El Yin y el Yang, estos dos términos conforman los conceptos de la filosofía china más antigua. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración.
Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia. Según el Taoísmo, estas dos fuerzas, el yin y el yang, surgen del Tao, principio generador de todas las cosas.
La significación originaria de los términos yin y yang es incierta, relacionándose con diferentes acepciones, sin embargo, todos parecen provenir de conceptos naturalistas. El carácter chino tradicional de yin , representa la parte norte, nubosa, de una montaña, mientras que en el simplificado aparece el carácter de ‘luna’. El carácter tradicional de yang representa el lado sur, soleado, de una montaña; en el simplificado aparece ‘sol’. Así parece estar de acuerdo el filósofo Wing-Tsit Chan que asocia a tales términos los fenómenos naturales de la nubosidad que cubre al sol y al brillo del mismo astro. Por su parte, Mircea Eliade cita a Marcel Granet al afirmar que el término yin se encuentra relacionado con el tiempo frío, lo cubierto y lo interior; y yang sugiere las ideas de lo soleado y el calor.
Estos conceptos seguramente tienen sus orígenes en las antiguas religiones agrarias. La representación de pares de fuerzas antagónicas complementarias se encuentra atestiguada desde la época de bronce en la antigua China, correspondiendo a los hallazgos arqueológicos de la dinastía Shang.
A decir de Suzuki, el dualismo básico fue el primer esbozo de filosofía china cuya antigüedad se encuentra señalada por su inclusión en el antiguo libro oracular «I Ching» cuyos textos más antiguos se remontan al segundo milenio antes de Cristo y el cual basa muchos de sus aforismos en base a la oposición de conceptos antagónicos: fuerza-debilidad, alto-bajo, rigídez-flexibilidad, etcétera, representados por una línea continua (masculino) y una trunca (femenino) que forman los triagramas para la adivinación.
Aunque el concepto del yin y yang existe en el confucionismo, es especialmente importante dentro del taoísmo. En el Dao de jing los términos aparecen solamente una vez (en el capítulo 42), pero todo el libro está lleno de otros conceptos que lo explican. Los hexagramas del I ching también están basados en esta doctrina.
Principios
– El yin y el yang son opuestos.
Todo tiene su opuesto, aunque este no es absoluto sino relativo, ya que nada es completamente yin ni completamente yang. Por ejemplo, el invierno se opone al verano, aunque en un día de verano puede hacer frío y viceversa.
– El yin y el yang son interdependientes.
No pueden existir el uno sin el otro. Por ejemplo, el día no puede existir sin la noche.
– El yin y el yang pueden subdividirse a su vez en yin y yang.
Todo aspecto yin o yang puede subdividirse a su vez en yin y yang indefinidamente. Por ejemplo, un objeto puede estar caliente o frío, pero a su vez lo caliente puede estar ardiente o templado y lo frío, fresco o helado.
– El yin y el yang se consumen y generan mutuamente.
El yin y el yang forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).
– El yin y el yang pueden transformarse en sus opuestos.
La noche se transforma en día, lo cálido en frío, la vida en muerte. Sin embargo, esta transformación es relativa también. Por ejemplo, la noche se transforma en día, pero a su vez coexisten en lados opuestos de la tierra.
– En el yin hay yang y en el yang hay yin.
Siempre hay un resto de cada uno de ellos en el otro, lo que conlleva que el absoluto se transforme en su contrario. Por ejemplo, una semilla enterrada soporta el invierno y renace en primavera.
Representación gráfica
Gráficamente, el concepto se suele representar mediante un símbolo denominado taijitu, «diagrama del taiji», que no siempre se ha dibujado de la misma manera. En su forma actual más conocida, la parte oscura, normalmente negra, representa el yin y la parte clara, normalmente blanca, el yang. Estas dos partes entrelazadas se denominan en chino ‘peces’ . La línea que las separa no es recta, sino sinuosa, representando el equilibrio dinámico entre los dos conceptos y su continua transformación. Los puntos de distinto color simbolizan la presencia de cada uno de los dos conceptos dentro del otro.
Otra manera de representar el yin y yang es con una línea continua (yang) y una partida (yin). Al repetir estas líneas tendríamos cuatro estados (del yin absoluto al yang absoluto pasando por sendos estados intermedios). Si utilizamos tres líneas, obtenemos ocho combinaciones, conocidas como «los ocho trigramas», de los que surgen los 64 hexagramas del I Ching.
En la bandera de Corea del Sur se pueden ver cuatro de los ocho trigramas y una representación simplificada del taijitu en rojo y azul.
ORÍGENES
Dinastía Xia
La dinastía Xia (pinyin: Xià, Wade-Giles: Hsia), que según las crónicas chinas habría durado del siglo XXI a. C. al siglo XVI a. C., está considerada la primera dinastía en la historia china. Las memorias históricas de Sima Qian recogen los nombres de los 17 reyes de esta dinastía. Fue seguida por la dinastía Shang y, según el relato de Sima Qian, precedida por el periodo legendario de los tres dioses y cinco emperadores.
Con anterioridad a las excavaciones hechas en 1928 en yacimientos de la edad de piedra en Anyang, provincia de Henan, no había indicios arqueológicos de la existencia de los Xia. Desde entonces, numerosas excavaciones confirman la existencia de una cultura del bronce que puede identificarse con los Xia. En 1959, se excavó un yacimiento en Erlitou, en la ciudad de Yanshi (Henan), en el que se encontraron dos grandes palacios y que se piensa pudo ser la capital de la dinastía. Según la datación con carbono-14 pueden pertenecer al año 2100 o 1800 a. C.
Independientemente de la verosimilitud de las historias legendarias sobre los reyes Xia que aparecen escritas en crónicas muy posteriores, como la de Sima Qian, se puede considerar a la civilización Xia como un periodo evolutivo de transición entre las culturas neolíticas, como la de Longshan, y la sociedad urbana de los Shang.
El territorio controlado por los Xia abarcaría aproximadamente la actual provincia de Henan y parte del oeste de Shandong y del sur de Hebei.
Su origen: Según los antiguos textos chinos, antes de que se estableciera la dinastía Xia,las batallas eran frecuentes entre la tribu Xia y Chi You. La tribu Xia se desarrolló lentamente alrededor de la época de Zhuanxu , uno de los legendarios Cinco Emperadores . Las Memorias históricas y el Clásico de los Ritos dicen que Yu el Grande es el nieto de Zhuanxu, pero también hay otros registros, como Ban Gu , que dicen que Yu es la quinta generación de Zhuanxu. En base a esto, es posible que la gente del clan Xia son descendientes de Zhuanxu.
Dinastía Shang
La Dinastía Shang (pinyin: Shāng, Wade-Giles: Shang) (1766-1046 aC.), también conocida como Dinastía Yin, es la segunda dinastía en la historia de China y la primera cuya existencia histórica está documentada. Su extensión territorial abarcaba el valle del río Amarillo.
Descubrimientos arqueológicos
Hasta el siglo XX muchos expertos dudaban de la existencia real de la Dinastía Shang, dado que no se disponía de evidencias al respecto; todas las menciones a los reyes Shang aparecían en obras chinas escritas muchos siglos después, durante la época Zhou. Sin embargo, numerosos descubrimientos arqueológicos realizados a lo largo del siglo XX confirmaron la existencia de esta dinastía y por tanto la fiabilidad de los textos del periodo Zhou. Los principales hallazgos arqueológicos en el valle del río Amarillo que han confirmado la existencia de los reyes Shang son los objetos rituales de bronce y, muy en especial, los huesos oraculares, caparazones de tortuga (plastrones) y grandes omóplatos de animales (en su mayor parte de ganado bovino) sobre los que se realizaban y escribían predicciones oraculares basadas en la piromancia.
Estas inscripciones tenían típicamente tres secciones: una pregunta para el oráculo, la contestación del oráculo, y el resultado que reflejaba si el oráculo tenía razón. Estos textos escritos en los huesos oraculares son la forma más antigua que se ha conservado de la escritura china y han desempeñado un papel fundamental en las investigaciones recientes sobre el origen y desarrollo de los caracteres chinos. La información proporcionada por los huesos oraculares provee una visión privilegiada de las primeras etapas de la civilización china sobre variados aspectos, como política, economía, cultura, religión, geografía, astronomía, calendario, arte y medicina.
Cultura Erligang
En 1951 fue encontrado en Erligang, en las proximidades de la actual ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan, el primer yacimiento arqueológico de la denominada Cultura de Erligang (1600 – 1400 a. C.)., de la Edad del Bronce en China. Muchos arqueólogos chinos creen que Zhengzhou se encuentra donde estuviera una antigua capital de la Dinastía Shang, lo que identificaría la Cultura de Erligang como uno de los inicios de la Dinastía Shang.
Muchos arqueólogos chinos y japoneses creen que Zhengzhou se localiza donde otrora fue una antigua capital de la Dinastía Shang, lo que colocaría la cultura Erligang como uno de los inicios de la Dinastía Shang. La ciudad estaba rodeada por altos muros, con una circunferencia total de cerca de 7 km. Grandes talleres de artesanía se localizaban fuera de los muros de la ciudad, incluyendo un taller de huesos, uno de cerámica y dos de vasijas de bronce. La ciudad moderna de Zhengzhou se localiza en los restos de la ciudad de Erligang, haciendo prácticamente imposibles las excavaciones arqueológicas. En ese sentido, la mayoría de la información acerca de la cultura Erligang proviene de estudios realizados en otros yacimientos de menores.
La cultura Erligang se centraba en el valle del río Amarillo. Erligang fue la primera cultura arqueológica china que presenta grand difusión de artefactos de bronce. En sus primeros años, la cultura parece haberse expandido bastante, alcanzando el río Yangtze, lo que es indicado por la presencia de un gran yacimiento arqueológico en Panlongcheng, provincia de Hubei. Ya que Zhengzhou carece de acceso a metales, yacimientos como Panlongcheng eran probablemente usados para proteger y garantizar estos recursos.
La cultura fue probablemente influenciada por la Cultura de Erlitou, como indican las semejanzas en las técnicas y el estilo del trabajo en bronce realizado por las dos culturas. Sin embargo, en la cultura Erligang el estilo de las vasijas de bronce se hizo mucho más uniforme, además haberse difundido más el uso del bronce.
Cultura de Erlitou
La cultura de Erlitou (pinyin: wénhuà es el nombre dado por los arqueólogos a una sociedad que existió en China a inicios de la Edad del Bronce hacia 2100 a. C. a 1800 a. C. o 1500 a. C. La cultura fue llamada así después de que sus vestigios fueran encontrados en un yacimiento arqueológico localizado en Erlitou, Yanshi, en la provincia de Henan. La cultura estuvo muy presente en las provincias de Henan y Shanxi. Muchos arqueólogos chinos identifican la cultura Erlitou con la Dinastía Xia, a pesar de que la mayoría de los arqueólogos occidentales no están convencidos de la conexión entre ambas.
Descubierto en 1959, el yacimiento arqueológico de Erlitou es el mayor área con vestigios asociados a esta cultura antigua, con 3km². Los vestigios indican que la cultura Erlitou poseía un monopolio en la producción de vasijas rituales de bronce. Después de la ascensión de la Dinastía Shang, el área de dominio de los Erlitou disminuyó considerablemente, pero continúo habitada durante el inicio de la dinastía.
La cultura Erlitou tal vez haya surgido de la Cultura de Longshan. Originalmente centrada alrededor de las provincias de Henan y Shanxi, la cultura posteriormente se esparció por las provincias de Shaanxi y Hubei.
Cultura de Longshan
La cultura de Longshan surgió a finales del Neolítico, próxima al curso medio y bajo del río Amarillo, en China. Recibe su nombre de Longshan, provincia de Shandong, el primer yacimiento arqueológico de esta cultura hallado. La cultura de Longshan está datada por los arqueólogos entre el tercer y el segundo milenio aC.
Una característica distintiva de la esta cultura era el alto nivel técnico de su cerámica, como indican los numerosos vestigios de potes y vasijas cerámicos encontrados.
La cultura de Longshan también marcó la transición para el establecimiento de ciudades, indicado por los vestigios de muros de tierra prensada encontrados, como el yacimiento arqueológico de Taosi. El cultivo de arroz ya estaba claramente establecido en el periodo.
La población neolítica china alcanzó su apogeo durante la cultura de Longshan. Con el fin de la cultura de Longshan, la población decreció notablemente; indicado por la brusca desaparición de vasijas de cerámica de alta calidad, que solían hallarse en abundancia entre los vestigios de ritos fúnebres.
TRADICIÓN IMPLICADA
Mitología China
No existen libros dedicados a Mitología en la antigua China. Los mitos se encuentran recogidos en múltiples obras de Historia, Filosofía o Poesía, en forma de menciones a personajes mitológicos y los hechos o leyendas que se les atribuyen. También hay que considerar que esta multitud de obras, de distintas dinastías, pertenecen a diversas corrientes de pensamiento (Taoísmo, Confucianismo, Legismo y Moísmo, principalmente).
La mitología china es el conjunto de relatos fantásticos relativamente cohesionados de la cultura de la antigua China. Muchas de sus leyendas toman lugar durante el período de los tres augustos y cinco emperadores. Mucho de la mitología China es única, aunque comparte bastante con Japón y Corea debido a su influencia en la antigüedad.
La Mitología China se conoce gracias a textos que datan esencialmente de la dinastía Han. Al no tener más de 2.000 años de antigüedad, estos escritos apenas pueden clasificarse como recientes. A veces reinterpretaron la mitología de acuerdo con sus concepciones filosóficas. De este modo, transformaron a los más importantes dioses en soberanos virtuosos que reinaban en tiempos antiguos. También asociaron a sus dioses con las cinco direcciones (es decir, los cuatro puntos cardinales y el centro) según una cosmología elaborada durante la Antigüedad temprana.
Se puede tener una idea de lo que era la mitología china «original» comparándola con los relatos de otros pueblos en el Extremo Oriente. Al extender esta comparación a toda Eurasia, se puede apreciar que una gran parte de esta mitología es de origen indoeuropeo. Posee pues semejanzas totalmente sorprendentes con las mitologías germana, griega o eslava. Eso se debe a la invasión de China por un pueblo indoeuropeo, los tocarios, hace más de 3000 años.
TAIJITU
El taijitu (pinyin: taìjítú, Wade-Giles: t’ai chi t’u) es un símbolo que representa los conceptos de la filosofía china del yin y yang y del taiji, o principio generador de todas las cosas. Es habitual que aparezca rodeado por los ocho trigramas del I Ching. En occidente se suele conocer como «el símbolo del yin y el yang» o «el símbolo taoísta».
Este símbolo está asociado al taoísmo y al neoconfucionismo. Los pensadores de tiempos de la dinastía Song de esta última corriente, en especial Zhu Xi (Zhū Xī), son los que popularizaron el taijitu más conocido actualmente, aunque existen otros como el de Zhou Dunyi o el llamado Laishi taijitu.
El símbolo primero aparecía como motivo ornamental en la iconografía de diversos pueblos europeos antiguos como los celtas, etruscos y romanos.
I CHING
El I Ching, Yijing o I King (en pinyin: yì jīng) es un libro oracular chino cuyos primeros textos se suponen escritos hacia el 1200 a. C. Es uno de los Cinco Clásicos confucianos.
Fundamentos
El término i ching significa ‘libro de las mutaciones’. El texto fue aumentado durante la dinastía Zhou y posteriormente por comentaristas de la escuela de Confucio, pero su contenido original es de procedencia taoísta, y no confucianista. Se cree que describe la situación presente de quien lo consulta y predice el modo en que se resolverá en el futuro si se adopta ante ella la posición correcta. Es un libro adivinatorio y también un libro moral, a la vez que por su estructura y simbología es un libro filosófico y cosmogónico.
La filosofía del I Ching supone un universo regido por el principio del cambio y la relación dialéctica entre los opuestos. Nunca presenta una situación en la que no esté incluido el principio contrario al rector del signo, que conducirá a un nuevo estado. Los cambios se suceden de manera cíclica, como las estaciones del año, lo cual muestra claramente el concepto taoísta del yin y yang.
En su aspecto cosmogónico, el I Ching describe un universo en el que la energía creadora proviene del cielo, en tanto la tierra es receptora y fecundadora de esa energía primaria.
En cierto modo el I Ching considera el cambio como la única realidad existente, el ser. En Occidente se identifica el ser con aquello que mantiene unidas la forma (principio inmaterial) y la materia (principio material) y le da la virtud formal a la forma. Para el I Ching, la materia es sólo una manifestación pasajera de un principio más profundo.
Los comentarios de Zhou y principalmente los de la escuela confuciana añaden un principio moral que debe presidir la conducta del sujeto que aspire a ser «noble». Esta filosofía moral se inspira en la naturaleza y las formas en que ésta procede, de manera que las figuras del I Ching encuentran su correlato en la vida política y se comportan como metáforas de la conducta correcta.
En el I Ching se advierte un sistema de numeración binario, a la vez geométrico y aritmético, en el que una línea continua es a la vez todos los números impares, y una quebrada, los pares. Los trazos de los hexagramas se construyen de abajo hacia arriba, al contrario de la escritura china posterior, que se construye de arriba a abajo.
TAOÍSMO
El taoísmo es un sistema filosófico y religioso chino basado primordialmente en el Tao Te King que la tradición atribuye al filósofo chino Lao Tsé. Sus enseñanzas parten del concepto de unidad absoluta y al mismo tiempo mutable denominado Tao, que conforma la realidad suprema y el principio cosmológico y ontológico de todas las cosas. Lleva más de cinco mil años ejerciendo su influencia en los pueblos del Lejano Oriente.
La palabra tao (o dao, dependiendo de la romanización que se use), suele traducirse por ‘vía’ o ‘camino’, aunque tiene innumerables matices en la filosofía y las religiones populares chinas. La transcripción en pinyin es dao, cuya pronunciación más aproximada es /tao/.
El taoísmo filosófico se desarrolló a partir de los escritos de Lao Tsé y Zhuangzi. Según la leyenda china, Lao Tsé vivió durante el siglo VI a. C. y tradicionalmente se fecha en ese siglo la redacción del Dàodéjing, aunque según algunas investigaciones actuales es bastante posterior.
La esencia de la filosofía taoísta se encuentra en el Daodejing (el libro de la vía y el poder, o del camino y la virtud). El taoísmo religioso se fundó en el siglo III a. C.,[cita requerida] pero no se convirtió en un movimiento religioso organizado hasta el siglo II d. C.
El Taoísmo establece la existencia de tres fuerzas: una pasiva, otra activa y una tercera, conciliadora. Las dos primeras se oponen y complementan simultáneamente entre sí, es decir que son interdependientes de manera absoluta y funcionan como una unidad. Son el yin (fuerza pasiva/sutil, femenina, húmeda…) y el yang (fuerza activa/concreta, masculina, seca…). La tercera fuerza es el tao, o fuerza superior que las contiene.
TAO TE CHING
El Dào Dé Jīng (Wade-Giles: Tao Te Ching, también llamado Tao Te King), cuya autoría se atribuye a Laozi (WG Lao Tzu, también trasliterado como Lao Tse, «Viejo Maestro»), es un texto clásico chino. Su nombre procede de las palabras con las que empiezan cada una de sus dos partes: dào «el camino», la primera del Capítulo 1, y Dé «virtud», o «poder», la primera del Capítulo 38, con el añadido jīng, «libro clásico». Según la tradición, fue escrito alrededor del siglo VI a. de C. por el sabio Laozi, un archivista de la corte de la dinastía Zhou, por cuyo nombre se conoce el texto en China. La verdadera autoría y fecha de composición o de compilación del libro es aún objeto de debate. Este texto es uno de los fundamentos del taoísmo filosófico y tuvo una fuerte influencia sobre otras escuelas, como el legalismo y el neoconfucianismo. Tiene un papel importante en la religión china, relacionado no sólo con el taoísmo religioso, sino también con el budismo, que cuando se introdujo por primera vez en China fue interpretado usando en gran medida palabras y conceptos taoístas. En China la filosofía de la naturaleza y la visión del mundo están impregnadas del pensamiento taoísta y así muchos artistas, pintores, calígrafos y hasta jardineros han usado este libro como fuente de inspiración. Su influencia se ha esparcido también más allá del Lejano Oriente, ayudada por las muchas traducciones diferentes del texto a lenguas occidentales.
CONCEPTOS IMPLICADOS
DUALISMO
Se llama dualismo a la doctrina que afirma la existencia de dos principios supremos, increados, contornos, independientes, irreductibles y antagónicos, uno del bien y otro del mal, por cuya acción se explica el origen y evolución del mundo; y también, en un sentido más amplio, a las doctrinas que afirman dos órdenes de ser esencialmente distintos, con más o menos radicalismo: por ejemplo, ser ideal y ser real, Dios y mundo, naturaleza y gracia (en el plano cognoscitivo razón y fe), materia y espíritu, orden físico (de la necesidad) y orden moral (de la libertad y el deber) (en el plano cognoscitivo constatación y valoración ética), conocer y querer (plano de la actividad consciente), bien y mal (plano de la actividad moral), etc. En el primer caso se trata del dualismo en el sentido más estricto y usual del término, y se puede llamar dualismo teológico, cosmogónico (relativo al origen del cosmos) o religioso; en el segundo caso se puede hablar de un dualismo filosófico o metafísico, que se opone de modo irreductible al panteísmo y el holismo.
En la filosofía china se utilizan los términos yin y yang para indicar la dualidad de todo lo existente en el universo yendo más allá de dos principios supremos e irreductibles y pudiendo ser aplicados a cualquier objeto o situación.
El término dualismo es utilizado por primera vez por Tomás Hyde en sentido teológico para designar el dualismo de la religión persa; la misma significación tiene en Pierre Bayle y Gottfried Leibniz. Por su parte Christian Wolff [4] introdujo su sentido metafísico y ontológico, al emplear el término dualismo para significar las relaciones del alma con el cuerpo.
El dualismo religioso aparece en muchos pueblos antiguos, como China y Egipto, pero especialmente en Persia. Su religión, impulsada y reformada por Zoroastro hacia el s. VI a. C., establece un principio divino del bien, Ormuz o Ahura Mazda, y otro del mal, Ahrimán. Formas de dualismo se encuentran después en el orfismo (hacia el s. VI a. C.), el gnosticismo (s. II a. C.), el maniqueísmo, la doctrina gnóstico-maniquea de Prisciliano y ya en la Edad Media, en los bogomilos, albigenses y cátaros. La más influyente de estas doctrinas, después del mazdeísmo de Zoroastro, fue el maniqueísmo.
Dualismos filosóficos
En diferentes autores se han dado formas muy diversas de dualismo ontológicos. Se encuentra en Pitágoras, con la oposición entre límite e ilimitado, par e impar, a las que corresponden otras ocho oposiciones; en Empédocles, con el contraste entre la amistad y el odio, que Aristóteles interpreta como el Bien y el Mal; en Anaxágoras con el caos primitivo y la inteligencia (Nous); en los atomistas, con el vacío infinito y la multiplicidad de corpúsculos invisibles. Se acentúa en Platón, con los dos mundos: el mundo inteligible de las ideas, eterno, inmutable y necesario, y el mundo sensible de la materia, temporal, mudable y corruptible (alma encerrada en un cuerpo). Platón desvaloriza el mundo de la materia; de su doctrina procede la imagen del cuerpo como cárcel del alma. El dualismo platónico reaparece completo en los neoplatónicos, aunque en éstos se añade la doctrina de la emanación, que liga ambos mundos.
Descartes acentúa el dualismo entre el espíritu (res cogitans) y la materia (res extensa). Kant introduce un nuevo dualismo: entre la razón pura y la razón práctica, el mundo natural de la apariencia (fenómeno) y el determinismo, y el mundo moral de la realidad en sí (nóumeno) y la libertad. Los espiritualistas posteriores insisten en el dualismo entre naturaleza y espíritu. A algunas de estas formas de dualismo se opone el monismo, que concibe todo lo real como un ser único, con diferencias no irreductibles, sólo graduales, entre sus manifestaciones; las diferencias pueden parecer irreductibles, en todo caso, por la limitación de nuestro conocimiento.
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Imágenes anónimas recopiladas de internet.
http://bitnavegante.blogspot.com.es/2015/04/yin-y-yang.html