Roger Bacon (1214 – 1294), filósofo, científico y teólogo escolástico inglés, de la orden franciscana, nos dice que, en sus escritos, los filósofos se han expresado de muchas maneras diferentes pero siempre enigmáticas. Nos han legado una ciencia noble entre todas, pero completamente velada para la gente común por su lenguaje nebuloso, enteramente oculta bajo un impenetrable velo. Y, sin embargo, han tenido razón para obrar así. En algunos manuscritos antiguos seencuentran varias definiciones de este arte. Hermes dice: “La Alquimia es la ciencia inmutable que trabaja sobre los cuerpos con ayuda de la teoría y de la experiencia, y que, por una conjunción natural, los transforma en una especie superior más preciosa”. Otro filósofo ha dicho: “La Alquimia enseña a transmutar toda especie de metal en otra, esto con ayuda de una Medicina particular, como puede verse por los numerosos escritos de los filósofos“. Por eso Roger Bacon nos dice: “La Alquimia es la ciencia que enseña a preparar una cierta Medicina o elixir, la cual, proyectada sobre los metales imperfectos, les da la perfección en el instante mismo de la proyección”. Los principios de los metales son el Mercurio y el Azufre. Estos dos principios han dado nacimiento a todos los metales y a todos los minerales, de los que existe un gran número de especies diferentes. La naturaleza tuvo siempre por fin llegar a la perfección, al oro. Pero a consecuencia de diversos accidentes que dificultan su marcha, nacen las variedades metálicas, como lo han expuesto claramente varios filósofos. Roger Bacon nos explica que, según la pureza o impureza de los dos principios componentes, es decir, del Azufre y del Mercurio, se producen metales perfectos o imperfectos: oro, plata, estaño, plomo, cobre, hierro. El Oro es un cuerpo perfecto, compuesto de un Mercurio puro, fijo, brillante, rojo, y de un Azufre puro, fijo, rojo y no combustible. El Oro es perfecto. La Plata es un cuerpo puro, casi perfecto, compuesto de un Mercurio puro, casi fijo, brillante, y blanco. Su Azufre tiene las mismas cualidades. No le falta a la Plata sino un poco más de fijeza, de color y de peso. El Estaño es un cuerpo puro, imperfecto, compuesto de un Mercurio puro, fijo y volátil, brillante, blanco en el exterior, rojo en el interior. Su Azufre tiene las mismas cualidades. Sólo le falta al estaño ser un poco más cocido y digerido. El Plomo es un cuerpo impuro e imperfecto, compuesto de un Mercurio impuro, inestable, terrestre, pulverulento, ligeramente blanco al exterior, rojo al interior. Su Azufre es semejante y además combustible. Al plomo le falta la pureza, la fijeza y el color; no está bastante cocido.
El termino Alquimia deriva del árabe “Alkimiya“. Pero tenemos una segunda parte de definición, que se remonta a la raíz egipcia “kmm” que significa negro. Alquimia viene a ser pues “Arte Negro“. Otra interpretación se basa en el hecho de que el plomo negro es una materia prima muy importante en los procedimientos alquímicos. Todas las fuentes de que se disponen nos llevan a que la alquimia tiene su punto de partida posiblemente en Egipto y Mesopotamia. El conocimiento hermético del que eran depositarios los egipcios fue recogido por los hebreos. Numerosos pasajes de la Biblia, sobre todo el Pentateuco de Moisés, nos permiten adivinarlo. Por otra parte, también los griegos se nutrieron de la sabiduría egipcia, adecuándola a su civilización y a sus divinidades y sirviendo de transmisores de sus misterios. Más tarde, bebiendo tanto de las fuentes griegas como de las egipcias, los sabios doctores del Islam volvieron a actualizar y transmitieron de nuevo el conocimiento hermético. Fue, finalmente, a través de estos tres, hebreos, griegos y árabes, como llegó a tierras europeas, donde volvemos a encontrarlo entre los alquimistas medievales, más o menos intacto, hasta finales del siglo XVIII. No es tampoco despreciable el papel ejercido por algunos padres de la Iglesia en esta misteriosa transmisión. Durante la Edad Media aparecerán una serie de alquimistas cristianos que compararán la Gran Obra con la vida de Cristo. Con todo, los elementos más importantes de la filosofía hermética proceden en su mayoría de los griegos y de los egipcios. Varios mitos egipcios y griegos nos refieren que toda una serie de usos, enseñanzas y costumbres fueron transmitidos al pueblo egipcio por Thot, dios que recibiría entre los griegos los nombres de Hermes y de Mercurio. La raza negra que sucedió a la raza roja austral en la dominación de mundo, hizo del alto Egipto su principal santuario. El nombre de Hermes/Thot, ese misterioso y primer iniciador del Egipto en las doctrinas sagradas, se relaciona sin duda con una primera y pacífica mezcla de la raza blanca y de la raza negra en las regiones de la Etiopía y del alto Egipto, largo tiempo antes de la época aria.
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