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Ovni cigarro entra al Popocatepetl en erupción
Por Enigma 51
Ovni cigarro entra al Popocatepetl en erupción 30 enero 2018
Un objeto extraño que se ha visto penetra en el Popocatepetl
Un astronauta de la NASA pasa un año en el espacio y su ADN cambia
Por RT
Scott Kelly estuvo en el espacio entre 2015 y 2016.
Luego de pasar 340 días en la Estación Espacial Internacional (EEI), entre 2015 y 2016, Scott Kelly regresó a la Tierra y fue sometido a una serie de estudios por parte de la NASA. Las pruebas ratificaron lo que habían esbozado lo primeros estudios: el ADN del astronauta ya no era el mismo, reseñó Live Science.
La estadía de Kelly en el espacio formó parte de un experimento llamado Estudio de Gemelos, que consistía en analizarlos antes, durante y después de la travesía para comprobar qué cambios se podrían sufrir en el espacio.
Para eso, mientras Scott viajó a la EEI, su hermano Mark Kelly, un astronauta retirado, se quedó en tierra.
Pasado el año, los gemelos fueron comparados y los resultados fueron contundentes: Scott tenía cinco centímetros más de altura, su masa corporal había disminuido y sus bacterias intestinales ya no eran las mismas, todo esto, como consecuencia de la falta de gravedad y la escasa cantidad de oxígeno que hay en el espacio.
No obstante, con el paso del tiempo, la mayoría de los parámetros volvió a los niveles previos al viaje.
Un ADN distinto
Hubo algo, sin embargo, que no regresó a sus valores normales: su ADN, ya que el 7% del código genético del astronauta permaneció alterado y así seguirá de manera permanente, detalló el informe de la NASA, lo que se debió al denominado ‘estrés del espacio’. De esta manera, los gemelos ya no tendrán idéntico código genético.
UN IMPORTANTE CAMBIO EN EL NIVEL DE INTELIGENCIA DE LOS HUMANOS ESTUVO MÁS RELACIONADO CON LAS REDES NEUROLÓGICAS IMPLICADAS HOY EN DÍA EN LA MÚSICA, QUE CON LAS IMPLICADAS EN EL LENGUAJE.
Los humanos aprendieron a hacer herramientas más complejas en la Edad de Piedra gracias a redes cerebrales hoy relacionadas con el manejo de instrumentos musicales.
El filósofo Friedich Nietzsche dijo que sin música la vida sería un error. A la vista de los hallazgos hechos por los científicos, se puede decir que sin música la vida sería, sin duda, diferente. En un artículo publicado este lunes enNature Human Behaviour, un equipo internacional de investigadores ha concluido que un importante cambio en el nivel de inteligencia de los humanos estuvo más relacionado con las redes neurológicas implicadas hoy en día en la música, que con las implicadas en el lenguaje.
«El estudio revela el papel clave de redes cerebrales que pudieron estar detrás del cambio hacia una inteligencia más humana hace 1,75 millones de años», ha explicado Shelby Putt, primera autora del estudio e investigadora en la Universidad de Indiana (EE.UU.). «Creemos que esto marcó un punto de inflexión en el cerebro humano que llevó a la evolución de las nuevas especies humanas».
¿Qué pasó por entonces? Hace 1,75 millones de años ocurrió un gran cambio en la tecnología de fabricación de herramientas de piedra. Las especies humanas tempranas dejaron atrás la llamada industria oldovayense, caracterizada por la fabricación de lascas y piedras afiladas a través de golpes en una de sus caras, y entraron en la industria achelense, en la que se fabricaban hachas y cuchillas bifaces y que se caracterizó por trabajar con las piedras de forma simétrica.
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Por qué fallan casi siempre los ingenieros sociales
Los medios y buena parte de los llamados intelectuales, han difundido la creencia de que la solución a todos los problemas consiste en que la sociedad sea guiada por verdaderos expertos, personas con un elevado nivel de conocimiento y preparación. Así, los ciudadanos deberían abandonar sus criterios y decisiones personales, supuestamente incorrectos, y delegarlas en quienes poseen la verdadera sabiduría.
Este sería uno de los fundamentos de la ingeniería social: son los expertos a través de la política, la propaganda y la legislación quienes deben marcar las pautas sociales, cambiar el comportamiento y la forma de pensar de los ciudadanos y alterar las estructuras sociales, en connivencia con los políticos. Así, hoy los gobernantes están empeñados en imponer cuotas por sexos, obligar a que en muchas profesiones haya el mismo número de hombres que de mujeres, en lugar de dejar a cada uno libertad para elegir su profesión, con independencia de su sexo.
Tras fastidiar a mucha gente imponiendo infinidad de trabas y restricciones, las recetas de estos expertos suelen conducir al fracaso
En la realidad, tras fastidiar a mucha gente, a muchas empresas, imponiendo infinidad de trabas y restricciones, estas recetas suelen conducir al fracaso… aun cuando los expertos que las diseñan sean brillantes y, lo que todavía es menos común, tengan buenas intenciones.
La mente más brillante fracasó estrepitosamente
En 1961 el recién elegido presidente de EEUU John F. Kennedy, decidió atraer a su gobierno a figuras sobresalientes, académicos con formación muy destacada, técnicos muy competentes, expertos de elite. Entre ellos destacaba Robert McNamara, Secretario de Defensa, que ejercería en el cargo hasta 1968, y a quien Kennedy llamaba “la estrella de mi equipo”.
John F. Kennedy decidió atraer a su gobierno a figuras sobresalientes, académicos destacados, técnicos muy competentes, expertos de elite
McNamara era un hombre con cualidades y conocimientos sobresalientes, enorme capacidad de trabajo y gran determinación para conseguir sus objetivos. Había estudiado en laUniversidad de California, Berkeley, y obtenido un Master por la Universidad de Harvard, donde también fue profesor. En la Segunda Guerra Mundial sirvió en el Servicio de Control Estadístico de las Fuerzas Aéreas, donde analizó la eficacia de los bombarderos y diseñó estrategias que incrementaron la efectividad de los ataques aéreos. Tanto él como su equipo fueron contratados posteriormente por la compañía automovilística Ford, donde renovaron la gestión y la producción. Robert ascendió en 1960, con 44 años de edad, a presidente de la compañía, el primero que no pertenecía a la familia Ford.
Como Secretario de Defensa introdujo el Presupuesto Planificado por Programas, la primera vez en el mundo que se aplicaba. Pero su nombre quedó especialmente asociado al fracaso en Vietnam, una de las guerras más desastrosas libradas por las fuerzas norteamericanas. McNamara y su equipo intentaron aplicar su receta experta: la combinación de suficientes recursos, eficaz organización y fuerte determinación, conduciría inexorablemente a la victoria. Concibieron la guerra como un proceso industrial donde el campo de batalla era el punto final de un proceso productivo que aplica masivamente tropas, armas, medios y potencia de fuego bien dirigido, hasta que el oponente cesa en su resistencia.
Planificaron de manera impecable el número fuerzas, material, misiones aéreas, incursiones, obuses de artillería disparados. Y utilizaron el número de bajas enemigas, o de puentes destruidos en Vietnam del Norte, como indicadores de la evolución de la guerra.
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