a la castidad y a las buenas obras. Se establecían a veces junto a las leproserías y los hospitales para servir a los enfermos. Ganaban el pan de cada día trabajando con sus manos o pidiendo limosna. Así pues, formaban parte del gran movimiento evangélico-penitencial-pauperista difundido por toda Europa entre laicos y religiosos con diversos nombres: pobres, penitentes, conversos o -si pertenecían a movimientos- valdenses, humillados, cátaros. Estaban dirigidos con frecuencia por las órdenes mendicantes: en Italia por los franciscanos, en el norte por los dominicos y los agustinos. A. Mens, gran conoced(;r del movimiento de las beguinas, ha descubierto fuertes relaciones entre el movimiento beguinal primitivo y el franciscano, algo posterior. En electo, la espiritualidad evangélico-apost61ica común a ambos revela aspectos comunes, como por ejemplo el amor cortés apasionado, incluso místico (Minne-Mystik), el culto trinitario que tiene como centro al Cristo  crucificado y eucarístico, la vida de pobreza y – penitencia, el servicio a los leprosos, el trabajo manual, sin olvidar la delicada atención a la naturaleza.

De este movimiento de las beguinas  ha sido sobre todo el dinamismo espiritual e incluso «místico» el que ha dado frutos más duraderos. Entre éstos está, por ejemplo, su aportación tan femenina a la mística como experiencia íntima de la vida trinitaria, cristocéntrica y humana. Entre las beguinas más ilustres vale la pena recordar a María d’Oignies, a Lutgarda de Tongeren, a Juliana de Lieja y a Beatriz de Nazaret.

La beguina mística más famosa es sin  duda Hadewych de Amberes (por el 1200- 1240), autora de varias obras en poesía y en prosa, entre ellas vañas cartas dirigidas a amigas de toda Europa.

Inspirándose en el amor cortés, en el  que es una verdadera maestra, sigue la escuela de Guillermo de san Teodorico e inspiró profundamente a Ruy – sbroek.

En Alemania aparece como cumbre de  la mística del amor Matilde de Magdeburgo (t por el 1290), con su escrito La luz que fluye de la divinidad, y que fue condenada por la Inquisición y muerta en la hoguera (París, 1300).

La importancia particular de este  movimiento femenino místico, beguinal y no beguinal, se muestra de forma bastante convincente en el hecho de que los grandes maestros místicos nórdicos como Eckhart, Susón, Taulero, Ruysbroek y otros ensefiaron, predicaron y escribieron sus libros de alta mística especialmente para las beguinas y para las monjas, pnleba concreta de cómo el mundo femenino se estaba promoviendo irresistiblemente en la Iglesia y en la sociedad de los ss. XII-XIV.

El movimiento de las beguinas, al  no tener una estructura organizada, se disemin6 en parte entre las terceras órdenes y en parte entre los movimientos heréticos.

http://www.mercaba.org/VocTEO/B/beguinas.htm

domi Porqué y cuando se creó el Purgatorio.

No cabe duda que uno de los dogmas base de muchas de las religiones actualmente vigentes y pretéritas es la idea de un vida tras la muerte. La  creencia de una regeneración, resurrección o reencarnación en los mitemas de diferentes culturas a lo largo del globo terrestre resulta una constante, existiendo variadas explicaciones para determinar tanto su ausencia, su disfrute pasado,  o su promesa de futuro.  Curiosamente varias de éstas interpretaciones, ejemplo sería los pueblos del sudeste de África, están asimiladas con el supuesto periodo de “decadencia y renovación” que un antiguo observador pudo percibir en las fases de la Luna – Como anécdota decir que la resurrección  correspondía con la espera de tres días; días que corresponden al paso entre la “luna nueva” y el “primer cuarto creciente – . Otro ejemplo de asimilación de acontecimientos naturales en relación a la regeneración están asociados con reptiles y animales que “mudan la piel”, de tal manera que su inmortalidad, fruto de ese proceso,  sólo puede ser interrumpida con su muerte  a manos del ser humano. Es también de anotar que éstas mitologías representan a culturas, hasta hace muy poco en un estadio cercano al neolítico, donde suelen hablarnos de “un disfrute pasado” o de una “oportunidad perdida” que imposibilitó a la Humanidad de tal don, siendo atribuido tal perjuicio a muy diferentes circunstancias, pero existiendo tres generales denominadores comunes a la hora de referenciar la “Inmortalidad” : La Luna, la muda de piel  a semejanza de un reptil, o  bien una combinación de ambas. Por otro lado, y como ya ha sido comentado aquí, existe la hipótesis paleolítica de un culto a la diosa-madre que daría cabida entre sus creencias a un ideario de “regeneración” como una  “vuelta a las entrañas de la  Gran Madre” y cuya evolución posterior, incluye también entre su simbología re-encarnatoria  la representación de reptiles.

Purgatorio.Gustavo.Dore

Independientemente de lo anterior, y que se dio posiblemente por una exclusiva observación de determinados acontecimientos naturales, lo que parece evidente es que el hecho inamovible de la muerte, genera una irrenunciable deseo de  supervivencia. Supervivencia que,  a su vez,  deriva en una búsqueda mítica de la perpetuación de la vida y cuyo anhelo ha sido utilizado por diferentes  formas de estructuración social como dádiva  de futuro, así como parábola de lo que puede suceder si se quebranta ese orden social; ya sea por pérdida de tal promesa para el individuo o la Humanidad, ya sea por su ausencia actual tras un disfrute pasado.

No está claro que fue antes “el huevo o la gallina”, y con esto me refiero al concepto de “espíritu inmortal” y el paradigma de la Inmortalidad, pero nadie pone en duda que desde tiempos remotos se extiende la creencia en el ser humano de un determinado lugar del Universo donde la “esencia vital” de una persona fallecida permanece latente o “semi-viva”. Una presencia,  como así queda reflejada  en la interpretación general, que tiene una participación activa en los devenires de los vivos, desarrollando un papel positivo, negativo, o bien ambos, en función de la evolución de los dogmas de sus diferentes culturas. Dicho esto,  resulta difícil sustraerse al hecho que la inmensa mayoría de las religiones actuales y pretéritas  mantienen, de una manera u otra, diferentes rituales o acontecimientos post-mortuorios  como parte fundamental de sus doctrinas.

Desde éstas páginas, ya hemos hablado de la evolución de las creencias en el Mediterráneo Oriental y la Creciente Fértil en su papel de zona aglutinante de diferentes culturas. Culturas que a lo largo de milenios han ido dejando su impronta en las diferentes facetas sociales, sobresaliendo sobre todas ellas las religiosas como consecuencia de su, comparativamente con otros aspectos,  flexibilidad adaptativa y evolutiva como innegablemente instrumento, imposición o  sostén del  poder organizativo en una región en extremo convulsa y necesitada de una preclara autoridad, ya sea divina o humana, como razón imprescindible para su supervivencia y la de su forma de vida. Mas el inconveniente a tanta “inestabilidad teológica” conlleva que se produzcan multitud de incorporaciones o sustituciones en los elencos divinos, la aceptación de nuevos dogmas o su reescritura, la hermenéutica o  re-interpretación de los distintos textos sagrados, en función del auge o caída de las civilizaciones o dinastías dominantes, produciendo generalmente un distanciamiento entre las creencias oficiales y las del pueblo llano.

«Según la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse los cimientos, otro edifica encima. Cada uno mire cómo edifica que cuanto al fundamento, nadie puede poner otro  sino el que está puesto, que es Jesucristo. Si sobre éste fundamento uno edifica con oro, plata, piedras preciosas o maderas, heno, paja, su obra quedará de manifiesto, pues en su día el fuego lo revelerá y probará cual fue la obra de cada uno. Aquel cuya obra subsista recibirá el premio, y aquel cuya obra sea abrasada sufrirá el daño; el(El), sin embargo, se salvará, pero como quien pasa por el fuego » Pasaje de la primera carta a los corintios. (3; 10-15) Biblia Católica Nacar-Colunga.

Es conocido que durante la ocupación macedonia de los reinos hebreos, y como forma de renegar de los seleúcidas y sus creencias olímpico-mitraístas , arraigó en la literatura religiosa judía determinados dogmas de la corriente zoroástrica aqueménida persa vencida. En tales lecturas se advierte la incorporación de un dualismo Bien/Mal que incluye la modificación de la anterior visión demonológica, así como el añadido de la angelología zoroástrica, ya teológicamente retocada en la segunda mitad del II milenio a.c. en Babilonia. Conceptos a los que se une la incorporación dogmática de un Cielo para los justos, y una re-lectura de las antiguas creencias sobre el Sheol, el “Mas Allá” semítico, que ahora tomara las funciones del Infierno zoroástrico. Como complemento a lo anterior, se incluirá un Juicio Final al “final de los tiempos” donde se dirimirá que “alma” o “parte inmortal”, otro dogma harto extendido por los mitemas generales de la Creciente Fértil, deba sufrir los parabienes o la desgracia eterna.  Llegados a este punto, siglo II a.c.- siglo II d.c., se produce un cisma dentro del judaísmo.  Una serie de corrientes religioso-políticas  mantendrán la observancia de los dogmas heredados de la dinastía asmodea hebrea, que incluiría también la creencia en un “Mesías” que los liberará de sus opresores en contra de las “posiciones oficialistas”  de los sacerdotes  saduceos del Templo de Jerusalem. Resumiendo, tras la destrucción del templo de Jerusalem por Tito Flavio en el año 66 d.c.,  las re-lecturas de la corriente mesiánica judía por parte de Saulo de Tarso, y la nueva Diáspora hebrea, tenemos: El origen del judaísmo rabínico por un lado,  donde la lectura zoroástrica es apartada, y el origen del cristianismo y las corrientes gnósticas por el otro, donde las lecturas aqueménidas se mantienen. ¿Consecuencias..? Que el dogma infernal/Celestial “no existe”  en la actual religión judía y si en la religión cristiana,  donde es una de sus doctrinas fundamentales.

En el año 1254, el papa católico Inocencio IV y con motivo de I Concilio de Lyon, se acuñó la palabra “purgatorio” como un “lugar” y un “tiempo”, un “infierno temporal” en que las almas recibían castigo por sus pecados, siendo éste posible de ser mitigado o abreviado por medio de sufragios, sacrificios o indulgencias. Dice el papa Inocencio IV en una carta al obispo de Túsculo:

« Para terminar,  en el Evangelio de la Verdad se declara que aquel quien hable blasfemias contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en éste mundo ni en el venidero (ver Mateo 12:32). Debido a ésto se ha de entender que determinadas faltas son perdonadas en ésta vida, y algunas otras en la vida por venir.  Así el apóstol dice: “Que el fuego probará la calidad del trabajo de cada uno ” y  “si su trabajo arde, perderá su parabienes, pero el se salvará, como quien pasa por el fuego” (I Corintios 3: 13-15). Y se dice que los propios griegos (ortodoxos..) creen sin dudar, y sostienen,  que las almas de aquellos que no han cometido pecado o las almas de los que mueren libres de pecados mortales, pero con pequeños pecados veniales, son purificadas después de la muerte y pueden ser ayudadas por las oraciones de la Iglesia. De igual manera los griegos dicen que sus Doctores no les han dado un nombre definido y adecuado para ese lugar de purificación. Nos, siguiendo la tradición y la autoridad de los Santos Padres, llamo a ese lugar Purgatorio; y es nosa voluntad  que usen ese nombre en el futuro, donde los pecados serán realmente expiados por ese fuego temporal; no graves ni capitales pecados, sino aquellos que no han sido anteriormente remitidos por la penitencia,  como pequeños y leves pecados, y que suponen una carga tras la muerte, si no han sido perdonados en vida »

Dimes y diretes aparte,  lo preclaro es que esta doctrina fue rubricada en II Concilio de Lyon, 1274, en el Concilio de Viena, 1311-1312, en el Concilio de Florencia, 1438-1445 y en Concilio de Trento, 1545-1563, así por doctores de la Iglesia como Orígenes, San Agustín, Cesáreo, San Ambrosio o San Gregorio Magno. En 1476, el papa Sixto IV, tomando las ideas establecidas en el Concilio de Florencia, le da su pleno sentido:

« Los que murieron en la Luz de la Caridad de Cristo pueden ser ayudados con las oraciones de los vivos. Y no sólo eso. Si se dieren limosnas para las necesidades de la Iglesia, las almas ganarán la indulgencia de Dios » 

Purgatorio-en-La-Cuesta-2

Desde un punto de vista profano, el conjunto del dogma sobre las situación de las almas tras la muerte tiene algunas lagunas. Por un lado, tenemos un alma inmortal a la espera de un Juicio Final al final de los tiempos y por otro, un lugar de transito dedicado exclusivamente a determinada categoría de almas,  que nos llevaría a considerar la existencia de un “juicio previo” para ellas. Mas a continuación se me plantea otra pregunta ¿Y las almas con “pecado mortal” ya prejuzgadas y sin posibilidad, según la Iglesia de Roma, de redención.. ¿Donde van..?  Si ya han sido previamente juzgadas.., ¿Volverán a presentarse al Juicio del final de los tiempos..? ¿Para que.., para ser  de nuevo juzgadas..? ¿Deberían ir directamente al Infierno tras su muerte terrenal, ya que resulta imposible su exoneración. según la doctrina de la Iglesia..? Por otro lado, pudiéramos considerar la existencia en ese Juicio Final  de una apelación divina de última instancia hacia los pecadores con faltas en extremo gravosas, pero entonces.. ¿Que propósito tendría  el Purgatorio, ya que de igual manera podrían ser perdonados aquellas con pequeños pecados..?  Contestación del dogma a todas éstas incógnitas: La Misericordia Divina, por lo que hasta aquí se puede hacer lectura.

De ésta guisa, habría que decir que la base teológica, I Corintios, para la admisión del tal doctrina es, por decirlo suavemente, harto dudosa, pues resulta preclaro que  el pasaje del escrito de Saulo de Tarso , ” el, sin embargo, se salvará, pero como quien pasa por el fuego”, el contexto nos hablaría del “poso de las enseñanzas de Jesucristo” y no del aquel “cuya obra se arrasará..” A esto habría que añadir las proposiciones  de Martin Lutero en sus “95 tesis de Wittemberg”  del año 1517, anteriormente de John Wickliffe y Jan Hus en el siglo XIV, y que constituyen un ataque a las indulgencias, así como a los cánones penitenciales “post-mortem” .  Aunque, para ser estrictos, Lutero en ningún momento duda de la doctrina afecta al Purgatorio, no cabe duda que deja su función,  como prerrogativa de la ICAR,  exenta de contenido.

Los siglos XII-XIII d.c., suponen, para la Iglesia de Roma, un periodo de cambios de extrema trascendencia. Hasta ese momento la Iglesia funcionaba, al igual que los estados de la época, en un régimen feudal. Por un lado, estaba una “Iglesia Regular” o “Monacal” que disfrutaban de una gran autonomía, tanto religiosa como financiera, – De ahí, por ejemplo, que el mismo I Concilio de Lyon obligara a pagar el diezmo a Roma a la orden  monástica cisterciense – debido a unas posesiones fiduciarias que eran, muchas de ellas, provenientes de las interesadas donaciones de los poderosos y grandes señores locales en sus juegos de equilibrio del poder. Por el otro lado, estaba la “Iglesia Diocesana” afecta a los antiguos núcleos rurales con un conjunto de clérigos de relajadas costumbres y habidos de riquezas, tan incultos como sus feligreses y en extremo afectos a los señores de las villas, que no a Roma, y que fueron “sobrepasados” en su mensaje apostólico por diferentes herejías, caso de las cátaras, valdenses y bogomilas; unas herejías que predicaban la pobreza en Cristo y que establecieron sus dogmas, muy cercanos al entendimiento del campesinado y pequeños señores rurales, éstos últimos en su propio provecho,  en buena parte de Europa.

Inocencio IV. Concilio de Lyon

El  IV Concilio de Letrán, celebrado entre 1215-1216, el papa Inocencio III establece las bases de los profundos cambios venideros en la Iglesia de Roma. Cambios que estarán acordes con la profunda evolución social que llevará a la Baja Edad Media. Del riguroso y atomizado poder feudal anterior, progresivamente se pasará al cada vez mas importante papel de unos “burgos” que estarán asociados a un menor conjunto de monarquías, pero mas fuertes políticamente y que se apoyarán en Roma y la institución del papado, en su perseguido papel como  “Iglesia Universal”,  para resolver sus propios conflictos.  Así, el IV Concilio de Letrán establece una serie de “cánones”, entre ellos:  Los dictados para la elección de un restringido colegio cardenalicio y su cónclave en el sufragio papal , la anulación de todas las ordenaciones de los antipapas previos, y uno, especialmente sensible: La prohibición de ordenar clérigos “sin presupuesto”, es decir, sin medios para su subsistencia, y que serán formados en escuelas catedralicias, a la vez que estarán sometidos a la competencia de las nuevas “ordenes mendicantes”, léase franciscanos, dominicos y carmelitas, directamente dependientes del papado. En definitiva, y como no resulta difícil de apreciar, ésta reforma realmente lo que hace es asimilar las lecturas heresiarcas a la doctrina oficial de la, ya podemos llamar, ICAR o Iglesia Católica Apostólica Romana.

Mas todas éstas reformas, todas inducidas, tienen un severo inconveniente financiero, a las que habría que unir la “desviaciones económicas” derivadas de las ordenes militares surgidas en siglo XII con las cruzadas, y que hacían peligrar el sostenimiento de la institución religiosa. Por otro lado y como consecuencia del desbarajuste de apostasías, herejías e “indefiniciones” de muchos parroquianos, la remisión de pecados y su voluntad de volver a seno  de la Iglesia constituyeron un aliciente para el  resurgimiento de unas indulgencias, que se remontan a los principios de la Cristiandad,  y que impulsaron la doctrina del “purgatorio de las almas” para aquellos que en vida no habían podido desprenderse de sus culpas contra Iglesia. Ésta circunstancia, que en un principio puede parecer fútil , tenía tremendas implicaciones, por poner un ejemplo, sobre herencias, posesiones y títulos nobiliarios, ya que el surgimiento de dudas sobre su “infidelidad hacia los dictados de Roma y por tanto hacia Cristo”, podría conducir a  excomuniones y otras penas, y éstas a su vez  a expropiaciones de bienes y revocaciones de derechos sucesorios y/o  prebendas reales. Yuxtapuesto a lo anterior, no cabe duda,  estarían las intencionalidades propias de un verdadero creyente a fin de ganar con solvencia la Bienaventuranza Eterna, así como la rogatorias de los allegados hacia sus difuntos, de amplia tradición en las generalidad de las religiones, pero en definitiva, nunca dejó de ser una forma de control político y una manera indefinida de financiarse.

Evidentemente, hoy en día, éstas tesis no dejan de ser polémicas, si bien tampoco pueden ser rechazadas por la Iglesia porque existe el dogma católico de la “Infalibilidad pontificia en ‘ex cathedra’ “, según el Concilio Vaticano I, 1869, y rubricado por el Concilio Vaticano II, 1962-1965,  de tal manera que cuando un romano pontífice establece una enseñanza dogmática relacionada con la fe y la moral, se la supone una “revelación divina” y por tanto acontece como incontestable.  Aún así,  Benedicto XVI en consonancia con Juan Pablo II,  aclara: “El Purgatorio no es un lugar del espacio, del Universo, sino un ‘fuego interior’ que purifica el alma del pecado”, invitando a rezar por los difuntos.

Aclarado lo anterior, entiendo por tanto  que  la última frase del responso mortuorio católico, “Requiescant in pace” (R.I.P.),  no deja se ser un mero “deseo” del sacerdote hacia el fallecido, y que el alma sigue penando, tras la tumba,  los pecados hasta el Día del Juicio Final en el fin de los Tiempos.

http://www.lamentiraestaahifuera.com/2013/06/05/porque-y-cuando-se-creo-el-purgatorio/

domi Dormir es esencial para tu salud física y psicológica.

Claves para dormir mejor, la importancia del descanso

Dormir es esencial para tu salud física y psicológica. Es una de las claves de tu rendimiento deportivo e imprescindible para mantenerte en forma.

1) No dedicas el suficiente tiempo para dormir (puedes estar en la cama, pero te entretienes mirando la TV en vez de dormir).

2) Las preocupaciones: a veces son simples proyectos o tareas pendientes, que terminan por desvelarte. La hora de acostarse no es buen momento para recapitular o arreglar la jornada.

3) El estrés: permitía a nuestros ancestros pasar noches alerta y sin dormir cuando, por ejemplo, les perseguía un depredador. Si afrontamos las situaciones de la vida diaria como si estuviéramos en peligro, no vamos a poder dormir.

4) Cenar demasiado o demasiado tarde: no son recomendables porque tu cuerpo tendrá que realizar un gran esfuerzo para digerir, lo que te impide descansar correctamente. Mejor dale prioridad a los hidratos de carbono que son más fáciles de digerir.

5) Acostarse con hambre: es uno de los mejores estimulantes naturales y te mantendrá toda la noche en vela. Una dieta hipocalórica o desequilibrada te dejará sin energía y no podrás dormir bien.

6) No te has cansado físicamente: Si no le has dado a tu cuerpo la acción que necesita, probablemente te cueste dormirte. Después de un buen entrenamiento notarás que entras más fácilmente en un sueño profundo.

7) Estás demasiado cansado: El cansancio extremo, el agotamiento y el dolor muscular son enemigos del sueño. Si te cuesta dormirte, aflójale: recuerda que el insomnio es uno de los primeros síntomas de sobreentrenamiento.

Entrenar demasiado tarde: provoca gran respuesta metabólica, nos ayuda a quemar más grasas y aumenta los niveles de energía y rendimiento físico. Pero nuestro cuerpo no es una máquina que se pueda desconectar a voluntad. Si tienes problemas para dormir, no entrenes después de las 20 hs.

9) Has roto tu rutina: Nuestro cuerpo deja de recibir señales a las que está acostumbrado y nos cuesta dormirnos. Cuando realizamos viajes que implican grandes diferencias horarias o trabajamos de noche esos ritmos por lo que sientes sueño cuando debes permanecer despierto.

10) Problemas respiratorios: Basta un simple resfriado para que duermas mal, o problemas respiratorios crónicos. Para evitarlo, el cerebro realiza microdespertares, instantes en los que el sueño se interrumpe para que el cuerpo pueda recuperar el ritmo respiratorio.

11) Sustancias que afectan al sistema nervioso central: El café, el té, las bebidas de cola y el cacao pueden afectar al sueño aunque se tomen con mucha moderación si eres una persona sensible.

12) Una mala postura: Si duermes boca abajo y no tienes calidad de sueño, trata de cambiar ese hábito. El cuello permanece girado muchas horas y acabas por despertarte. También perjudica la respiración. Intenta dormir boca arriba o de lado con una pierna encima de la otra.

No existe un número de horas “reglamentarias”. Depende de muchos factores, como tu edad, actividad y, sobre todo, tus características personales. Pero podemos considerar que menos de 7 hs.es poco para un deportista. Pero aun más importante que dormir mucho, es dormir bien.

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