UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE YALE SUGIERE QUE CUANDO LAS PERSONAS SUPERAN UNA CRISIS Y PASAN POR UN CAMBIO POSITIVO, TIENDEN A VER UNA PARTE REVELADORA DE SU VERDADERO SELF (EL SÍ MISMO COMPLETO)
Donald Winnicott, pediatra, psicoanalista inglés y uno de los principales pilares de la psicología, brindó información valiosa sobre la relación entre la madre y el lactante durante la primera mitad del siglo XX. Winnicott, trabajando con Melanie Klein en Inglaterra, decidió centrar su observación hacia el vínculo y su influencia sobre la evolución del bebé. Como resultado, retomó el término del “Self” para definir al “Yo” y al “Self como objeto”, distinguiéndolo en dos: el verdadero self y el falso self.
Durante el primer año de vida, el vínculo madre-niño constituye una unidad que resulta eventualmente en la base para su desarrollo. Una madre “suficientemente buena” es aquella que permite no sólo el desarrollo del verdadero self (la que acoge el gesto espontáneo del niño a la hora de expresarse, interpreta su necesidad y se la devuelve en calidad de gratificación) sino también el desarrollo de un falso self, el cual funge como un proceso adaptativo al principio de realidad y de las normas sociales.
La última idea de Google va más allá del mero Gran Hermano Orwelliano en la crianza de los hijos robotizada totalmente automatizada. La compañía está planeando una serie de tecnologías inteligentes para el hogar que mantendrán un ojo en los niños y los disciplinarán en lugar de sus padres reales, advirtió un artículo de The Daily Mail.
Google presentó una patente que implica un sistema inteligente de vigilancia domiciliaria que utiliza cámaras, micrófonos, sensores de movimiento e imágenes térmicas para mantener un ojo en los miembros traviesos de la familia mientras los padres están fuera.
La información en tiempo real será analizada por Google Home, el producto estrella de la empresa, el altavoz inteligente y asistente de casa, que formulará las medidas disciplinarias apropiadas.
Otro producto potencial es un dispositivo inteligente que presume aconsejar a los padres sobre maneras de mejorar sus relaciones con sus hijos, como instarlos a dedicar más tiempo y atención a sus hijos durante la cena.
Según The Times, el dispositivo inteligente planeado llevará un registro de las tareas como sacar la basura. Podrá recordar quién falló en terminar o cumplir sus tareas asignadas.
Susan Crockford, posiblemente la mejor experta en osos polares del mundo, reveló recientemente datos que sugieren una realidad distinta a la que han pronosticado ambientalistas, según publicó en febrero en su “Informe sobre el estado del Oso Polar de 2017”.
En medio de muchas voces clamando sobre la fatalidad climática, el informe asevera que “las poblaciones de osos polares están estables, cuando no creciendo”.
Lo que algunos medios liberales informan es que los osos mueren de hambre por el delgado hielo marino del verano, según Breibart.
Según Crockford, “el número de osos polares se ha mantenido estable o ha aumentado ligeramente desde 2005, a pesar de que el hielo marino del verano desde 2007 alcanzó niveles no esperados hasta mediados de siglo: la disminución prevista del 67% en el número de osos polares no ocurrió”.
“La resistencia del oso polar debería haber significado el final de su uso como un ícono preciado del destino del calentamiento global, pero no fue así”, dijo Finacial Post, que agrego, “El alarmismo no va a desaparecer sin una lucha”.
Parte de esta lucha implica un choque científico sobre la transparencia en la ciencia en cuanto a la situación del oso polar.
Las presas abundantes y la adecuada cantidad de hielo marino en primavera y a comienzos del verano desde 2007 parecen explicar por qué el número de osos polares no ha disminuido, como podría haberse esperado como resultado de los bajos niveles de hielo marino en el verano.
El informe de Crockford indica que el mayor cambio en el hábitat del hielo marino desde 1979, lo experimentaron los osos polares del mar de Barents, y el menor cambio lo experimentaron los que viven en la Bahía del sur de Hudson, la región más meridional habitada por osos.
Luego “por lo que se sabe, el récord de la baja cantidad de hielo marino en marzo de 2017 no tuvo ningún impacto en la salud o supervivencia del oso polar”, expone el estudio.
Algunos estudios muestran que los osos pesan menos que en los años ochenta, pero ninguno mostró un aumento en el número de ejemplares muriendo de hambre o demasiado delgados como para no reproducirse.
Seguro que alguna vez te has plantado delante de un test de cociente o coeficiente intelectual. Hoy en día puesto en duda por muchos investigadores, esta prueba basada en pruebas abstractas fue y sigue siendo habitual en muchos ámbitos como la escuela o las pruebas de acceso a algunas instituciones y también es posible encontrarlos de mil formas distintas en internet, donde prometen dar la jugosa pero a la vez difícil respuesta de lo inteligentes que somos. El problema, más allá de su validez o no, es que durante una larga época se usaron para dividir a los individuos entre «válidos» e «imbéciles», y lo que es peor aún, para llegar a castrarlos.
La vocación por ser capaces de medir la inteligencia de un individuo viene de antaño, pero su explosión en forma de test llegó con el comienzo del siglo XX. La primera de estas pruebas fue desarrollada por el psicólogo francés Alfred Binet, quien recibió un encargo del gobierno francés para identificar a los estudiantes más dotados en la escuela. Fruto de sus estudios surgió la denominada escala Binet-Simon en 1905, que a la postre se convirtió en la base de la mayoría de las pruebas modernas que aspiran a medir nuestra inteligencia de forma supuestamente imparcial.
Con el paso del tiempo los test de coeficiente intelectual han sido contestados por estudios que consideran que son incapaces de medir factores como la creatividad, y otros informes han alegado que su desarrollo no está capacitado para «medir» de igual forma a individuos de distintas culturas, pero su época de mayor implantación coincidió con el auge de alguna teorías discriminatorias que lo usaron como coartada para refrendar sus tesis. Y sí, esa época tan poco halagüeña no fue otra que las décadas a caballo de la I y la II Guerra Mundial.
Breve historia de la eugenesia: de Esparta al test de coeficiente intelectual
Cuando hablamos de eugenesia, a menudo nos vienen a la cabeza la esvástica Naziy los campos de concentración, pero fue un pensamiento mucho más extendido. Su nombre, derivado del griego «eugenes» (buen origen), nos explica en buena parte sus raíces, que nacen del pensamiento Griego clásico y que tiene su ejemplo más impactante en la agogé Espartana: la selección de los bebés más fuertes y mejor formados y el abandono de los que no se les considera así, como se cuenta con ciertas licencias en el cómic y la película de 300.
En Arabia saudí las redes sociales transmiten imágenes de mujeres marroquíes que se venden como sirvientas domésticas a cambio de una suma de dinero, según el medio alemán Deutsche Welle.
Una fotografía difundida en Twitter muestra a dos mujeres marroquíes subastadas como empleadas domésticas. Una de ellas tenía 30 años de edad, con cinco años de experiencia laboral en Arabia saudí, y puede cocinar y limpiar, y le ofrecen 1.500 riales saudíes. A la otra la describien como “capaz de cocinar comida saudí y disfruta con los niños”. También se ofrece al mismo precio.
“Es un ejemplo de esclavitud”, dice a Deutsche Welle Yasmin Ajutat, una bloguera marroquí especializada en derechos de la mujer. Explica que las mujeres extranjeras que trabajan como empleadas domésticas en Arabia saudí tienen restringido muy severamente lo que pueden hacer. Por ejemplo, “muchos árabes saudíes no permiten que sus sirvientes tengan un teléfono móvil para comunicarse con sus familias”, explica.
En un anuncio publicitario, el vendedor decide subastar a una mujer marroquí como ama de llaves por “su ambición por conseguir un teléfono móvil”. En otro mensaje de Twitter, el pasaporte de una mujer marroquí le había sido confiscado a su titular y utilizado para anunciar su venta en la subasta.
Los sirvientes domésticos trabajan bajo el sistema “kafala”, un reglamento de Arabia saudí y otros países del Golfo en el que los patronos emplean a trabajadores extranjeros y siguen siendo responsables de los visados de las mujeres y de la residencia legal durante toda su estancia.
Este sistema feudal ha sido criticado por organizaciones que se oponen a las relaciones abusivas entre patronos y trabajadores. En algunos casos extremos, los patronos abusan física y mentalmente de sus trabajadores, rechazan el pago, se incautan de sus pasaportes y pueden negarse a dejarlos regresar a su país de origen.
En los anuncios hay casos de abuso de mujeres marroquíes. En 2015, por ejemplo, la marroquí Lamia Moatamid, que se casó con un árabe saudí, fue violada por su marido y encarcelada después de intentar denunciar el crimen. Hizo un llamamiento directo al rey Mohammed VI de Marruecos para que la salvara y fue liberada de la cárcel un año después. En febrero del año pasado, su patrono saudí arrojó por la ventana a una criada marroquí. Las redes sociales difundieron un vídeo en el que aparece conectada a una cama de hospital después del atentado.
En algunos casos, las mujeres sufren malos tratos. Muchas mujeres saudíes se indignan por la afluencia de marroquíes desde 2011, temiendo que las trabajadoras marroquíes seduzcan a sus maridos. Hay denuncias de agresiones, acusando a las mujeres saudíes de abusos. El canal alemán destaca que la especial relación entre Rabat y Riad no ha resuelto este problema recurrente desde 2011, año en que se abrió el mercado laboral saudí a las mujeres marroquíes.
La cifra de suicidios en España se elevó a 3.569 personas en 2016, lo que los convierte ya en la principal causa de muerte no natural en España debido a la reducción de víctimas mortales por accidentes de tráfico.
Estos datos han sido puestos de manifiesto por el psiquiatra y profesor de la Universidad de Sevilla Lucas Giner durante el XXVI Curso de Actualización en Psiquiatría, que reúne en Vitoria a 400 expertos en salud mental.
Giner ha constatado que cada año se producen más de 3.000 suicidios en España y concretamente en 2016 fueron 3.569, con un tasa de 7,69 casos por cada 100.000 habitantes, según los últimos datos del INE. En el mundo cada año se suicidan más de 800.000 personas.
No obstante este experto ha alertado de que por cada suicidio consumado se producen unos 20 intentos fallidos y en la mayoría de estos casos el que trata de quitarse la vida sin conseguirlo posteriormente se arrepiente.
Respecto a las causas de los suicidios, el psiquiatra ha detallado que los “trastornos mentales, afectivos, la esquizofrenia, la ansiedad, los trastornos de personalidad y el abuso de sustancias estupefacientes”, son los principales motivos que llevan a adoptar una decisión como esta.
La enfermedad mental es sin embargo el factor más importante que predispone al comportamiento suicida y quienes la padecen presentan un riesgo diez veces mayor que aquellas personas que no la sufre. Giner también ha puesto de relieve que quienes padecen un comportamiento suicida tienen afectado el sueño.
Se calcula que el 81% de los adolescentes y el 89% de los adultos con ideas de suicidio tienen problemas para conciliar y mantener el sueño debido a que se obsesionan con este tipo de pensamientos.
“No es que el insomnio haga que las personas que lo padecen tengan ideas de suicidarse, sino al revés, quienes tienen pensamientos suicidas tienen afectado su sueño porque no están bien y hay algo que les atormenta”, ha aclarado.
El insomnio “es un factor más para saber si una persona está en riesgo de suicidio”, ha indicado el experto, que ha mencionado también las importantes consecuencias emocionales que tienen los suicidios y las tentativas en los familiares y amigos
Las carnes procesadas como el tocino, las salchichas y el salami «sí causan cáncer».
Tras años de años de estudio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó en 2015 a esta conclusión que causó asombro en todo el mundo.
El organismo las incluyó en el primer grupo de agentes carcinógenos , el de los que se sabe con seguridad que sí causan cáncer y al que pertenecen otros 120 elementos, entre ellos viejos conocidos como el tabaco y el asbesto.
La OMS calculó que consumir 50 gramos de carne procesada al día -el equivalente a un par de lonchas o tajadas de tocineta o a un hotdog– aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal a lo largo de la vida en un 18% .
En apenas 15 días de conocerse el dato, los supermercados británicos reportaron un descenso en las ventas de tocino de más de US$4 millones.
La noticia generó estupor. Muchos atacaron la ciencia detrás de la afirmación o criticaron la noticia como alarmista, argumentando que el aumento del riesgo de cáncer era relativamente pequeño y difícil de concretar para el consumidor.
Pero en medio de ese debate, pocos examinaron qué es exactamente lo que tiene el tocino para que la OMS lo haya considerado un carcinógeno. Tampoco se cuestionó si hay maneras alternativas de producirlo para que sea menos carcinógeno.
Según escribió en un reciente artículo la periodista del diario británico The Guardian especializada en alimentación, Bee Wilson, el hecho de que se desconozca esta información es «un tributo al poder de la industria de la carne, que durante los últimos 40 años ha llevado a cabo una campaña de encubrimiento y desorientación que podría rivalizar con los trucos sucios de las grandes tabacaleras».
¿Qué es los que nos daña del tocino?
La clave de lo que nos hace daño del tocino (o del salami, el jamón cocido y otros fiambres y embutidos) está en su color: un aspecto rosado es un indicio de que ha sido tratado con productos químicos, específicamente con nitratos y nitritos .
Así, el riesgo asociado al tocino tiene que ver esencialmente con dos aditivos: el nitrato de potasio y el nitrito de sodio , que se utilizan como conservantes y fijadores de color.
Según el periodista francés Guillaume Coudray, está ampliamente aceptado que el uso de estas sustancias es el motivo por el que las «carnes procesadas» son mucho más carcinógenas que las carnes no procesadas (aunque las carnes rojas como la de ternera, cerdo y cordero están en el segundo grupo de la clasificación de la OMS, el de los agentes que «probablemente causen cáncer»).
Coudray publicó en 2017 un libro sobre esta cuestión titulado Cochonneries , con el subtítulo «Cómo la charcutería se convirtió en un veneno».
Argumenta que no deberíamos hablar de carnes procesadas sino de «nitro-carnes».
Si bien la manera tradicional de curar carnes es con sal y mucho tiempo, Coudray argumenta que la industria cárnica, en su afán por producir rápido y aumentar beneficios, se decantó por maneras alternativas de generar el sabor y el aspecto de la carne curada.
Algunos productores de tocino argumentan que el uso de nitratos y nitritos es necesario para lograr el sabor, textura y aspecto del beicon al que los consumidores están culturalmente acostumbrados.