Archivo por días: mayo 18, 2015

Vivimos en una sociedad en la que las medicinas que tomamos nos enferman, ¿no será mejor dejar de tomarlas?

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¿Y, acaso, no es superior aquel que cura el alma, que es más que el cuerpo?

Paracelso

Uno de los objetos emblemáticos –y hasta secularmente hieráticos– de nuestra época es la pastilla, la solución más sencilla posible para nuestros problemas. No hay nada más fácil que tomarse una pastilla, un principio activo encapsulado para hacer que cualquier malestar sea neutralizado; podemos confiar pasivamente en su operación milagrosa. No tenemos que hacer nada, sólo dejar que esa blanca panacea actúe en nosotros. La situación más representativa es esta: una persona siente un dolor, ni siquiera sabe bien cuál es la causa de ese dolor, pero antes de sufrirlo o averiguar su causa y significado opta por una pastilla. Se la toma y posiblemente se va a dormir; espera que al día siguiente ya no sienta el dolor y se olvida. Otra situación, igualmente común: una persona va con un médico y le describe una serie de síntomas; el médico decide recetarle una serie de medicamentos estándar para la condición que describe, quizás sabiendo que no recetarle nada a un paciente y recomendarle cosas como dietas o ejercicios ante de iniciar un tratamiento agresivo, si bien puede ser mejor a largo plazo, no quitará el dolor inmediato que el paciente reclama sea suprimido, y consciente también de que su autoridad y el halo de sabiduría que proyecta está fundamentado en cosas concretas –el paciente se debe llevar algo, necesita materializar su consulta y creer que tiene una solución al alcance que no depende del ejercicio de su voluntad.

Es emblemático de nuestra época pero quizás, también sintomático –literalmente, nuestro abuso de confianza en las “pastillas” nos está produciendo todo tipo de síntomas. No hay duda de que sociedades como la estadounidense viven en un estado de sobremedicación y el paradigma de la salud en Estados Unidos es copiado en muchas partes del mundo. Hace algunos años se detectó que la tercera causa que más contribuía a la muerte en Estados Unidosera precisamente el tratamiento médico. Otro estudio encontró que 6.5% de las personas que son internadas lo son por los efectos secundarios de medicamentos. Evidentemente algo estamos haciendo mal cuando nuestro esfuerzo por curarnos nos está enfermando más. Esa ubicua pastilla blanca que es la solución más sencilla posible, no es del todo inofensiva, incluso cuando se trata de suplementos “naturales” que supuestamente no tienen efectos secundarios. Me atrevería a decir que incluso cuando estas pastillas son poco más que placebo –como ocurre con la mayoría de los suplementos– es la práctica misma de depositar todo el poder de sanación en una pastilla o en otra persona –y confiar ciegamente en “la ciencia” y en “los expertos”– la que nos está enfermando.

La revista New Scientist le dedica un número completo a este problema que es urgente ya en países como Estados Unidos y que merece que consideremos seriamente una reforma o un cambio de paradigma sustancial en la salud pública y su relación con la industria farmacéutica. Un sondeo reciente en Inglaterra mostró que 50% de las mujeres había tomado un medicamento de prescripción la semana pasada y 25% había tomado tres. “Estamos viendo un dramático incremento en la dependencia a medicamentos para resolver todos nuestros problemas”, dice Clare Gerada, directora de Médicos Generales del Royal College de Inglaterra. “Hay una fuerte tendencia a buscar enfermedades antes de que ocurran, y las empezamos a tratar ‘sólo por si acaso’”. Las consecuencias de tomar medicinas para males que todavía no se presentan y anegar cualquier enfermedad a su primer asomo hace, según Gerada, que no sea inusual que muchas personas tomen hasta 15 medicamentos al día. “Me sorprende lo poco que las personas se quejan del número de medicamentos a los que están sometidos. Hasta hace 1 década, las personas llegaban y cuestionaban si en realidad los necesitaban en un principio”. Una pregunta que quizás deberíamos hacernos frecuentemente: ¿realmente necesitas tomarte esa pastilla?, ¿realmente hace mejor tu vida? Es posible que sólo la haga más fácil por el momento, pero no por mucho tiempo. Por otro lado, aunque parezca difícil, la mayoría de las personas descubre que está mejor cuando deja de tomar medicamentos y además recobra su estado de ánimo y su autoconfianza al notar que es capaz de curarse sin agentes externos.

Klim McPherson, un epidemiólogo de la Universidad de Oxford, analiza el sistema médico global y señala que los doctores se concentran tanto en los beneficios clínicos de los medicamentos que descuidan los diferentes efectos que pueden tener en los pacientes. “Es un brazo benigno del paternalismo. No piensan en lo que significa tomar un medicamento por el resto de tu vida”. Y es que tomar un medicamento suele incrementar la probabilidad de que luego tengas que tomar otro. McPherson parece detectar también el aspecto un tanto deshumanizado de la medicina moderna, en la que los médicos se convierten solamente en especialistas técnicos que tratan enfermedades y no enfermos, tratan órganos y pedazos del cuerpo y no seres humanos integrales y se remiten solamente a sus aparatos, a sus fármacos y a sus protocolos y no se involucran con los pacientes ni buscan métodos alternativos e incluso imaginativos para tratar enfermedades.

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La edición especial de New Scientist dedicada a la sobremedicación y los efectos secundarios de los medicamentos que consumimos, detecta inquietantes efectos secundarios del consumo de los suplementos de testosterona que toman más de 2.3 millones de hombres en Estados Unidos (y millones más en suplementos para aumentar la libido, que no son reportados). El uso excesivo de la píldora anticonceptiva también es alarmante ya que se han encontrado diversos efectos colaterales, incluyendo daño cerebral. No menor es la preocupación que genera la enorme popularidad de las estatinas usadas para bajar el colesterol, medicamentos que han sido ligados a numerosos efectos secundarios, incluyendo riesgo de diabetes. Otros ejemplos notables de serios efectos secundarios y farmacodependencias pueden ser observados en el consumo de antiácidos, laxantes (los cuales incluso pueden producir daños neuronales) y analgésicos; el abuso de antibióticos podría ser el problema más serio de salud en las siguientes décadas. Incluso la siempre pensada inocua aspirina, que toman 40 millones de personas todos los días en Estados Unidos, parece tener ciertos riesgos para la salud (si bien también tiene varios beneficios).

Ni la pastilla roja, ni la pastilla azul

La única libertad a nuestro alcance: el autoconocimiento.

Octavio Paz

pillEvidentemente, tomar un medicamento puede salvar la vida o mejorar drásticamente la calidad de vida de muchas personas. Sin duda muchas, pero seguramente no la mayoría o un importante porcentaje de las personas que toman medicamentos a mediano y largo plazo podrían evitarlos y así mejorar también drásticamente su calidad de vida, e invertir en su propia salud y hasta en su economía. No analizaremos aquí el jugoso negocio que representa para las farmacéuticas la cronificación de las enfermedades o el estrecho vínculo que tienen estas transnacionales con los lobbys de salud pública y con los médicos (lo que hace que tengan listo el bolígrafo en todo momento para recetar los fármacos que las farmacéuticas obsequiosamente empujan para que sean promocionados). De esto hay incontable evidencia. Mi interés es sólo llamar la atención a la posibilidad, aunque parezca remota, de que consideres, si es que tomas medicamentos y recurres frecuentemente a sustancias químicas para paliar tus achaques o mejorar tu desempeño, que existen otras opciones y que casi siempre lo que puedes conseguir a través de medicamentos e incluso suplementos lo puedes conseguir comiendo y haciendo diversos ejercicios, especialmente alguno que permita controlar y dirigir tu respiración. Incluso uno no debería desestimar, si está enfermo, dedicar su vida a la salud (a curarse a uno mismo y a los demás), como el caso de Marsilio Ficino, el gran intelecto detrás del Renacimiento florentino, quien se habría ordenado como médico sacerdote después de sufrir una crisis depresiva. Claro que esto toma más tiempo y requiere que dediques buena parte de tu energía e interés a cultivar tu salud, a investigar y a poner en práctica tus conocimientos para crear una disciplina (¿pero acaso hay algo más importante?). No se trata de declarar desierta la industria médica (aunque algunas personas consideran que la realidad es que el sistema de la medicina moderna está terminalmente enfermo), o de creer que se puede obtener el conocimiento que tiene un un médico simplemente leyendo un par de libros de dietas o artículos en internet. Por eso se plantea como fundamento de este acercamiento a tomar control de tu propia salud no consumir fármacos, en la medida de lo prudente ni siquiera vitaminas y suplementos (o, en caso de ser necesario, por qué no aprender a hacer tinturas, extractos y autocultivo); el primer paso es seguir la máxima del padre de la medicina occidental, Hipócrates, el juramento de “Primero no hagas daño” (Primum non nocere). El otro eje fundamental de este acercamiento es preguntarte por las causas, no darle tanta importancia a los síntomas, más que como información que puede llevarte a la causa de tu enfermedad, la cual muchas veces está en una conducta o en un hábito físico y mental que puedes aprender a evitar. Esto significa probablemente no suprimir los síntomas para que puedan comunicar la razón de su existencia. Si tus síntomas no son muy graves, puedes tomar este camino largo, tratando de introducir la menor cantidad de variables y riesgos.

Se puede tomar este principio rector incluso recurriendo a tratamiento médico, es decir, buscar siempre primero alternativas de tratamiento que no involucren el consumo de fuertes fármacos o procedimientos invasivos. Puede suceder que no atacar una enfermedad con medicamentos desde un principio pueda ser contraproducente; siempre existen riesgos, por esto se requiere cierta madurez, cierta inteligencia, cierta capacidad de discernimiento a veces difícil de tener, especialmente cuando se está enfermo, y es que la enfermedad suele afectar a una gran cantidad de sistemas y órganos– y es difícil por eso mantener la lucidez–, aunque para la medicina occidental moderna sólo esté focalizada en una parte y por lo tanto supuestamente puede ser tratada sin afectar otros sistemas y órganos. Sin embargo, tomar medicamentos casi siempre es más riesgoso que no tomarlos, especialmente cuando se utilizan estos medicamentos solamente para tratar los síntomas y no las causas de una enfermedad; se forman fácilmente dependencias. Dicho esto, los beneficios de lograr tomar control de la propia salud son considerables, sobre todo porque esto suele producir una transformación integral en el individuo. Notar que es uno el que se cura, que su intención ha logrado materializarse y actuar sobre el cuerpo (en la alianza no dual entre la mente y el cuerpo) es altamente satisfactorio; descubrir que, inversamente a cómo la tensión y el estrés agravan nuestro malestar, existe también un efecto de autosanación y un aprender a estar sanos. El cambio se derrama holísticamente. No es menor tampoco el hecho de descubrir que nuestra salud depende de nosotros y que somos responsables de lo que nos sucede; si bien hay accidentes y sucesos incontrolables, la forma en la que los asimilamos y experimentamos depende de nosotros y eso es a fin de cuentas la verdadera salud: la propia salvedad. En este sentido, la verdadera salud no es la negación de la enfermedad, es un arte de vivir con la enfermedad y un desarrollo de la voluntad, apoyado en una piedra angular: el autoconocimiento.

Twitter del autor: @alepholo

http://pijamasurf.com/2015/05/vivimos-en-un-mundo-en-el-que-las-medicinas-que-tomamos-nos-enferman-no-sera-mejor-dejar-de-tomarlas/

Las formas de Nuestras Viviendas nos Enferman

Desde hace mucho tiempo, sospechábamos por distintas referencias literarias y filosóficas que las formas de nuestras viviendas son hostiles a la biología humana, la angulosidad emana energías negativas que nos producen malestar e incluso nos enferman, en el siguiente vídeo, hablamos de un estudio efectuado por un Psicólogo canadiense que demostró que dichas formas afectan directamente a nuestro comportamiento, asimismo, hacemos una serie de referencia literarias sobre lo antinatural de los ángulos en nuestras viviendas.
Para hablar de ello, tenemos como invitado a Javier Pérez Nieto, quien conjuntamente con Jose Luis Hablara de este curioso asunto.

EL MUNDO DE LAS APARIENCIAS

Si vas a un templo por primera vez, vas en total ignorancia. Es una hipótesis el que el templo pueda contener algo, el que Dios exista ahí o no, pero yendo cada día, una y otra vez, repitiendo el ritual, las plegarias y cualquier cosa que el sacerdote diga y haciéndolo diariamente, año tras año, olvidarás el hipotético estado de mente que existía en un principio.

Con continuas repeticiones va entrando en la mente y empiezas a sentir que éste es el templo, que Dios vive aquí, que ésta es la morada de Dios. En este instante te has situado en el mundo de las apariencias.
Por eso es por lo que todas las religiones insisten en enseñar a los niños desde tan pronto como sea posible, porque una vez pasada la infancia es muy difícil convertir a la gente a cualquier religión, muy difícil. Los psicólogos dicen que todos deberían de ser instruidos antes de los siete años. El niño puede ser condicionado como hindú, musulmán, cristiano o cualquier cosa, como ateo o teísta, no importa cual sea la diferencia, pero ha de ser antes de los siete. Hasta los siete años el niño aprende casi el cincuenta por ciento de todo lo que aprenderá en toda su vida. Y este cincuenta por ciento es muy significativo porque se convierte en la base. Aprenderá muchas cosas, creará una gran estructura de conocimientos, pero toda ella estará basada en el conocimiento recibido cuando era niño. Y en esta época, antes de los siete años, el niño carece de lógica y de argumentos. Él es confiado, explora, cree. No puede ser incrédulo, porque no conoce lo que es la credulidad o la incredulidad.
Cuando nace el niño, carece de mente para razonar. No conoce lo que es el razonamiento. Diga lo que uno diga le parece cierto, y si se lo repites el niño es hipnotizado. Así es como todas las religiones han explotado a la humanidad. El niño tiene que ser conformado según un modelo, y una vez que el modelo está profundamente arraigado, nada puede ya hacerse. Incluso si después el niño cambia de religión, nada cambiará mucho. Al contrario, su cristianismo será parecido al hinduismo, debido a su base.
Convierte a un hindú al cristianismo y su cristianismo será como el hinduismo. Convierte un cristiano al hinduismo y seguirá siendo un cristiano en su interior, porque no puedes cambiar la base. No puedes volverlo un niño de nuevo, no puedes devolverle la inocencia. Ese momento se ha perdido.
Si alguna vez esta tierra se vuelve verdaderamente religiosa no predicaremos el cristianismo, el hinduismo, el mahometanismo o el budismo; ese es uno de los mayores errores cometidos. Enseñaremos la oración, enseñaremos meditación, pero no sectas. No enseñaremos palabras y credos, enseñaremos modos de vida, enseñaremos a ser felices, enseñaremos el éxtasis. Enseñaremos como mirar a los árboles, como bailar con los árboles, cómo ser más sensitivos, cómo estar más vivos y cómo disfrutar de las bendiciones que Dios nos ha dado… pero no palabras, no credos, no filosofías, no teologías. No, no los llevaremos a un templo o a una iglesia o a una mezquita, porque estos sitios han corrompido la mente. Dejaremos a los niños en manos de la naturaleza; ese es el verdadero templo, la verdadera iglesia.
Enseñaremos a los niños a mirar a las nubes que flotan, al sol que sale, a la luna al anochecer. Les enseñaremos cómo amar, y les enseñaremos a no crear barreras contra el amor, la meditación, la oración; les enseñaremos a ser abiertos y vulnerables, no les cerraremos sus mentes. Y desde luego les enseñaremos palabras pero al mismo tiempo les enseñaremos sobre el silencio, porque una vez que las palabras se establecen en la base, el silencio se vuelve difícil.
Toda la sociedad, tus padres, tus profesores, tus universidades, tu cultura, te ha dado una base equivocada. Ya has sido corrompido, tu origen está envenenado. Ese es el problema: como desenvenenarte. Y lleva tiempo, y una de las cosas más difíciles es desembarazarse de todo lo que sabes, de todo lo que haz aprendido.
¿Por qué ocurre esto? En primer lugar, crees que la palabra es la realidad; la palabra dios es Dios, la palabra amor es Amor; que la palabra es real. Y la palabra no es lo auténtico. La palabra solamente simboliza, indica, no es lo real. Tienes que distinguir y distinguir claramente, que la palabra no es lo auténtico.
Si no puedes ver la realidad carente de palabras te sentirás frustrado en todos los ámbitos de la vida, siempre te sentirás frustrado porque tomarás la palabra por la realidad.

LAS 4 NOBLES VERDADES.

»Cuatro Nobles Verdades, o las leyes de la estancia del Hombre en la Tierra»

»Nacer es un sufrimiento. Un niño nace de su madre causándole dolor y teniéndolo él, pues sólo con dolor puede nacerse en esta Tierra y el acto de nacer causa dolor y sufrimientos a los demás. La decadencia es sufrimiento; cuando un hombre envejece y las células de su cuerpo no pueden sustituirse como es normal, comienza la decadencia, los órganos no funcionan ya correctamente. Hay cambio y por tanto sufrimiento. No se puede envejecer sin padecer. La enfermedad hace sufrir y con el fracaso de un órgano para operar correctamente hay dolor, sufrimiento, pues el órgano obliga al cuerpo a readaptarse a la nueva condición. Por eso causa la enfermedad dolor y sufrimiento. La muerte es el fin de la enfermedad; la muerte causa sufrimientos, no el mismo acto de morir sino las condiciones que rodean a la muerte y que son dolorosas. Por tanto, de nuevo tenemos que ser desgraciados.

»El sufrimiento lo causa la presencia de objetos que odiamos. Nos hallamos en tensión, en frustración, por la presencia de los que no nos agradan. Nos hace desgraciados que nos separen de los objetos que amamos; cuando quedamos separados de una persona querida, quizá sin conocimiento de cuándo podremos hallarnos de nuevo con ella, sufrimos dolor, padecemos frustración, y por tanto somos desgraciados.

»Desear y no obtener lo que deseamos, esa es la causa del sufrimiento, y de que perdamos la felicidad, causa de miseria. Ocurre esto cuando deseamos y no obtenemos; entonces sufrimos y somos desgraciados.

»Sólo la muerte trae la paz, solamente la muerte nos libra del sufrimiento. Por tanto está claro que aferrarse a la existencia es empeñarse en sufrir, aferrarnos a la existencia es lo que nos hace desgraciados.

Si nosotros no aceptamos los hechos no podemos suprimir el sufrimiento. Hasta que uno comprende por qué hay sufrimiento no puede progresar por el Camino Intermedio.

«Si soy desgraciado es porque no vivo felizmente, porque no vivo en armonía con la Naturaleza. Y si no vivo armoniosamente es porque no he aprendido a aceptar el mundo tal como es, con todas sus desventajas y POSIBILIDADES de sufrimiento. Sólo puedo obtener la felicidad dándome cuenta de las causas de desgracia y evitando esas causas»

—Esta es la Primera de las Nobles Verdades. 

Ahora tratemos de la Segunda de las Nobles Verdades.

«Sólo os enseño dos cosas, el sufrimiento y la liberación del sufrimiento.

Ahora bien, esta es la Noble Verdad en cuanto al origen del sufrimiento. Es la sed insaciable que causa la renovación de los renacimientos; y esa insaciable sed va acompañada de delicias sensuales y busca su satisfacción ahora aquí y luego allá. Toma la forma de afán de satisfacer los sentidos, de sed de prosperidad y de posesiones mundanas».

»Podemos entender que, el sufrimiento sigue a algo que hemos hecho mal, es el resultado de una actitud equivocada respecto al resto del mundo. El propio mundo no es un mal sitio, pero algunas de las personas que viven en él lo hacen aparecer peor y son nuestra actitud y nuestras propias faltas las que hacen que el mundo parezca tan malo. Todos tienen deseos, afanes o apetitos que le llevan a uno a hacer cosas que, en un estado de ánimo más equilibrado, cuando se ve libre de tales pasiones y apetitos, no haría.

»Quien anhela no puede ser libre y una persona que no es libre no puede ser feliz. Por tanto vencer el deseo anhelante es dar un gran paso hacia la felicidad.

»Toda persona ha de hallar la felicidad para sí sola. Hay una felicidad que no produce contento sino que es sólo pasajera y es el tipo de felicidad que una persona logra cuando él o ella quieren estar siempre cambiando, contemplando nuevas vistas y conociendo a nuevas personas. Ésa es la felicidad transitoria. La verdadera felicidad es la que le da a uno una profunda satisfacción y libra al alma de uno del descontento. «Cuando yendo tras la felicidad me he dado cuenta de que se desarrollan malas cualidades y se disminuyen las buenas cualidades, entonces hay que evitar esa clase de felicidad. Cuando yendo tras la felicidad he visto que disminuían las malas cualidades y se desarrollaban las buenas, esa felicidad es la que hay que seguir».

»En consecuencia, debemos dejar de perseguir las cosas inútiles de la carne, las cosas que no perduran en el otro mundo; tenemos que dejar tratar de satisfacer deseos que crecen cuanto más los alimentamos y, en cambio, hemos de pensar en qué estamos buscando y en cómo lo encontraremos. Debemos pensar en la naturaleza de nuestros deseos, en la causa de éstos y, después de haber conocido la causa de nuestra apetencia, procuraremos tratar de suprimir esa causa.

—Ahora hablaremos de la Tercera Noble Verdad, una de las más breves y sencillas de las verdades.

Cuando se deja de anhelar una cosa ya no sufre uno respecto a esa cosa; el sufrimiento termina con la absoluta supresión de deseos.

»Cuando una persona tiene deseos, suele anhelar los bienes de otra persona, se hace ambicioso, ansía lo que posee esa otra persona y, cuando no puede tener esas cosa, le invade el resentimiento y tal persona toma antipatía a quien posee los deseados bienes. Eso da lugar a decepción, ira y dolor.

»Si uno desea algo que no puede tener, surge la desgracia. Los actos que vienen de los deseos nos llevan a la infelicidad. Se logra la felicidad cuando uno no ambiciona ya, cuando se toma la vida como viene, lo bueno con lo malo.

—Ahora llegamos a la Cuarta de las Cuatro Nobles Verdades, pero la Cuarta de éstas ha sido dividida en ocho partes llamadas la Santa Senda óctuple. 

Puede uno dar ocho pasos hacia la liberación de dos deseos de la carne para obtener la liberación de los anhelos. Los repasaremos.

Estos son:

»1) El Punto de Vista acertado.

»2) Recta Aspiración.

»3) Habla Acertada.

»4) La Recta Conducta.

»5) Recta Vida.

»6) Recto Esfuerzo.

»7) Rectitud de Propósito.

»8) Recta Contemplación.

 

Gautama (Buda)

http://nodejardeleer.blogspot.com.es/2015/05/las-4-nobles-verdades.html

Las Pirámides de Meroe se alzan como Últimos Vestigios de una Poderosa Civilización

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Las Grandes Pirámides de Giza son unos de los monumentos más célebres del mundo actual. Sin embargo, al sur de la frontera egipcia existe otro conjunto de pirámides, igualmente impresionante, que se alzan maravillosamente conservadas en el yermo paisaje sudanés. A pesar de su importancia histórica, que las ha llevado a ser catalogadas como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, y a diferencia de las pirámides egipcias, éstas se encuentran abandonadas, son prácticamente desconocidas y rara vez son visitadas. Hoy, las pirámides de Meroe siguen en pie convertidas en el último vestigio del gran Reino de Kush, una de las civilizaciones más antiguas de la región del Nilo.

Meroe era una ciudad importante dentro del antiguo reino de Kush. Según diversas pruebas arqueológicas, comenzó a construirse a principios del siglo IX a. C. En torno al año 300 a. C. pasó a ser la capital del Reino de Kush y mantuvo este título hasta mediados del siglo IV, cuando fue invadida y conquistada por el Reino de Aksum.

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Fotografías de las Pirámides de Meroe en Sudán, 2005. Autor: Fabrizio Demartis (Wikimedia Commons)

Debido a los contactos entre el Reino de Kush y el Egipto de los Faraones, (los kushitas dominaron Egipto durante aproximadamente un siglo), era lógico y normal que compartieran rasgos culturales. Una de las prácticas egipcias adoptadas por los kushitas fue, precisamente, la construcción de pirámides. Eso sí, a diferencia de las pirámides construidas por sus vecinos del norte, las kushitas fueron levantadas usando grandes bloques de arenisca y con una pendiente más pronunciada. Además, son de menor tamaño que las egipcias. Pero esta desventaja la compensaban construyendo un mayor número de pirámides.

Los arqueólogos han descubierto más de 200 pirámides en Meroe, repartidas en tres áreas: el Cementerio Sur, el Cementerio Norte y el Cementerio Oeste. Por otro lado, excavaciones recientes en Sedeinga, han desvelado a unos 700 kilómetros de Meroe,  un nuevo yacimiento rebosante de pirámides en miniatura. Descubrimiento que ha sido considerado como una nueva prueba de que la práctica de construir pirámides pasó de ser una costumbre exclusiva de la Familia Real de Meroe a ser uso común entre las élites provinciales, como las que habitaban en Sedeinga.

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Vista aérea del conjunto de pirámides de Meroe. Fuente: Wikimedia.

Como los egipcios, los kushitas también creían que la vida después de la muerte era una versión más perfecta de la existencia sobre La Tierra y que los muertos debían ser enterrados con los objetos que fueran a necesitar en el inframundo. Por desgracia, la mayor parte de las tumbas de Meroe fueron expoliadas desde hace tiempo. Algunas de las pirámides más lejanas fueron dañadas en el siglo XIX por el explorador italiano y cazador de tesoros, Giuseppe Ferlini. En su búsqueda de las riquezas de los kushitas, Ferlini, tal y como se ha relatado, demolió las cúspides de más de 40 pirámides. Sin embargo, como consecuencia de los antiguos saqueos sólo halló una pirámide que contuviera un tesoro, cuyos preciosos objetos vendió Ferlini a varios museos europeos.

A pesar de la destrucción provocada durante siglos, los arqueólogos han sido capaces de hacerse una idea aproximada del modo en que las élites kushitas trataban a sus muertos, basándose en los relieves hallados en las tumbas. Según estas imágenes, los muertos eran momificados, cubiertos con joyas y, finalmente, introducidos para su eterno descanso en sarcófagos de madera. Además, excavaciones arqueológicas posteriores han desenterrado algunos objetos bastante interesantes. Por ejemplo, la expedición americana liderada por Jorge Reisner, de principios del siglo XX, halló una jarra para vino de Atenas y una copa de plata también para vino del siglo I, lo que indica claramente que los kushitas mantenían contacto y negociaban con las civilizaciones mediterráneas.

La importancia arqueológica de las pirámides de Meroe las ha hecho merecedoras de ocupar un lugar en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como ‘ los Conjuntos Arqueológicos de la Isla de Meroe ‘. A pesar de dicho prestigio, estas pirámides no reciben todavía ni una pequeña fracción de los turistas que visitan Giza cada año. Según explica un reportero, un vendedor de excursiones de Meroe mencionó que el lugar, por lo general, recibe solamente a 10 visitantes diarios. El hecho de que Meroe esté mucho menos atestado que Giza, más la falta de comerciantes y guías “persiguiendo” a los turistas, la convierte en un destino más que atractivo para los amantes de la aventura y para los apasionados de los destinos poco conocidos.

Foto de Portada: Pirámides de Sudán. Autora: Galyna Andrushko|Dreamstime

Autor: Ḏḥwty

Traducción: Mariló T.A.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso

 

Fuentes

Gray, M., 2014. Pyramids of Meroe. Disponible en: http://sacredsites.com/africa/sudan/pyramids_of_meroe.html

Mark, J. J., 2010. Meroe. Disponible en: http://www.ancient.eu/Meroe/

Melikian, S., 2010. The Mysteries of Meroe. Disponible en: http://www.nytimes.com/2010/05/22/arts/22iht-melik22.html?_r=1

Powell, E. A., 2013. Miniature Pyramids of Sudan.

Disponible en: http://www.archaeology.org/issues/95-1307/features/940-sedeinga-necropolis-sudan-meroe-nubia

Smith, D., 2014. Sudan: pyramids, souqs and Gaddafi’s hotel in the land tourism forgot.

Disponible en: http://www.theguardian.com/world/2014/dec/09/-sp-sudans-tourist-gems-pyramids-gaddafi-bin-laden

UNESCO, 2015. Archaeological Sites of the Island of Meroe. [Online] Disponible en: http://whc.unesco.org/en/list/1336

Zijlma, A., 2015. The Meroe Pyramids, Sudan. [Online]
Disponible en: http://goafrica.about.com/od/peopleandculture/p/meroepyramids.htm

– See more at: https://www.ancient-origins.es/noticias-lugares-antiguos-%C3%A1frica/las-pir%C3%A1mides-meroe-se-alzan-como-%C3%BAltimos-vestigios-una-poderosa-civilizaci%C3%B3n-002534#sthash.TZKjvpOl.dpuf

Los Cuatro Cuerpos

Al comienzo de la reunión, alguien había preguntado: —¿Se puede decir que el hombre posee la inmortalidad? —La inmortalidad, dijo Gurdjieff, es una de esas cualidades que el hombre se atribuye sin tener una comprensión suficiente de lo que quiere decir. Otras cualidades de este género son la «individualidad», en el sentido de una unidad interior, el «Yo permanente e inmutable», la «conciencia» y la «voluntad». Todas estas cualidades pueden pertenecer al hombre —puso acento sobre la palabra «pueden»— pero por cierto que esto no significa que le pertenecen ya efectivamente o que pueden pertenecer a cualquiera. «Para comprender qué es el hombre hoy en día, es decir al nivel actual de su desarrollo, es indispensable poder representarse hasta un cierto punto lo que puede ser, es decir lo que puede alcanzar. Porque es sólo en la medida en que un hombre llega a comprender la secuencia correcta de su posible desarrollo como puede dejar de atribuirse lo que todavía no posee, y que no podrá alcanzar, quizás, sino tras grandes esfuerzos y grandes labores. «Según una antigua enseñanza, de la que subsisten trazas en numerosos sistemas de ayer y de hoy, cuando un hombre alcanza el desarrollo más completo que en general le es posible, se compone de cuatro cuerpos. Estos cuatro cuerpos están constituidos por substancias que se hacen cada vez más y más finas, interpenetrándose y formando cuatro organismos que tienen entre sí una relación bien definida sin dejar de ser independientes, y que son capaces de actuar independientemente. «Lo que permite la existencia de cuatro cuerpos es que el organismo humano, es decir el cuerpo físico, tiene una organización tan compleja que, bajo ciertas condiciones, se puede desarrollar en él un organismo nuevo e independiente que ofrezca a la actividad de la conciencia un instrumento mucho más adecuado y más sensible que el cuerpo físico. La conciencia que se manifiesta en este nuevo cuerpo es capaz de gobernarlo, y tiene pleno poder y pleno control sobre el cuerpo físico. Bajo ciertas condiciones en este segundo cuerpo se puede formar un tercero que tiene también sus características propias. La conciencia manifestada en este tercer cuerpo tiene pleno poder y pleno control sobre los dos primeros; y el tercer cuerpo puede adquirir conocimientos inaccesibles tanto al segundo como al primero. En el tercer cuerpo, bajo ciertas condiciones puede crecer un cuarto, que difiere tanto del tercero como éste del segundo, y el segundo del primero. La conciencia que se manifiesta en el cuarto cuerpo tiene completo control sobre su propio cuerpo y sobre los tres primeros. «Estos cuatro cuerpos son definidos por las diversas enseñanzas de diferentes maneras.» G. dibujó el cuadro reproducido en la figura 1, y dijo: —Según la terminología cristiana, el primero es el cuerpo físico, el cuerpo «carnal»; el segundo es el cuerpo «natural», el tercero es el cuerpo «espiritual», y el cuarto, según la terminología del Cristianismo esotérico, es el «cuerpo divino». «Según la terminología teosófica, el primero es el cuerpo físico, el segundo es el «cuerpo astral», el tercero es el «cuerpo mental» y el cuarto es el «cuerpo causal.» 3

3 Es decir, el cuerpo que lleva dentro de sí las causas de sus acciones: es independiente de las causas exteriores: es el cuerpo de la voluntad.

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«En el lenguaje lleno de imágenes de ciertas enseñanzas orientales, el primero es el carruaje (cuerpo), el segundo es el caballo (sentimientos, deseos), el tercero es el cochero (el pensar), y el cuarto es el Amo (Yo, conciencia, voluntad). «Se encuentran paralelos o comparaciones de este género en la mayoría de los sistemas que reconocen algo más en el hombre que el cuerpo físico. Pero casi todos estos sistemas, aun cuando repiten bajo una forma más o menos familiar las definiciones y las divisiones de la antigua enseñanza, han olvidado u omitido su característica más importante, a saber que el hombre no nace con los cuerpos sutiles, y que éstos requieren ser cultivados artificialmente, lo que es posible sólo bajo ciertas condiciones favorables exteriores e interiores. «El «cuerpo astral» no es indispensable para el hombre. Es un gran lujo que no está al alcance de todos. El hombre puede muy bien vivir sin el cuerpo astral. Su cuerpo físico posee todas las funciones necesarias para la vida. Un hombre sin cuerpo astral puede aun producir la impresión de ser muy intelectual, hasta muy espiritual, y engañar así no solamente a los otros, sino a sí mismo. «Esto, naturalmente, es aún mas cierto para el «cuerpo mental» y para el cuarto cuerpo. El hombre ordinario no posee estos cuerpos ni las funciones que les corresponden. Pero a menudo, él cree y llega a hacer creer a los demás, que los posee. Las razones de este error son en primer lugar el hecho de que el cuerpo físico trabaja con las mismas substancias con las que se constituyen los cuerpos superiores, pero estas substancias no se cristalizan en él, no le pertenecen; y en segundo lugar, el hecho de que todas las funciones del cuerpo tísico son análogas a las de los cuerpos superiores, aunque naturalmente difieren mucho. Entre las funciones de un hombre que no posee sino su cuerpo físico, y las funciones de los cuatro cuerpos, la diferencia principal es que en el primer caso, las funciones del cuerpo físico gobiernan todas las otras; en otros términos, todo está gobernado por el cuerpo, que es, a su vez, gobernado por las influencias exteriores. En el segundo caso, el mando o el control emana del cuerpo superior.

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«Las funciones del cuerpo físico pueden ponerse en paralelo con las funciones de los cuatro cuerpos.» G. dibujó otro cuadro (figura 2) que representaba las funciones paralelas de un hombre de cuerpo físico y un hombre de cuatro cuerpos. —En el primer caso, dijo G., es decir, en el caso de las funciones de un hombre de cuerpo físico solamente, el autómata depende de las influencias exteriores, y las otras tres funciones dependen del cuerpo físico y de las influencias exteriores que éste recibe. Los deseos o las aversiones —«yo deseo», «yo no deseo», «me gusta», «no me gusta»— es decir, las funciones que ocupan el lugar del segundo cuerpo, dependen de choques y de influencias accidentales. El pensar, que corresponde a las funciones del tercer cuerpo, es un proceso enteramente automático. En el hombre mecánico, falta la voluntad; no hay más que deseos, y lo que se llama su fuerte o su débil voluntad no es sino la mayor o menor permanencia de sus deseos, de sus ganas. «En el segundo caso, es decir en el caso de un hombre en posesión de cuatro cuerpos, el automatismo del cuerpo físico depende de la influencia de los otros cuerpos. En lugar de la actividad discordante y a menudo contradictoria de los diferentes deseos, hay un solo Yo, entero, indivisible y permanente; hay una individualidad que domina al cuerpo físico y sus deseos y que puede sobreponerse a sus repugnancias y a sus resistencias. En lugar de un pensar mecánico está la conciencia. Y hay la voluntad, es decir un poder, ya no simplemente compuesto de deseos variados que pertenecen a los diferentes «yoes», y que son muy a menudo contradictorios, sino un poder nacido de la conciencia y gobernado por la individualidad o un Yo único y permanente. Sólo esta voluntad puede llamarse «libre», porque es independiente del accidente y ya no puede más ser alterada ni dirigida desde afuera. «Una enseñanza oriental describe las funciones de los cuatro cuerpos, su crecimiento gradual y las condiciones de este crecimiento, de la siguiente manera: «Imaginemos un vaso o un crisol lleno de diversos polvos metálicos. Entre estos polvos que están en contacto uno con otro, no existen relaciones definidas. Cada cambio accidental de la posición del crisol modifica la posición relativa de los polvos. Si se sacude el crisol o si se le golpea con el dedo, el polvo que se encontraba arriba puede aparecer al fondo, en medio o inversamente. No hay nada permanente en la situación respectiva de estos polvos y en tales condiciones no puede haber nada permanente. Esta es una imagen fiel de nuestra vida psí- quica. A cada momento nuevas influencias pueden modificar la posición de los granos que se encuentran arriba, y poner en su lugar otros granos de naturaleza absolutamente opuesta. La ciencia llama a este estado relativo de los polvos, el estado de mezcla mecánica. La característica fundamental de las relaciones mutuas en este estado de mezcla es su versatilidad y su inestabilidad. «Es imposible estabilizar las relaciones mutuas de los polvos que se encuentran en un estado de mezcla mecánica. Pero ellos pueden ser fundidos; su naturaleza metálica hace posible la operación. Con este fin se puede encender un fuego especial bajo el crisol; al calentarlos y derretirlos los hará fusionar. Así fusionados, los polvos se encuentran en el estado de un compuesto químico. Desde luego, no pueden ser agitados tan fácilmente como en su estado de mezcla mecánica en el que era suficiente un pequeño golpe para separarlos y hacerlos cambiar de lugar. Ahora lo que contenía el crisol ha llegado a ser indivisible, «individual». Es una imagen de la formación del segundo cuerpo. El fuego, gracias al cual se ha obtenido la fusión, es el producto de una «fricción» que es a su vez el producto de la lucha en el hombre entre el «sí» y el «no». Si un hombre no resiste jamás a algunos de sus deseos, si está en convivencia con ellos, si los favorece, si aun los alienta, no tendrá jamás un conflicto interior en él, nunca tendrá «fricción» y por lo tanto no habrá fuego. Pero si para alcanzar una meta definida combate los deseos que se atraviesan en su camino, crea de esta manera un fuego que transformará gradualmente su mundo interior en un Todo.

Extracto de «Fragmentos de una Enseñanza desconocida» – Capítulo III – P. D. Ouspensky

 

«¿Sabías que tus hijos heredan más de sus abuelos que de ustedes mismos como padres?»

La primera constatación es que uno hereda de sus ancestros saltando una generación. La experiencia muestra que cuando los abuelos vivieron traumas sin poderlos “digerir” (diríamos “elaborar”), los padres “psicologizan” el trauma y los hijos lo somatizan bajo la forma de trastornos más o menos graves y más o menos accesibles a los tratamientos, de los cuales forma parte la psicoterapia.

Esto no es inevitable y cada generación tiene que asumir su trabajo de desarrollo y sobre todo de transformación.

Algunos ejemplos: 

  • No es raro ver a un niño llevar la cólera de sus abuelos, incluso de sus bisabuelos, es decir, los padres de sus abuelos, lo cual puede traducirse en problemas hepáticos, alergias inexplicables, incluso una diabetes (conflicto entre dos abuelas). 
  • Las esclerosis en placas pueden corresponder a una “lucha a muerte” dentro del linaje de los hombres.
  • Algunas anorexias coinciden con masacres que pueden remontarse incluso hasta la Revolución de 1789.
  • Las esterilidades con frecuencia son reacciones de alto a la vida proveniente de un riesgo de muerte relacionadas con muertes durante la gestación o en el nacimiento. 

De igual forma, uno hereda de sus ancestros en función de su posición dentro de la hermandad, para esto, se considera que todas las concepciones (abortos espontáneos, abortos inducidos, fracaso de fecundaciones in vitro, embarazos extrauterinos) cuentan al momento de asignarles su lugar. 

El primer hijo o hija: – Se inscribe dentro del linaje del padre. – La pérdida del primer hijo o hija es una herida “más grave” para el padre que para la madre, en la medida en que es una herida dentro del linaje de éste. 

Simbólicamente el primer hijo o hija representa los cimientos de la casa. Siempre, el primer hijo o hija, se identifica más con los abuelos que con los padres. Es un niño o niña de las profundidades, más cercano a sí mismo. Le es indiferente si los padres se divorcian. 

El segundo hijo o hija: – Se inscribe dentro del linaje de la madre. – La pérdida de un segundo hijo o hija es una herida “más grave” para la madre que para el padre, en la medida en que es una herida dentro del linaje de ésta. Simbólicamente el segundo hijo o hija representa los muros de la casa. -Siempre, el segundo hijo o hija, se identifica más con los padres. – Es un niño o niña con un gran niño o niña interior. Es el hijo que más sufre si los padres se separan. 

El tercer hijo o hija: Se inscribe como un hijo del “cambio”. Él nace con la orden de hacer todo diferente. La pérdida de un tercer hijo es una herida “más grave” para los hermanos, señala una imposibilidad para hacer cambios en la vida. Simbólicamente el tercer hijo o hija representa el techo de la casa. La protección y renovación. Es un niño con alma de conciliador, buscará siempre mantener la hermandad. Es el hijo que más sufre si los hermanos se alejan. 

Y así, comienzan a repetirse los patrones: El hijo 1 es lo mismo que el hijo 4, 7, 10 o 13. El hijo 2 es lo mismo que el hijo 5, 8, 11 o 14.  El hijo 3 es lo mismo que el hijo 6, 9, 12 o 15.

Este esquema debe ser considerado únicamente como un mapa de lectura que muestra posibilidades y no representa un método para encasillar a las personas. 
Permite comprender un cierto número de reacciones para así poder avanzar más rápido en la identificación de las herencias transgeneracionales.


Raquel Cherem Ades
www.altaeducacion.org

«Nuevos Paradigmas: claves para vivir este tiempo» Francesc Prims.


En este libro (Editorial Sirio) recopilo varias de las entrevistas que hice para la revista Athanor a personajes de primera línea a lo largo de los últimos años (más alguna inédita) alrededor de dos ámbitos temáticos fundamentales: la naturaleza de la realidad y del mundo en que vivimos, y las características fundamentales de la época actual que nos permiten hablar de un cambio de paradigma.
Los personajes entrevistados son: Lynne McTaggart, Nassim Haramein, Jean Pierre Garnier Malet, Alfred L. Webre, JZ Knight, Dean Radin, Alberto Arribalzaga, Juan José López Martínez, Emilio Carrillo, Drunvalo Melchizedek, Anne Givaudan, Gregg Braden, Patrick Drouot, Howard Bloom, Bianca Atwell, Elisabet Sahtouris, Matthias Rath, Ghislaine Lanctot y Luz Ángela Carvajal.


Mindalia Televisión

«Los únicos 4 ejercicios que realmente necesitamos»

Todos sabemos cómo el ejercicio es la única manera de mantener nuestro cuerpo en buena forma. Estos son algunos excelentes ejercicios que son fáciles de hacer y pueden ayudarle a mantenerse en buena forma.
Estos le daran una completa tonificación al cuerpo, también mejorará el estado de ánimo y energía. Las personas hacen ejercicio para mantenerse en forma y bajar de peso. Así que estos ejercicios sin duda te ayudarán.

Estos son los únicos 4 ejercicios que realmente necesitamos

1. Ejercicio de la silla:
Es necesario sentarse en el borde de una silla firme con las piernas juntas y las rodillas dobladas con los pies apoyados en el suelo. Colocar las manos sobre 6 pulgadas de distancia a cada una de las rodillas y agarrar los bordes de la silla. Deslice el tope de la parte delantera de la silla por la parte superior del cuerpo directamente hacia abajo. Mantenga los abdominales aspirados y la cabeza centrada entre los hombros. Dobla los codos y bajar el cuerpo en línea recta. Cuando los brazos estén paralelos al suelo, empujar hacia arriba.

2. Flexiones:
Comenzar en la posición de flexión de brazos con las manos directamente debajo de los hombros y tu cuerpo en una línea. Doble los codos hacia el lado y bajar el cuerpo de modo que esté casi tocando el suelo. Mantenga los abdominales contraídos y mantener el cuerpo en una línea recta.

3. Ponerse en cuclillas:
Tus pies deben estar paralelos y anchura de las caderas. Dobla las rodillas y baja tu cuerpo en una posición de cuclillas. Manten las rodillas detrás de los dedos del pie. Cuando tus rodillas estén a 90 grados, para.

4. Plancha:
Mantener una posición de flexión de brazos con tu peso sobre las puntas de los pies y las manos, las muñecas directamente debajo de los hombros, los brazos rectos y el cuerpo en línea recta. Mantener esta posición durante todo el tiempo que puedas.


www.viviendoensalud.com

«Teología Bíblica y Misterios de la Antigüedad» Cristóbal Toro Nuñez.


Hoy charlamos con Cristóbal Toro, damos un repaso a enigmas y misterios del mundo antiguo, centrándonos en los textos antiguos de la biblia y también tocamos temas relacionados con espiritualidad, consciencia y el canal de Cristóbal, sólo tenemos el problema que el audio y la imagen quedan descompasadas por la grabación en YouTube.


www.misteriosaldescubierto.es
www.lacajadepandora.eu