Si, te hizo algo horrible, te provocó mucho sufrimiento o abusó de ti. Y quizá no te tomó en cuenta ni te dio lo que necesitabas, a pesar de todo lo que hiciste y diste. Sí, todo esto pudo haberte provocado dolor, ira y mucha frustración.
Pero no dejes que tu corazón se ahogue en el reclamo, las lamentaciones o el sufrimiento.
¿Alguna vez te has preguntado por qué te pasó todo esto? ¿Por qué en tu vida existieron esas personas? ¿Por qué no te encontraste con alguien más amoroso y comprensivo? ¿Por qué te tocó esa familia, esos padres, ese amante o esos hijos? ¿Porque te pasó lo que te pasó?
Se nos ha enseñado muchas cosas, como eso de que hay que perdonar al otro. Pero si realmente repasáramos todo lo que hemos aprendido, y observáramos los resutados que han tenido en nuestras vidas, podríamos notar que hay muchas cosas que no han servido realmente para nada, sino para hacernos sufrir más, para limitarnos y hasta enfermarnos, porque sólo nos han hecho sentirnos víctimas de los demás.
El rencor, el odio, la ira constante, cierto, es algo que enferma. Pero no porque sea malo. No. Sino porque nadie nos enseñó a comprender estas grandiosas emociones.
El odio y el resentimiento son profundos mensajeros que nos quieren mostrar algo. Pero la gente no los quiere ver ni enfrentar. Piensan que son “malos”, que son como el mismo diablo. La gente piensa que hay que “olvidar”, que ya no tiene caso, que sentir odio no es bueno. Pero no es así. El odio y el resentimiento son sabios maestros. Si los negamos, disfrazamos o intentamos ser “lindos” cuando en el fondo hay un lodo de enojo, estas emociones se presentaran cada vez con más fuerza en nuestra vida, porque es la forma en que nuestra sabia naturaleza nos quiere enseñar algo. ¿Qué? Bueno. Primero…
Atrévete a sentir tu odio y tu resentimiento
Escribe en una hoja de papel todo o que te ha molestado, enfadado y hasta hecho nudos el estomago o el hígado. Escríbelo sin tapujos. Di lo que sientes así como lo sientes. Luego que has escrito esto, lee la carta nuevamente y con cuidado y observa como todo lo que te ha hecho enojar es porque de alguna forma tú estabas esperando algo de alguien o de una experiencia. Cuando esperas, eres un blanco perfecto para la desilusión y la ira. Y si luego intentas evadir esto, tu cuerpo empezará a sentir los efectos de estos sentimientos y tu cuerpo y vida empezaran a enfermar.
Ahora. No es que esté mal esperar de los demás cosas lindas, el problema es tener una necesidad de los demás y volver esto un apego fuerte. Necesitas entender porqué esperas de los demás.
¿Por qué esperas de los demás?
Porque es algo que tú no tienes. Si observas, todo lo que esperas de los demás, su comprensión, su amor, su honestidad, su entrega, etc, es porque tú no te has aprendido a dar esto. Si lo tuvieras, no lo estuvieras buscando ni esperando. ¿Lo ves?
Así que la cura del odio y el resentimiento está en ti
En aprender a darte lo que más quieres: observa todo eso que has buscado en los demás, y aprende a dártelo. Observa todo eso que no te ha gustado de los demás, y aprende a no ser igual contigo, porque semejante atrae a semejante. Si no te gusto el maltrato, el abuso, la frialdad, la indiferencia, no seas así contigo. Empieza por ser alguien amoroso, detallista, amable y considerado con lo que eres. Entonces atraerás esto a tu vida.
Así que, perdonar. Pero no existe el perdón a los demás
Porque los demás nunca te han hecho nada en realidad. Tú has escogido la vida y las experiencias que has tenido como una forma de aprender a amarte y a darte tú lo que más esperas del otro. Mientras pienses que hay que perdonar a alguien, estarás asumiendo que los demás tienen el poder de tu alegría, de tu paz y tu felicidad. Y eso es una ilusión falsa, porque nadie realmente puede hacerte feliz, si tú no encuentras eso dentro de ti.
No digas “Te perdono”. Eso es falso realmente. La mayoría de las personas que dicen esto, aún sienten que el estómago se les revuelve cuando se acuerdan lo que les hicieron. Pero ya no seas víctima. Se creador y poderoso. Asume la responsabilidad de lo que tienes que aprender de lo que te sucede, y verás que empieza tu vida a cambiar como por arte de magia.
No digas “tengo que perdonarte”. Mejor di: “Agradezco que me hayas enseñado esto. Me ha dolido y me ha hecho sentir mi vida limitada y vacía. Pero he aprendido de esto. He aprendido de ti. Gracias por mostrarme mi carencia. Estoy en paz contigo y conmigo.”
Éste es un inicio realmente poderoso para empezar a crear tu vida de una forma grandiosa y realmente más ilimitada.
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por K.L. Garcés
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