El conflicto generó repercusiones en el gobierno español, y varias sinagogas españolas fueron grafiteadas con frases relacionadas con la guerra.
Luego del ataque de Hamás a Israel, y la consecuente respuesta israelí en la Franja de Gaza, se comenzaron a ver ciertas tensiones entre algunos funcionarios del gobierno español, la comunidad y las instituciones judías en el país, y la relación diplomática con Israel.