Diciembre de 1995. La red de satélites de EEUU detecta movimientos de objetos voladores no identificados en los cielos brasileños, el epicentro de toda esa actividad se encuentra en la ciudad de Varginha, en el sur del estado de Minas Gerais.
13 de enero de 1996. La Fuerza Aérea de EEUU alerta a su homónina brasileña del seguimiento de un OVNI en el espacio aéreo brasileño moviéndose en altitudes excesivamente bajas. Según un operador de radar del ejército del aire brasileño la alerta llega completa, con las coordenadas de longitud y latitud, pero los norteamericanos no pueden decir si el OVNI va a aterrizar o a estrellarse. Por la mañana, una antena del NORAD (Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica), posiblemente instalada en Nuevo México, informa nuevamente a las autoridades brasileñas sobre un posible impacto en el sur de Minas Gerais.
Alrededor de las 8:00 am. El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Brasileñas es oficialmente informado y ordena que la unidad del Ejército más cercana a la trayectoria final del objeto, la Escuela de Sargentos de Armas (ESA) de Três Corações, entre en estado de alerta.
Treinta minutos después Carlos de Souza, piloto de ultraligero, de São Paulo, se desplaza por la carretera BR-381 hacia Belo Horizonte (capital de Minas), deteniéndose 5 kilómetros antes de llegar a Varginha. Observa un objeto alargado, en forma de puro, que cruza el cielo en dirección a Três Corações, a 27 kms de Varginha, desprendiendo humo por la parte de abajo.
9:00 am. El OVNI pierde altitud vertiginosamente descendiendo en un ángulo de 30 grados. Desaparece tras un monte y el piloto deduce que acaba de caer. Continúa por la carretera y busca el lugar del posible impacto. En un pastizal ve muchos fragmentos diseminados y cerca de 40 hombres uniformados recogiéndolos.
Souza toma uno de los restos. Es extremadamente ligero y vuelve a su forma original después de aplastarlo, tal como los encontrados en EEUU en 1947, relacionados con el caso Roswell. Sobre el terreno hay un helicóptero, dos camiones y una ambulancia del Ejército.
Un gran pedazo del objeto es levantado por una grúa situada en un camión. El testigo nota un olor semejante al amoníaco. Un cabo de la policía militar, junto a otros agentes, le advierten de que deje el lugar y no diga nada de lo que ha visto.
Carlos de Souza reveló al ufólogo Claudeir Covo, y posteriormente a Ubirajara Rodrigues, la situación intimidatoria que vivió.
15 de enero, por la mañana. Algunos testigos afirman ver hombres vestidos con uniformes de la Fuerza Aérea Norteamericana (USAF), supuestamente transportados por un helicóptero procedente de la cercana ESA.
Entre el 15 y el 18 de enero. Hay grupos armados en varios camiones Mercedes Benz modelo 1418. Los observa el ciudadano Eduardo Práxedes, junto con otros dos compañeros, al lado de un puente en la carretera BR-4.
19 de enero, 6:00 am. Un avión Búfalo despega de la base aérea de Canoas, en Rio Grande do Sul, transporta un radar portátil y lo deposita en la pista de algún aeropuerto situado en el sur de Minas Gerais.
1:30 de la madrugada del 20 de enero. Oralina Augusta y Eurico Rodrígues duermen tranquilamente en su granja cuando, en mitad de la noche, se despiertan súbitamente a causa de unos fuertes mugidos del ganado. Pensando que puede haber algún cuatrero, ambos se asoman por la ventana para ver qué sucede cuando, estupefactos, ven a apenas 30 metros de distancia un cilindro de color gris, sin luces, con forma de puro y del tamaño de un pequeño autobus volando lenta y silenciosamente a unos 5 metros del suelo y desprendiendo un humo blanquecino. La pareja contempla este extraño fenómeno durante más de media hora hasta que el objeto desaparece en la lejanía.
20 de enero, 7:00 am. Un habitante del municipio de Alfenas, situado a unos 80 kilómetros de Varginha, declara haber visto una criatura que parecía «un mono de metro y medio de altura con tres chichones en la cabeza».
8:00 am. El departamento de bomberos de Varginha, en el estado brasileño de Minas Gerais, recibe una llamada telefónica anónima alertando a los bomberos sobre la presencia de una extraña criatura en un parque del norte de Jardim Andere.
8:30 am. Algunos niños encuentran un ser raro, medio hombre, medio animal. Está en una casa en construcción al final del barrio Jardín Andere. Permanece quieto y llora «alto y agudo». Tiene el vientre abultado y aparenta ser una «hembra de mono embarazada».
La criatura sale de la obra y desciende, lentamente, por una gran campiña delimitada por la calle Suecia, perdiéndose en un bosque de eucaliptos.
A la misma hora el comando regional de la Policía Militar informa a la ESA, en Três Corações, que varias personas dicen haber visto algo raro en Jardín Andere. Un camión de transporte de tropas sale hacia Varginha a gran velocidad.
9:00 am. El comando de la 13ª Compañía Especial de Bomberos recibe orden del cuartel de la Policía Militar de enviar un grupo al lugar.
Cuatro hombres van a Jardín Andere. Un comandante y otro bombero se incorporan al resto del grupo.
11:00 am. Los bomberos llegan al lugar con redes y jaulas, pensando que se van a encontrar un animal salvaje. Se intensifica la búsqueda de la criatura. Los civiles, que comienzan a aglomerarse, reciben órdenes de abandonar la zona. Según los periodistas que entrevistaron a varios testigos oculares, los bomberos suben por una fuerte pendiente hacia las zonas boscosas del parque, donde quedan estupefactos ante una extraordinaria visión. Ante ellos tienen murmurando un bípedo de aproximadamente un metro y medio de altura, de ojos rojos, piel grasienta y marrón, prominentes venas en cuello y hombros, tres protuberancias en la frente y tres dedos en cada mano, carece de ombligo, pezones y órganos sexuales. La criatura emite un ruido similar al zumbido de las abejas, de ella emana un olor que recordaba al del azufre, y parece estar herida. El ser apenas reacciona.
Mientras los bomberos se disponen a capturar a la criatura, el jefe de la brigada llama a la cercana base militar. El comandante de la base, el general Sergio Coelbo Lima, envía inmediatamente sus tropas a la zona para aislar el parque.
Un hombre observa el incidente desde la terraza de una casa cercana, es el ayudante de construcción Henrique Jose. Posteriormente dijo que cuatro bomberos atraparon a la criatura con sus redes, la encerraron en una caja de madera y la entregaron a los militares. Los veteranos ufólogos y abogados Vitório Pacaccini y Ubirajara Franco Rodrigues, que investigaron los hechos, verificarían que la criatura fue capturada por cuatro hombres –sin que ésta ofreciera resistencia alguna- con una red como las que se emplean para atrapar perros.
Muy pronto, los rumores de que se habían capturado dos extraterrestres se difundieron y aparecieron en varias revistas brasileñas. Los ufólogos de todo el país acudieron a Varginha, tratando de averiguar exactamente qué había sucedido. Se hicieron reuniones, se notificó a la prensa local y, pronto, más de 60 testigos se pusieron en contacto con los investigadores.
Las posteriores pesquisas dieron como resultado que esta primera criatura fue llevada a la Escuela de Sargentos de Três Coracões, al sudeste de Varginha. Sin embargo, ninguna de las autoridades reveló nada de lo que ocurrió después. Sí se supo, no obstante, que un policía que estuvo presente en la captura fue herido por la criatura y que dos días después moría en el hospital. Oficialmente, la causa de la muerte fue neumonía, pero cuando los familiares reclamaron más información, ésta les fue negada.
Alrededor de las 15:00 horas. La niñera Kátia Xavier, de 21 años, sale de una casa en Jardín Andere y se encuentra con dos amigas, Liliane de Fátima Silva, de 16 años, y su hermana, Valquiria Aparecida Silva, de 14. Atajan por una vereda en medio de algunas construcciones. Minutos después van a tener un encuentro que jamás olvidarán. Arrimado al muro de un terreno baldío, a menos de siete metros de ellas, se encontraba agachada una criatura idéntica a la capturada por la mañana en la misma zona. A las niñas les parece que la criatura está desnuda y tan asustada como ellas. Gritan y comienzan a correr. Llegan a casa de Lúcia Helena, madre de Liliane y Valquiria y cuentan lo que han visto. «Las vi llegar llorando, temblando, casi ni podían hablar. Cuando me vieron me abrazaron espantadas y me dijeron que habían visto al diablo».
Se trataba de una criatura de piel marrón oscura, con forma humana, acurrucada en un muro, que parecía estar sufriendo. Tenía los brazos metidos entre sus rodillas y les dirigió sus grandes ojos rojos sin párpados, córnea ni iris. Levantó ligeramente la cabeza y volvió a bajarla. No emitió ningún sonido.
La piel parecía cubierta por alguna sustancia aceitosa. Destacaban venas gruesas en el cuello. El cráneo parecía enorme y poseía protuberancias. Recordaba, según Valquiria, «a un enorme y oscuro corazón de buey».
Doña Lúcia decide investigar y le pide a una vecina que las lleve al baldío en su camioneta. Medio barrio ya está reunido en la esquina, escuchando y comentando. En el baldío Lúcia encuentra apenas dos huellas enormes y un indefinible olor, «parecido al del azufre». La familia vuelve a casa, alterada y sin saber en que pensar. Poco después, una tormenta fortísima borra todo rastro del incidente en el baldío.
La Escola de Sargento das Armas (ESA) de tres Coracões es avisada de la presencia de esta criatura.
Sobre las 19:30 horas. Los policías militares Marco Eli Chereze y Eric Lopes van al Jardín Andere para capturar un «animal», obedeciendo órdenes de sus superiores. Pero cuando llegan ven algo semejante a «un ser humano desnudo, deformado y repugnante». Marco se acerca primero. La criatura, que entonces permanece inmóvil y agachada, intenta escapar sigilosamente. Es cuando el policía la agarra por el brazo derecho y la conduce al asiento trasero del vehículo.
Confusos, los dos compañeros arrancan el automóvil. No saben qué hacer. Intuyen que aquella criatura, que apenas se mueve y parece indefensa, se está muriendo. Creen que deben prestarle auxilio.
El puesto de salud más próximo mantiene un médico de turno. Al llegar, un asistente se espanta y les grita: «¡¡Llévenlo a un hospital, al zoológico, no sé donde. ¡¡Pero salgan con esto de aquí! ¡¡No quiero problemas!!»
La criatura es internada en el hospital regional de Varginha a última hora de la tarde. Sin embargo, al poco es trasladada al Hospital Humanitas de Varginha, a aproximadamente kilómetro y medio de distancia. Allí, según fuentes médicas, los doctores estaban mejor equipados para tratar sus heridas. El centro se paraliza. Todo un sector es acordonado y se inicia la transferencia de los ingresados hacia otros sectores. La criatura es sometida a breves y fallidas tentativas de salvamento.
El comando de la Policía Militar está informado de los acontecimientos. Viandantes y vecinos cercanos al hospital observan el insólito incidente.
Testigos del hospital dijeron a los investigadores que la criatura no se resistió. Se declara su fallecimiento a las 6 de la tarde del 22 de enero.
Los militares introducen su cuerpo en una caja. Observan que tiene los pies demasiadamente grandes, bifurcados en dos gruesos dedos. Su piel arrugada aparenta estar embadurnada con grasa o aceite.
El ambiente está impregnado de un olor muy fuerte, semejante al amoníaco. Uno de los médicos se acerca al ataúd con una pinza quirúrgica que se dobla sobre el cuerpo. Le abre la boca –extremadamente pequeña– y extrae una lengua oscura y delgada.
Su cabeza es muy grande, con protuberancias en el cráneo, prácticamente no se aprecia su nariz, apenas dos pequeños orificios. Sus ojos, saltones, son dos esferas alargadas y rojizas, carentes de párpados. Tres dedos en cada mano, no se observan órganos sexuales, ni pezones ni ombligo. Parece tener articulaciones en las piernas, que estaban desolladas y arrugadas, y su piel coincide con las primeras descripciones: de color marrón y textura aceitosa.
Médicos y militares atornillan y sellan la caja con un candado. Después dos militares con máscaras y guantes la envuelven con sacos de plástico negro y la introducen en un camión, donde la atan con una cuerda de nylon.
Las investigaciones de Pacaccini y Rodrigues les llevarían a poder reconstruir parcialmente lo sucedido. Averiguaron que el lunes 22 de Enero un convoy de tres camiones partió a las 17:30 horas rumbo a la Escola de Sargento das Armas (ESA) de Tres Coracões, a 25 kilómetros de Varginha, a donde llegaría a las 19:00 horas, entrando separados para no llamar la atención.
Ya en la madrugada del 23, el capitán Ramires saldría de la ESA en un jeep. Los mismos camiones más tarde participaron en el transporte inicial de las criaturas saldrían también a las 4 de la mañana, acompañados por el sargento Pedrosa. El capitán Ramires esperaría a los camiones en una unidad del Ejército, cerca de la ciudad de Campinas, desde donde se dirigieron a la Universidad, una de las más importantes de Sudamérica, equipada con tecnología punta. Momento a partir del cual se pierde definitivamente su pista.
23 de enero, hacia las 14:00 horas. Los camiones con los cuerpos llegan a la Universidad de Campinas (Unicamp), especializada en alta tecnología e investigaciones espaciales. En una de las cajas se halla uno de los seres, muerto (el que procedía del hospital de Varginha) y, en la otra, el que aún vive. Podría tratarse de la criatura capturada por los bomberos el 20 de enero.
23 de enero y días posteriores. Un amplio equipo de científicos y asistentes pasan, prácticamente, a residir en la Unicamp. Entre ellos, el forense Fortunato Badan Palhares, célebre por haber identificado el cuerpo del nazi Joseph Mengele, sin embargo, Palhares desmentiría más tarde, públicamente, su participación en el caso.
Durante los siguientes días, nadie tiene acceso a los departamentos donde trabajan los equipos. Se transportan alimentos y suero que se introducen de forma furtiva en las dependencias.
26 de enero, por la mañana. Militares norteamericanos, incluyendo algunos que supuestamente trabajan para la NASA, llegan a la Unicamp. Oficialmente, la visita se destina al proceso de selección de científicos brasileños para participar en futuras misiones espaciales (ja!). Comienzan a colaborar conjuntamente con militares brasileños dentro de los laboratorios. Se especula con que los cuerpos, mantenidos en refrigeradores de la Universidad, son trasladados posteriormente a EEUU.
¿Una tercera y cuarta criatura?
21 de febrero. Un hombre va en su furgón tranquilamente cuando, al disponerse a tomar una curva, los faros iluminan una extraña criatura a unos 50 metros de distancia. El asustado conductor frena y puede ver aterrorizado que la criatura levanta las manos para proteger sus ojos «de color rojo-sangre» de la luz, el ser desaparece después en la oscuridad de la noche. El conductor también dijo que tenía tres o cuatro dedos en cada mano.
15 de mayo, 19:00 horas. El joven Hildo Gardingo viaja en su automóvil hacia Varginha y, en plena carretera, avista a un ser de aproximadamente 1,6 metros de altura intentando cruzar el asfalto a la altura de la hacienda José Castilho. Es muy parecido al que vieron las tres jóvenes el 20 de enero. Pero, contrariamente a la declaración de éstas, tiene la impresión de que su cuerpo estaba cubierto de pelos. El muchacho se asusta y acelera el vehículo para apartarse de la criatura.
19 de octubre. Catorce ufólogos de varios estados brasileños deciden «peinar» el terreno donde aparentemente cayó otro OVNI el 13 de enero en la hacienda Maiolini, en Três Corações. Sin embargo se topan con dos depresiones de forma rectangular que podrían corresponder a las de una grúa.
La extraña muerte de un soldado
Uno de los episodios más extraños asociados al caso Varginha se refiere a la muerte del policía militar Marco Eli Chereze, de 22 años. El abogado y ufólogo Ubirajara Franco Rodrigues realizó una intensa investigación sobre las circunstancias de su fallecimiento.
Según los familiares del policía, éste capturó a una de las criaturas con las manos desprotegidas (sin guantes) la noche del 20 de enero de 1996. El 7 de febrero, el joven ingresó en quirófano para la extracción de un furúnculo en la axila derecha.
Antes, los hemogramas mostraron una importante infección. Se le suministraron dos antibióticos (penicilina y gentamicina) ante la sospecha de neumonía o de una infección urinaria. El joven falleció el 15 de febrero. La causa: insuficiencia respiratoria aguda, septicemia y neumonía bacteriana. La necropsia reveló la existencia de la bacteria enterobacter, hallada en la orina.
No obstante, la bacteria descubierta en la axila no era la misma que la detectada en el riñón –la que causó la infección urinaria– ni en el pulmón. Era un estafilococo, bacteria común en cualquier infección de la piel. La afección era relativamente simple y, unos días antes, el muchacho gozaba de excelente salud. Sin embargo, en muy poco tiempo sus defensas se vinieron abajo.
El médico militar Cesário Lincoln Furtado –que atendió a Chereze en primera instancia– dijo que, después de la sencilla operación quirúrgica, desaparació el absceso por el que ingresó, muy grave, en el hospital donde falleció. El corte se cicatrizó y no había signos de inflamación.
Nuevos testigos
El veterano ufólogo Marco Antonio Petit añadió nuevos testigos del caso Varginha durante el I UFO Minas (Primer Congreso de Varginha, organizado por la revista UFO) entre el 19 y el 22 de agosto del 2004.
Uno de ellos es una mujer que quiso mantenerse en el anonimato. Dijo haber visto a los cuatro bomberos que capturaron a la criatura el 20 de enero en un barranco de la calle Suecia.
Adujo que otras 30 personas testificaron la veracidad de esa operación. Otro testigo, Ronaldo Silva, garantiza que, en los días 21, 22 y 23 de enero, observó un objeto esférico volador que se movía entre el hospital de Varginha y el barrio Andere. Según las palabras de Silva, parecía «una madre buscando a sus hijos». Su forma recordaba a la de «una pompa de jabón», que reflejaba los colores de alrededor.
Además, la esposa de un militar confesó a Petit que, las semanas siguientes a las capturas en Varginha, su marido se quejaba de la fuerte presión que las autoridades norteamericanas ejercían para que «nuestros militares se desprendieran de los «materiales» recogidos en el sur de Minas, para ser analizados en EEUU». La esposa reveló que los «materiales» fueron transportados a bordo de un avión Hércules desde el aeropuerto de Campinas, con destino ignorado.
Otro investigador, el biólogo Carlos Alberto Machado, de la ciudad de Curitiba, lanzó una nueva hipótesis durante el congreso: las criaturas tendrían relación con unos misteriosos sucesos.
Machado se basa en las muertes súbitas de varios animales salvajes en el zoológico de Varginha a principios de abril de 1996. Los veterinarios no supieron certificar la «causa mortis» exacta, pero sí hablan de «hemorragias incontroladas».
Una testigo afirmó ver, por aquellas fechas, una criatura semejante a la que observaron las tres chicas, dentro del zoológico. ¿Habría alguna relación entre tales muertes y los misteriosos humanoides?
Ocultando pruebas
Hoy, más de 70 ufólogos han visitado ya Varginha para investigar. Desde Bob Pratt, del National Enquirer, hasta John Mack, profesor de Psiquiatría de la Harvard Medical School y experto internacionalmente reconocido en el terreno de las abducciones, dando credibilidad a los hechos.
Ubirajara y Pacaccini entrevistaron a cinco militares, tres de los cuales afirmaron haber visto a por lo menos uno de los extraterrestres «en una mesa de operaciones». Todas las entrevistas fueron grabadas. «Para no perjudicar a los que confiaron en nosotros, no podemos revelar sus identidades ni mostrarles las grabaciones», dijeron los ufólogos que no revelaron sus hallazgos hasta convencerse de que existía una operación de encubrimiento.
«Las instituciones, al contrario de los testigos, comenzaron de inmediato a caer en contradicciones», definió Ubirajara.»Ante preguntas especificas, notábamos que aparecían discordancias y una muy mala voluntad. No queremos ofender a nadie, ni al ejército ni a la policía, pero nos parece obvio que estan tratando de tapar la cuestión». En cuanto a las operaciones militares, según los dos ufólogos, fueron ordenadas por el teniente coronel Olímpio Wanderley Santos, de la ESA, quién también negó rotundamente a la prensa su participación en el caso.
Pacaccini cree que sus esfuerzos por localizar los restos han sido entorpecidos por los militares y dice que hay un encubrimiento oficial. Parece ser que ha recibido incontables amenazas de muerte a través de llamadas telefónicas anónimas y ha oído decir que si algún militar mencionaba su nombre, se arriesgaba a un arresto de 10 días.
También se dice que el general Coelho Lima había emitido una orden que prohibía que ningún militar hablase o se pusiese en contacto con cualquier ufólogo brasileño. Pero esto no ha impedido que hayan llegado algunos detalles más a los investigadores.
Esta última información sugiere que el gobierno o el ejército de EEUU estaban involucrados. Se cree que un norteamericano estaba presente en la mañana del 20 de enero, cuando la primera criatura fue capturada. A última hora de aquel día, se vio un avión de transporte C-5 o C-17 de las USAF en el aeropuerto de São Paulo. Dos días después, en el aeropuerto de Campiñas, junto a la universidad, donde se supone que se llevaron a las criaturas, apareció el mismo avión. ¿Significa esto que las dos criaturas, la viva y la muerta, fueron llevadas a EEUU?
Hay más pruebas que sugieren que EEUU puede estar involucrado. En abril de 1996, Lúcia Silva, madre de dos de las chicas que vieron la segunda criatura, dice que cuatro extranjeros la visitaron en su casa. Los hombres, que vestían trajes impecables de color crema, le ofrecieron una «gran suma» para que convenciera a sus hijas de que mintieran acerca de su encuentro. «Me dijeron que me llevarían a otro lugar para hacer una declaración y que tenía que jurar que nunca diría nada», relato la señora. «Yo estaba muy asustada y para colmo mi marido estaba trabajando.» Cuando la Sra. Silva se negó, los hombres prometieron volver y se marcharon en un automóvil Lincoln azul de 1994.
Actualmente diez de las principales organizaciones ufológicas de Brasil han firmado un documento en el que denuncian la existencia de «una verdadera y compleja operación que involucra autoridades militares y profesionales civiles que resultó en la captura de criaturas no clasificadas biológicamente y que han sido mantenidas bajo vigilancia médica y posteriormente retiradas de la ciudad».
No hay duda de que algo extraordinario sucedió el 20 de enero de 1996, pero quedan sin contestar muchas preguntas. ¿Qué le sucedió a la primera criatura? ¿Y cuáles fueron los resultados de la autopsia practicada en la segunda? Si eran extraterrestres, ¿cómo llegaron hasta allí y dónde está su nave espacial? La investigación sobre lo que sucedió en Varginha está lejos de haberse terminado y podría convertirse en uno de los casos más importantes de la historia de la ufología.
Extrañas luces fueron vistas la noche del 20 de enero de 1996 en la ciudad de Varginha, a las pocas horas se difundía la noticia de que el gobierno había capturado dos seres extraterrestres. Numerosos testimonios aseguraron haber presenciado OVNIs sobrevolando los cielos de Varginha aquella noche y pronto aparecieron los primeros videos.