Japón, el primer país del mundo que dejó de recomendar la aplicación de la vacuna contra el virus del papiloma humano (vph) ha acogido un simposio internacional de asociaciones de afectadas por este fármaco. Los daños que está provocando esta inmunización son los mismos en todo el mundo y sus problemas también por eso se unen.
En el país nipón se han reunido organizaciones de chicas dañadas por los efectos secundarios de las vacunas marcas Gardasil y Cervarix de países como Colombia, Irlanda, Reino Unido o España. Y lo han hecho en parte para comprender y explicar que los síntomas que padecen las jóvenes afectadas son múltiples y son comunes en todos los países.
Las notificaciones de reacciones adversas a los estamentos oficiales son mayores con la vacuna del vph que con otras vacunas. Es decir, la que los convoca es la vacunación que más efectos secundarios provoca en todo el mundo.
Como narra Alicia Capilla, madre de una de las chicas afectadas en España y presidenta de la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP):
Muchas víctimas han sido diagnosticadas de ‘problemas mentales’ y no pueden recibir tratamiento médico adecuado. Las empresas fabricantes de esos medicamentos y los gobiernos no admiten la causalidad entre las vacunas y los efectos adversos y no cumplen con su responsabilidad”.
¿Y qué sucede, insisto, en todas partes del mundo, con los médicos y los medios de comunicación? Que, en palabras de Capilla, promueven la vacuna y etiquetan a las víctimas como “antivacunas”.
Yo me pregunto: ¿cómo pueden ser “antivacunas” unas familias que optaron por vacunarcon esos productos? Los grupos de víctimas están tomando medidas a nivel internacional para cambiar esta situación poco ética pues todas estas situaciones o estrategias para intentar acallar toda crítica a productos muy cuestionados, también son comunes en cada país.
El evento japonés ha contado con mesas redondas en las que han intervenido personas como Nanami Sakai, representante de las demandantes de la demanda colectiva en Japón y el Dr. Hirokuni Beppu, representante de Medwatcher Japan, que es la organización de vigilancia de los medicamentos que ha organizado el simposio.
Los panelistas han discutido la difícil situación en que las víctimas deben soportar no solo el sufrimiento físico sino también la angustia emocional, ya que a menudo se quedan sin recurso a un tratamiento médico adecuado, como comentaba. Las entidades internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Europea de Medicamentos(EMA), así como los sistemas nacionales de salud y bienestar, también insisten en que la seguridad de la vacuna contra el VPH se ha establecido adecuadamente. Por todo ello, se descuidan las quejas de las víctimas que se suele alegar que “carecen de base científica”.
Este tipo de negligencia y discriminación es sorprendentemente similar en todos los países donde se han informado casos de Reacciones Adversas a los Medicamentos (RAM), concluyen en un comunicado todas las asociaciones de víctimas de efectos secundarios provocados por estas vacunas.
Y por ello, luchan desde hace años, hasta ahora de manera individual y a partir de ahora de modo coordinado, para que los gobiernos y las empresas cumplían con su responsabilidad de salvaguardar a las víctimas.