Sin peces ni plantas marinas. Una disminución dramática de oxígeno en la parte del golfo de Omán que se extiende en el Mar Arábigo ha sido constatada con el empleo de robots submarinos por científicos de la Universidad de East Anglia (UEA).
Vista del golfo de Omán desde la Estación Espacial Internacional. La recopilación de datos sobre este desastre ambiental había sido imposibilitada hasta ahora por ser áreas de agua inaccesibles para los buques científicos, debido a la piratería y las tensiones geopolíticas.
Los robots son aproximadamente del mismo tamaño que un pequeño buzo humano, pero pueden alcanzar profundidades de 1.000 metros y recorrer el océano durante meses, cubriendo miles de kilómetros. Dos planeadores se desplegaron en el golfo de Omán durante ocho meses y se comunicaron por satélite para construir una imagen submarina de los niveles de oxígeno y los mecanismos oceánicos que transportan el oxígeno de un área a otra.
Uno de los robots submarinos utilizados. Donde esperaban algo de oxígeno, encontraron un área más grande que Escocia con casi nada de oxígeno. «Las zonas muertas son áreas desprovistas de oxígeno. En el océano, estas también se conocen como “zonas de oxígeno mínimo” y se encuentran naturalmente entre los 200 y 800 metros de profundidad en algunas partes del mundo», explica el director de la investigación, el Dr. Bastien Queste, de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UEA.
«Es un desastre a la espera de que suceda, empeorado por el cambio climático, ya que las aguas más cálidas contienen menos oxígeno y los fertilizantes y las aguas residuales salen de la tierra hacia los mares», añade este experto, que realizó el estudio en colaboración con la Universidad Sultan Qaboos de Omán.
Ubicación del golfo de Omán en el mapa. Se conecta al golfo Pérsico a través del estrecho de Ormuz. Y subraya: «El Mar Arábigo es la zona muerta más grande y más extensa del mundo. Pero hasta ahora, nadie sabía realmente cómo de mala era la situación porque la piratería y los conflictos en el área han hecho que sea demasiado peligroso recolectar datos».
Consecuencias nefastas
«Apenas tenemos datos recopilados durante casi medio siglo debido a lo difícil que es enviar barcos allí. Nuestra investigación muestra que la situación es peor de lo que se temía, y que el área de la zona muerta es extensa y en crecimiento. El océano es sofocante. Por supuesto, todos los peces, las plantas marinas y otros animales necesitan oxígeno, por lo que no pueden sobrevivir allí. Es un problema ambiental real, con consecuencias nefastas para los humanos que dependen de los océanos para obtener alimentos y empleo», explica.
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