Archivo por días: agosto 15, 2014

domi Pico de actividad de las Perseidas de 2014

Perseidas 2013

Un año más las Perseidas, las lágrimas de San Lorenzo, vienen a dar su espectáculo, aunque lo más correcto sería decir que es la Tierra la que atraviesa una vez más la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, de cuyos restos provienen estos meteoros.

El máximo de actividad para este año está previsto para la noche del 12 al 13 de agosto, aunque como acaba de haber Luna llena esto complicará su observación, ya que Perseo, de donde parecen provenir estos meteoros, estará muy cerca de ella.

Así que a lo mejor en lugar de mirar hacia Perseo este año es mejor mirar hacia otra parte del cielo, o esperar unos días, pues aunque el pico de actividad sea esta noche en realidad las Perseidas se pueden seguir viendo hasta finales de agosto.

Perseo, sólo visible en el hemisferio norte, está hacia el noreste, aunque si tienes problemas para localizarlo puedes usar una aplicación comoSkySafari.

Y recuerda, aunque estemos en verano, si decides salir a ver si cazas alguna lágrima de San Lorenzo no dejes de abrigarte.

domi El dí­a de la MADRE TIERRA: Enseñanza de los Esenios

Namaste hermanos en la luz:

Las enseñanzas que los Esenios preservaban y compartí­an viene de una fuente más vieja que nuestra Tierra. Ellos consideraban a Enoch como el fundador de su hermandad y crei­an que Moises recibian más de estas enseñanzas cuando estaba en la montaña.

El humano es una variedad más del árbol en la Tierra, con siete raí­ces y siete ramas, estas catorce fuerzas representan el árbol de la Vida de los Esenios , con las siete raí­ces extendiendose hacia la Tierra: Madre Tierra, Tierra, Vida, Alegrí­a, Sol, Agua, Aire y las siete ramas extendiendose hacia el Cielo: Padre Celestial, Vida Eterna, Trabajo Creativo, Paz, Poder, Amor, Sabidurí­a;  y el Ser Humano siendo el tronco que está a medio camino entre el Cielo y la Tierra.

He aquí­ una de sus maravillosas oraciones y comuniones:

Honra a tu Madre Tierra para que tus di­as
sean muchos sobre la Tierra.

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La Madre Tierra está en ti y tú en ella, ella te dio la luz y te da la vida.
Fue ella quien te dio tu cuerpo, y un dí­a lo devolverás a Ella.
Serás feliz cuando la conozcas a ella y a su reino.

Si recibes los ángeles de tu Madre y cumples sus leyes,
no verás enfermedad alguna, pues el poder de nuestra Madre está sobretodo.
Ella reina en los cuerpos humanos y en toda cosa viviente.
La sangre que en nosotros fluye, nace de la sangre de nuestra Madre Tierra
su sangre cae de las nubes, salta del vientre de la Tierra,
burbujea en los arroyos de los montes, fluye anchurosa en los rí­os de los llanos,
duerme en los lagos, ruge fuertemente en los mares tempestuosos.

El aire que respiramos, nace del aliento de nuestra Madre Tierra.
Su aliento es azul en lo alto de los cielos, susurra en la cima de los montes,
murmura en las hojas de los bosques, ondula en las milpas,
duerme en lo profundo de los valles, arde en los desiertos.

La dureza de nuestros huesos, nace de los huesos de nuestra Madre Tierra,
de las rocas y las piedras, ellas se paran desnudas ante los cielos
en las cumbres de las montañas, cual gigantes que están durmiendo
en las faldas de las montañas, como í­dolos colocados en el desierto,
y se esconden en lo profundo de la tierra.

La ternura de nuestra carne, nace de la carne de nuestra Madre Tierra,
que amarillea y enrojece en la fruta de los árboles,
y nos nutre en los surcos de los campos.
la luz de nuestros ojos y la audición de nuestros oí­dos
nacen ambas de los colores y sonidos de nuestra Madre Tierra,
que nos envuelven, como las olas del mar al pez,
como el aire remolinante al pájaro.

El humano es el hijo de la Madre Tierra,
y de Ella el hijo del hombre recibió su cuerpo entero.
Así­ como el cuerpo del recién nacido, nace del vientre de su madre.
Eres uno con la Madre Tierra, Ella está en ti y tú en ella,
de Ella naciste, en Ella vives y a Ella regresarás.
Mantén, por tanto, sus Leyes pues nadie puede vivir mucho ni ser feliz
sino quien honra a la Madre Divina y cumple sus leyes,
pues tú aliento es su aliento; tu sangre es Su sangre;
tus huesos son sus huesos; tu carne es su carne;
tus ojos y tus oí­dos, son sus ojos y sus oi­dos.

¡NUESTRA MADRE TIERRA!
siempre nos abraza, siempre nos rodea con su belleza.
Nunca podemos separarnos de Ella;
nunca podemos conocer sus profundidades.
Siempre crea nuevas formas: cuanto ahora existe antes nunca fue;
cuanto existía antes ya no regresa:
En su reino todo es siempre nuevo y siempre antiguo.

En medio de Ella vivimos, aún no la conocemos.
Constantemente nos habla, más nunca traiciona sus secretos.
Siempre cultivamos el suelo y recogemos sus cosechas,
Más no tenemos ningún poder sobre Ella.
Siempre construye, siempre destruye
y su taller está escondido a los ojos de los hombres

LA MADRE TIERRA Y YO SOMOS UNO. ELLA LE DA LA COMIDA DE LA VIDA A TODO MI CUERPO.

http://www.yosoyluz.cl/?p=805

domi ¿Cómo fue la Asunción?

Para responder a esta pregunta, tomaremos la opinión del Teólogo Antonio Royo Marín, o.p., la cual aparece en su libro La Virgen María, Teología y Espiritualidad 

En el momento mismo en que el alma santísima de María se separó del cuerpo -que en esto consiste la muerte- entró inmediatamente en el Cielo y quedó, por decirlo así, el alma incandescente de gloria, en grado incomparable, como correspondía a la Madre de Dios y a la elevación de su gracia. Su cuerpo santísimo, mientras tanto, fue llevado al sepulcro por los discípulos del Señor.

Una antigua tradición, fundada en el argumento de la Madre también parecerse en esto a su Hijo, nos señala que el cuerpo de María estuvo en el sepulcro el mismo tiempo que el de Cristo. Es decir, que poco tiempo después de haber sido sepultado, el cuerpo santísimo de la Santísima Vírgen resucitó también como el de Jesús.

La resurrección se realizó sencillamente volviendo el alma al cuerpo, del que se había separado por la muerte. Pero como el alma de María, al entrar de nuevo a su cuerpo virginal, no venía en el mismo estado en que salió de él, sino incandescente de gloria, comunicó al cuerpo su propia glorificación, poniéndolo también al nivel de una gloria incomparable.

Teológicamente hablando, la Asunción de María consiste en la resurrección gloriosa de su cuerpo. Y, en virtud de esa resurrección, comenzó a estar en cuerpo y alma en el Cielo. Por cierto Royo Maríncontradice una diferenciación que se ha hecho con frecuencia entre la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo y la Asunción de su Madre al Cielo, como si la Ascensión fue hecha por el Señor por su propio poder y la Asunción de María requiriera de la ayuda de los Angeles, para Ella poder ascender.

Nos dice que el traslado material a un determinado lugar -si es que el Cielo es un lugar, además de un estado- lo hizo María por sí misma, sin necesidad de ser llevada por los Angeles. Esto sucedió en virtud de una de las cualidades de los cuerpos gloriosos, que es laagilidad.

Para entender lo que es esta cualidad nos apoyaremos en el mismo autor, quien nos describe en su libroTeología de la Salvación, al referirse a las cualidades de los cuerpos gloriosos de los resucitados, en qué consiste la agilidad:

“En virtud de esta maravillosa cualidad, los cuerpos de los bienaventurados podrán trasladarse, cuando quieran, a sitios remotísimos, atravesando distancias fabulosas con la velocidad del pensamiento. Sin embargo, este movimiento, aunque rapidísimo, no será instantáneo … pero será tan vertiginoso que será del todo imperceptible”.

La diferencia, entonces, entre la Ascensión de Cristo y la Asunción de María radica en que Cristo hubiera podido ascender al Cielo por su propio poder, aun antes de su muerte y gloriosa resurrección, mientras que su Madre no hubiera podido hacerlo antes de que hubiera tenido lugar su propia resurrección.

Sin duda alguna, nos dice Royo Marín, irían con Ella todos los Angeles del Cielo, aclamándola como su Reina y Señora, como bien lo han descrito poetas y pintado pintores, pero sin necesidad de ser llevada o ascendida por Angeles, pues ella sola se bastaba con la agilidad de su cuerpo santísimo, ya glorificado por su gloriosa resurrección.

 http://www.homilia.org/virgen/7comoAsunc.htm