Una colaboración de nexuna
SANANDO LA IRA CON HOÓPONOPONO.
VIVI CERBERA.
(Derechos Reservados a la autora)
Una colaboración de nexuna
SANANDO LA IRA CON HOÓPONOPONO.
VIVI CERBERA.
(Derechos Reservados a la autora)
Una colaboración de Jose Frechina
Contenidos:
Rupert Sheldrake: La variabilidad de las constantes fundamentales: el espejismo de lo inmutable
David Pratt: Conciencia, causalidad y física cuántica
Artur Sala: Wilhelm Reich: historia de una ocultación (II)
Xavier Bartlett y David Alvarez:ENTREVISTA A LLUIS BOTINAS: “El SIDA fue el primer dogma mundial de terror”
Henry H. Bauer: Anomalías y sorpresas: las grietas del paradigma científico
Máximo Sandin: Sobre el origen del hombre (II)
Phillip Coppens: El disco de Festos: ¿Tan sólo un juego?
Marcelino Requejo: “No Identificados”: intentando comprender lo absurdo
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Contenidos:
Rupert Sheldrake: La variabilidad de las constantes fundamentales: el espejismo de lo inmutable
David Pratt: Conciencia, causalidad y física cuántica
Artur Sala: Wilhelm Reich: historia de una ocultación (II)
Xavier Bartlett y David Alvarez:ENTREVISTA A LLUIS BOTINAS: “El SIDA fue el primer dogma mundial de terror”
Henry H. Bauer: Anomalías y sorpresas: las grietas del paradigma científico
Máximo Sandin: Sobre el origen del hombre (II)
Phillip Coppens: El disco de Festos: ¿Tan sólo un juego?
Marcelino Requejo: “No Identificados”: intentando comprender lo absurdo
Una colaboración de lalunagatuna
El Secreto: eres y experimentas lo que piensas por lo bajinis
«El Secreto», en el lenguaje del curso de milagros, se diría de una forma que puede parecer algo misteriosa…:
“las ideas no abandonan su fuente”.
Las ideas crean.
Entonces, como normalmente vibramos en cierto rechazo y no en aceptación…, lo que reforzaremos será la idea subyacente, la idea promotora del rechazo —normalmente será miedo-separación.
Entonces, ese principio, aplicado a este miedo con el cual solemos “vibrar”, desde el cual solemos crear todo en nuestra experiencia… ese principio se diría:
“el miedo no abandona su fuente”.
El miedo-separación… crea.
Y por tanto veremos miedo “fuera”, en ese ilusorio “afuera”, en ese mundo que todas estas nuevas revelaciones —en esta maravillosa época de revelaciones— dicen que en realidad fluye desde nosotros (el mundo… por entero… aunque no lo parezca, aunque decirlo parezca una locura).
Claro, si seguimos reforzando miedo, lo seguimos alimentando, y si hacemos cosas desde ahí (hacer, decir…)…, entonces el miedo no abandona su fuente, y así, con todas las cosas que hagamos —y con cómo las percibamos (interpretemos)—… con todas ellas… seguiremos y seguiremos teniendo miedo, y las cosas seguirán dando miedo (seguiremos haciéndolas reales, no pudiendo interpretar todo más y más con el amor).
Igual que decimos: seguirán “dando miedo”, podríamos decir: dando “carencia”, o “sufrimiento”, etc.
Por eso aceptar será tan importante, o sería “lo único importante” al final —aceptar la abundancia del aquí y ahora real, de nuestra unión.
Un estado de “aceptación fundamental” sería un nombre posible para estar instalados en la unión-con-el-amor, no con el miedo —en unión con esa guía interior que es la mejor manifestación de ese “amor absoluto”, de la Vida, de la única solución real para todo… en este mundo.
Pero quizá por ser tan importante la “aceptación”… textos como Un Curso de milagros eligen no decirlo tan claro desde el principio de este modo —el que se trate de aceptar y más aceptar…, pues no se trataría de simplemente “aceptar” (y podríamos ponerlo con mayúsculas, para distinguirlo: “Aceptar”).
El miedo no podemos simplemente aceptarlo y ya está… habría que ir Aceptando la unidad…, aceptando ese SER que disuelve el miedo de forma natural… esa unión con ese ser que no se ve… y que la gente realiza de muchas maneras con sus “caminos espirituales”, con sus vidas en general… en esa unión con la guía interior que es eso que quiere que hagamos este curso y otros… para así poder realmente “aceptar” el miedo en su propio no-ser-nada y disolverlo, yendo a la causa de nuestra experiencia “normal”: nuestras creencias, no nuestras certezas que provienen de la unión con la guía interior.
El miedo nos hace enroscarnos en más círculos viciosos, como he visto en varias situaciones:
por ejemplo, si seguimos “intelectualizándolo” todo… de forma que tal intelectualización en realidad no nos sirve para “sanarnos” de nada, es decir, para “deshacer nuestro ego”; es decir, para deshacer ese aferramiento a la forma… un deshacer que deje paso a que el Yo-en-unidad se pueda ir expresando con mayor facilidad.
Pero tenemos miedo a simplemente “ser”…, necesitamos seguir inercialmente las mediaciones, sobre todo ”mentales”, en el sentido de “mente intelectual” (es decir, la mente que refleja el apego a la forma)… con la “mente” separada “del corazón”.
Estos principios son tan simples que asustan (al ego), y por eso a menudo nos costaría tantos años el aceptarlos: el “secreto”, el principio de UCDM…, la aceptación cada vez más consciente que podamos conseguir con cualquier experiencia o “camino”, sea o no llamado “espiritual”.
El mundo parece muy complejo, y parece que hay que “hacer” y “hacer”, y como sabemos el ego está encantado de que pensemos —con él— que “hay que hacer” muchas cosas esforzándose para solucionarlo todo. Esto reforzaría el pensamiento del esfuerzo, del más basto esfuerzo, que, como casi siempre tiene por debajo al miedo asomando —como tantas cosas lo tienen.
Nuestro ego se cree que ha logrado tantas cosas “en la vida”… muchísimas cosas… con este tipo de individualización. Y sin embargo, como dice UCDM, lo único que se conserva es lo que procede del amor.
El “problema” sería que, si queremos sanar, hay que tocar un núcleo muy profundo de nuestro ser… núcleo del que la gente nos alejamos cuando estamos:
— por ejemplo mucho en “la mente”…, discutiendo… defendiendo posiciones…
— en vez de llevar las cosas más al corazón, permitiéndonos más actuar desde ahí… “siguiendo los sentimientos”… desde el “funcionamiento” unido de corazón y de “mente” —ahora en el sentido “intelectual” de “mente” en tanto que esa entidad apegada a la forma (la forma de nuestros pensamientos usuales, y de las emociones más desintegradas o desintegrantes por el hecho de que responden ante todo a los patrones del pasado…, tan enroscados como están éstos con lo corporal y las formas).
Normalmente nos queremos muy poco, si acaso con esa autoestima inercial del ego…, pero no con realmente amor por nosotros mismos, incluso nos damos asco “por lo que pasó…”, “por lo que no pasó…”, etc.
Como bien “sabemos”, nosotros creamos o fabricamos dependiendo de lo que contengamos dentro, del contenido de la mente (“mente” esta vez en sentido amplio, no la “intelectual-apegada-a-la-forma”). Pero normalmente no queremos mirar adentro o “de frente”, no queremos enfrentarnos a la raíz del asunto.
Será por ello que Un Curso de milagros, o Un Curso de amor (UCDA), etc., invitan a que miremos de otra manera, una y otra vez…, a que cambiemos la identificación, el foco de la identidad… para dejar de comulgar por ejemplo con la simple “mentalización” o intelectualización de todo… y establecer de verdad nuestra identidad en, como lo llama UCDA: el Yo elevado de la forma.
Si quieres algo, seguramente estás siendo “tonto”
En el lenguaje de esa otra revelación, Conversaciones con Dios, se trata de prácticamente lo mismo, claro está. Para hablar de ese principio de UCDM (de “las ideas no abandonan su fuente”…, es decir, de “el Secreto”)… se habla de eso mismo diciendo que:
Es decir, si vibramos en la carencia, entonces, el universo, que es “nuestra creación” —pues digamos que somos en gran medida los “jefes interiores” del universo—… el universo… nos responde con esa experiencia una y otra vez, pues es lo que en realidad estamos “pidiendo” en el nivel profundo y creador de la mente —es lo que pedimos si seguimos y seguimos albergando esa idea, y además, tan fuertemente (como lo solemos hacer… si nos lo seguimos creyendo tanto, o tan mal).
Esto tan elemental parece que ya se dijo de muchas maneras en la tierra, y parece que vamos lentamente aceptando estas simples “verdades de la revelación”. Todas parece que “valen”, pues como ya “sabíamos”, la verdad de nuestro ser en el fondo no se puede decir o pensar —o podríamos decir: “no a la manera usual”.
Sentido común: “eres más tonto que Abundio“
Estos “secretos” se podrían decir o sugerir con el lenguaje del “sentido común”. Seguro que hay mil maneras.
Es decir, esta forma usual de ser dentro, de comportarnos interiormente… esa que “luego” produce en nuestra experiencia precisamente todo eso de lo que luego conscientemente queremos huir…, o todo aquello que decimos “no querer”…, todo eso contra lo que nos resistimos… toda esta forma usual de ser tontos “dentro”… podría decirse con aquel dicho de:
“eres tan tonto como Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina”.
Vendemos todo el rato nuestro “ser en unión con el amor”, creyendo y aceptando muy profundamente las ideas de carencia, escasez…, el miedo… y así hemos vendido “el coche” para comprar esa gasolina que ahora no podemos usar realmente para lo que queríamos (estar bien, en paz, “funcionar”…)… la gasolina comprada con nuestro inconsciente “albergar miedo”… ya no nos sirve… no nos sirve para “satisfacernos”…, pues lo que nos satisface realmente es dejar de estar unidos con ese falso principio de la creación, el del miedo, el de la idea de la separación.
Relación
La “creación en unión”, en unidad y relación… es lo único que existe.
Cuando uno no está dispuesto a relacionarse, a unirse… parece que evolucionamos “menos”, es decir, parece que nos enroscamos fácilmente más en los patrones, en el pasado…, que paramos la evolución, reafirmándonos más en la “nada” vital.
Pero solo en la relación realmente somos; además, inevitablemente, todo el mundo va seleccionando, más o menos “con el ego”, sus relaciones —con más miedo, con más amor… más desde el ego… más desde su “yo elevado”….
Y en general cualquier relación nos obliga a hacer “la meditación suprema”, por así decirlo, y que es…:
Co-evolucionar, pero desde niveles profundos… por tanto… y no simplemente vernos como separados de cualquier cosa que nos rechine.
Aceptación
Al principio, cuando aún estamos construyéndonos o reforzando nuestro ego… al creer que nosotros, realmente, por nuestra cuenta nos podemos “cuidar”, “salvar”…, somos quizá muy selectivos con las relaciones.
Creemos que podemos separarnos realmente de todo aquello que rechazamos interiormente (por ejemplo: “el capitalismo”…, o en general rechanzando a cualquier situación o persona que refleje cualquier aspecto del ego…, de ese ego que en realidad todos compartimos como sistema de pensamiento de la separación…)… creemos que podemos separarnos… de todo aquello que quizá “los demás” reflejan de nosotros mismos.
Luego, según parece, nos vamos abriendo a aprender con todo… a abrazar toda experiencia como una-con-nosotros, a abrirnos a ese yo del espacio que somos donde cada vez más fácilmente podremos para empezar no condenar, no clasificar o condenar sin más ni más y desde el principio a los demás o lo demás… inmediatamente.
Necesitamos pues aceptar los sentimientos. Pero parece que hay que tener cuidado en esto. Y para tal cuidado estarían los textos que citamos, o una terapia: para el cuidado del Yo frente al mero “ego”.
La aceptación tiene que correr en paralelo a la apertura de la capacidad de expresar el verdadero Ser, el Yo personal, según éste se va librando de las creencias “falsas”, es decir, del ego en tanto creencia en la realidad de la separación.
Tenemos que aceptar no lo de “fuera” en sí —pues no hay “afuera” en sí— sino nuestros sentimientos en el presente… aceptando cómo nos sentimos en el presente —aceptando el presente, por tanto.
Pero aquí parece que también hay que tener mucho cuidado al principio. ¿Por qué? Porque los sentimientos que vienen del miedo se tienen que “transmutar”, y si nos apresuramos a una aceptación plana de lo que en realidad proviene del miedo (que en gran parte serán las identificaciones más bastas, basadas en lo corporal en el más basto sentido de apego a las formas y la forma…)…, podemos estar tapando la expresión del Yo, del verdadero ser.
Por ejemplo, si no vimos esto claro con el curso de milagros (si no nos unimos con nuestra guía interna al practicarlo tal y como pudimos practicarlo)…, entonces, una de dos:
Hay que tener mucho cuidado con el “odio al yo”, que estaría muy generalizado hoy. Yo lo he visto mucho, empezando por mí, y en otros que leían el curso de milagros.
Una aceptación digamos “neutra”… al principio… taparía los sentimientos que vienen de nuestro verdadero Yo de la unión, en la Unidad.
Así, puede que no nos estemos permitiendo ver, aceptar, los sentimientos de nuestro Yo personal, el que se va librando del ego.
Más sobre aceptación y las revelaciones
Debido a nuestro sistemático “no querer entender” el principio (fabricamos nuestra realidad), puede ser que venga bien cambiar de vocabulario.
Por eso sería que “la voz” en Unidad habla de tantas maneras: en conversaciones con Dios, los dos Cursos, Seth, etc.
Ese principio de UCDM (las ideas no abandonan su fuente) sería lo mismo que decir que todo nos lo hacemos a nosotros mismos debido a que estamos en realidad causando nuestra experiencia desde esas ideas (al final solamente 2 ideas-emociones).
Todo el rato estamos ahí, en una u otra:
— o Dios o el ego…
— o la Vida o la ilusión…
— O BIEN elegir que nuestro ser sea, en el momento de ahora… la Versión más grandiosa de la Idea más elevada de nosotros mismos… O BIEN no hacerlo
(lo cual se consigue (el “sí hacerlo”) supongo que haciendo aparentes “tonterías” o nimiedades…, al menos “para empezar”).
Cuando deseamos o queremos algo…, por ejemplo…, como ya decíamos… lo normal es que estemos alimentando y creando (fabricando) ese mundo que precisamente no nos dará “lo que queremos”… pues estamos en realidad incubando la falsa idea de la carencia, la escasez, precisamente en el “aparato creador”, en la mente —esas ideas que claro, son resumidas en UCDM con “la separación-miedo”.
Esto tan simple sería todo “el secreto”… nada más… ese secreto que, cuando lo vamos de verdad comprendiendo con todo nuestro ser, integralmente… se supone que entonces “despertamos” “individualmente”, y, en el lejano ilusorio futuro… “colectivamente”…, colectivamente en o hacia esa “etapa de luz y vida”, a la que al parecer “finalmente” llegan los planetas habitados —no sé si todos (esta es al parecer una etapa en donde no necesariamente vamos a tener que “estar”… o que no vamos a tener que “esperar”).
Así que debemos aprender a rendirnos, rendirnos a ese principio… el que hemos comentado, el que a menudo tratamos demasiado “teóricamente”.
En realidad se trata de ampliar la “práctica”, más que nada.
Como decíamos, si uno rechaza algo, normalmente está reforzando la idea de miedo bajo ese rechazo; normalmente.
Para realmente poder negar algo paradójicamente primero hay que “abrazarlo”, en el concepto que da el curso de amor; debemos dejar que nos atraviese (este es el tema de UCDA, explicitando así el tema de la relación con el mundo, que evitamos a toda costa para así no expandir nuestra consciencia y que el mundo no se vea como el cielo que puede ser).
— Esa idea, miedo, no abandona su fuente…,
— y nuestra mente es la fuente de todo,
— el mundo fluye de ahí, de nuestra mente…,
— así que la idea parece verse “fuera”…
— sentirse “dentro”…
— padecerse en esa “mitad del camino” que sería “el cuerpo”…,
— y reciclarse vete a saber cómo… pero una y otra vez…
— y así…, dale que te pego.
Los lenguajes de estas revelaciones nos pretenden presentar esencialmente “las mismas cosas”… pero cada una a su manera…, y para poder quizá animarnos a desatascarnos… para quizá ayudar y animar facilitando la evolución de la propia consciencia en cuanto que se amplía para acoger la experiencia de la luz, disolviendo así “la otra experiencia”…
En realidad la meta nada tiene que ver al final con palabras, pues como sabemos “la verdad es”……, y sí que tiene que ver con ese “resultado” que en realidad no debemos esperar ansiosos… sino aceptar en cada Ahora… pidiendo ese “instante santo” —que dice UCDM—, al aceptar nuestro verdadero ser; nada más.
Si creemos en la realidad de las consecuencias del miedo (sufrimiento, etc.), es decir, si “aceptamos mal” el miedo, entonces no aceptamos en ese mismo instante nuestro verdadero ser.
De esto trataría “la aceptación”; por ello habría que “aceptar” el sufrimiento en el sentido de no darle poder sobre nuestro ser…… para poder realmente Aceptarlo (“borrarlo”).
Por eso tenemos pues esta paradójica “aceptación”: la aceptación de lo que vemos delante… dejarse atravesar por ello… en ese gesto “sutil” pero que a los niños se les daría mejor.
Reforzamos pues la idea de miedo-separación si rechazamos hacer ese gesto básico de Aceptación con mayúsculas…, ese gesto primero o inmediato, interior… el gesto de abrazar el sufrimiento “fuera”… o en nuestro cuerpo, etc.… tal y como diríamos que un niñito observaría, sin juzgar, lo que le gusta o le disgusta… guiándose por sus sentimientos y, digamos, retirándose sin resistir ni luchar…, si puede…
Y así todo el rato, muy simple.
Una colaboración de lalunagatuna
Son innumerables los casos de animales que realizan actos portentosos de fidelidad y amor a los seres humanos. Es conmovedora la historia de Alex, un loro gris que el día antes de morir le dijo a su dueña: “Se buena. Te quiero”.
Una ballena beluga que sacó del mar a un buceador que había quedado atrapado en el hielo, o unos chimpacés que cuando un compañero murió se abrazaron en silencio y solemnidad en el momento en que los cuidadores llegaron a retirar el cadáver.
Siempre he escuchado que los animales no tienen alma pero tengo animales en casa, especialmente gatos, y la convivencia y el compartir tantas cosas con ellos me han llevado a dudar rotundamente de esa creencia popular.
Todo aquel que haya tenido la hermosa experiencia de compartir su vida con un animal, sabrá de lo que estoy hablando. Se trata de sus ojos, de su comportamiento, de sus miradas, su carácter, su lealtad y su amor incondicional.
Cuentan, aquellos que realizan viajes astrales, que en ese otro mundo paralelo al nuestro, se encuentran con muchos animales. Existen innumerables experiencias con mascotas fallecidas e incluso comentan que a nivel telepático puedes tener pequeñas conversaciones, muy simples eso sí, con ellos. También es muy frecuente encontrar a los animales domésticos vivos, especialmente gatos, en ese plano.
Para los animales, el desdoblamiento astral es algo sencillo, en cambio, los seres humanos hemos perdido la habilidad de hacerlo de forma consciente y debemos aprender como si fuésemos niños chicos.
Algo que también se escucha es que los animales poseen un alma grupal o colectiva porque aún no han evolucionado como seres individuales o son incapaces de hacerlo. Pero hay muchos testimonios de personas que realizan viajes astrales que hablan de la existencia de animales con conciencia individual.
Aunque existe una diferencia entre unas especies animales y otras: animales como insectos, anfibios y otros, poseen un alma colectiva mientras que los animales que viven en contacto con seres humanos como gatos, perros o caballos tienen un alma individual.
Todos los testimonios coinciden: los animales que conviven con nosotros y que tanta sensibilidad y amor nos dan en vida, son mucho más inteligentes en esa otra realidad astral y parece que responden a las necesidades humanas.
Cada noche los seres humanos hacemos un viaje astral inconsciente pues una de las finalidades del sueño humano es “recargarnos” de energía universal.
Los gatos muchas veces nos acompañan y protegen nuestro cuerpo en el viaje astral, vigilan nuestra evolución, y son grandes transmutadores de energía. No es casualidad que los egipcios embalsamasen a sus gatos, sabían de su poder.
Tampoco es casualidad ver como algunos animales domésticos comienzan a seguir con la mirada fija un punto invisible en el techo o la pared. Ellos poseen visión astral, por eso nosotros no podemos ver lo que ellos ven. Incluso cuentan que cuando viajas por ese misterioso plano de existencia, los animales te detectan, ladrando o maullando a tu paso.
El hecho de que algunos animales tengan una proyección de su existencia, en el caso de los animales “vivos” y que haya una supervivencia en el caso de los animales “fallecidos”, demuestra la presencia de una conciencia que trasciende esta realidad física.
El hecho determinante de que los animales ayuden a las personas y que incluso, en casos extremos, hayan dado su vida por ayudarnos o salvarnos, demuestra que tienen un libre albedrío, que deciden ayudarnos y no quedarse inmóviles.
Ese acto de generosidad solo puede provenir de un espíritu evolucionado, de un alma, de una forma de conciencia que, como dice Antonio Moraga, uno de los mayores expertos en el viaje astral en este país, “los animales también tienen espíritus guías que poseen caracteres nada inferiores al mejor de los hombres”.
Viendo la realidad de un modo más amplio, es decir, abriendo nuestra mente a esas maravillosas experiencias que nos cuentan algunas personas, entendemos las cosas de forma diferente, de una forma más humilde y respetuosa hacia los sentimientos de esos seres increíbles mal llamados animales. fuente
http://buenasiembra.com.ar/esoterismo/articulos/el-alma-de-los-animales-1457.html
Una colaboración de Linterna Blanca
El hombre se descubre a sí mismo cuando se enfrenta a los obstáculos.
Hace mucho tiempo, alguien me dijo: “la única forma de crecer es ponerte incómoda”. Me impactó porque comprendí que mi frustración y mi vacío se debían a que estaba estancada en una zona de comodidad.
A todos nos pasa eso en determinados momentos porque, luego de superar situaciones difíciles y encontrar períodos de confort, pretendemos instalarnos en ellos… para siempre. En algún momento, comenzamos a percibir los mensajes del alma para iniciar una nueva transformación, pero nos ingeniamos para eludirlos y seguir en lo establecido. Poco a poco, la comodidad se vuelve incómoda: las sutiles advertencias se convierten en golpes y estos en caídas estrepitosas, y aun así nos resistimos a cambiar.
Es imposible ignorar las espirales evolutivas. Sucederán sin importar si queremos o no; entonces, ¿por qué no colaborar a nuestro ritmo en lugar de esperar el inevitable empujón, que vendrá exigido y lleno de los problemas que fuimos acumulando inútilmente? Tenemos miedo de saltar lo que consideramos un abismo insuperable.
El abismo está atestado de temor a lo desconocido, a tomar decisiones, a inaugurar actitudes inéditas, a explorar territorios extraños, a enfrentar a personas y situaciones, a salir de la monotonía asfixiante, a movilizar recursos potenciales, y, por sobre todo, a sacar a respirar los sueños y hacerlos realidad.
No le tememos tanto a la oscuridad como a la luz. Aprendí esto luego de mis primeros tiempos de terapia. Estaba aterrorizada y avergonzada de los monstruos que encontraría en mi interior. Obviamente, los hallé, pero no eran tan terribles ni tan enormes. Más bien,encontré una Niñita prisionera de limitaciones y temores impuestos, deseosa de salir a jugar al mundo entusiasta y alegremente.
Comprendí que su liberación era mi liberación. Que ella traía los designios de mi alma para esta encarnación. Que esos abismos eran imaginarios, productos reaccionarios del pasado, sin conexión con las posibilidades reales a mi disposición. Que yo ya traía todo lo que necesitaba para saltarlos y que lo único que precisaba era confianza. Una confianza que no saldría del Ego (que siempre me bombardearía con sus dudas, miedos y convenciones) sino del Alma.
Poco a poco, estoy aprendiendo a descubrir el potencial que traigo. Soy tan increíblemente iluminante (no solamente iluminada), que me asusta y me retraigo y me oculto hasta que vuelvo a confiar. ¿Te parece arrogante? Eres igual. Por eso te excusas con tu oscuridad y te escondes de tu propia luz.
Ese es el abismo más enorme que puedes saltar: saberte y creerte un Ser de Luz, jugando a ser humano, en un pequeño y hermoso planeta en el confín del universo. Todo está en ti: lo que deseas ser, hacer y tener y que tanto temes. TODO. No se trata de lograrlo sino de revelarlo y manifestarlo.
En estos tiempos, el mundo y su vieja energía también contribuyen a que tengas miedo, exaltando los mecanismos de control y manipulación, a través de las noticias y la publicidad. Respira y entra en ti. Despeja la oscuridad y busca tu luz. Escucha los mensajes de tu alma, salta y confía. Eres divinamente guiado y protegido.
Autora: Laura Foletto
Creadora del Curso a Distancia: Creación Integral
¿Quieres crear tu vida y vivirla como mereces? ¿Deseas hacer cambios y no encuentras cómo? ¿Has leído mucho sobre desarrollo personal o calidad de vida o espiritualidad o autoestima, pero no sabes cómo llevarlo a tu vida cotidiana? ¿Te diste por vencido o estás harto de reiterar siempre los mismos hábitos negativos? ¿Tienes metas pero no llegas a ellas por más que lo intentas? ¿Estás extraviado de ti mismo? …
VER MAS: http://www.caminosalser.com/i1543-curso-a-distancia-creacion-integral/
La Auto observación, no sólo de nosotros, sino también en los demás,. sin crítica, con aceptación y en el presente, claves para que salga lo que realmente SOMOS, aquello que no tiene nombre. Mientras tanto, disfrutemos de las nuevas energías… La mente califica lo que es bueno o malo, la dualidad, nuestro Ser, no entiendo de eso, simplemente Es.
http://senderodelmago.blogspot.com.es/2013/08/somos-soy-eres-es.html
La gravedad es eso intangible que sabemos que cautivó a Newton y a Einstein, y que sigue perturbando a la ciencia moderna, pero ¿realmente sabemos qué es?
La gravedad es una de las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza, pero es la única que afecta cualquier materia. Afecta todas las cosas pertenecientes al mundo físico y su sustancia es tan elusiva que siempre ocupará a la ciencia. En la antesala del estreno de la esperada cinta de Alfonso Cuarón, Gravity, empezamos la lista con una referencia cinematográfica de cultura popular, en homenaje a esa gran atracción.
1. Obi-Wan Kenobi dice en Star Wars que la Fuerza “está a nuestro alrededor y nos penetra. Es lo que hace que la galaxia esté unida y no se desintegre”, lo cual explica bien lo que es la gravedad. Sus propiedades de atracción mantienen unido todo a nuestro alrededor, y nos mantiene pegados a la Tierra. Sin embargo no tiene dualidad, como lo tendría la Fuerza en la saga de ciencia-ficción: solo atrae.
2. Los pasajeros de la Montaña Rusa o juegos de ese tipo experimentan algo conocido como microgravedad, que también es conocido como cero gravedad, aunque ese término es incorrecto. Al caer a la misma velocidad que los vehículos se da una sensación similar a la que se experimenta en la Estación Espacial Internacional.
3. Alguien que pese 68 kilos en el planeta Tierra pesaría 160 en Júpiter. Entre más grande la masa más fuerte es su poder de atracción, es decir, de gravedad. El diámetro de Júpiter es once veces más grande que el de la Tierra, y su volumen es 1,300 veces el volumen de nuestro planeta.
4. Sin embargo la gravedad es la fuerza más débil de las cuatro que gobiernan el universo. Las otras tres son: electromagnetismo, la fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte, que mantiene a los átomos unidos. Un imán del tamaño de una moneda tiene tal fuerza electromagnética que desafía a la gravedad al quedarse pegado al refrigerador.
5. Aunque no es cierto que una manzana le cayó encima a Isaac Newton, sí lo hizo equiparar la fuerza que obliga a una manzana a caer con la fuerza que impulsa a la Luna a dar vueltas alrededor de la Tierra. Gracias a eso Newton descubrió la ley del cuadrado a la inversa (F = G * (mM)/r2), que dicta que un objeto al doble de lejos hace una fuerza gravitacional de un cuarto de fuerza. Esta ley también implica que la atracción gravitacional es técnicamente infinita.
6. La otra definición de la palabra “gravedad”, cuando algo es serio o importante, vino antes que la acepción de atracción, y se originó del latín gravis: pesado.
7. La fuerza de gravedad acelera todo de igual manera, sin importar el peso. Si tiráramos dos pelotas del mismo tamaño pero de peso distinto desde el techo caerían al suelo al mismo tiempo. La inercia del objeto más pesado cancela la velocidad que podría tener sobre el objeto liviano.
8. La teoría de la relatividad de Einstein fue la primera en tratar a la gravedad como una distorsión del espacio-tiempo, el “tejido” físico del universo. Entonces, cuando un objeto distorsiona el espacio-tiempo a su alrededor debido a la gravedad, puede redirigir la luz que pasa a través de él. Esto puede magnificar la luz que emite una galaxia o hacer que la luz se comporte en formas extrañas.
9. Aunque las otras tres fuerzas fundamentales concuerdan con la mecánica cuántica, que tiene que ver con la ciencia de lo más pequeño, la gravedad es incompatible con ello. Las ecuaciones cuánticas se rompen al tratar de incluir a la gravedad. Reconciliar estas dos descripciones del universo que se oponen entre sí es una de las grandes cuestiones de la física contemporánea.
10. Según Amber Stuver del Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory de Louisiana, para comprender mejor a la gravedad se buscan olas gravitacionales, ondas en el espacio-tiempo a partir de hoyos negros y estrellas que explotan. Una vez que logren detectar estas ondas gravitacionales podrán usarlas para observar el cosmos como nunca antes se había podido. “Cada vez que hemos visto el universo de una manera nueva”, dice Stuver, “ha revolucionado nuestro entendimiento”.
http://pijamasurf.com/2013/08/diez-cosas-que-no-sabias-sobre-la-fuerza-de-gravedad/
Cualquiera que haya tenido una mascota, como por ejemplo un perro o un gato, sabe que ésta tiene una personalidad específica. Sin embargo, sólo en los últimos diez años el estudio de la personalidad animal ha comenzado a ganar terreno entre los ecólogos conductuales, tal como subraya Jennifer Verdolin del Centro Nacional de Síntesis Evolutiva en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos.
Ella y su colega John Harper han encontrado ahora distintas personalidades en el lémur de la especie Microcebus murinus, el pequeño primate nativo de la isla africana de Madagascar.
En un estudio, un test de personalidad se aplicó a catorce de estos lémures que viven en unas instalaciones que la Universidad Duke, de Durham, Carolina del Norte, tiene destinadas a los lémures.
Verdolin filmó las reacciones de los lémures a una amplia gama de objetos que a esos animales les resultaban familiares o por el contrario desconocidos, y que colocó, uno por vez, en las jaulas de los animales. Ella entonces midió el tiempo que tardó cada animal en animarse a acercarse a cada objeto e inspeccionarlo. Los lémures que se acercaron pronto a los objetos fueron considerados “audaces”, mientras que los que se comportaron más cautelosamente fueron considerados “tímidos”.
Verdolin también observó cuán agitados se ponían los lémures cuando eran manipulados por sus cuidadores humanos durante las tareas rutinarias como las necesarias para verificar su buen estado de salud o mantener una correcta limpieza.
Tres lémures de la especie Microcebus murinus se asoman con cautela al exterior de su escondrijo al escuchar el ruido de un miembro del personal del centro al aproximarse a ellos. La duda de si hay peligro o por el contrario el humano trae golosinas afecta a cada lémur de manera diferente, dependiendo de la personalidad del individuo. (Foto: David Haring, Centro de Lémures de la Universidad Duke)
Verdolin encontró que aquellos que vacilaron más a la hora de acercarse a los objetos, fueron también los más difíciles de manipular para sus cuidadores, lo que significa que los rasgos de personalidad distintivos de los lémures se mantenían ante distintas situaciones.
Verificar de manera escrupulosamente científica que hay distintas personalidades entre los lémures no sorprende a los cuidadores de ese Centro de Lémures de la Universidad Duke, sino que ratifica lo que ya se aceptaba, si bien faltaba documentarlo de manera lo bastante rigurosa.
Antonio Gaudí y Cornet (1852-1926) ha pasado a la historia como un arquitecto singular, capaz de aunar atrevidas concepciones artísticas con un marcado esoterismo. Gaudí fue un arquitecto que supo transformar sus edificaciones en bellas estructuras repletas de simbolismo, entre la evocación de un mundo fantástico y su uso de un lenguaje codificado, impenetrable para la mayoría de la gente. Gaudí vivió de manera muy austera, sin ningún lujo. Nacido en una humilde familia de artesanos, Gaudí estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, hasta el año 1878. Empezó entonces a trabajar en múltiples proyectos en los que los edificios se transformaban en algo vivo, mientras que la forma parecía desmaterializarse y en que todo parecía cambiar continuamente como en un proceso alquímico. Según Gaudí, «La inteligencia del hombre sólo puede expresarse en el plano y en dos dimensiones: resuelve ecuaciones con una incógnita, de primer grado. La inteligencia angélica es en tres dimensiones, y se despliega directamente por el espacio».
El mundo de Gaudí se mueve entre el pasado y el futuro y sus construcciones son una fusión entre el gótico y el modernismo. Sus obras contienen un hermetismo impenetrable cuyo descifrado no es fácil de conseguir. Pero el esoterismo de Gaudí tiende a lo sagrado y los edificios gaudínianos se elevan mediante una combinación de símbolos y alegorías que se mezclan sin solución de continuidad, pero con una fuerza que atrae y sorprende. El esoterismo de Gaudí también se manifiesta por la ausencia de escritos ya que, sorprendentemente, no publicó artículos ni libros, ni dio ninguna conferencia. Todos sus conocimientos fueron transmitidos oralmente a algunos colaboradores. De este modo, detrás de sus obras dotadas de vida, como la Casa Batlló, en Barcelona, hay una especie de zona intermedia entre la mitología y el mundo de los seres humanos. «La historia de la arquitectura es la historia de la Iglesia», afirmaba Gaudí, indicando así que su actividad creativa estaba orientada hacia lo sagrado. En sus obras puede verse un retorno de los arquitectos medievales que, en la construcción de las catedrales, insertaron símbolos y alusiones a mundos más allá de la dimensión humana.
Esto resulta muy evidente en la construcción inacabada de la Sagrada Familia (Barcelona), que no puede limitarse a definirla como una iglesia. Este impresionante templo es una síntesis de todo el lenguaje hermético del genial arquitecto catalán. En efecto, podemos ver torres que transforman la piedra en representaciones vegetales, divinidades y figuras míticas que salen de la materia. Pero a pesar de esta evidente transformación y movimiento en las construcciones de Gaudí, no conseguimos descubrir su real significado ni el mensaje que nos quiso transmitir. El universal maestro catalán ha conseguido la inmortalidad, ya que ha dejado tras de sí una arquitectura que se transforma en una especie de bosque en el que es fácil entrar, pero en la que entramos en un entorno laberíntico en el que se pierde fácilmente el camino a seguir. El sentido oculto de lo sagrado explicado por símbolos solo permite captar la clave esotérica a unos pocos elegidos.
Elías Rogent, director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, al otorgarle la titulación profesional en verano de 1878, dijo lo siguiente: “Aún no estoy seguro de haberle concedido el diploma a un loco o a un genio”. Empezaba así la vida pública del gran arquitecto catalán, cuyo arte ejerce una atracción irresistible entre los estudiosos del arte y los turistas procedentes de todos los rincones del mundo. Sin embargo, aún siendo universalmente conocido, existen muchas lagunas y contradicciones sobre su biografía. Por ejemplo, todavía nadie se atreve a afirmar si realmente nació en Reus (Tarragona) o en la vecina localidad de Riudoms. Lo verdaderamente sorprendente es que en el acta matrimonial de sus padres, procedentes de un linaje de caldereros, aparecen inconfundibles signos masónicos, tales como el triángulo con un ojo vigilante y criaturas mitológicas. Pero ello no debería extrañar demasiado, ya que durante la primera mitad del siglo XIX, en Reus y sus alrededores se localizaron numerosas sociedades secretas, tales como los Carbonarios y Francmasones.
El futuro arquitecto y sus padres mantuvieron estrechos lazos con importantes familias de la zona. A este respecto debemos señalar que el joven Gaudí compartió pupitre escolar con Eduardo Toda, futuro diplomático y destacado miembro de la masonería local. Ambos trabajaron en un anteproyecto para restaurar el monasterio de Poblet, manteniendo una sólida amistad que se mantuvo a lo largo del tiempo. Algunas fuentes dicen que en aquella etapa padeció fiebres reumáticas que le impidieron participar en actividades deportivas, lo que influyó en su carácter solitario e introvertido, del que algunos destacan su gran ingenuidad. Sin embargo, su carácter observador facilitó el desarrollo de su afinidad por la naturaleza, que le acompañaría el resto de su existencia. Al mismo tiempo aumentó su pasión por la mitología clásica. Otras versiones aseguran que desde temprana edad se relacionó con artesanos y escultores afines a la construcción, aprendiendo su lenguaje gremial, heredado de la masonería. Y fue un tío suyo el que le enseñó los rudimentos teóricos y prácticos de estos colectivos. Durante sus actividades profesionales el respeto mutuo con albañiles y otros profesionales de la construcción contrastó con la tirantez que presidió sus relaciones con mecenas y patrocinadores.
En 1869 llegó a Barcelona con la intención de estudiar arquitectura. A sus 17 años trabajó como delineante para Eduardo y José Fontseré, por aquel entonces «maestros de obras». También se le relaciona con Elías Rogent, un conocido librepensador, que le introdujo en los secretos de las edificaciones medievales. Y el estudio de los escritos del esotérico francés Eugenio Viollet-Le-Duc influyó en su atracción por el arte gótico. La etapa universitaria de Gaudí está caracterizada por los contrastes, ya que aunque era un estudiante irregular, sus ideas atrajeron a partidarios y detractores. Una vez conseguido el título, se asoció con su colega de carrera Camilo Oliveras, que era anarquista, y planificaron la sede de la Cooperativa Agraria de Mataró (Barcelona) cuyos planos dibuja a la extraña escala de 1/666, que incluía el “número de la Bestía” del Apocalipsis y que era una escala inusual en la historia del arte. Sus buenas relaciones con su paisano Juan Grau, obispo de Astorga (León) le ayudan a que se cuente con él para distintas obras sacras.
Los biógrafos del arquitecto coinciden en señalar la desordenada personalidad de Gaudí durante aquel periodo, en que no dudó en frecuentar ambientes de corte socialista y conspirador. Pero a mediados de 1894 su vida inicia un inesperado giro hacia el ascetismo. Mucho se ha especulado al respecto. También se dice que Gaudí se retiró del mundanal ruido después de un desengaño amoroso con una tal Pepeta. De nuevo hay que repasar las notas biográficas para recordar sus relaciones con los entornos eclesiásticos, empezando por el obispo Torras y Bages, o el poeta y religioso Jacinto Verdaguer. Por otro lado, el estudioso de origen chino Hou Tech-Chien, en su tesis doctoral sobre la espiritualidad del arquitecto, ofrece una insólita explicación: “Gaudí experimentó la iluminación tan común del budismo Zen. Fue un filósofo que expresó sus ideas a través de la arquitectura como metáfora…Tuvo su veta filosófica, pero nunca estudió filosofía, sino que se guió por la intuición. Sucede lo mismo en el Taoísmo».
Para llevar a cabo su impresionante obra resultó fundamental el mecenazgo del aristócrata Eusebio Güell Bacigalupi, nacionalista catalán y miembro de grupos librepensadores. Se sabe que ambos se conocieron en 1878, pero se ignoran las circunstancias que rodearon su encuentro. De su asociación surgieron construcciones francamente insólitas, sobresaliendo el enigmático Parc Güell, o el palacio que este noble ordenó levantar en las Ramblas barcelonesas, sobre terrenos considerados «malditos». Tomando como base la geometría esotérica, este parque y la finca Güell junto al monumento de Buenaventura Aribau, forman un triángulo equilátero. Y este monumento, repleto de simbología masónica, forma parte de un entorno ideado por los hermanos Fontseré, con los que Gaudí colaboró con diseños secundarios, aunque innovadores, empezando por una cisterna subterránea.
Asimismo, el palacio Güell está unido al templo de la Sagrada Familia por una línea recta que cruza el Hospital de San Pablo. Y la Sagrada Familia, además, enlaza con una segunda línea recta que discurre por el Parque Güell, pasando por el templo del Tibidabo, para acabar en el arzobispado de Astorga, en León, todas ellas obras diseñadas por Gaudí. Todavía hoy se discute a qué obedecieron estas enigmáticas alineaciones. Sea como fuere, existen puntos de discusión, tales como su verdadera relación con la masonería. Una guía aparecida en 1895, que recogía las actividades de las logias en la capital catalana, incluye una relación de los miembros que las integraban. Pero, junto a los nombres de diversos personajes ilustres, el de Gaudí brilla por su ausencia. Cualquier información que hubiese permitido solucionar esta incógnita se perdió en el extraño incendio de sus archivos, depositados en el templo de la Sagrada Familia, ocurrido en junio de 1936. Y pocos días antes, un misterioso segundo incendio destruyó sus pertenencias almacenadas en el Parque Güell. Un desenlace semejante se produjo con respecto a sus obras, ya que pocas llegaron a completarse en vida del arquitecto.
El Parc Güell es probablemente una de sus principales muestras ocultistas, con gran carga simbólica. Esta propuesta de urbanización residencial se inició en 1902, pero fracasó a causa de su lejanía respecto al centro urbano barcelonés de la época. Joan Bassegoda Nonell, director de la cátedra Gaudí, afirmaba que la representación del monstruo Pitón, con aspecto de salamandra, junto a otros elementos simbólicos, esconde un horno alquimista. Además de los 33 peldaños (símbolo de los grados masónicos) para alcanzar el primer promontorio, y las 21 columnas que lo sostienen (coincidentes con los 21 Arcanos Mayores del Tarot), las onduladas líneas de los bancos laterales sugieren la estructura del ADN cuando se superponen, tal como lo interpretó el arquitecto Ricardo Bofill en una conferencia pronunciada en Barcelona a finales de 1968. Similar destino sufrió la Cripta Güell, mausoleo cuya construcción quedó interrumpida en 1917 tras la muerte del mecenas. Cuando no fue su irascible carácter el culpable de no finalizar algunas obras, como el Palacio Episcopal de Astorga, su muerte se encargó de interrumpirlas. Un tranvía lo atropelló en el verano de 1926, falleciendo en la sala para indigentes del Hospital de San Pablo. Su aspecto descuidado impidió identificarle hasta que ya fue demasiado tarde.
La Fachada de la Pasión del Templo de la Sagrada Familia en Barcelona, diseñada por el escultor Josep María Subirachs, muestra un cuadrado mágico de orden 4. Un cuadrado mágico es la disposición de una serie de números enteros en una matriz de forma tal que la suma de los números por columnas, filas y diagonales principales sea la misma, la constante mágica. Usualmente los números empleados para rellenar las casillas son consecutivos, de 1 a n², siendo n el número de columnas y filas del cuadrado mágico. Oficialmente la constante mágica del cuadrado es 33, la edad de Jesucristo en la Pasión. Pero también se ha atribuido la elección de este número como una velada alusión a la supuesta adscripción masónica, nunca demostrada, de Antonio Gaudí, ya que 33 son los grados tradicionales de la masonería. Estructuralmente, es muy similar al cuadrado mágico de grabado de Alberto Durero “Melancolía”, pero dos de los números del cuadrado (el 12 y el 16) están disminuidos en dos unidades (10 y 14) con lo que aparecen repeticiones. Esto permite rebajar la constante mágica en 1. Alberto Durero, pintor alemán nacido en Nuremberg, realizó en 1514 el grabado Melancolía, que se puede ver en el Germanisches National Museum de Nuremberg o en la Bibliothèque nationale de France, en Paris. En este grabado, Durero pintó en lugar destacado un cuadrado mágico de orden 4. Fue realizado en plancha de cobre y constituye uno de los mejores grabados de Durero, que están llenos de detalles enigmáticos.
Tal como ya hemos indicado anteriormente, Gaudí fue el máximo representante del Modernismo catalán y uno de los principales pioneros de las vanguardias artísticas del siglo XX. No cabe la menor duda que Gaudí fue católico practicante y que algunos de los símbolos que utilizó son cristianos (M de María, cruces, etc.).Pero hay otros símbolos en su obra que no cuadran con la simbología católica tradicional. Es realmente sorprendente que una personalidad católica ortodoxa como la suya utilizase símbolos que tenían significados muy concretos fuera del cristianismo y en cambió no los tenían dentro de la ortodoxia católica. Podemos decir que Gaudí experimentó una vía dentro de la ortodoxia católica, pero con una práctica que iba más allá del catolicismo, ya que en las construcciones Gaudínianas abundan signos y símbolos que son patrimonio de determinadas Sociedades Secretas. Todos los biógrafos de Gaudí coinciden en señalar que durante su juventud, el arquitecto sintió interés por las ideas sociales avanzadas de Fourier y Ruskin, además de mantener relaciones con los movimientos sociales más avanzados de la época. Su amistad con socialistas utópicos y anarquistas relacionados con medios masónicos, que se evidencia en sus primeros trabajos, da pie a pensar que fue quizá en estos medios en donde Gaudí contactó con una Logia masónica.
Para entender mejor a algunos personajes que influenciaron en Gaudí, debemos decir que François Maria Charles Fourier fue un socialista francés de la primera parte del siglo XIX y uno de los padres del cooperativismo. Fourier fue un mordaz crítico de la economía y el capitalismo de su época. Adversario de la industrialización, de la civilización urbana, del liberalismo y de la familia basada en el matrimonio y la monogamia. El carácter jovial con que Fourier hace algunas de sus críticas hace de él uno de los grandes satíricos de todos los tiempos. Propuso la creación de unas unidades de producción y consumo, basadas en un cooperativismo integral y autosuficiente así como en la libre persecución de lo que llamaba pasionesindividuales y de su desarrollo; lo cual construiría un estado que llamaba armonía. En esta forma anticipa la línea de socialismo libertario dentro del movimiento socialista pero también líneas críticas de la moral burguesa y patriarcal basadas en la familia nuclear y en la moralidad cristiana restrictiva del deseo y el placer y por ende en parte al psicoanálisis. Así pues, el siglo XX encontró interés en las perspectivas libertarias de cuasi-hedonismo como las de Herbert Marcuse y su freudomarxismo, o las de André Breton, líder del movimiento surrealista. Asimismo usó en 1837 la palabra féminisme; y ya en 1808 argumentaba abiertamente en favor de la igualdad de género entre hombres y mujeres. Seguidores de sus ideas establecieron comunidades intencionales como La Reunión en Texas, y la Falange Norteamericana, en Nueva Jersey, a mediados del siglo XIX.
En lo que respecta a John Ruskin, fue un escritor, crítico de arte y sociólogo británico, uno de los grandes maestros de la prosa inglesa. La obra de Ruskin destaca por la excelencia de su estilo. Rebelándose contra el entumecimiento estético y los perniciosos efectos sociales de la Revolución industrial, formuló la teoría de que el arte, esencialmente espiritual, alcanzó su cenit en el Gótico de finales de la Edad Media, un estilo de inspiración religiosa y ardor moral. Su idea de belleza posee una doble naturaleza: la belleza abstracta de las cosas, sin ninguna consideración más que la forma; y la que se puede reconocer tras un proceso de elaboración y trabajo paciente del artista en la obra (de ahí su gran admiración por Fra Angélico).
En la obra de Gaudí se hallan innumerables ejemplos de simbología esotérica relacionada con la masonería, la alquimia y el hermetismo. Por ejemplo, el horno de fusión o atanor es el instrumento más característico de un laboratorio alquímico. En el Parc Güell, sobre la escalinata de la entrada, nos encontramos con una estructura en forma de trípode que en su interior contiene una piedra sin desbastar, en bruto, perpetuamente mojada por un pequeño surtidor. Este elemento representa la estructura básica de un horno de fusión alquimista y es una copia del modelo que aparece en un medallón del pórtico principal de la catedral de Notre-Dame de París. Básicamente, el atanor consta de una envoltura exterior compuesta de ladrillos refractarios o cemento. Su interior está lleno de cenizas que envuelven el “huevo filosófico“, la esfera de vidrio en cuyo interior se halla la materia prima o piedra sin desbastar. Un fuego situado en la parte interior es el encargado de calentar el huevo, pero no directamente, ya que es difuminado por las cenizas. La alquimia, además de una técnica espiritual o forma de mística, se basaba también en el trabajo sobre minerales y operaciones físicas concretas y se caracterizaba por la equivalencia o paralelismo entre las operaciones del laboratorio y las experiencias del alquimista en su propio cuerpo. De esta manera, el atanor representaba la reproducción del cuerpo, el azufre era el alma, el mercurio era el espíritu, el sol el corazón y el fuego la sangre. Las etimologías de la palabra atanor son dos: por un lado derivaría del árabe “attannûr” u horno; y por otro procedería de la palabra griega “thanatos” o muerte, la cual, precedida de la partícula “a”, expresaría el significado “no muerte“, es decir, vida eterna.
Otro ejemplo lo constituye “los tres grados de perfección de la materia”. Aquí hacemos referencia a la piedra en bruto que se encuentra en el interior del atanor. La piedra sin desbastar representa el primer grado de perfección de la materia, el segundo grado viene representado por la piedra desbastada en forma de cubo, y en tercer lugar un cubo acabado en punta, es decir, con una pirámide superpuesta. En la simbología masónica estas tres formas representan también las tres posiciones que se pueden ir asumiendo dentro de la Logia: aprendiz, compañero y maestro; tal como eran los grados tradicionales de las hermandades obreras medievales. Gaudí plasmó en la torre Bellesguard, también conocida como Casa Figueras, todo este simbolismo. La estructura del edificio, situado al pie de la sierra de Collserola y construido con piedra y ladrillo, está formada por un cubo coronado por una pirámide truncada.La orden de los francmasones dice que “cada hombre debe tallar su piedra“. Y es que esa piedra será tanto la piedra angular del templo como la piedra angular de la personalidad del masón. El trabajo ulterior de perfeccionamiento consistirá en superponer una pirámide al cubo.
Un tercer ejemplo lo constituye la cruz en seis direcciones. Este elemento que se halla en la mayoría de proyectos y construcciones gaudínianas, es una representación de un principio arraigado a sus creencias pero situado, al menos formalmente, dentro del campo de la Iglesia. Gaudí utilizó dos técnicas para realizar las cruces en seis direcciones: La primera la podemos encontrar en el colegio de Santa Teresa de Barcelona y es un desarrollo evidente de la piedra cúbica; se trata de la proyección espacial de la piedra cúbica. En el “Turó de les Mines” del Parc Güell figuran tres cruces que no son más que dos taus a las que se han superpuesto sendos cubos coronados por sus correspondientes pirámides. La Tau «T» es la última letra del alfabeto hebreo y decimonona letra del alfabeto griego, que corresponde a la que en el nuestro se llama «te». Pero es también una señal o signo, todo un símbolo. Estas taus indican las direcciones norte-sur y este-oeste y entrelazadas, nos indican los cuatro puntos cardinales.
La tercera cruz, por su parte, es una flecha que indica una dirección ascendente. Inicial de la palabra tierra,la tau es un símbolo de origen remoto que aparece en monumentos megalíticos de las islas Baleares en forma de taules, un pedestal sosteniendo una superficie pétrea. Dentro de la francmasonería, la tau tiene un simbolismo preciso. Por una parte, representaría a Matusael, el hijo de Caín que crearía este símbolo para reconocer a sus descendientes y, por otro, sería el signo de reconocimiento que realizaría el oficiante con la mano derecha en la ceremonia de acceso al grado de Maestro. Observemos que los compiladores bíblicos hacen partir de Adán y Eva dos linajes: el primero tendría inicio en Caín, y continuaría con Henoc (o Enoc), Irad, Mahujael, Matusael y Lamec, que a su vez tendría como hijos a Jabel, Jubal y Tubal, tres patriarcas civilizadores. El segundo linaje es el de Set, y estaría compuesto por los siguientes patriarcas: Set, Enós, Cainán, Mahalaleel, Jared, Henoc, Matusalén, Lamec y Noé, que tuvo a Sem, Cam y Jafet.
Otro importante ejemplo lo constituye la letra X, que tiene una gran importancia en el simbolismo masónico. Este símbolo se encuentra en las bóvedas de la cripta de la Colonia Güell, donde está repetido hasta trece veces, y también en el pórtico del Nacimiento de la Sagrada Familia, en la cruz que corona el Árbol de la Vida, que muestra una descomunal X. Este símbolo se realiza sobre la base de un hexágono regular y éste forma el perímetro interior de dos triángulos equiláteros entrelazados, los cuales formarían la estrella de David, que sería la notación alquímica de los cuatro elementos básicos. El hexágono es una forma muy repetida en la obra de Gaudí, del cual incluso se puede extraer un cubo volumétrico si dividimos el hexágono en tres rombos. Cabe recordar que la X, además, es la notación alquímica del Crisol, un instrumento necesario para la obra hermética. Asimismo, la X también está relacionada por tradición con el apóstol Andrés, crucificado en una cruz con esta forma.
No podemos dejar de banda el ejemplo del pelícano. Este animal, en otro tiempo símbolo de Cristo, lo podemos encontrar en el Museo de la Sagrada Familia y estaba destinado al Pórtico del Nacimiento. Una de las versiones más conocidas sobre la figura del pelícano es la que habla de que sentía un amor tan fuerte por sus hijos que, en el caso de pasar hambre, se abría el vientre con su propio pico para alimentarlos. Otra versión dice que, irritado porque sus crías le golpeaban con las alas, las mataba y luego, arrepentido, se suicidaba clavándose el pico en el vientre. En una última versión del tema se descarta el suicidio y que se clave el pico en el vientre y se habla de que sus lágrimas resucitan a sus crías muertas. El grado 18 de la orden de los francmasones, denominado “grado Rosacruz“, tiene como símbolo al pelícano en actitud de abrirse el vientre y rodeado de sus hijos; sobre su cabeza hay una cruz con una rosa roja incisa y la leyenda I.N.R.I. El pelícano representa la chispa divina latente que anida en el hombre, su sangre es vehículo de vida y resurrección y su color es blanco, simbolizando la superación de la primera fase de la obra alquímica. La tercera fase supone pasar a través de la experiencia del rojo, que queda plasmada en la explosión de una gran rosa roja en el centro del pecho.
Pero tal vez uno de los ejemplos más significativos lo representa la salamandra, la serpiente y las llamas. Cabe hacer una interpretación hermética de la simbología de este elemento, que es la única integradora de todo el conjunto: una cabeza de serpiente situada en el centro de un gran disco, envuelta en llamas y éstas de agua. Los hermetistas eran conocidos como “filósofos por el fuego” y su obra se basaba en ordenar el caos; como al principio de los tiempos la ruina y el mal se extendieron por el mundo por obra de la serpiente, para ordenar ese caos es necesario quemarla. Así, el círculo simboliza el caos, la oriflama es la llama que contiene el azufre y la serpiente es el espíritu mercurial.
También debemos señalar el lagarto como un importante símbolo. Es el animal que baja desde el atanor hasta el disco descrito anteriormente y que se ha interpretado como una salamandra, una iguana e incluso un cocodrilo, pero su característica más importante es su dorso sinuoso. Se trata de una imagen estática que sugiere una sensación de movimiento muy acusada, una nueva representación del mercurio originario, una reiteración de las funciones del atanor, es decir, obrar la separación, decantar las partes fijas del mineral de las volátiles. Las escalinatas del Parc Güell se nos presentan así como un paradigma hermético que contiene los principios de la obra y no en vano son muchos los textos alquímicos que insisten que toda la obra se realiza a través del mercurio.
También es destacable el simbolismo del árbol seco y el árbol de la vida. El amor de Gaudí por la naturaleza estuvo siempre presente en toda su obra. Sus construcciones están llenas de elementos ornamentales que hacen referencia al reino vegetal. El simbolismo alquímico está repleto de imágenes relacionadas con la agricultura y el reino vegetal. El Árbol Seco representa el símbolo de los metales reducidos de sus minerales y fundidos; la temperatura del horno les ha hecho perder vida y, por lo tanto, deben ser vivificados. En el Árbol Seco siempre existe una chispa de vida, aquella que puede hacer posible su resurrección; de hecho, siempre pueden verse en él algunas hojas que indican la posibilidad de que reverdezca de nuevo. La imagen del Árbol Seco fue colocada por Gaudí en sus obras capitales, representando una naturaleza vegetal petrificada que mantiene, sin embargo, un foco de vida. Muchas de estas imágenes se hallan en el Parc Güell. El Árbol de la Vida, como bien indica su nombre, es el árbol inmortal, el símbolo de la vida eterna. La representación iconográfica más reiterativa de esta clase de árbol es el ciprés. El arquitecto catalán lo sitúa en el centro del pórtico del Nacimiento de la Sagrada Familia, rodeado de palomas blancas, que a su vez, simbolizan las almas renovadas que ascienden hacia el cielo.
Pero uno de los ejemplos más sublimes de la simbología gaudiniana la constituye el dragón ígneo y el laberinto. La imagen del dragón es una constante en la obra de Gaudí. Ciertamente, es una imagen que asociamos de forma inmediata a la leyenda de Sant Jordi, patrón de Catalunya, pero, a diferencia de otros arquitectos modernistas, Gaudí lo representa siempre de forma solitaria. El dragón situado en la verja de los pabellones Güell está inspirado en “La Atlántida” de Verdaguer; ya que se trata de un dragón encadenado que custodia el acceso al jardín de las Hespérides. El dragón está ligado al simbolismo de la serpiente, no es otra cosa que una serpiente con alas que arroja llamas por la boca o la nariz. Los rosacruces introdujeron imágenes de caballeros que clavaban sus lanzas en dragones furiosos. Al analizar las características míticas de este animal, su ardor ígneo aparece como la representación de nuestros instintos más incontrolables. Vencer esta fuerza, dominar nuestro espíritu, supone la posibilidad de penetrar en los dominios del Ser.
Los hay alados, de grandes fauces y lengua temible, con escamas acerbas, mirada feroz y patas de garras imponentes. Otros presentan expresión menos amenazadora, carecen de patas y alas, y su cuerpo evoca la sinuosidad de la serpiente o el nerviosismo de la lagartija. Aparecen en lugares insospechados, bajo aleros, cornisas y balcones, en dinteles de puertas, camuflados en lámparas, picaportes, y comportándose como seres rampantes, trepadores, orgullosos, siempre prestos a esgrimir sus uñas ganchudas. Así son los dragones que habitan en Barcelona, ya se trate de representaciones en piedra, forja, madera, azulejo, mosaico o trencadís. El Eixample de Barcelona es la zona de la ciudad con mayor densidad de dragones, posiblemente porque ahí se construyeron muchos edificios modernistas y al modernismo parece que le gustaban los dragones.
Algunos ejemplares figuran junto a Sant Jordi, el héroe caballeresco patrón de Catalunya, pero otros están solos, y los más se presentan emparejados o en grupo, y difieren sobremanera en tamaños, formas y actitudes. Según el arquitecto Juan Bassegoda Nonell, que fue titular de la Cátedra Gaudí durante más de treinta años, “La figura del dragón, un ser inexistente, seducía mucho en el modernismo, por tratarse de un personaje exótico, y porque el modernismo es una mezcla de lo neogótico y lo exótico”. Hay en la ciudad representaciones de dragones desde el medievo y se encuentran muestras en la catedral y en algunas iglesias antiguas. Pero la singularidad que Barcelona aporta al universo cultural e iconográfico del dragón se debe sobre todo a la obra de Gaudí, que plasmó aquí dos dragones muy especiales: el deltrencadís del Parc Güell, y el de hierro forjado de la finca Güell, cargados ambos de gran simbolismo. “Los dragones de Gaudí están extraídos de la mitología y de la historia, y reflejan las ideas del conde de Güell sobre la Renaixença: catalanismo, mitología y religión”, según Bassegoda.
Así, el dragón de la puerta de la finca Güell es Ladón, fiero guardián de la entrada del jardín de las hespérides, que fue muerto por Hércules, según se relata en L’Atlàntida de Jacint Verdaguer. Parece ser que estaba dedicada al marqués de Comillas, suegro de Güell. Ese dragón imponente, de más de cinco metros de envergadura, con fauces y dientes recortados, alas de murciélago y cola en espiral, sorprende a los turistas por su ferocidad. En el otro extremo tenemos al dragón de colorines del Park Güell, que es Pitón, la serpiente del templo del oráculo de Delfos que, según la mitología griega, cayó muerta a manos de Apolo, quien la enterró en el sótano del templo y acabó convirtiéndose en protectora de las aguas subterráneas. Según el profesor Bassegoda, “el templo de Delfos era dórico, y por eso Eusebio Güell quiso que las columnas del parque que encargó a Gaudí fueran de tipo dórico”.
Es realmente sorprendente que en una ciudad occidental como Barcelona puedan observarse tantos dragones de todos los tamaños, representados como cocodrilos, serpientes, lagartos, salamandras, reptiles, dragones y saurios en general. Si excluimos el lomo de dragón del tejado de la casa Batlló, el más grande resulta ser el del parque de la Espanya Industrial, de 32 metros de longitud y 150 toneladas de peso, mientras que el más pequeño es una pareja engarzada en los tiradores de las puertas del Pati dels Tarongers, en el Palau de la Generalitat. También son reseñables las cuatro dragonas de la pastelería Foix de Sarrià, ya que son de las poquísimas féminas de dragón representadas en la ciudad; el famoso dragón chino de la casa de los Paraigües de la Rambla, un edificio premodernista de Josep Vilaseca; los cocodrilos sumergidos en las aguas de la fuente de la plaza Espanya; o las grandes lagartijas gaudínianas del templo de la Sagrada Família.
Impresionan sus ojos altivos y firmes. La palabra dragón viene del latín draco, que procede del griegodrákon, a su vez derivado de la voz griega dérkomai, que significa ‘mirar con fijeza’. Según algunos eruditos, esa cualidad explicaría su condición de guardián mítico de doncellas y tesoros, combatidos por dioses, santos o héroes, aunque el combate legendario entre el caballero y el dragón se vincula a mitos indoeuropeos de lucha entre dioses de la guerra y el dragón demoniaco bíblico-babilonio. Para Catalunya, ese caballero es Sant Jordi, que en 1456 fue declarado patrón por las Cortes Catalanas, reunidas en el coro de la catedral de Barcelona. Es también patrón de Aragón, Inglaterra, Portugal, Grecia, Polonia, Lituania, Bulgaria, Serbia, Rusia y Georgia, entre otros países. De Sant Jordi está más documentado su culto que su existencia, pero la leyenda lo sitúa en el siglo III, nacido en Capadocia o Nicomedia, y mártir por decapitación durante la persecución de los cristianos por el emperador romano Diocleciano. Su leyenda llegó a estas tierras en el siglo XV.
Algunos dragones de Barcelona aparecen junto a Sant Jordi, mientras otros ejemplares son orientales y denotan el gusto por los elementos exóticos de la burguesía catalana en los tiempos del modernismo. En aquella época la decoración era fundamental, así que los dragones se representaban en muebles, puertas, joyas y cortinas. Los gustos actuales dificultan su utilización como elemento decorativo pese al crecimiento de la población china y a que un escritor como Carlos Ruiz Zafón acostumbre a llevar uno en la solapa. Los dragones orientales, seres sin alas pero voladores, se consideran seres benévolos, cargados de sabiduría, mientras que los dragones occidentales suelen ser considerados maléficos. Según el arquitecto Bassegoda, “El dragón es un monstruo inventado, por lo que cada artista ha podido apelar a su propia imaginación a la hora de plasmarlo, y por eso son tan diversos”. Pero no todo lo referente a los dragones puede considerarse simplemente como un elemento decorativo. Para profundizar en este tema, recomiendo leer el artículo “los dioses serpiente y dragón en la mitología, ¿reflejan una realidad en las antiguas civilizaciones?”
Tal como hemos comentado anteriormente, algunos de sus biógrafos argumentan que Gaudí fue masón y que algunas de sus obras como el templo de la Sagrada Familia y el Parc Güell contienen múltiples símbolos de la masonería. El escritor Josep Maria Carandell analiza en su libro ”El Parque Güell, utopía de Gaudí”, una gran cantidad de detalles de claro origen masónico y afirma que pertenecía a una organización secreta”probablemente relacionada con la masonería inglesa”. Pero el primero en explicar la pertenencia de Gaudí a la masonería fue el escritor anarquista Joan Llarch, en el libro ”Gaudí, una biografía mágica”. Llarch asegura que Gaudí, en sus excursiones por la montaña, habría ingerido el hongo alucinógeno ”Amanita Muscaria”, que tiempo después colocaría como adorno en una de las casitas situadas a la entrada del Parc Güell. Al parecer, este hongo provoca estados alterados de conciencia y el tránsito hacia otra realidad. ¿Sería en ese estado en el que Gaudí habría imaginado las formas características de su arquitectura?
Eduardo Cruz, uno de sus biógrafos, asegura que perteneció a la Orden de los Rosacruz y otros insinúan que tuvo tendencias panteístas y ateas. Los detractores de estas teorías aseguran que un cristiano como Gaudí no podía ser de ningún modo masón. De todos modos en la historia de la masonería puede comprobarse la pertenencia a la misma de insignes cristianos. Aquí tenemos que señalar dos etapas diferentes en la vida de Gaudí. Por una parte tenemos a un Gaudí que en su juventud vivió en un ambiente de sociedades secretas e iniciáticas, cuya compañía parece que nunca terminó de abandonar por completo, tal y como lo demuestra la amistad con el pintor uruguayo y notorio francmason neopitagórico Joaquim Torres García. Y por otra, tenemos a un Gaudí que en su madurez, con el paso de los años, fue acentuando su catolicismo, transformándose en un místico, al margen de cualquier obediencia, rito o disciplina.
Michael White asegura en el prólogo de “Leonardo, el primer científico”, que da Vinci fue un hombre que bordeó la herejía y la necromancia. En esta línea se sitúa el historiador Eugene Muntz cuando asegura que el artista se divertía en “la sociedad de los místicos iluminados, astrólogos, alquimistas, charlatanes de toda clase” (sic).
Sea por su pertenencia a esta “sociedad” o por su fascinación por las leyes armónicas de la naturaleza, Leonardo da Vinci se nos revela como fiel a la escuela cósmica. Afirmó que la Tierra es uno de tantos astros y que refleja la luz del Sol igual que la Luna; explicó que nuestro planeta tiene grabadas las huellas de su historia, aún antes de cualquier reseña escrita; se refería a los fósiles que aseguraba se habían producido en el agua del mar; Leonardo intuía que se habían levantado las montañas para ocupar nuevas posiciones…
Estas ideas, junto a sus experimentos con cadáveres –de los que descubrió cómo la sangre recorría constantemente el cuerpo, alimentando sus células– se oponían frontalmente a las de la jerarquía eclesiástica. No deja de ser irónico, pues la Iglesia era su principal cliente. Ello no fue impedimento para que Leonardo plasmara en sus pinturas religiosas la impronta de la herejía.
“La Virgen de las Rocas” es una tabla destinada a los franciscanos de Milán que muestra la inmaculada concepción. Cuando Leonardo entregó su pintura en 1483, los monjes obligaron al artista a reelaborarla porque en lugar de una escena que ensalzara a la Virgen, les había presentado a María, el arcángel Uriel, Jesús y San Juan niños, reunidos en una cueva durante su huida a Egipto, algo que no guardaba relación alguna con los Evangelios canónicos.
También Paul Vulliaud insiste en su libro “La Pensée ésotérique de Léonard de Vinci” (1906) en el misterio perturbador contenido en sus obras “El Bautista” y “Baco”; su examen comparativo nos ayudará a comprender que Leonardo abrazaba alguna suerte de creencia pagana que quiso plasmar dibujando para el santo Precursor y para el dios étnico los mismos labios sonrientes e idénticos gestos simbólicos
Baco, justo es recordarlo, es un dios solar, creador de la vida sobre la Tierra y la fuerza generadora del Universo. Leonardo lo pinta recubierto de la nébrida, emblema del dios-sol de Egipto; la piel es el cielo, y sus manchas, las estrellas.
Mucho se ha especulado acerca del viaje que Leonardo efectuó a Egipto entre 1472 y 1483 y de si pudo tomar contacto con escuelas de misterios.
Mucho se ha especulado acerca del viaje que Leonardo efectuó a Egipto entre 1472 y 1483 y de si pudo tomar contacto con escuelas de misterios.
En la Biblioteca Nacional de París se conserva un microfilm que ha levantado una gran polémica entre historiadores y esoteristas. Fue descubierto por los autores de “El enigma sagrado”, best-seller publicado en España en 1976 y que bautizó a los documentos como Dossiers secrets.
Contenían recortes de prensa, cartas pegadas en láminas de refuerzo, opúsculos y numerosos árboles genealógicos. En ellos se menciona a una misteriosa sociedad secreta denominada Priorato de Sión entre cuyos Grandes Maestres figura Leonardo da Vinci quien habría ostentado el cargo entre 1510 y 1519.
El objetivo confeso del Priorato de Sión sería la restauración de la dinastía y la estirpe merovingia… Pero pronto se sabría que la misteriosa ficha había sido ingresada en la biblioteca en 1956 y que, por lo tanto, no era –como se pretendía– un documento histórico solvente.
Aún con todo, la aparición del libro de Dan Brown, “El código da Vinci”, ha vuelto a insistir en la vinculación de Leonardo con esta misteriosa sociedad y en que sus obras ocultan un mensaje cifrado y reivindicativo de los propósitos de la misma.
Parece que, en efecto, algunas de sus obras más emblemáticas como “La Última Cena” o “La Virgen de las rocas”, ocultan claves relacionadas con la descendencia de Jesús, la Magdalena como encarnación de los valores de la Diosa primordial o las enseñanzas apócrifas del evangelio de Juan. Pero, ¿es suficiente para vincularlo con esa corriente subterránea puesta en tela de juicio por los historiadores o es que Leonardo participaba de otras ideas heréticas? Parece admitido que da Vinci flirteó con alguna suerte de sociedad. ¿Surgen de allí sus ideas revolucionarias y sus herejías?
http://www.proyectopv.org/1-verdad/105marcoshistoriaignorada.htm
Ilustración: La Voz de Rusia
Italia tiene previsto introducir en la agenda de la cumbre de septiembre del G-20 en San Petersburgo el tema de la actividad de las agencias internacionales de evaluación de riesgos financieros.
Roma quiere llamar la atención sobre los efectos adversos que provocan las valoraciones de las agencias de evaluación a países con deudas externas crecientes. Por ejemplo Italia, cuya cualificación fue disminuida en junio por Standard & Poor´s colocándola a dos escalones del “nivel basura”.
El objetivo de la proposición italiana es prohibir las evaluaciones de organizaciones privadas y entregar el control sobre estos temas a instituciones internacionales.
ovm/lj/ll