La doctrina oriental de la reencarnación
Muchas culturas de todo el mundo han sostenido desde hace mucho tiempo el concepto de la reencarnación. Una reciente encuesta de Gallup reveló que uno de cada cuatro estadounidenses cree en la reencarnación. La reencarnación significa, literalmente, ‘volver en la carne’. Geoffrey Parrinder, un autor dedicado a religiones mundiales, define a la reencarnación como «la creencia de que el alma o algún poder pasa, luego de la muerte, a otro cuerpo».{1}
La reencarnación es una faceta importante de las religiones orientales del hinduismo y el budismo. Muchas sectas tienen distintas visiones de la reencarnación. Este es un resumen general de los principios básicos. La mayoría sostiene una visión panteísta de Dios. El panteísmo viene del griego pan, que significa ‘todo’ y el concepto de teísmo, que significa ‘Dios’. En el panteísmo, Dios es una fuerza impersonal formada por todas las cosas; el universo es Dios y Dios es el universo. Todos los seres creados son una extensión o emanación de Dios.
Las cosas vivas poseen un cuerpo físico y una entidad inmaterial llamada alma, fuerza vital o Jiva. Al morir, la fuerza vital se separa del cuerpo y asume una nueva forma física. La ley del karma determina qué forma asumirá el individuo. Esta ley enseña que los pensamientos, palabras y acciones de una persona tienen una consecuencia ética, y determina su suerte en existencias futuras.{2} Nuestro estado presente es el resultado de acciones e intenciones realizadas en una vida anterior. La cantidad de karma bueno o malo logrado en nuestra vida presente determinará si uno vuelve como una forma de existencia superior o inferior.
Uno pasará por cientos, aun millones de reencarnaciones, sea evolucionando hacia una forma superior o una forma inferior de vida para pagar la deuda del karma. Este ciclo de reencarnación se denomina la ley de sansara. Con el tiempo, uno espera pagar todo el karma malo y liberarse del ciclo de reencarnación, y lograr la unidad con lo divino. Esta liberación del ciclo de reencarnación se llama moksha. Se considera que el alma está presa en un cuerpo, y debe ser liberada a fin de lograr la unidad con lo divino.
Cada escuela de pensamiento varía en su enseñanza con relación a cómo uno logra la liberación final del ciclo de la reencarnación. La mayoría concuerda en que solo desde la forma humana uno puede lograr la unidad con lo divino. La liberación de la cautividad del cuerpo puede ser lograda a través de diversos medios. Algunas escuelas enseñan que, mediante la iluminación que viene del conocimiento, la meditación y la canalización, uno puede romper el ciclo. Otras escuelas enseñan que la liberación viene a través de la fe y el servicio a una deidad o manifestación específica de lo divino. A cambio, la deidad lo ayudará en su búsqueda del moksha. Otras escuelas enseñan que uno puede lograr la liberación a través de la disciplina y las buenas obras.
Gran parte de la enseñanza sobre la reencarnación en Occidente está adaptada de las enseñanzas de las religiones orientales. ¿Existen evidencias que demuestren que la reencarnación es verdadera? Las examinaremos a continuación.
Evidencias a favor de la reencarnación
Uno de los principales investigadores de la reencarnación, el Dr. Ian Stephenson, jefe del departamento de Neurología y Psiquiatría de la Universidad de Virginia, cree que hay evidencia convincente a favor de la reencarnación. Los proponentes dan cinco pruebas: regresión hipnótica, déjà vu, xenoglosia, marcas de nacimiento y la Biblia.
La primera prueba es la regresión hipnótica. Los proponentes de la reencarnación citan ejemplos de personas que dan descripciones vívidas y precisas de individuos, lugares y sucesos que la persona no podría haber conocido previamente. Hoy hay una pequeña rama de la psicología que practica la terapia de vidas pasadas, la creencia de que los problemas presentes de una persona son resultado de problemas de una vida anterior.
Sin embargo, la precisión de los datos obtenidos de la hipnosis sigue siendo altamente cuestionable. Primero, se sabe que algunas personas han mentido bajo hipnosis. Segundo, la memoria humana está sujeta a distorsiones de todo tipo. Tercero, bajo hipnosis la percepción de un paciente de la fantasía y la realidad se desdibuja. El Dr. Kenneth Bowers, un psicólogo de la Universidad de Waterloo, y el Dr. Jan Dywane, de McMaster University, dicen:
«. . .si bien la hipnosis aumenta la memoria, también aumenta los errores. En su estudio, los sujetos hipnotizados recordaron el doble de artículos que los integrantes de un grupo de control no hipnotizados, pero también cometieron tres veces la cantidad de errores. Durante hipnosis, uno está creando memorias».{3}
Cuarto, los estudios han demostrado que, bajo hipnosis, los pacientes son influidos fácilmente por preguntas capciosas. En el proceso de la hipnosis, se le pide al paciente que suelte el control de su conciencia y su cuerpo. Hans Holzer dice: «En general, las mujeres son más fáciles de hipnotizar que los hombres. Pero hay excepciones, aun entre las mujeres, que pueden tener dificultad para soltar el control de su cuerpo y personalidad, algo esencial si ha de tener lugar una hipnosis auténtica».{4} En este estado, las memorias pueden ser alteradas por los indicios del hipnotizador. Por estas razones, muchos tribunales no consideran que el testimonio bajo hipnosis sea una evidencia confiable.
La memoria de vidas pasadas puede atribuirse también a la influencia de la cultura. Las culturas fuertemente impregnadas de la doctrina de la reencarnación crean un entorno conducente a la memoria de vidas pasadas. Los países de India, Sri Lanka, Myanmar (ex Birmania) y Asia occidental tienen una cantidad muy alta de casos. Muchos que afirman tener memoria de vidas pasadas logran el respeto de su sociedad. Si la reencarnación es verdadera, la memoria de vidas pasadas debería ser predominante en todas las culturas, y no principalmente en una región.
Finalmente, la mayoría de los incidentes ocurren entre niños. El Dr. Stephenson dice: «Muchos de los que dicen haber vivido anteriormente son niños. A menudo se emocionan mucho cuando hablan de la persona que solían ser, y dan detalles minuciosos de la vida que vivieron». {5} Los niños son los más susceptibles a la sugestión y su testimonio debe ser considerado con cuidado.
Cuando mucho, la evidencia de la regresión hipnótica solo puede sugerir la posibilidad de la reencarnación, pero no la prueba concluyentemente.
El déjà vu se refiere a una sensación distintiva de que uno ha estado en un lugar o ha realizado algo antes, mientras está ocupado en algo que ocurre en el presente. Los proponentes de la reencarnación atribuyen esto a una vida anterior. Sin embargo, los investigadores dan explicaciones alternativas. En nuestro subconsciente, a menudo relacionamos un suceso presente con uno pasado que la mente consciente no recuerda. Dado que los dos sucesos son similares, a menudo los fusionamos en nuestra mente, con lo cual creamos la impresión de que hemos experimentado esto antes. Otros investigadores han demostrado que los datos que ingresan al ojo a veces se demoran un microsegundo en su camino hacia el cerebro. Esto lleva a uno a pensar que ha visto los datos antes.
La xenoglosia es la capacidad repentina de hablar un idioma que uno nunca ha aprendido. Los que abogan por la reencarnación atribuyen esto a un idioma hablado en una vida anterior. Sin embargo, la criptomnesia puede explicar este fenómeno. En la criptomnesia, una persona olvida información que fue aprendida anteriormente y la recuerda posteriormente, sin saber su origen. Es posible que uno pueda escuchar términos extranjeros a través de los medios o de niño, y los recuerde ante una indicación.
La cuarta prueba es la aparición de marcas de nacimiento únicas que son similares a las que tiene una persona fallecida. Sin embargo, es difícil mostrar alguna conexión con la reencarnación. La similitud no demuestra igualdad.
Estas explicaciones alternativas pueden dar cuenta de la mayor parte de las evidencias a favor de la reencarnación. Sin embargo, donde se quedan cortas, debemos considerar la posibilidad de la posesión demoníaca, donde un espíritu extraño toma control de la persona, según aparece varias veces a lo largo del Nuevo Testamento. Los espíritus demoníacos han existido durante miles de años y no están limitados por el tiempo y el espacio. La información que poseen puede ser inyectada en la mente de una persona durante la posesión. Las técnicas de meditación oriental permiten esta posibilidad. El Dr. Bro escribe acerca de Edgar Cayce, padre del movimiento de la Nueva Era: «El poder de Cayce venía sin equipos, en la quietud. Parecía vaciarse, ahuecando su conciencia como un receptáculo, un conducto».{6}
Hasta los que abogan por la reencarnación creen que muchos casos de memoria de vidas pasadas pueden atribuirse a la posesión. Confiesan que es difícil determinar si una memoria de una vida pasada es el resultado de la reencarnación o de la posesión. William de Arteaga dice: «Con referencia a la hipótesis de falsificación demoníaca, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que, para muchas visiones de vidas pasadas, es la hipótesis más sólidamente verificada de todas».{7}
Edgar Cayce dijo: «Es lo que siempre pensé, y contra esta idea pongo la idea de que el Diablo podría estar tentándome a hacer su trabajo al operar a través de mí cuando estaba lo suficientemente engreído como para pensar que Dios me había dado un poder especial . . . «{8}
Si bien la evidencia puede ser interpretada como un apoyo de la reencarnación, no puede respaldarla concluyentemente.
Evidencia bíblica a favor de la reencarnación
Aun cuando los proponentes de la reencarnación citan a la Biblia como prueba de su afirmación, la Biblia refuta la idea. Enseña que vivimos una vez, morimos una vez y luego entramos en el estado eterno. Hebreos 9:26b-28a dice: «pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos . . .». El foco acá está en la obra sacrificial de Cristo. En vez de los continuos sacrificios de animales que se necesitaban para expiar los pecados bajo el antiguo pacto, bajo el nuevo pacto Cristo pagó por los pecados una vez por todas.
Al igual que Cristo, que apareció solo una vez, el hombre está destinado a morir una vez. Así como hay un carácter definitivo en el sacrificio de Cristo, hay un carácter definitivo en la muerte física del hombre. Luego de esto, el alma enfrenta el juicio ante Dios, para determinar el destino eterno de una persona. Uno vez realizado el juicio, la Biblia no da ninguna evidencia de que los pecados puedan ser expiados en otro momento de vida en la tierra (Apocalipsis 20:11-15; Lucas 16:19-31; Mateo 25:31-46).
El pasaje al que suelen apelar los que apoyan la reencarnación es Juan 9:1-3, que dice: «Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?». Los proponentes de la reencarnación dicen que, en este pasaje, los discípulos atribuyen la ceguera del hombre al karma malo de una existencia anterior.
Sin embargo, la teología judía atribuía los defectos de nacimiento a dos factores. El pecado prenatal cometido por el bebé luego de la concepción, pero antes del nacimiento, o el pecado cometido por los padres. Génesis 25:22 -la lucha de Jacob y Esaú dentro del vientre de Raquel- era interpretado como un conflicto producto del pecado prenatal. Éxodo 20:5 dice que el pecado de los padres a menudo repercutía en su descendencia. Sin embargo, en el pasaje de Juan 9:1-3, Jesús refuta toda conexión entre los defectos del hombre y cualquier pecado previo, con lo que puso fin a cualquier concepto del karma.
Otro pasaje es Mateo 11, donde Jesús dice que Juan el Bautista es Elías. Los proponentes de la reencarnación interpretan que Juan era Elías del Antiguo Testamento, reencarnado. Esto no puede ser cierto por las siguientes razones. Primero, en 2 Reyes 2, dice que Elías nunca murió, sino que fue llevado al cielo. En el modelo de la reencarnación, uno debe morir antes de poder asumir una nueva forma. Segundo, en Mateo 17, Elías aparece con Moisés en el Monte de la Transfiguración. Juan el Bautista había vivido y muerto a esta altura. Si él hubiera sido la reencarnación de Elías, hubiera aparecido Juan en su lugar. Juan vino, no como la reencarnación de Elías, sino en un sentido metafórico como Elías, ya que fue lleno del mismo espíritu y poder que Elías. Así que la Biblia no afirma la reencarnación.
Reencarnación y resurrección
La Biblia enseña que lo que ocurre luego de la muerte es una resurrección, no una reencarnación. Primera de Corintios 15 es uno de los pasajes más claros sobre lo que ocurre con el alma humana luego de la muerte. Como los proponentes de la reencarnación, estamos de acuerdo en que el componente inmaterial del hombre se separa del cuerpo al morir y sobrevive eternamente. Ambos coincidimos en que el alma habita otra forma corporal.
La principal diferencia es esta: los proponentes de la reencarnación creen que el alma habita muchas formas corporales en un progreso evolucionista hacia la unión con lo divino. Esto puede ocurrir a lo largo de millones de años, o en un período más breve. La Biblia enseña, en Hebreos 9:26b-28a, como se trató anteriormente, que vivimos una vez, morimos una vez y luego ingresamos al estado eterno.
Nuestro estado eterno se describe en 1 Corintios 15. El versículo 20 dice: «Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho». Al decir «primicias», Pablo toma del simbolismo encontrado en el Antiguo Testamento. Las primicias eran anteriores a la cosecha principal y servían como ejemplo y seguridad de que venía la cosecha. Así que la resurrección de Cristo es precursora y garantía de la resurrección del creyente. Su resurrección difiere mucho del modelo de la reencarnación.
Primero, el cuerpo resucitado de Cristo se parecía físicamente a su cuerpo terrenal. Tenía propiedades físicas demostradas por el hecho de que podía ser tocado, se comunicó y comió. Su cuerpo glorificado también poseía atributos sobrenaturales. Podía atravesar paredes, aparecer y desaparecer, y ascender al cielo.
Pablo describe el cuerpo glorificado como teniendo un diferente tipo de carne del cuerpo terrenal. Dice: «No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves. Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales . . .» (vv. 39, 40). El nuevo cuerpo será imperecedero e inmortal. Será un cuerpo espiritual que ha sido diseñado para la vida en el cielo. El cuerpo glorificado no sufrirá los efectos del pecado ni del tiempo, la enfermedad o el dolor.
Los injustos, en cambio, ingresan a un estado de tormento eterno inmediatamente después de la muerte. Lucas 16:19-31 demuestra este punto. En este ejemplo, el rico injusto ingresa al infierno inmediatamente después de morir. En Mateo 25, los cabritos ingresan a un estado de castigo eterno sin ninguna esperanza de escapar.
En resumen, estas son las diferencias. Primero, la reencarnación enseña que la migración del alma ocurre a lo largo de muchas vidas, en tanto que la resurrección ocurre una vez. Segundo, la reencarnación enseña que habitamos muchos cuerpos diferentes, mientras que la resurrección enseña que habitamos un solo cuerpo en la tierra y un cuerpo inmortal glorificado en el cielo, que se asemeja a nuestro cuerpo terrenal. Tercero, la reencarnación enseña que estamos en un progreso evolucionista hacia la unión con Dios, mientras que la resurrección enseña que llegamos a nuestro estado último inmediatamente después de morir. La Biblia no apoya la reencarnación y ésta no debe ser confundida con la doctrina de la resurrección, que es muy diferente.
Notas
- Geoffrey Parrinder, Dictionary of Non-Christian Religions (Philadelphia; Westminister Press, 1971), 286. Volver
- John Noss, Man’s Religions, New York: MacMillan Press, 1980, 90. Volver
- Elizabeth Stark, «Hypnosis on Trial,» Psychology Today, February 1984, p. 35, según cita de Geisler and Amano, The Reincarnation Sensation, 67. Volver
- Hans Holzer, Life Beyond, Chicago: Contemporary Books, 1994, 176. Volver
- Dr. Ian Stephenson, citado en Life Beyond by Hans Holzer, Chicago: Contemporary Press, 1994, 167. Volver
- Harmon Bro, A Seer Out of Season: the Life of Edgar Cayce, (New York: New American Library, 1989), 13. Volver
- William de Arteaga, Past Life Visions: A Christian Exploration (New York: Seabury, 1983), p. 174, según cita de Geisler and Amano en The Reincarnation Sensation, 80. Volver
- Thomas Sugue, The Story of Edgar Cayce: There is a River, (Virginia Beach: Association for Research and Enlightenment, 1973), 219, según cita de Geisler and Amano en The Reincarnation Sensation, 79.
http://www.ministeriosprobe.org/docs/reencarnacion.html