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Aida. Una de las Pocas Entrevistas que concedió…Carlos Castaneda.


por Alejandro Martinez Gallardo
10 Enero 2010
del Sitio Web PijamaSurf
Carlos Castaneda, una de las figuras más enigmáticas del siglo XX, es cuestionado sobre su trabajo como escritor y como aprendiz de brujo, en una rara entrevista de 1997.

Quien se ha acercado a los libros de Carlos Castaneda estará de acuerdo que pocos libros son más atrapantes o quizás, para ser más precisos, tan embrujantes, como la saga que relata la incursión de un elusivo antropólogo sudamericano (¿un peruano criado en Brasil?) a tierras yaquis para iniciar una larga relación con el brujo Don Juan Matus, depositario de una ancestral tradición esóterica de chamanes-guerreros toltecas.

El mainstream de la sociología y de la antropología consideran que la obra de Castaneda es ficción, una invención de su imaginación hambrienta de poder y notoriedad, versada, sin duda, en profundos conocimientos esotéricos:

una síntesis posmoderna de las tradiciones espirituales de diversas culturas, una adaptación incluyendo conceptos de la física cuántica que formarían parte del cuerpo des-hermetizado del new age (la similitud entre el nagual y el tonal con el mundo de la voluntad y el mundo de la representación de Schopenhauer y con la totalidad implicada y la totalidad explicada del físico David Bohm, son notables, pero esto podría ser sólo la resonancia compartida de profundos atisbos metafísicos).
Más allá de todos los argumentos que se puedan hacer sobre la veracidad de la obra de Castaneda, ante el poder puro de sus textos hasta en el más escéptico germina la duda de la existencia de este inexorable brujo del México secreto (Don Juan, valga la distancia, es un poco el Sócrates de Castaneda) y de las realidades alternas a las que lo lleva el entrenamiento de su percepción (convertirse en un cuervo que percibe el mundo en negativo, emplear lagartijas telepáticas a manera de oráculo, o tener un rendez-vouz con el espíritu del peyote en su forma canina, por decir sólo algunas de tono zoomórfico).
De lo que no hay duda es que a través del arte de su escritura – brujería o literatura – Castaneda, el arquetípico trickster que oculta diamantes en espejismos, conjura un sistema de percepción y de filosofía práctica que toca las fibras más profundas de la naturaleza humana, que se enfrenta al misterio de un universo infinito, tan despiadado como maravilloso.

Recordando a Castaneda, cuya obra es en sí misma un acto de brujería, una emanación del águila y del nagual (¿acaso ebria ante el esplendor del poder que canaliza?), reproducimos esta rara entrevista publicada en el diario Uno Mismo, en Chile y Argentina, en 1997, realizada por Daniel Trujillo, vía Castaneda.com:

Pregunta: Señor Castaneda, durante años usted permaneció en el más absoluto anonimato. ¿Qué le ha impulsado a dejar esa condición para dedicarse hoy a difundir públicamente las enseñanzas que, junto a sus compañeras actuales, recibió del nagual Juan Matus?

Respuesta: Lo que nos obliga a difundir las ideas de don Juan Matus es la necesidad impostergable de aclarar lo que él nos enseñó.

Yo y sus otras tres estudiantes hemos llegado a la unánime conclusión de que el mundo que nos presentó don Juan Matus está al alcance de los medios perceptivos de todos los seres humanos. Argüimos entre nosotros cuál sería el camino adecuado.
¿Permanecer en el anonimato como don Juan nos propuso? Esto no encontraba entre nosotros un eco placentero.
El otro camino disponible era el de difundir las ideas de don Juan: un camino inmensamente más peligroso y agotador, pero el único que creemos tiene la dignidad con la que don Juan embebió sus enseñanzas.
P: Considerando que usted ha dicho que los actos de un guerrero son impredecibles, y de hecho así lo hemos comprobado durante tres décadas, ¿podemos esperar que esta etapa pública suya se prolongue en el tiempo?
¿Hasta cuándo?

R: No hay manera de establecer un criterio temporal para nosotros. Vivimos de acuerdo a las premisas propuestas por don Juan y jamás nos apartamos de ellas.

Don Juan Matus nos dio el terrible ejemplo de un hombre que vivía como él lo describía. El ejemplo de un hombre monolítico que no tiene dos caras.
Y digo que es un ejemplo terrible porque es lo más difícil de emular:
ser monolítico y al mismo tiempo tener la flexibilidad para encarar lo que fuera; ésa era la manera de vivir de don Juan.
Dentro de estas premisas lo único que se puede ser es un conducto impecable. Uno no es el jugador de esta partida de ajedrez cósmico, uno es simplemente una ficha de ajedrez.
Quien decide todo es una fuerza impersonal consciente que los brujos llaman el Intento o el Espíritu.
P: Según he podido comprobar, la Antropología ortodoxa resta credibilidad a su obra, lo mismo que los pretendidos defensores del patrimonio cultural precolombino de América.
Subsiste la creencia de que su obra es puramente el fruto de su talento literario, por cierto, excepcional; mientras que otros sectores lo acusan de un doble comportamiento, porque, supuestamente, su estilo de vida y sus actividades son contrarios a lo que la mayoría espera de un chamán.
¿Cómo puede zanjar estas suspicacias?

R: El sistema cognitivo del hombre occidental nos fuerza a movernos a través de ideas preconcebidas.

Basamos nuestros juicios en algo que es siempre «a priori», por ejemplo la idea de «lo ortodoxo». ¿Qué es la antropología ortodoxa? ¿La que se enseña en el aula? ¿Y, cuál es la conducta de los chamanes? ¿Ponerse plumas en la cabeza y bailar a los espíritus?

Han acusado a Carlos Castaneda durante treinta años de crear un personaje literario, simplemente porque lo que yo les decía no coincidía con el «a priori» antropológico, con las ideas establecidas en el aula o en el campo de acción antropológico. Sin embargo, lo que me presentó don Juan sólo podía caber en un campo de acción total, y bajo tales circunstancias sucede muy poco o casi nada de lo preconcebido.

Nunca he podido llegar a conclusiones acerca del chamanismo, porque para hacer esto se necesita ser un miembro activo del mundo de los chamanes.

Es muy fácil para un científico social, digamos por ejemplo un sociólogo, llegar a conclusiones sociológicas acerca de cualquier tema relacionado con el mundo occidental, porque el sociólogo es un miembro activo del mundo occidental.
Pero, ¿cómo puede un antropólogo que pasa a lo más dos años estudiando otras culturas, llegar a conclusiones fidedignas acerca de ellas?
Para adquirir membresía en un mundo cultural se necesita una vida entera. Yo he estado trabajando más de treinta años en el mundo cognitivo de los chamanes del México antiguo y sinceramente creo que no he llegado aún a adquirir la membresía que me permita llegar a conclusiones, o siquiera proponerlas.

He discutido acerca de esto con personas de diferentes disciplinas y siempre parecen entender y estar de acuerdo con las premisas que estoy exponiendo. Pero luego se dan vuelta, y se olvidan de todo lo que acordaron y continúan manteniendo los principios académicos «ortodoxos» sin importarles la posibilidad de un error absurdo en sus conclusiones.

Nuestro sistema cognitivo parece ser impenetrable.
P: ¿Qué finalidad tiene el hecho de que usted se niegue a ser fotografiado, a que se grabe su voz o se conozcan sus datos biográficos? ¿Podría algo de esto afectar, y de qué manera, los logros alcanzados en su trabajo espiritual?
¿No cree que sería útil para algunos sinceros buscadores de la verdad conocer quién es usted realmente, como una forma de comprobar que realmente es posible seguir el camino que pregona?

R: En cuanto a fotografías y datos personales, yo y los otros tres discípulos de don Juan Matus seguimos los dictados de éste.

La idea principal detrás de abstenerse de dar datos personales es muy simple para un chamán como don Juan. Es imprescindible dejar a un lado lo que él llamaba la «historia personal». Alejarse del «yo» resulta algo bastante engorroso y difícil.
Lo que buscan los chamanes como don Juan es un estado de fluidez donde el «yo» personal no cuenta.
El creía que este hecho afecta indiscutiblemente a quien entra dentro de ese campo de acción, y afecta de una manera positiva aunque subliminal, ya que estamos muy acostumbrados a fotografías, grabaciones, datos biográficos, todos ellos engendrados por la idea de la importancia personal.
Él decía que es mejor no saber nada de un chamán; de ese modo, en vez de una persona uno se encuentra con una idea sostenible, lo opuesto a lo que pasa en el mundo cotidiano, donde sólo encontramos personas con problemas psicológicos y sin ideas, y todos ellos repletos hasta el tope del «yo, yo, yo».
P: ¿Cómo deben entender sus seguidores la existencia de todo un mecanismo comercial y publicitario – al margen de su obra literaria – en torno al conocimiento que usted y sus compañeras difunden?
¿Qué relación tiene usted realmente con Cleargreen Incorporated y las otras empresas (Laugan Producciones, Toltec Artists)? Me refiero a vínculos comerciales.

R: A estas alturas de mi trabajo necesitaba de alguien que pudiera representarme en la difusión de las ideas de don Juan Matus.

Cleargreen es una corporación que tiene una gran afinidad con nuestro trabajo, lo mismo que Laugan Productions y Toltec Artists. La idea de difundir las enseñanzas de don Juan a un mundo moderno como el nuestro implica el uso de medios comerciales y artísticos que no están al alcance de mis medios individuales.
Como corporaciones afines a las ideas de don Juan, Cleargreen Incorporated, Laugan Productions y Toltec Artists son capaces de proporcionarme los medios para difundir lo que quiero difundir.

El afán de las corporaciones impersonales es siempre el de dominar y transformar todo lo que se les presenta y adoptarlo a su propia ideología.

De no ser por el sincero interés de Cleargreen, Laugan Productions y Toltec Artists, todo lo que don Juan dijo habría ya sido transformado en otra cosa.
P: Existe un sinnúmero de personajes que de una u otra manera se han «colgado» de usted para adquirir notoriedad pública.
¿Qué opinión le merece el accionar de Víctor Sánchez, quien ha interpretado y reordenado sus enseñanzas para elaborar una teoría personal? ¿O las afirmaciones de Ken Eagle Feather, quien asegura que ha sido escogido como discípulo por el mismísimo don Juan, vuelto a esta dimensión sólo para ello?

R: Efectivamente hay una serie de personas que se titulan a sí mismos estudiantes míos o del mismo don Juan, a quienes yo nunca he conocido y que puedo asegurar que don Juan nunca conoció.

Don Juan Matus estaba interesado exclusivamente en la perpetuación de su linaje de chamanes. Él tuvo cuatro discípulos que perduran hasta el día de hoy. Tuvo otros que partieron con él. Don Juan no estaba interesado en enseñar su conocimiento, lo hizo con sus discípulos a fin de que continuaran su linaje.
Sus discípulos, como no pueden continuar el linaje de don Juan, se han visto obligados a esparcir sus ideas.

El concepto del maestro que enseña su conocimiento es parte de nuestro sistema cognitivo, pero no es parte del sistema cognitivo de los chamanes del México antiguo. Para ellos enseñar era un absurdo. Transmitir su conocimiento a quienes iban a perpetuar la vida del linaje era otro asunto.

El hecho de que haya una serie de individuos empeñados en usar mi nombre o el de don Juan es simplemente una maniobra fácil para beneficiarse sin mucho trabajo.

P: Consideremos el significado de la palabra «espiritualidad» como un estado de conciencia en que los seres humanos son plenamente capaces de controlar las potencialidades de la especie, logro que se obtiene trascendiendo la simple condición de animal, por medio de un arduo acondicionamiento psíquico, moral e intelectual.
¿Está de acuerdo con esta afirmación? ¿Cómo se integra el mundo de don Juan en este contexto?

R: Para don Juan Matus, como un chamán pragmático y lleno de cordura, «la espiritualidad» era una idealidad vacía, una aseveración sin fundamento que nos parece muy bella porque está incrustada en conceptos literarios y expresiones poéticas, pero que nunca pasa de ahí.

Los chamanes como don Juan son esencialmente prácticos.

Para ellos sólo existe un universo predatorio, donde la inteligencia o la conciencia de ser son el producto de desafíos de vida o muerte. Él se consideraba un navegante del Infinito y decía que para navegar en lo desconocido, como lo hace un chamán, uno necesita pragmatismo ilimitado, cordura sin medida y «agallas de acero».

En vista de todo esto don Juan creía que «la espiritualidad» es simplemente una descripción de algo imposible de lograr bajo los patrones del mundo cotidiano, y no es un modo vivo de actuar.

P: Usted ha señalado que su actividad literaria se debe a las instrucciones de don Juan, lo mismo que la de Taisha Abelar y Florinda Donner-Grau.
¿Con qué objetivo?

R: El objetivo de escribir los libros fue dado por don Juan.

Él aseveraba que si uno no es escritor, aún puede escribir, pero el escribir se transforma de una acción literaria en una acción chamanística. Quien decide el tema y el desarrollo de un libro no es la mente del escritor, sino una fuerza que los chamanes consideran como la base del universo y a la que llaman el Intento.
Es el Intento quien decide la producción de un chamán, ya sea literaria o cualquier otra.

De acuerdo con don Juan, un practicante de chamanismo tiene el deber, la obligación de saturarse con toda la información disponible. El trabajo de un chamán es el de informarse de una manera plena de todo lo posible relacionado con el tópico de su interés.

El acto chamanístico consiste en abandonar todo interés de dirigir el curso que tal información tome.
«Quien arregla las ideas que nacen de tal fuente de información no es el chamán – decía don Juan-, sino el Intento. El chamán es simplemente un conducto impecable».
El escribir era para don Juan un desafío chamanístico, no una tarea literaria.
P: Si me permite la siguiente afirmación, su obra plantea conceptos estrechamente relacionados con las doctrinas filosóficas orientales, pero resulta contradictoria con lo que se conoce comúnmente de la cultura indígena mexicana.
¿Dónde se encuentran las similitudes y diferencias entre una y otra?

R: No tengo la menor idea. No soy erudito ni en lo uno ni en lo otro. Mi trabajo consiste en una información fenomenológica del mundo cognitivo al que me introdujo don Juan Matus.

Desde el punto de vista de la fenomenología como método filosófico, no es posible llegar a aseveraciones relacionadas con el fenómeno bajo escrutinio.
El mundo de don Juan Matus es tan vasto, misterioso y contradictorio que no se presta a un ejercicio de exposición lineal; como mucho, se puede describir, y esto haciendo un esfuerzo supremo.
P: Asumiendo que las enseñanzas de don Juan han pasado a formar parte de la literatura ocultista, ¿qué opinión le merecen otras enseñanzas, por ejemplo, las filosofías masónica, Rosacruz, el Hermetismo, y disciplinas tales como la Cábala, el Tarot y la Astrología, comparándolas con el nagualismo?
¿Ha tenido alguna vez o mantiene contacto con alguna de estas vertientes o con sus seguidores?

R: De nuevo no tengo ni la menor idea de cuáles son las premisas, los puntos de vista, ni los temas de tales disciplinas. Don Juan nos presentó el problema de navegar en lo desconocido y esto nos toma todo el esfuerzo disponible.

P: ¿Algunos de los conceptos de su obra, como el punto de encaje, las emanaciones de energía que componen el universo, el mundo de los seres inorgánicos, el Intento, el Acecho y el Ensueño, tienen una contrapartida en el conocimiento occidental?
Por ejemplo, hay quienes ven en el hombre como huevo luminoso una expresión del aura…

R: No, nada de lo que don Juan nos enseñó parece tener una contrapartida en el conocimiento occidental, que yo sepa.

Una vez, cuando don Juan aún estaba presente, pasé un año entero a la búsqueda de gurús, maestros, sabios que me dieran un indicio de lo que estaban haciendo.

Quería saber si había algo en el mundo de entonces que fuera similar a lo que don Juan decía y hacía.

Mis recursos eran muy limitados y sólo me llevaron a conocer a los maestros establecidos que tenían millares de seguidores, y desgraciadamente no pude encontrar nada parecido.

P: Concentrándonos ahora específicamente en su obra, sus lectores nos encontramos a Carlos Castaneda diferentes.
Primero, a un académico occidental algo inepto y permanentemente desconcertado ante el poder de ancianos indios cono don Juan y don Genaro (principalmente en Las Enseñanzas de don Juan, Una Realidad Aparte, Viaje a Ixtlán, Relatos de Poder y El Segundo Anillo de Poder); luego, con un aprendiz de chamán avezado (en El Don del Águila, El Fuego Interior, El Conocimiento Silencioso y, especialmente, en El Arte de Ensoñar).
Si está de acuerdo con esta apreciación, ¿cuándo y cómo desapareció uno para dejar paso al otro?

R: No me considero ni chamán, ni maestro, ni estudiante avanzado de chamanismo, ni tampoco me considero un antropólogo o científico social del mundo occidental.

Mis presentaciones han sido todas descripciones de un fenómeno imposible de discernir bajo las condiciones del conocimiento lineal del mundo occidental.
Jamás pude dar a lo que me enseñaba don Juan una explicación de causa y efecto o tuve la posibilidad de predecir lo que él iba a decir o lo que iba a pasar.
Bajo estas condiciones, el paso de un estado a otro es subjetivo y no algo elaborado o producto de premeditación o sabiduría.
P: En su obra es posible encontrar episodios francamente increíbles para la mentalidad occidental. ¿Cómo podría alguien no iniciado comprobar que son verdaderas esas «realidades aparte» que usted describe?

R: Se puede comprobar de una manera muy simple.

Prestando el cuerpo entero en vez del intelecto. Al mundo de don Juan no se puede entrar intelectualmente como un diletante en pos de un conocimiento rápido y pasajero, ni tampoco se puede comprobar nada.
Lo único que se puede hacer es llegar a un estado de conciencia acrecentada que nos permita percibir al mundo que nos rodea de una manera más amplia.
En otras palabras, la meta del chamanismo de don Juan es romper los parámetros de la percepción histórica y cotidiana, y entrar a percibir lo desconocido. De ahí que él se llamara a sí mismo un navegante del Infinito.
Él sostenía que mas allá de los parámetros de la percepción diaria, está el Infinito. Llegar a eso era la meta de su vida, y puesto que él era un chamán extraordinario, nos inculcó a nosotros cuatro ese deseo.
Nos forzó a trascender el intelecto y a encarnar el concepto de la ruptura de los parámetros de la percepción histórica.
P: Usted sostiene que la característica básica de los seres humanos es su condición de «perceptores de energía». Señala el movimiento del punto de encaje como un imperativo para percibir energía directamente.
¿Para qué puede servir eso a un hombre del siglo XXI? ¿Cómo ayuda la consecución de esta meta a la superación espiritual, según el concepto antes definido?

R: Los chamanes como don Juan sostienen que todos los seres humanos poseemos la capacidad de percibir energía directamente a medida que fluye en el universo.

Consideran que el punto de encaje, como ellos lo llaman, es un punto que existe en el campo de energía total del hombre. En otras palabras, cuando un chamán percibe a un hombre como energía que fluye en el universo, «ve» a una bola luminosa.
En esa bola luminosa el chamán puede «ver» un punto de gran brillo que está situado a la altura de los omóplatos y a la distancia de más o menos un metro detrás de ellos.
Los chamanes sostienen que allí es donde se realiza la percepción, que la energía que fluye en el universo se transforma allí en datos sensoriales y que esos datos sensoriales son luego interpretados para dar como resultado el mundo de la vida cotidiana.
Los chamanes mantienen que se nos enseña a interpretar, por lo tanto, se nos enseña a percibir.

El valor pragmático de percibir la energía directamente a medida que fluye en el universo para el hombre del siglo XXI o del siglo I es el mismo. Le permite ampliar los límites de su percepción y utilizar dentro de sus medios ambientales tal ampliación.

Don Juan decía que sería extraordinario «ver» directamente la maravilla del orden y del caos del universo.
P: Recientemente usted ha presentado una disciplina de ejercicios físicos que denomina Tensegridad. ¿Puede explicarnos de qué se trata exactamente? ¿Qué finalidad persigue?
¿Qué beneficios espirituales puede encontrar en ella quien la practique de forma individual?

R: Según lo que nos enseñó don Juan Matus, los chamanes que vivieron en México en tiempos antiquísimos descubrieron una serie de movimientos, ejecutados con el cuerpo, que los llevaron a un estado de desarrollo físico y mental de tal magnitud que decidieron llamar a tales movimientos pases mágicos.

Don Juan nos dijo que por medio de sus pases mágicos, dichos chamanes adquirieron un nivel de conciencia acrecentada que les permitió ejecutar proezas de percepción indescriptibles.

Los pases mágicos fueron enseñados a través de generaciones solamente a los practicantes de chamanismo, en medio de un tremendo secreto y de complejos rituales. Así es como se los enseñaron a don Juan Matus, y así es como él los transmitió a sus cuatro discípulos.

Nuestro esfuerzo ha consistido en extender la enseñanza de tales pases mágicos a quien quiera aprenderlos. Los hemos llamado Tensegridad y los hemos convertido, de movimientos enteramente personales y propios de cada uno de los cuatro discípulos de don Juan, en movimientos genéricos aplicables a cualquier persona.

La practica de la Tensegridad en forma individual o colectiva promueve la salud, el vigor, la juventud y el bienestar general.

Don Juan decía que la práctica de los pases mágicos ayuda a acumular la energía necesaria para acrecentar la conciencia y ampliar los parámetros de la percepción.
P: Aparte de sus tres compañeras, los asistentes a sus seminarios han conocido a otro grupo de personas, como los Chacmoles, las Rastreadoras de Energía, los Elementos, el Explorador Azul… ¿Quienes son ellos? ¿Se trata de una nueva partida de videntes dirigida por usted?
Si es así, ¿cómo podría alguien integrarse en este grupo de aprendices?

R: Cada una de esas personas acerca de las que usted pregunta son seres definidos que don Juan Matus como director de su linaje nos encargó esperar. Él predijo la llegada de cada uno de ellos como parte integral de una visión.

Puesto que su linaje no podía continuar debido a configuraciones energéticas propias de sus cuatro estudiantes, su misión se transformó de perpetuar el linaje a cerrarlo, si fuera posible con broche de oro.

Nosotros no estamos en posición de cambiar esta directiva.

No podemos buscar ni aceptar aprendices o miembros vigentes de la nueva visión de don Juan. Lo único que podemos hacer es acceder a los dictámenes del Intento.

El hecho de que se estén enseñando los pases mágicos, guardados con celo por tantas generaciones, es una muestra de que sí se puede llegar a ser parte de esta nueva visión de una manera indirecta a través de la práctica de la Tensegridad y de la observación de las premisas del camino del guerrero.

P: En Lectores del Infinito usted ha utilizado el término «navegación» para definir lo que los brujos hacen. ¿Están prontos a izar velas y levar anclas para iniciar el viaje definitivo? ¿Acabará con ustedes el linaje de guerreros toltecas depositario de este conocimiento?

R: Sí, efectivamente, el linaje de don Juan acaba con nosotros.

P: ¿Incluye el camino del guerrero el trabajo espiritual de la pareja, como se encuentra en otras propuestas?

R: El camino del guerrero incluye todo y a todos.

Puede haber una familia entera de guerreros impecables. La dificultad está en el terrible hecho de que las relaciones individuales están basadas en inversiones emocionales, las cuales se desmoronan en el momento en el que el practicante realmente practica lo que aprende.
Por lo regular, en el mundo diario, las inversiones emocionales nunca son examinadas y vivimos una vida entera esperando que nos correspondan.
Don Juan decía que mi manera de vivir y de sentir se describía de una manera muy simple:
«yo sólo doy lo que me dan»,
…y que yo era un inversor empedernido.
P: Si alguien quisiera emprender el trabajo espiritual ajustándose al conocimiento difundido en sus libros, ¿a qué posibilidades de avance puede aspirar?
¿Qué recomendaciones formularía a quienes desean poner en práctica por propia cuenta las enseñanzas de don Juan?

R: No hay manera alguna de poner un límite a lo que uno puede lograr de un modo individual si el intento es un intento impecable.

Las enseñanzas de don Juan no son espirituales, lo repito de nuevo, puesto que esta cuestión ha salido a la superficie una y otra vez. La idea de la espiritualidad no encaja con la disciplina férrea del guerrero.
Lo que más cuenta para un chamán como don Juan es la idea del pragmatismo.
Cuando conocí a don Juan yo me creía un hombre práctico, un científico social lleno de objetividad y pragmatismo. Él acabó con mis ínfulas y me hizo ver que como verdadero hombre occidental, yo no tenía nada de pragmático y nada de espiritual.
Llegué a entender que yo simplemente repetía el vocablo «espiritualidad» para oponerlo a lo mercenario del mundo de todos los días.
Quería alejarme de la manera más certera del mercantilismo de la vida diaria y a ese afán yo le llamaba espiritualidad. Cuando don Juan me exige llegar a una conclusión, a una definición de lo que yo consideraba espiritual, me di cuenta de que él estaba en lo cierto.
Yo no sabía lo que decía.

Suena un poco petulante decir lo que estoy diciendo, pero no hay otra manera de decirlo.

Lo que quiere un chamán como don Juan es el engrandecimiento de la conciencia de ser, esto es, poder percibir con todas las posibilidades humanas de percepción, lo que implica una labor descomunal y un propósito sin medida, cosas que no pueden ser suplidas por la espiritualidad en el mundo occidental.
P: ¿Hay algo que le gustaría explicarnos a los sudamericanos, especialmente a los chilenos? ¿Quisiera exponer otros planteamientos, además de los formulados?

R: No tengo nada más que añadir.

Todos los seres humanos estamos en el mismo nivel. Al comienzo de mi aprendizaje con don Juan Matus él trató de hacerme ver lo común de la situación del hombre.
Yo, como sudamericano, estaba muy involucrado intelectualmente con la idea de la reforma social. Un día le planteé la pregunta que yo creía era fatal.
Le dije:
¿cómo es posible, don Juan, que usted permanezca impasible ante la situación espantosa de sus congéneres, los indios yaquis de Sonora?
Yo sabía que un porcentaje de la población yaqui sufría de tuberculosis y que no tenía remedio por su condición económica.
Sí – me dijo don Juan – es una cosa muy triste, pero figúrate que también es muy triste tu situación, y si tú crees estar en condiciones mejores que los indios yaquis, te equivocas.
Es la condición del hombre en general el permanecer en un estado espeluznante de caos.
Nadie está mejor que otro. Todos somos seres que vamos a morir, y a menos que tomemos en cuenta cabal esta situación, no hay remedio para nosotros.

Este es otro punto del pragmatismo de los chamanes:

el darse cuenta de que somos seres que vamos a morir.
Los chamanes afirman que así todo adquiere una medida y un orden trascendental.

 Fuente: http://www.bibliotecapleyades.net/cienciareal/esp_donjuan16.htm
por Alejandro Martinez Gallardo
10 Enero 2010
del Sitio Web PijamaSurf

Carlos Castaneda, una de las figuras más enigmáticas del siglo XX, es cuestionado sobre su trabajo como escritor y como aprendiz de brujo, en una rara entrevista de 1997.

Quien se ha acercado a los libros de Carlos Castaneda estará de acuerdo que pocos libros son más atrapantes o quizás, para ser más precisos, tan embrujantes, como la saga que relata la incursión de un elusivo antropólogo sudamericano (¿un peruano criado en Brasil?) a tierras yaquis para iniciar una larga relación con el brujo Don Juan Matus, depositario de una ancestral tradición esóterica de chamanes-guerreros toltecas.

El mainstream de la sociología y de la antropología consideran que la obra de Castaneda es ficción, una invención de su imaginación hambrienta de poder y notoriedad, versada, sin duda, en profundos conocimientos esotéricos:
una síntesis posmoderna de las tradiciones espirituales de diversas culturas, una adaptación incluyendo conceptos de la física cuántica que formarían parte del cuerpo des-hermetizado del new age (la similitud entre el nagual y el tonal con el mundo de la voluntad y el mundo de la representación de Schopenhauer y con la totalidad implicada y la totalidad explicada del físico David Bohm, son notables, pero esto podría ser sólo la resonancia compartida de profundos atisbos metafísicos).
Más allá de todos los argumentos que se puedan hacer sobre la veracidad de la obra de Castaneda, ante el poder puro de sus textos hasta en el más escéptico germina la duda de la existencia de este inexorable brujo del México secreto (Don Juan, valga la distancia, es un poco el Sócrates de Castaneda) y de las realidades alternas a las que lo lleva el entrenamiento de su percepción (convertirse en un cuervo que percibe el mundo en negativo, emplear lagartijas telepáticas a manera de oráculo, o tener un rendez-vouz con el espíritu del peyote en su forma canina, por decir sólo algunas de tono zoomórfico).

De lo que no hay duda es que a través del arte de su escritura – brujería o literatura – Castaneda, el arquetípico trickster que oculta diamantes en espejismos, conjura un sistema de percepción y de filosofía práctica que toca las fibras más profundas de la naturaleza humana, que se enfrenta al misterio de un universo infinito, tan despiadado como maravilloso.

Recordando a Castaneda, cuya obra es en sí misma un acto de brujería, una emanación del águila y del nagual (¿acaso ebria ante el esplendor del poder que canaliza?), reproducimos esta rara entrevista publicada en el diario Uno Mismo, en Chile y Argentina, en 1997, realizada por Daniel Trujillo, vía Castaneda.com:

Pregunta: Señor Castaneda, durante años usted permaneció en el más absoluto anonimato. ¿Qué le ha impulsado a dejar esa condición para dedicarse hoy a difundir públicamente las enseñanzas que, junto a sus compañeras actuales, recibió del nagual Juan Matus?

Respuesta: Lo que nos obliga a difundir las ideas de don Juan Matus es la necesidad impostergable de aclarar lo que él nos enseñó.

Yo y sus otras tres estudiantes hemos llegado a la unánime conclusión de que el mundo que nos presentó don Juan Matus está al alcance de los medios perceptivos de todos los seres humanos. Argüimos entre nosotros cuál sería el camino adecuado.

¿Permanecer en el anonimato como don Juan nos propuso? Esto no encontraba entre nosotros un eco placentero.

El otro camino disponible era el de difundir las ideas de don Juan: un camino inmensamente más peligroso y agotador, pero el único que creemos tiene la dignidad con la que don Juan embebió sus enseñanzas.

P: Considerando que usted ha dicho que los actos de un guerrero son impredecibles, y de hecho así lo hemos comprobado durante tres décadas, ¿podemos esperar que esta etapa pública suya se prolongue en el tiempo?

¿Hasta cuándo?

R: No hay manera de establecer un criterio temporal para nosotros. Vivimos de acuerdo a las premisas propuestas por don Juan y jamás nos apartamos de ellas.

Don Juan Matus nos dio el terrible ejemplo de un hombre que vivía como él lo describía. El ejemplo de un hombre monolítico que no tiene dos caras.

Y digo que es un ejemplo terrible porque es lo más difícil de emular:
ser monolítico y al mismo tiempo tener la flexibilidad para encarar lo que fuera; ésa era la manera de vivir de don Juan.
Dentro de estas premisas lo único que se puede ser es un conducto impecable. Uno no es el jugador de esta partida de ajedrez cósmico, uno es simplemente una ficha de ajedrez.

Quien decide todo es una fuerza impersonal consciente que los brujos llaman el Intento o el Espíritu.

P: Según he podido comprobar, la Antropología ortodoxa resta credibilidad a su obra, lo mismo que los pretendidos defensores del patrimonio cultural precolombino de América.

Subsiste la creencia de que su obra es puramente el fruto de su talento literario, por cierto, excepcional; mientras que otros sectores lo acusan de un doble comportamiento, porque, supuestamente, su estilo de vida y sus actividades son contrarios a lo que la mayoría espera de un chamán.

¿Cómo puede zanjar estas suspicacias?

R: El sistema cognitivo del hombre occidental nos fuerza a movernos a través de ideas preconcebidas.

Basamos nuestros juicios en algo que es siempre «a priori», por ejemplo la idea de «lo ortodoxo». ¿Qué es la antropología ortodoxa? ¿La que se enseña en el aula? ¿Y, cuál es la conducta de los chamanes? ¿Ponerse plumas en la cabeza y bailar a los espíritus?

Han acusado a Carlos Castaneda durante treinta años de crear un personaje literario, simplemente porque lo que yo les decía no coincidía con el «a priori» antropológico, con las ideas establecidas en el aula o en el campo de acción antropológico. Sin embargo, lo que me presentó don Juan sólo podía caber en un campo de acción total, y bajo tales circunstancias sucede muy poco o casi nada de lo preconcebido.

Nunca he podido llegar a conclusiones acerca del chamanismo, porque para hacer esto se necesita ser un miembro activo del mundo de los chamanes.

Es muy fácil para un científico social, digamos por ejemplo un sociólogo, llegar a conclusiones sociológicas acerca de cualquier tema relacionado con el mundo occidental, porque el sociólogo es un miembro activo del mundo occidental.

Pero, ¿cómo puede un antropólogo que pasa a lo más dos años estudiando otras culturas, llegar a conclusiones fidedignas acerca de ellas?

Para adquirir membresía en un mundo cultural se necesita una vida entera. Yo he estado trabajando más de treinta años en el mundo cognitivo de los chamanes del México antiguo y sinceramente creo que no he llegado aún a adquirir la membresía que me permita llegar a conclusiones, o siquiera proponerlas.

He discutido acerca de esto con personas de diferentes disciplinas y siempre parecen entender y estar de acuerdo con las premisas que estoy exponiendo. Pero luego se dan vuelta, y se olvidan de todo lo que acordaron y continúan manteniendo los principios académicos «ortodoxos» sin importarles la posibilidad de un error absurdo en sus conclusiones.

Nuestro sistema cognitivo parece ser impenetrable.

P: ¿Qué finalidad tiene el hecho de que usted se niegue a ser fotografiado, a que se grabe su voz o se conozcan sus datos biográficos? ¿Podría algo de esto afectar, y de qué manera, los logros alcanzados en su trabajo espiritual?

¿No cree que sería útil para algunos sinceros buscadores de la verdad conocer quién es usted realmente, como una forma de comprobar que realmente es posible seguir el camino que pregona?

R: En cuanto a fotografías y datos personales, yo y los otros tres discípulos de don Juan Matus seguimos los dictados de éste.

La idea principal detrás de abstenerse de dar datos personales es muy simple para un chamán como don Juan. Es imprescindible dejar a un lado lo que él llamaba la «historia personal». Alejarse del «yo» resulta algo bastante engorroso y difícil.

Lo que buscan los chamanes como don Juan es un estado de fluidez donde el «yo» personal no cuenta.

El creía que este hecho afecta indiscutiblemente a quien entra dentro de ese campo de acción, y afecta de una manera positiva aunque subliminal, ya que estamos muy acostumbrados a fotografías, grabaciones, datos biográficos, todos ellos engendrados por la idea de la importancia personal.

Él decía que es mejor no saber nada de un chamán; de ese modo, en vez de una persona uno se encuentra con una idea sostenible, lo opuesto a lo que pasa en el mundo cotidiano, donde sólo encontramos personas con problemas psicológicos y sin ideas, y todos ellos repletos hasta el tope del «yo, yo, yo».

P: ¿Cómo deben entender sus seguidores la existencia de todo un mecanismo comercial y publicitario – al margen de su obra literaria – en torno al conocimiento que usted y sus compañeras difunden?

¿Qué relación tiene usted realmente con Cleargreen Incorporated y las otras empresas (Laugan Producciones, Toltec Artists)? Me refiero a vínculos comerciales.

R: A estas alturas de mi trabajo necesitaba de alguien que pudiera representarme en la difusión de las ideas de don Juan Matus.

Cleargreen es una corporación que tiene una gran afinidad con nuestro trabajo, lo mismo que Laugan Productions y Toltec Artists. La idea de difundir las enseñanzas de don Juan a un mundo moderno como el nuestro implica el uso de medios comerciales y artísticos que no están al alcance de mis medios individuales.

Como corporaciones afines a las ideas de don Juan, Cleargreen Incorporated, Laugan Productions y Toltec Artists son capaces de proporcionarme los medios para difundir lo que quiero difundir.

El afán de las corporaciones impersonales es siempre el de dominar y transformar todo lo que se les presenta y adoptarlo a su propia ideología.

De no ser por el sincero interés de Cleargreen, Laugan Productions y Toltec Artists, todo lo que don Juan dijo habría ya sido transformado en otra cosa.

P: Existe un sinnúmero de personajes que de una u otra manera se han «colgado» de usted para adquirir notoriedad pública.

¿Qué opinión le merece el accionar de Víctor Sánchez, quien ha interpretado y reordenado sus enseñanzas para elaborar una teoría personal? ¿O las afirmaciones de Ken Eagle Feather, quien asegura que ha sido escogido como discípulo por el mismísimo don Juan, vuelto a esta dimensión sólo para ello?

R: Efectivamente hay una serie de personas que se titulan a sí mismos estudiantes míos o del mismo don Juan, a quienes yo nunca he conocido y que puedo asegurar que don Juan nunca conoció.

Don Juan Matus estaba interesado exclusivamente en la perpetuación de su linaje de chamanes. Él tuvo cuatro discípulos que perduran hasta el día de hoy. Tuvo otros que partieron con él. Don Juan no estaba interesado en enseñar su conocimiento, lo hizo con sus discípulos a fin de que continuaran su linaje.

Sus discípulos, como no pueden continuar el linaje de don Juan, se han visto obligados a esparcir sus ideas.

El concepto del maestro que enseña su conocimiento es parte de nuestro sistema cognitivo, pero no es parte del sistema cognitivo de los chamanes del México antiguo. Para ellos enseñar era un absurdo. Transmitir su conocimiento a quienes iban a perpetuar la vida del linaje era otro asunto.

El hecho de que haya una serie de individuos empeñados en usar mi nombre o el de don Juan es simplemente una maniobra fácil para beneficiarse sin mucho trabajo.

P: Consideremos el significado de la palabra «espiritualidad» como un estado de conciencia en que los seres humanos son plenamente capaces de controlar las potencialidades de la especie, logro que se obtiene trascendiendo la simple condición de animal, por medio de un arduo acondicionamiento psíquico, moral e intelectual.

¿Está de acuerdo con esta afirmación? ¿Cómo se integra el mundo de don Juan en este contexto?

R: Para don Juan Matus, como un chamán pragmático y lleno de cordura, «la espiritualidad» era una idealidad vacía, una aseveración sin fundamento que nos parece muy bella porque está incrustada en conceptos literarios y expresiones poéticas, pero que nunca pasa de ahí.

Los chamanes como don Juan son esencialmente prácticos.

Para ellos sólo existe un universo predatorio, donde la inteligencia o la conciencia de ser son el producto de desafíos de vida o muerte. Él se consideraba un navegante del Infinito y decía que para navegar en lo desconocido, como lo hace un chamán, uno necesita pragmatismo ilimitado, cordura sin medida y «agallas de acero».

En vista de todo esto don Juan creía que «la espiritualidad» es simplemente una descripción de algo imposible de lograr bajo los patrones del mundo cotidiano, y no es un modo vivo de actuar.

P: Usted ha señalado que su actividad literaria se debe a las instrucciones de don Juan, lo mismo que la de Taisha Abelar y Florinda Donner-Grau.

¿Con qué objetivo?

R: El objetivo de escribir los libros fue dado por don Juan.

Él aseveraba que si uno no es escritor, aún puede escribir, pero el escribir se transforma de una acción literaria en una acción chamanística. Quien decide el tema y el desarrollo de un libro no es la mente del escritor, sino una fuerza que los chamanes consideran como la base del universo y a la que llaman el Intento.

Es el Intento quien decide la producción de un chamán, ya sea literaria o cualquier otra.

De acuerdo con don Juan, un practicante de chamanismo tiene el deber, la obligación de saturarse con toda la información disponible. El trabajo de un chamán es el de informarse de una manera plena de todo lo posible relacionado con el tópico de su interés.

El acto chamanístico consiste en abandonar todo interés de dirigir el curso que tal información tome.
«Quien arregla las ideas que nacen de tal fuente de información no es el chamán – decía don Juan-, sino el Intento. El chamán es simplemente un conducto impecable».
El escribir era para don Juan un desafío chamanístico, no una tarea literaria.

P: Si me permite la siguiente afirmación, su obra plantea conceptos estrechamente relacionados con las doctrinas filosóficas orientales, pero resulta contradictoria con lo que se conoce comúnmente de la cultura indígena mexicana.

¿Dónde se encuentran las similitudes y diferencias entre una y otra?

R: No tengo la menor idea. No soy erudito ni en lo uno ni en lo otro. Mi trabajo consiste en una información fenomenológica del mundo cognitivo al que me introdujo don Juan Matus.

Desde el punto de vista de la fenomenología como método filosófico, no es posible llegar a aseveraciones relacionadas con el fenómeno bajo escrutinio.

El mundo de don Juan Matus es tan vasto, misterioso y contradictorio que no se presta a un ejercicio de exposición lineal; como mucho, se puede describir, y esto haciendo un esfuerzo supremo.

P: Asumiendo que las enseñanzas de don Juan han pasado a formar parte de la literatura ocultista, ¿qué opinión le merecen otras enseñanzas, por ejemplo, las filosofías masónica, Rosacruz, el Hermetismo, y disciplinas tales como la Cábala, el Tarot y la Astrología, comparándolas con el nagualismo?

¿Ha tenido alguna vez o mantiene contacto con alguna de estas vertientes o con sus seguidores?

R: De nuevo no tengo ni la menor idea de cuáles son las premisas, los puntos de vista, ni los temas de tales disciplinas. Don Juan nos presentó el problema de navegar en lo desconocido y esto nos toma todo el esfuerzo disponible.

P: ¿Algunos de los conceptos de su obra, como el punto de encaje, las emanaciones de energía que componen el universo, el mundo de los seres inorgánicos, el Intento, el Acecho y el Ensueño, tienen una contrapartida en el conocimiento occidental?

Por ejemplo, hay quienes ven en el hombre como huevo luminoso una expresión del aura…

R: No, nada de lo que don Juan nos enseñó parece tener una contrapartida en el conocimiento occidental, que yo sepa.

Una vez, cuando don Juan aún estaba presente, pasé un año entero a la búsqueda de gurús, maestros, sabios que me dieran un indicio de lo que estaban haciendo.

Quería saber si había algo en el mundo de entonces que fuera similar a lo que don Juan decía y hacía.

Mis recursos eran muy limitados y sólo me llevaron a conocer a los maestros establecidos que tenían millares de seguidores, y desgraciadamente no pude encontrar nada parecido.

P: Concentrándonos ahora específicamente en su obra, sus lectores nos encontramos a Carlos Castaneda diferentes.

Primero, a un académico occidental algo inepto y permanentemente desconcertado ante el poder de ancianos indios cono don Juan y don Genaro (principalmente en Las Enseñanzas de don Juan, Una Realidad Aparte, Viaje a Ixtlán, Relatos de Poder y El Segundo Anillo de Poder); luego, con un aprendiz de chamán avezado (en El Don del Águila, El Fuego Interior, El Conocimiento Silencioso y, especialmente, en El Arte de Ensoñar).

Si está de acuerdo con esta apreciación, ¿cuándo y cómo desapareció uno para dejar paso al otro?

R: No me considero ni chamán, ni maestro, ni estudiante avanzado de chamanismo, ni tampoco me considero un antropólogo o científico social del mundo occidental.

Mis presentaciones han sido todas descripciones de un fenómeno imposible de discernir bajo las condiciones del conocimiento lineal del mundo occidental.

Jamás pude dar a lo que me enseñaba don Juan una explicación de causa y efecto o tuve la posibilidad de predecir lo que él iba a decir o lo que iba a pasar.

Bajo estas condiciones, el paso de un estado a otro es subjetivo y no algo elaborado o producto de premeditación o sabiduría.

P: En su obra es posible encontrar episodios francamente increíbles para la mentalidad occidental. ¿Cómo podría alguien no iniciado comprobar que son verdaderas esas «realidades aparte» que usted describe?

R: Se puede comprobar de una manera muy simple.

Prestando el cuerpo entero en vez del intelecto. Al mundo de don Juan no se puede entrar intelectualmente como un diletante en pos de un conocimiento rápido y pasajero, ni tampoco se puede comprobar nada.

Lo único que se puede hacer es llegar a un estado de conciencia acrecentada que nos permita percibir al mundo que nos rodea de una manera más amplia.

En otras palabras, la meta del chamanismo de don Juan es romper los parámetros de la percepción histórica y cotidiana, y entrar a percibir lo desconocido. De ahí que él se llamara a sí mismo un navegante del Infinito.

Él sostenía que mas allá de los parámetros de la percepción diaria, está el Infinito. Llegar a eso era la meta de su vida, y puesto que él era un chamán extraordinario, nos inculcó a nosotros cuatro ese deseo.

Nos forzó a trascender el intelecto y a encarnar el concepto de la ruptura de los parámetros de la percepción histórica.

P: Usted sostiene que la característica básica de los seres humanos es su condición de «perceptores de energía». Señala el movimiento del punto de encaje como un imperativo para percibir energía directamente.

¿Para qué puede servir eso a un hombre del siglo XXI? ¿Cómo ayuda la consecución de esta meta a la superación espiritual, según el concepto antes definido?

R: Los chamanes como don Juan sostienen que todos los seres humanos poseemos la capacidad de percibir energía directamente a medida que fluye en el universo.

Consideran que el punto de encaje, como ellos lo llaman, es un punto que existe en el campo de energía total del hombre. En otras palabras, cuando un chamán percibe a un hombre como energía que fluye en el universo, «ve» a una bola luminosa.

En esa bola luminosa el chamán puede «ver» un punto de gran brillo que está situado a la altura de los omóplatos y a la distancia de más o menos un metro detrás de ellos.

Los chamanes sostienen que allí es donde se realiza la percepción, que la energía que fluye en el universo se transforma allí en datos sensoriales y que esos datos sensoriales son luego interpretados para dar como resultado el mundo de la vida cotidiana.

Los chamanes mantienen que se nos enseña a interpretar, por lo tanto, se nos enseña a percibir.

El valor pragmático de percibir la energía directamente a medida que fluye en el universo para el hombre del siglo XXI o del siglo I es el mismo. Le permite ampliar los límites de su percepción y utilizar dentro de sus medios ambientales tal ampliación.

Don Juan decía que sería extraordinario «ver» directamente la maravilla del orden y del caos del universo.

P: Recientemente usted ha presentado una disciplina de ejercicios físicos que denomina Tensegridad. ¿Puede explicarnos de qué se trata exactamente? ¿Qué finalidad persigue?

¿Qué beneficios espirituales puede encontrar en ella quien la practique de forma individual?

R: Según lo que nos enseñó don Juan Matus, los chamanes que vivieron en México en tiempos antiquísimos descubrieron una serie de movimientos, ejecutados con el cuerpo, que los llevaron a un estado de desarrollo físico y mental de tal magnitud que decidieron llamar a tales movimientos pases mágicos.

Don Juan nos dijo que por medio de sus pases mágicos, dichos chamanes adquirieron un nivel de conciencia acrecentada que les permitió ejecutar proezas de percepción indescriptibles.

Los pases mágicos fueron enseñados a través de generaciones solamente a los practicantes de chamanismo, en medio de un tremendo secreto y de complejos rituales. Así es como se los enseñaron a don Juan Matus, y así es como él los transmitió a sus cuatro discípulos.

Nuestro esfuerzo ha consistido en extender la enseñanza de tales pases mágicos a quien quiera aprenderlos. Los hemos llamado Tensegridad y los hemos convertido, de movimientos enteramente personales y propios de cada uno de los cuatro discípulos de don Juan, en movimientos genéricos aplicables a cualquier persona.

La practica de la Tensegridad en forma individual o colectiva promueve la salud, el vigor, la juventud y el bienestar general.

Don Juan decía que la práctica de los pases mágicos ayuda a acumular la energía necesaria para acrecentar la conciencia y ampliar los parámetros de la percepción.

P: Aparte de sus tres compañeras, los asistentes a sus seminarios han conocido a otro grupo de personas, como los Chacmoles, las Rastreadoras de Energía, los Elementos, el Explorador Azul… ¿Quienes son ellos? ¿Se trata de una nueva partida de videntes dirigida por usted?

Si es así, ¿cómo podría alguien integrarse en este grupo de aprendices?

R: Cada una de esas personas acerca de las que usted pregunta son seres definidos que don Juan Matus como director de su linaje nos encargó esperar. Él predijo la llegada de cada uno de ellos como parte integral de una visión.

Puesto que su linaje no podía continuar debido a configuraciones energéticas propias de sus cuatro estudiantes, su misión se transformó de perpetuar el linaje a cerrarlo, si fuera posible con broche de oro.

Nosotros no estamos en posición de cambiar esta directiva.

No podemos buscar ni aceptar aprendices o miembros vigentes de la nueva visión de don Juan. Lo único que podemos hacer es acceder a los dictámenes del Intento.

El hecho de que se estén enseñando los pases mágicos, guardados con celo por tantas generaciones, es una muestra de que sí se puede llegar a ser parte de esta nueva visión de una manera indirecta a través de la práctica de la Tensegridad y de la observación de las premisas del camino del guerrero.

P: En Lectores del Infinito usted ha utilizado el término «navegación» para definir lo que los brujos hacen. ¿Están prontos a izar velas y levar anclas para iniciar el viaje definitivo? ¿Acabará con ustedes el linaje de guerreros toltecas depositario de este conocimiento?

R: Sí, efectivamente, el linaje de don Juan acaba con nosotros.

P: ¿Incluye el camino del guerrero el trabajo espiritual de la pareja, como se encuentra en otras propuestas?

R: El camino del guerrero incluye todo y a todos.

Puede haber una familia entera de guerreros impecables. La dificultad está en el terrible hecho de que las relaciones individuales están basadas en inversiones emocionales, las cuales se desmoronan en el momento en el que el practicante realmente practica lo que aprende.

Por lo regular, en el mundo diario, las inversiones emocionales nunca son examinadas y vivimos una vida entera esperando que nos correspondan.

Don Juan decía que mi manera de vivir y de sentir se describía de una manera muy simple:
«yo sólo doy lo que me dan»,
…y que yo era un inversor empedernido.

P: Si alguien quisiera emprender el trabajo espiritual ajustándose al conocimiento difundido en sus libros, ¿a qué posibilidades de avance puede aspirar?

¿Qué recomendaciones formularía a quienes desean poner en práctica por propia cuenta las enseñanzas de don Juan?

R: No hay manera alguna de poner un límite a lo que uno puede lograr de un modo individual si el intento es un intento impecable.

Las enseñanzas de don Juan no son espirituales, lo repito de nuevo, puesto que esta cuestión ha salido a la superficie una y otra vez. La idea de la espiritualidad no encaja con la disciplina férrea del guerrero.

Lo que más cuenta para un chamán como don Juan es la idea del pragmatismo.

Cuando conocí a don Juan yo me creía un hombre práctico, un científico social lleno de objetividad y pragmatismo. Él acabó con mis ínfulas y me hizo ver que como verdadero hombre occidental, yo no tenía nada de pragmático y nada de espiritual.

Llegué a entender que yo simplemente repetía el vocablo «espiritualidad» para oponerlo a lo mercenario del mundo de todos los días.

Quería alejarme de la manera más certera del mercantilismo de la vida diaria y a ese afán yo le llamaba espiritualidad. Cuando don Juan me exige llegar a una conclusión, a una definición de lo que yo consideraba espiritual, me di cuenta de que él estaba en lo cierto.

Yo no sabía lo que decía.

Suena un poco petulante decir lo que estoy diciendo, pero no hay otra manera de decirlo.

Lo que quiere un chamán como don Juan es el engrandecimiento de la conciencia de ser, esto es, poder percibir con todas las posibilidades humanas de percepción, lo que implica una labor descomunal y un propósito sin medida, cosas que no pueden ser suplidas por la espiritualidad en el mundo occidental.

P: ¿Hay algo que le gustaría explicarnos a los sudamericanos, especialmente a los chilenos? ¿Quisiera exponer otros planteamientos, además de los formulados?

R: No tengo nada más que añadir.

Todos los seres humanos estamos en el mismo nivel. Al comienzo de mi aprendizaje con don Juan Matus él trató de hacerme ver lo común de la situación del hombre.

Yo, como sudamericano, estaba muy involucrado intelectualmente con la idea de la reforma social. Un día le planteé la pregunta que yo creía era fatal.

Le dije:
¿cómo es posible, don Juan, que usted permanezca impasible ante la situación espantosa de sus congéneres, los indios yaquis de Sonora?
Yo sabía que un porcentaje de la población yaqui sufría de tuberculosis y que no tenía remedio por su condición económica.
Sí – me dijo don Juan – es una cosa muy triste, pero figúrate que también es muy triste tu situación, y si tú crees estar en condiciones mejores que los indios yaquis, te equivocas.
Es la condición del hombre en general el permanecer en un estado espeluznante de caos.

Nadie está mejor que otro. Todos somos seres que vamos a morir, y a menos que tomemos en cuenta cabal esta situación, no hay remedio para nosotros.

Este es otro punto del pragmatismo de los chamanes:
el darse cuenta de que somos seres que vamos a morir.
Los chamanes afirman que así todo adquiere una medida y un orden trascendental.

 

UNA PIZARRA EN BLANCO

 

                                                            Nuestro buen amigo Franz Boas

 

Sabéis de mi poco entusiasmo por la Escuela de Frankfurt, la Escuela Boasiana de Antropología y el  zangolotino y cocainómano Sigmund Schlomo Freud. Hay varios artículos en este blog que   demuestran lo que digo. Lo que estos fraudulentos supuestos eruditos y filósofos y sus desquiciadas, pero muy bien diseñadas teorías manipuladas y manipuladoras, han sido y aún son los pilares del monstruo que nos devora a través del marxismo cultural y que va destruyendo nuestra sociedad occidental haciéndonos sentir culpables a los blancos de todos los males del mundo.

Estos sinvergüenzas y majaderos han logrado calar entre nosotros dos de las mayores supersticiones del siglo XX y parte del XXI y que son: que el ser humano es meramente una “pizarra en blanco”, cuyo comportamiento es el resultado del entorno social. Y la segunda es que “la raza no existe”. Ambas supersticiones y a medida que pasa el tiempo, van siendo desacreditadas y demolidas por científicos serios y hace muy pocas semanas, una de las fuentes principales de esta mentira manipuladora cayó en picado.

Franz Boas (Escuela Boasiana de Antropología), a menudo llamado el abuelo de la antropología moderna y pionero entusiasta de la idea de que la raza es un “concepto sin sentido” y que por ello se trata de “una construcción social que no se halla en la naturaleza” es, junto a Karl Marx y Sigmund Schlomo Freud uno de los pensadores más influenciadores y devastadores del mundo actual. Como profesor en la Universidad de Columbia desde 1899 hasta 1942, creó virtualmente la llamada antropología moderna, y los estudiantes que recibieron sus clases, entre ellos la farsante de Margaret Mead y algunos de los más famosos nombres en ese campo, dominaron esta disciplina hasta hace muy pocos años. Pueden imaginarse el resultado…

Uno de los objetivos favoritos de Boas fue el llamado “racismo científico” y mucho de lo que escribió fue para combatir lo que él veía como “no científico”, o simplemente “un pensamiento falso sobre la raza”. Pero ahora se ha vuelto la tortilla y resulta que el mismo Boas fue culpable en gran medida de torpeza inconsciente e incluso de fraude. Me decanto por la segunda opción. En 1912, Boas publicó lo que se convirtió es un estudio clásico (http://www.pbs.org/fmc/interviews/1seg2.htm), que decía mostrar que la forma de los cráneos (formas craneales), de los descendientes de los inmigrantes europeos a los USA, alteró la forma de los cráneos de los inmigrantes originales. Boas no ofreció ninguna explicación sobre el motivo de estos cambios, pero si hubiesen sido reales, su hallazgo hubiese aniquilado la idea que los diferentes tipos raciales y étnicos, difieren  en características físicas fijas.

El estudio de Boas, según dicen Abraham Kardiner y Edward Preble en su conocido libro sobre la historia de la antropología “They Studied Man”, “Hizo mucho por establecer la noción en la genética humana y es que lo que se transmite en el citoplasma no son caracteres sino potencialidades… dependiendo del entorno asumirán una forma particular. La controversia sobre la  influencia de la propia naturaleza fue totalmente obviada en esta

alternativa”.

En términos políticos, si los seres humanos tienen pocos o ningún “carácter fijo” y son formados por el entorno social, entonces lo que conocemos como liberalismo moderno sigue este patrón. Al igual que el comunismo, que también asume que los seres humanos pueden ser transformados manipulando el entorno social. No es ninguna casualidad que Franz Boas fue durante toda su vida un ferviente simpatizante del marxismo.

Desgraciadamente para los ingenieros sociales y humanos, este estudio hoy ha sido demostrado como falso. Hace pocas semanas en la sección de ciencias del “New York Times”, el periodista científico Nicholas Wade, comentó sobre un artículo en el “Proceedings of the National Academy of Sciences” de los antropólogos Corey Sparks y Richard L. Jantz, que le dan una nueva lectura a los estudios de Boas y sus métodos. En el artículo, los dos antropólogos afirman que “los efectos del nuevo entorno en los cráneos de los descendientes de los inmigrantes, son insignificantes” y que las diferencias entre los nacidos entre europeos y americanos eran “despreciables en comparación a la diferenciación entre grupos étnicos”.

Además, como dice el Dr. Jantz en el “Times”, “Boas intentó demostrar que el racismo científico del momento no tenía base, pero tuvo que ocultar sus datos y maquillarlos para que apareciesen como él decía”. En otras palabras, Boas decidió lo que serían sus conclusiones antes de terminar su investigación y luego ocultó/manipuló los datos para hacer que coincidiesen con la conclusión que él quería. Esto no es ciencia, esto es un fraude y lo peor es que el liberalismo moderno se fundamenta en eso.

Todo ello no quiere decir que el “racismo científico” que Boas quería destruir fuese válido, pero de nuevo, como dice el Dr. Jantz, tampoco quiere decir “que la morfología craneal no tenga un cierto sentido”. De todas formas y aunque muy grave, Boas no fue el peor en su fraude cambiando datos y manipulándolos. Su estudiante, la farsante Margaret Mead, fabricó sus propios datos durante su estancia en Samoa en los años 20’s, estudiando el comportamiento sexual de los aborígenes. En ese estudio fraudulento, Mead decía que  la genética no tenía ninguna influencia en el Coeficiente de Inteligencia, lo mismo que decían otros científicos educados o influenciados por Boas y que han sido arrasados por las investigaciones modernas y serias. Fue todo una patraña con el objetivo de aplicar todo ello a nuestra sociedad y cambiar las percepciones en la ingeniería social que llevan aplicando desde hace ya muchos años.

El antropólogo David Thomas, del Museo Americano de Historia Natural en Nueva York, dijo en el “Times”: “una vez que nosotros los antropólogos dijimos que la raza no existía, la hemos ignorado desde entonces. Dejó de existir”. Podemos imaginar la devastación políticamente correcta que esto ha producido en libros de texto, películas, TV, etc., y en el mundo que nos han presentado los medios lacayos.

Todo esto nos conduce a que un supuesto gigante de las ciencias sociales modernas y pilar del moderno liberalismo, ha caído de su pedestal. Y el dogma de que el ser humano es una “pizarra en blanco”, sobre el cual la burocracia estatal y los ingenieros sociales pueden grabar cualquier ideología que les plazca, se ha topado con esta caída. Si este dogma puede ser aniquilado, entonces mucha de la tiranía y caos que ha ayudado a crear morirá con él. Ojalá sea así por nuestra libertad.

Publicado por FBG 

http://www.felipebotaya.com/2016/06/una-pizarra-en-blanco.html

Adriana – 23 frases de Buda

Tu Nueva Información – La Revista Digital de los Valores y la Generosidad

23 frases de Buda que son joyas de sabiduría y amor

Buddha statue
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1- «Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado. Si un hombre habla o actúa con astucia, le sigue el dolor. Si lo hace con un pensamiento puro, la felicidad lo sigue como una sombra que nunca lo abandona.»

2- «Todos los actos incorrectos vienen de la mente. Si la mente cambia, ¿cómo podrían permanecer esos actos?»

3- «Mejor que mil palabras vacías, una palabra que traiga paz.»

4- «No vivas en el pasado, no imagines el futuro, concentra la mente en el momento presente.»

5- «No sobreestimes lo que has recibido, ni envidies a otros, el que envidia no tiene paz.

6- “La muerte no se teme, si se ha vivido sabiamente.»

7-«El odio no se termina con odio, se termina con amor, es la regla eterna»

8- «Guardar rencor es como sujetar un carbón caliente con la intención de lanzárselo a alguien más; es uno el que se quema.»

9- «Yo no creo en un destino para los hombres independiente a cómo actúen; creo que les alcanzará el destino a menos que actúen.»

10- «Es la mente de un hombre, no sus amigos o enemigos, la que lo lleva por los caminos del mal.»

11- «Así como una vela no brilla sin fuego, el hombre no puede existir sin una vida espiritual.»

12- «La paz viene de adentro, no la busques afuera.»

13- «La mente lo es todo. Lo que pienses, en eso te conviertes.»

14- «Solo hay dos errores que se cometen en el camino a la verdad: No empezar, y no llegar hasta el final.»

Buda
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15- «Hay tres cosas que no se pueden ocultar por mucho tiempo: El sol, la luna y la verdad.»

16- «Para tener buena salud, encontrar la felicidad verdadera en la familia y traer paz a todos, el hombre debe primero controlar su propia mente. Si lo logra, habrá llegado a la iluminación, y toda la sabiduría y virtud vendrán naturalmente a él.»

17- «Nos moldean nuestros pensamientos. Aquellos con mentes libres de pensamientos egoístas producen alegría cuando hablan o actúan. La felicidad los sigue como una sombra.»

18- «Somos lo que pensamos, todo lo que somos se levanta con nuestros pensamientos. Con ellos, creamos el mundo.»

19- «En lo que pensamos nos convertimos.»

20- «Cuando uno se libera del gusto por lo malo, cuando está tranquilo y encuentra placer en las buenas enseñanzas, cuando se tienen estos sentimientos y se aprecian, entonces se libera del miedo.»

21- «Nadie te castigará por tu enojo, tu enojo se encargará de castigarte.»

22- «Tú te mereces tu cariño y afecto.»

23- «Para vivir una vida desapegada, uno no se debe sentir dueño de nada en medio de la abundancia.»

(Frases extraidas del Dhammapada)

Adriana – La soledad. . .

Omraam Mikhaël Aïvanhov
de EL DEBER de SER FELIZ
Pintura de Francisco Flores
http://mauandayoyi.blogspot.com.ar

jarrones

¡Cuánta gente se queja de la soledad!. Pues bien, deben saber que han sido ellos quienes han creado esa soledad en sí mismos, en su cabeza. En realidad, nunca se está solo. Y, ¿por qué entonces se sienten solos? Porque no tienen demasiado amor. Ellos les dirán: “¡Pero cómo, si tenemos demasiado amor, no hacemos más que soñar con el amor!” Precisamente ahí está su error, sueñan con el amor, esperan el príncipe o la princesa de las Mil y Una Noches y por eso se sienten solos: porque esperan el amor en lugar de buscarlo en ellos mismos. El amor que se espera, nunca llegará. No hay que esperar que el amor venga del exterior, el amor está dentro de nosotros. Hay que Dejarlo salir, que se manifieste porque sólo así lo encontrarán realmente.

Nunca estamos solos: todo el universo nos escucha. Todas nuestras palabras, todos nuestros gestos tienen eco. Por ejemplo, si cuando salís de casa, por la mañana, sonríes al mundo entero, saludas a toda la creación diciendo: “Buenos días, buenos días, buenos días”, no se sentirán solos durante el día, porque desde todos los rincones del espacio llegarán hasta ustedes voces que les contestarán haciendo eco: buenos días, buenos días, buenos días…

Los humanos salen de sus casas encerrados en sí mismos: ven y oyen a los demás a su paso, pero ni los miran, ni los escuchan. ¿Por qué no recordar que el mundo entero está habitado por criaturas que merecen que se les mande un pensamiento, buenos deseos: la luz, la paz, la alegría… ¿Tan difícil resulta abrirse, sonreír, dar el primer paso? Siempre esperan que sean los otros quienes lo hagan, y en la espera, se lamentan porque se sienten solos.

Empiecen desde hoy a cambiar de actitud y verán como ya no se sentirán solos. Dirán: “Si, pero la gente que por todos lados nos encontramos, en la calle, en los almacenes, en nuestro lugar de trabajo, no nos inspiran, y por otro lado, si nos mostramos con ellos tan abiertos, no nos comprenderán”. Es verdad, hay gente que no los comprenderá; si los saludan, si les sonríen, dirán: “¿Qué le ocurre a éste?” Pero solo algunos se mostrarán incapaces de comprenderlos, habrá muchos otros que os comprenderán y se sentirán felices. Además, ¿Acaso vivimos sólo para la gente con la que nos encontramos? No, vivimos para toda la creación, y en las regiones invisibles existen numerosas criaturas que sabrán apreciar su amor, y esto es lo esencial.

Incluso, ¿por qué no aprenden a mirar de otra forma menos superficial, a toda esa gente con la que se cruzan y que nada los inspira? Siempre se fijan en la apariencia, y es cierto que a menudo no es muy agradable. Pero los humanos no son sólo lo que aparentan, cada uno tiene también un alma, un espíritu, e incluso si esta alma y este espíritu raramente se manifiestan, están ahí y tienen siempre la posibilidad de aparecer y expresarse. No demuestra ser inteligente quien observa a los humanos de forma tan superficial.
Un sabio sabe que los hombres y las mujeres son hijos e hijas de Dios, y con esta idea trata a todos los seres por igual. Este es un trabajo creativo que realiza, ya que, de esta forma, desarrolla el lado divino de todos aquellos que encuentra… y se siente feliz.

Créanme, la mejor manera de actuar con los demás, es descubriendo sus cualidades, sus virtudes, sus riquezas espirituales y concentrarse en ellas.

Descubrir los defectos de la gente no tiene ningún mérito, es demasiado fácil; además, es algo que todo el mundo hace… A partir de ahora, intenten prescindir de los detalles no demasiado virtuosos, y en cambio hagan hincapié en el principio divino existente en cada ser. Sí, ¿por qué no tener sentimientos sagrados para aquello que en el hombre es divino, inmortal y eterno? Es así como realizaran un buen trabajo sobre ustedes mismos y ayudarán también a los demás.

Mientras que si tan sólo se ocupan de sus defectos, se perjudicarán, porque absorberán sus suciedades y, además, impedís que ellos evolucionen. y ¿cómo quieren después no sentirse solos?

Criticando a los demás, subrayando sus defectos, no hacen más que cavar un foso entre ellos y ustedes. Cuando sepan, a través de su alma y de su espíritu, entrar en relación con todas las almas y todos los espíritus de la tierra, cuando lo mejor de ustedes mismos descubra lo mejor de los demás, entonces ya no se sentirán solos.

Adriana – Muestra siempre lo mejor de ti

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Gabriel Vallejo para Ciencia Cósmica

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En la calle, en las tiendas, en el metro o en las estaciones, no vemos más que semblantes apagados, herméticos, inexpresivos. ¿Es normal que los humanos manifiesten tan poca alegría al verse, y que se mortifiquen unos a otros con un espectáculo tan prosaico? ¿Por qué no se muestran más cálidos, más expresivos, más sonrientes, más vivos? y aún sin tener motivos para estar tristes o desdichados, solamente viéndoles, recibimos esas influencias y entonces llegamos al trabajo, o regresamos a casa, de mal humor, deprimidos, y transmitimos este estado a nuestros compañeros o a nuestra familia. Esta es la vida deplorable que continuamente los humanos se están creando entre sí.

¿Creéis que no es importante mostrar a todos aquellos con los que os relacionáis un rostro abierto, amigable, fraternal?

Esto es la verdadera poesía. Para ser verdaderamente poeta, no basta con escribir versos. El verdadero poeta es aquél que crea la poesía en su propia vida, esforzándose en introducir en ella la pureza, la luz, el amor, la alegría. Algunos dirán: “Pero, ¿cómo se puede sonreír, como se puede estar contento, si se piensa en todas las tragedias que agobian a la humanidad? ¡Y todas las desgracias que se encuentran en la calle!…”

¡Ah! ¿Creéis que se sentirán mejor si os ven con la cara larga?

Es evidente que hay que hacer algo para ayudar a los desgraciados. Pero si vosotros, que no sufrís privaciones, ni enfermedades, ni persecuciones, os paseáis con un semblante lamentable, ¿qué esperáis obtener de ello? Para ayudar a los demás, hay que empezar por presentarles, por lo menos, un rostro abierto, sonriente. Gracias a la poesía, amamos a los seres y buscamos en ellos algo sutil, luminoso porque necesitamos mirar, sentir, respirar algo que nos apacigüe, que nos armonice, que nos inspire, ¿por qué los humanos nunca se preocupan de la penosa impresión que producen en los demás? Siguen ahí, apagados, gruñones, con los labios apretados, las cejas fruncidas, y aunque intentan mejorar su apariencia exterior con toda clase de trucos, su vida interior, prosaica, corriente, no deja de transparentarse.

El mayor secreto, el método más eficaz, es el amor, el amor que armoniza, que ilumina vuestro rostro y todo vuestro ser interior. Al salir, por la mañana, de vuestra casa, pensad en saludar a todas las criaturas del mundo visible e invisible. Y ya veréis como después, a lo largo del día, os sentiréis vivir en la poesía porque habréis enviado vuestro amor, y desde todas las regiones del espacio el amor retornará a vosotros multiplicado.

¡Cuántas cosas se pueden hacer para aportar a la vida belleza y poesía! No hay que dejarse acaparar por las preocupaciones y los asuntos materiales, sino reservar un poco de tiempo para consagrar las energías a todas esas actividades que darán sentido a vuestra existencia. Los humanos aún no lo han comprendido; hablan de amor, quieren ser amados, pero permanecen cerrados, apagados… ¡prosaicos, en una palabra! No saben cómo vivir esta vida poética gracias a la cual les amarán.

Si fueran más inteligentes, comprenderían hasta qué punto esta actitud es deplorable para ellos y para los demás.

Procurad ser cada día más vivos. Ahí está vuestra salvación y la de los demás. Y volverse más vivo, significa dar vuestra luz y vuestro calor. Este es, en efecto el ejercicio que debéis hacer para salir un poco de vosotros mismos, de este estado de estancamiento tan prosaico: aprended a mantener conscientemente en vosotros mismos un estado de poesía.
¡Es tan agradable encontrar a alguien en quien sentir que todo está animado, iluminado! Se ama a un árbol porque tiene frutos, se ama a una fuente porque de ella brota el agua cantarina, se ama a las flores porque tienen colores y perfumes y, de igual modo, se ama a las criaturas que se abren para dar algo claro, luminoso, perfumado y melodioso.

Aprended pues a cultivar en vosotros este estado de irradiación, de esplendor. Acostumbraos a sonreír, a mirar con amor, a desprender de vuestro corazón algunas partículas vivas para enviarlas a los demás… ¡y seréis vosotros quienes os sentiréis los más felices!
Omraam Mikhaël Aïvanhov

¿Cómo tapamos nuestras emociones?

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A las emociones llamadas negativas normalmente les siguen ciertas conductas o acciones encaminadas a suprimir ese estado emocional. Se trata de una estrategia que solemos usar bastante los seres humanos y que funciona muy bien a corto plazo, porque nos genera alivio y nos libra de los síntomas fisiológicos molestos de las emociones.

El problema es a largo plazo, cuando la solución es solamente un parche puesto deprisa y corriendo ante la necesidad acuciante de deshacernos del problema. Precisamente estas conductas son las responsables de que el problema se mantenga en el tiempo y de, que cuando menos nos lo esperemos, la endeble barrera que hemos puesto se desborde.

Las acciones neutralizados de las emociones han actuado como un refuerzo negativo y es por su poder reforzante por lo que las seguimos empleando, quizás a sabiendas de que en realidad nos perjudican.

Algunos ejemplos de estas conductas pueden ser comer compulsivamente tras una crisis de ansiedad, llamar desesperadamente a la pareja si tenemos un ataque de celos para asegurarnos de donde está, tomar drogas o apostar grandes cantidades de dinero.

La tolerancia de las emociones

En psicología, le solemos explicar a los pacientes -y asegurarnos de que lo entienden a la perfección- que sus conductas, además de los pensamientos negativos, son las responsables de que el problema sobreviva -ya sea en la superficie o por debajo- y que hasta que no deje de llevarlas a cabo, el daño emocional difícilmente quedará integrado y el dolor o la desazón se amortiguarán.

Las personas, por norma, rechazan esta teoría porque les es muy difícil tolerar la emoción, dejarla estar, sentirla. Los síntomas son tan desagradables a veces, que hacemos todo lo posible por no encontrarnos mal aunque seamos conscientes de que después podemos encontrarnos en una situación aún más delicada.

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La Experiencia de la Totalidad

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“LA EXPERIENCIA DE LA TOTALIDAD”

Por Jennifer Hoffman

Nuestra experiencia espiritual de vida es un viaje de sanación, en el que nos comprometemos a dejar la seguridad y comodidad de nuestro Hogar y actuar como emisarios para el viaje de sanación de la tierra. Cada uno de nosotros, durante el curso de nuestras vidas, ha participado en la creación de las energías discordantes en el planeta y regresamos para participar en el proceso de sanar la vibración energética específica y única que hemos creado. Trayendo a la luz nuestras heridas y experiencias de separación desde nuestro Ser y nuestra Fuente, causadas por vidas de dolor, pena, desilusión, expectativas y la creencia en las limitaciones del espíritu y el poder del ego indicamos a nuestra voluntad que acepte la responsabilidad por nuestro papel en la separación y en la reconexión.

Al recordarnos a nosotros con el Espíritu, nos reunimos a nosotros mismos y a la familia de la humanidad a sus raíces espirituales y permitimos que la ascensión ocurra. Todos en el planeta están participando en ambos viajes de sanación, el propio y el de la tierra. Cada vida en la que hemos reforzado la creencia en la separación crea una oportunidad para que otro cree la totalidad. Este es un viaje de equilibrio, en el que permitimos que el cuerpo, la mente y el espíritu encuentren un centro común para que cada uno opere en completa consideración y participación con el otro.

Con frecuencia pensamos que a través de este viaje debemos volvernos más espirituales y que eso es una definición que nos ha hecho creer que la humanidad es un aspecto inferior, equivocado o imperfecto y que debemos superar nuestra humanidad para hacernos espirituales. Pero ya somos espirituales y cada uno de nosotros expresa su naturaleza espiritual hasta el punto de nuestro crecimiento del alma nos lo permita. Cuando estamos siendo “in-humanos” estamos completamente en la energía humana, sin espíritu, y estamos totalmente en la energía del miedo. Cada paso que damos hacia la integración de nuestra naturaleza espiritual dentro del aspecto humano introducimos la energía de amor incondicional. No hay nada malo con el lado humano de nosotros y cuando experimentamos problemas es porque el humano está operando sin las energías equilibrantes del espíritu.

La mente no es mala, destructiva e incluso defectuosa en su funcionamiento. El propósito de la mente es asegurarse que el cuerpo opere eficiente y efectivamente, proporcionando memoria y un cierto nivel de raciocinio dentro de la tercera dimensión. Cumple su propósito en una forma exacta e incluso mecánica. La mente, sin embargo, está limitada a su propia historia, memoria y limitaciones sin la perspectiva superior que proporciona el espíritu. Sin el cuerpo la mente es inútil y sin el espíritu la mente funciona dentro de sus ciclos pre-programados de memoria e historia. Cuando trabaja con el Espíritu la mente se expande más allá de sus límites tridimensionales y accede a niveles superiores de conciencia.

El cuerpo tampoco es malo o imperfecto y tiene dos propósitos, ser un envase para el espíritu y para interactuar con otros humanos en la tierra. El cuerpo simplemente cumple los requerimientos del espíritu para una presencia física en la tierra tridimensional. Y el cuerpo funciona de acuerdo con la mente – hace lo que la mente le diga que haga. Sin la mente, el cuerpo es simplemente una colección de tejido y hueso, una forma que no puede funcionar, como vemos en personas cuya mente ha sido dañada y que están en un persistente estado vegetal.

Cuando juzgamos cualquier aspecto de nosotros mismos, del cuerpo, de la mente o del espíritu, nos salimos de la totalidad y entramos a la separación, esta vez desde nosotros mismos. Necesitamos que cada uno de estos aspectos de nuestro ser sea el todo y cuando nos enfocamos en uno y negamos los demás nos limitamos a nosotros y a nuestra habilidad para cumplir nuestro propósito. Como el único propósito de cada vida es convertirse en todo, con una parte que no sea más importante que la otra, todos los aspecto de nuestro ser están interrelacionados y sinérgicos y esperando que nosotros los recordemos en la totalidad, para unir las partes de nosotros en un ser equilibrado y energéticamente ilimitado trabajando en conjunción con el Universo. Cuando somos el todo podemos co-crear porque lo hacemos desde una perspectiva integrada.

A través de nuestra historia como humanos tenemos ejemplos de cuán limitados estamos cuando ignoramos nuestra totalidad para enfocarnos en un solo aspecto de nosotros. Con un enfoque en la mente nos volvemos intelectuales, regidos por el ego y lógica con compasión limitada. Con un enfoque en el cuerpo nos volvemos auto-absortos y nuestra atención solamente está en lo físico. Con un enfoque en el espíritu ignoramos nuestra humanidad y ya no podemos interactuar a un nivel humano. Y con un enfoque singular en cualquier aspecto de nosotros mismos, estamos en juicio y continúa la energía de polaridad y separación. Nuestro viaje a la totalidad requiere que honremos todos los aspectos de nosotros porque nuestra misión es volvernos humanos espirituales, incorporando la espiritualidad en la tercera dimensión para elevarnos más allá de la humanidad hacia una integración de todas las energías más allá de la tercera dimensión. Podemos hacer esto en nuestra vida y efectivamente, lo estamos haciendo ahora.

Cuando nos enfocamos en un aspecto sobre otro ignoramos la importancia de cada parte y la contribución que cada parte hace al todo. Si nos enfocamos en una parte sobre otra, como el cuerpo sobre la mente o el espíritu sobre el cuerpo, estamos fuera de equilibrio. Nuestra experiencia de totalidad se trata de estar en equilibrio, cuerpo, mente y espíritu teniendo una igual presencia y participación en nuestra realidad. Jeshua nos recordó esto cuando dijo que íbamos a “estar en el mundo pero no seríamos del mundo”. No podemos ignorar una parte de nosotros por otra ni podemos juzgar cual parte es más importante. Nosotros somos la trinidad, cuerpo, mente y espíritu, y es a través de la sinergia de la trinidad en equilibrio que completamos el proceso de ascensión.

Es a través del cuerpo y la mente que recibimos confirmación del cumplimiento de nuestro propósito del alma. Y es a través del cuerpo y de la mente que transmutamos energía para nosotros y el planeta. Cuando elevamos nuestras vibraciones energéticas transformamos la presencia tridimensional del cuerpo en su potencial superior. Nuestras múltiples cadenas de ADN están listas para despertar una vez que podemos cargar físicamente su energía. No tenemos que hacer nada para que este proceso ocurra más que recordar quienes somos y permitir que el proceso de ascensión ocurra. Nuestra única limitación en este proceso es el miedo del ego de que será superado por el espíritu y que morirá en el proceso. Ese no es el caso pues nuestro viaje hacia la totalidad es uno de integración, no de dominación. Es la falta de confianza en el espíritu y la ignorancia de nuestra herencia espiritual lo que crea esta creencia. La energía humana, cuando se enfoca en sí misma, cree que su poder viene de la dominación, del miedo y del poder externo. La energía del Espíritu añade equilibrio, nos centra y carga la vibración superior, el amor incondicional.

Es la combinación de todos los aspectos del ser lo que crea al humano espiritual, lo cual es lo que nuestro viaje a la totalidad está creando. Así como nuestro cuerpo contiene todos los aspectos necesarios para funcionar como necesita, funciona a su potencial superior cuando integra todos los otros aspectos de nuestro ser. Sin espíritu, ni el cuerpo ni la mente pueden encarnar nuestro propósito del alma, para completar nuestra misión de traer el cielo a la tierra. El espíritu recuerda el contrato del alma y cómo lo hemos completado en el pasado. Es por eso que nuestra conexión al espíritu es tan importante porque sólo recuerda por qué estamos aquí y cómo podemos cumplir nuestra misión. Y nuestro viaje hacia la totalidad nos lleva a nuestro objetivo, crear el cielo en la tierra, interponer la energía del espíritu dentro de la experiencia humana para que estemos en equilibrio en cuerpo, mente y espíritu y seamos co-creadores con el Universo del Hogar en la tierra, maestros espirituales operando en la vibración del milagro.

El Mayor Obstáculo A La Iluminación Espiritual (Por Eckhart Tolle)

http://www.caminosalser.com/779-nuevatierra/el-mayor-obstaculo-a-la-iluminacion-espiritual-por-eckhart-tolle/

Por Echart Tolle

Mariposa Transparente - Nuria - Ojo Digital
Fotografía por Nuria, Ojo Digital

 

 

 

Pregunta: ¿Qué es la Iluminación?

Eckhart Tolle: Un mendigo había estado sentado a la orilla de un camino durante más de 30 años. Un día pasó por allí un extraño. «¿Tienes algunas monedas?», murmuró el mendigo, estirando mecánicamente el brazo con su vieja gorra. «No tengo nada que darte», respondió el extraño. Y luego preguntó, «¿Qué es eso sobre lo que estás sentado?». «Nada», replicó el mendigo, «sólo una caja vieja. He estado sentado sobre ella desde que tengo memoria». «¿Alguna vez has mirado en su interior?», preguntó el extraño. «No», respondió el mendigo, «¿Para qué? No hay nada adentro». «Echa una ojeada», insistió el extraño. El mendigo logró entreabrir la tapa. Para su asombro, incredulidad y euforia, descubrió que la caja estaba llena de oro.
Yo soy ese extraño que no tiene nada para darte y que te dice que mires en tu interior. No dentro de alguna caja -como en la parábola- sino en un lugar aún más cercano: dentro de ti mismo.

«Pero no soy un mendigo», te puedo oír decir.

Aquellos que no han descubierto su verdadera riqueza -la brillante joya del Ser y la profunda e inalterable paz que se encuentra en ese lugar-, son mendigos, aún cuando tengan gran riqueza material. Buscan externamente desechos de placer o plenitud -para la validación, la seguridad o el amor-, mientras en su interior tienen un tesoro que no sólo incluye todas esas cosas, sino que es infinitamente más grande que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer.

La palabra «iluminación» evoca la idea de algún logro sobrehumano, y al ego le gusta verlo así; sin embargo, se trata simplemente de tu estado natural sentido de unión con el Ser. Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, algo que, casi paradójicamente, eres tú en esencia y que, sin embargo, es mucho más grande que tú. Es el encuentro de tu verdadera naturaleza, más allá de nombres y formas. La incapacidad de encontrar esta conexión da origen a la ilusión de separación de ti mismo y del mundo que te rodea. Te percibes entonces a ti mismo, consciente o inconscientemente, como un fragmento aislado. Surge el temor, y el conflicto -interno y externo- se vuelve habitual.

Me gusta la sencilla manera en que el Buda define el estado de iluminación: «el fin del sufrimiento». ¿Hay acaso algo sobrehumano en esto? Por supuesto, como definición es incompleta. Sólo te dice lo que la iluminación no es: no es sufrimiento. Pero, ¿qué es lo que queda cuando ya no hay sufrimiento? El Buda guarda silencio al respecto, y su silencio implica que tendrás que descubrir eso por ti mismo. Utiliza una definición negativa, de modo que la mente no pueda transformarlo en algo en qué creer o en algún logro sobrehumano, en una meta que te sea imposible alcanzar. A pesar de esta precaución, la mayoría de los budistas sigue creyendo que la iluminación es para el Buda -no para ellos- al menos por esta vida.

Pregunta: Utilizaste la palabra «Ser». ¿Puedes explicar a qué te refieres con eso?

Eckhart Tolle: El Ser es la Vida Única eterna y omnipresente que se encuentra más allá de las innumerables formas de vida que se hallan sujetas al nacimiento y a la muerte. Sin embargo, el Ser no sólo se halla más allá sino en la profundidad de cada forma, como su esencia más interna, invisible e indestructible. Esto significa que eso está a tu alcance ahora, como tu naturaleza más verdadera, tu yo más profundo. Pero no intentes comprenderla con la mente. No trates de comprenderla. Sólo puedes conocerla cuando la mente está quieta. Cuando estás presente, cuando tu atención se halla en forma total e intensa en el Ahora, podrás sentir al Ser, pero nunca podrá ser comprendido con la mente. Tomar nuevamente consciencia del Ser y vivir en ese estado de «consciencia sentida» es la iluminación.

Pregunta: Cuando dices Ser, ¿estás hablando de Dios? Y si lo estás, ¿por qué no usas esa palabra?

Eckhart Tolle: La palabra «Dios» ha perdido completamente su significado, a través de miles de años de mal uso. La utilizo a veces, muy escasamente. Por «mal uso», me refiero a que personas que nunca han tenido siquiera un atisbo del ámbito de lo sagrado, de la infinita inmensidad existente detrás de esa palabra, la utilizan con gran convicción, como si supieran de lo que hablan. O bien, argumentan en su contra, como si supieran qué es lo que están negando. Este mal uso origina creencias, afirmaciones e ilusiones egóticas absurdas, como «Mi Dios o nuestro Dios es el único dios verdadero, y el tuyo es falso», o la famosa frase de Nietzche: «Dios ha muerto».

La palabra Dios se ha transformado en un concepto cerrado. Apenas la palabra es pronunciada, se forma una imagen mental -quizás ya no de un anciano de barba blanca-, pero sigue siendo una representación mental de alguien o algo fuera de ti; y, sí, casi inevitablemente un algo o alguien masculino.

Ni «Dios» ni el «Ser» ni ninguna otra palabra pueden definir o explicar la inefable realidad que se halla detrás de la palabra, de modo que la única pregunta importante es si la palabra es una ayuda o un obstáculo en cuanto a permitirte experimentar Aquello a lo cual apunta. ¿Apunta acaso más allá de sí misma, hacia esa realidad trascendente, o se presta muy fácilmente a transformarse en nada más que una idea, una creencia en tu cabeza, un ídolo mental?

La palabra «Ser» no explica nada, pero tampoco la palabra «Dios». «Ser», sin embargo, tiene la ventaja de ser un concepto abierto: no reduce el infinito invisible a una entidad finita. Es imposible formarse una imagen mental de él. Nadie puede adjudicarse la posesión exclusiva del Ser. Es tu esencia misma, y te es accesible de inmediato como la sensación de tu propia presencia, la sensación de «Yo soy» previa a «Yo soy esto o lo otro». Así que sólo hay un pequeño paso entre la palabra «Ser» y experimentar el Ser.

Pregunta: ¿Cuál es el mayor obstáculo para experimentar esta realidad?

Eckhart Tolle: La identificación con tu mente, lo que hace que el pensamiento se vuelva compulsivo. No poder dejar de pensar es una espantosa calamidad, pero no nos damos cuenta de esto porque casi todo el mundo la sufre, así que es considerada «normal». Este ruido mental incesante te impide hallar ese dominio de quietud interna que es inseparable del Ser. Esto también crea un falso «yo» -fabricado por la mente-, que extiende una sombra de temor y sufrimiento. Examinaremos todo eso en más detalle más adelante.
El filósofo Descartes creyó haber encontrado la verdad más fundamental cuando formuló su famosa frase: «Pienso, luego existo». De hecho, expresó con eso el error más fundamental: igualar el pensar con el Ser y la identidad con el pensar. El pensador compulsivo -y casi todo el mundo lo es- vive en un estado de aparente separación, en un insanamente complejo mundo de problemas y conflictos continuos, un mundo que refleja la creciente fragmentación de la mente. La iluminación es un estado de «completitud», de «ser uno», y por tanto se está en paz. Se es uno con la vida en su aspecto manifiesto -el mundo- así como con tu yo más profundo y la vida no manifiesta -uno con el Ser-. La iluminación no es sólo el fin del sufrimiento y del continuo conflicto interno y externo, sino también el fin de la horrible esclavitud del pensar incesante. ¡Qué increíble liberación es!
Identificarte con tu mente genera una cortina opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios y definiciones que impiden toda relación verdadera. La cortina se interpone entre tú y tú mismo, entre tú y los demás hombres y mujeres, entre tú y la naturaleza, entre tú y Dios. Es esta cortina de pensamiento la que crea la ilusión de la separación, la ilusión de que hay un tú y un «otro» enteramente separado. Olvidas entonces la realidad esencial de que, debajo del nivel de las apariencias físicas y las formas separadas, eres uno con todo lo que existe. Con «olvidas», me refiero a que ya no logras sentir esta unión como una realidad evidente por sí misma. Puedes creer que es así, pero ya no sabes si lo es o no. Una creencia puede ser tranquilizadora. Sólo es liberadora, sin embargo, a través de tu propia experiencia.

Pensar se ha vuelto una enfermedad. La enfermedad se presenta cuando las cosas se desequilibran. Por ejemplo, no hay nada malo con que las células se dividan y multipliquen en el cuerpo, pero cuando este proceso prosigue en forma independiente del organismo completo, las células proliferan y tendremos una enfermedad.
La mente es un instrumento soberbio si la usamos correctamente. Si se le usa en forma incorrecta, sin embargo, se vuelve muy destructiva. Para ser más preciso, no se trata tanto de que uses tu mente del modo incorrecto -en general no la usas para nada-. Ella te usa. Ésa es la enfermedad. Crees que eres tu mente. Ese es el delirio. El instrumento se ha apropiado de ti.

Pregunta: No estoy enteramente de acuerdo. Es cierto que pienso mucho sin sentido alguno -como la mayoría de las personas-, pero aún puedo utilizar mi mente para lograr cosas, y hago eso todo el tiempo.

Eckhart Tolle: Sólo porque puedes resolver un acertijo de palabras o construir una bomba atómica, no significa que puedes utilizar tu mente. Tal como a los perros les encanta morder huesos, a la mente le encanta hincarle sus dientes a los problemas. Es por eso que resuelve acertijos y construye bombas atómicas. A ti no te interesan esas cosas. Permíteme preguntarte esto: ¿puedes liberarte de tu mente cada vez que quieres? ¿Has hallado el botón que detiene todo el mecanismo?

Pregunta: ¿Te refieres a dejar de pensar? No, no puedo hacerlo, excepto quizás por unos instantes.

Eckhart Tolle: Entonces la mente te utiliza a ti. Inconscientemente, te has identificado con ella, de modo que ni siquiera te das cuenta de que eres su esclavo. Es casi como si fueses poseído sin darte cuenta: crees que la entidad que se posesionó de ti eres tú mismo. La libertad se inicia dándote cuenta de que no eres esa entidad que se posesionó de ti -el pensador-. Saber esto te permite observar a la entidad. Apenas comienzas a observar al pensador, comienza a activarse un nivel más alto de consciencia. Comienzas entonces a darte cuenta de que hay un enorme ámbito de inteligencia más allá del pensamiento, y que ese pensamiento es sólo un diminuto aspecto de esa inteligencia. También te das cuenta de que todas las cosas que realmente importan -la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interior- tienen su origen más allá de la mente. Comienzas a despertar.

 

Si vas a aferrarte a algo que sea a tus sueños, no a personas

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Si vas a aferrarte a algo, que sea a tus sueños y no a personas. Di no a ese apego insano que corta las alas y conjuga el amor con chantajes. Sé valiente y deja ir lo que es caduco, lo que no funciona para atender las necesidades de tu corazón, ahí donde se inscriben nuestros anhelos, esos para los cuales, siguen pasando nuevos trenes cada día.

Decía Honoré de Balzac que ante una crisis personal el corazón se rompe o se curte. Todos, de algún modo, hemos vivido esos instantes de complejidad personal, en los cuales, al tener que renunciar a algo o alguien y percibirnos casi al borde del abismo, tomamos de pronto plena conciencia de nosotros mismos y de nuestras auténticas necesidades.

Aferrarse a algo, en ocasiones, hace más daño que soltarse. Porque a veces, lo que nos aferra lo hace con tanta fuerza que deja marcas y heridas profundas, hasta el punto de quitarnos el aire, la vida, los sueños…

Resulta curioso pensar como, de algún modo, todos estamos casi obligados a “morir” varias veces para después renacer. Las crisis y los cambios siempre nos producen miedo, porque nos predisponen a tener que desapegarnos de muchas cosas para cancelar así una etapa de nuestras vidas y empezar otras con el corazón ya bien curtido.

En cada cambio y en cada uno de esos ciclos que iniciamos, siempre debe estar inscrito un propósito, un sueño que alcanzar para autorrealizarnos un poco más. Te invitamos a reflexionar sobre ello.

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NUESTRO PLANETA NO SIEMPRE HA ESTADO DEFENDIDO POR UN ESCUDO BIPOLAR, ALGUNA VEZ FUERON MUCHOS SUS POLOS MAGNÉTICOS.

Aunque el campo magnético de la Tierra no ocupe nuestras conversaciones cotidianas y pocas veces protagonice las portadas de los diarios, lo cierto es que este ingrediente es esencial para que nuestro planeta sea habitable. Entre otras funciones, este escudo es el que nos protege de las radiaciones solares, sin lo cual la vida jamás se habría desarrollado ni sostenido, así de fácil.

Pero si bien en un buen trecho de nuestra historia el campo magnético ha sido sostenido por dos polos, esto no siempre fue así. Se cree que el campo magnético se origina a partir de la interacción de un núcleo de acero líquido que yace en el corazón de la Tierra, el cual rota alrededor de otro núcleo sólido (efecto llamado geodínamo). Sin embargo estos núcleos no siempre estuvieron ahí y el cómo se generaba el campo magnético del planeta antes de esto era un misterio hasta ahora.

Un estudio reciente, cuyo autor es Peter Driscoll y que fue publicado en el Geophysical Research Letters parece tener una respuesta: hace alrededor de mil millones de años la Tierra tuvo, intermitentemente, más de dos polos magnéticos. Esta revelación desmiente la hipótesis tradicional que apuntaba a que la bipolaridad planetaria había sido ininterrumpida, lo cual podría abrir un nuevo espectro de conocimiento en torno a la historia geológica del planeta.

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[Popular Mechanics]

¿SE HAN AMAÑADO LAS ELECCIONES EN ESPAÑA?

Parece que no solo a maestroviejo, le ha salido de ojo, lo sucedido en la jornada electoral de ayer.
Los compañeros del robot, parecen contestar a la pregunta formulada en el blog
https://selenitaconsciente.com/?p=252059

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https://elrobotpescador.com/

Como todo el mundo sabrá ya, se han producido elecciones en España para el Congreso de los diputados.

El resultado también es bien sabido por todo el mundo: el Partido Popular, con Mariano Rajoy al frente, las ha ganado aumentando su apoyo de forma inesperada y no se ha producido el vaticinado crecimiento de Unidos Podemos, que amenazaba con convertirse en la segunda fuerza política en España.

Sin embargo, lo más llamativo de los resultados ha sido la gran discrepancia que ha habido entre las diferentes encuestas previas, que vaticinaban un conjunto de resultados bastante similares entre sí, y los resultados que finalmente se han producido.

Principalmente, la mayoría de sondeos (con pequeñas diferencias entre sí) indicaban que el Partido Popular alcanzaría resultados más o menos similares a los de las pasadas elecciones de diciembre de 2015, mientras que el partido Unidos Podemos superaría significativamente al PSOE y alcanzaría más de 90 escaños (al final, solo ha conseguido 71, quedando por debajo de los 90 del PSOE, mientras que el Partido Popular ha incrementado notablemente sus apoyos, superando en 14 escaños los resultados de las anteriores elecciones).

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Esas enormes discrepancias han provocado que muchas personas en las redes sociales hayan empezado a pedir dimisiones entre los responsables de las empresas encargadas de los sondeos pre-electorales.

El razonamiento generalizado, compartido tanto entre los votantes como entre los analistas y los tertulianos, ha sido: “todas las encuestas han fallado estrepitosamente y los culpables son los encargados de los sondeos”.
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