La práctica totalidad de especies animales y vegetales que han vivido en la Tierra están actualmente extinguidas y parece que la extinción es el destino final de todas las especies. Estas extinciones han tenido lugar continuamente a lo largo de las eras geológicas. La extinción del Cretácico-Terciario, durante la cual se extinguieron los dinosaurios, es la más conocida, pero la anterior extinción Permo-Triásica, entre el periodo Pérmico de la era Paleozoica y el periodo Triásico de la era Mesozoica, fue aún más catastrófica, causando la extinción de casi el 96% de las especies. Pero la extinción del Holoceno es una extinción que todavía está en marcha y que está asociada con la expansión de la humanidad. El ritmo de extinción actual es de 100 a 1.000 veces mayor que el ritmo medio, y hasta un 30% de las especies pueden estar extintas a mediados del siglo XXI. Las actividades humanas son actualmente la causa principal de esta extinción, que aún continúa, y es posible que el calentamiento global la acelere aún más en el futuro. Cuando el Dr. Immanuel Velikovsky, en su famoso libro Mundos en Colisión, propuso una evolución cataclísmica y no gradual, con el consecuente pánico de los evolucionistas darwinianos que vieron venirse abajo parte de las bases de sus teorías, e incluso un eminente profesor de la Universidad de Harvard trató de impedir la publicación de sus libros sin ningún éxito. Los argumentos utilizados por Velikovsky exponen con claridad cómo, cuándo sobreviene un cataclismo de origen cósmico, las especies, a fin de sobrevivir, tienen que presentar modificaciones genéticas, casi inmediatas, en la siguiente generación o de lo contrario perecen. Algunos eslabones que faltan nunca se encuentran en los registros fósiles. Y la razón, según Velikovsky, es que nunca existieron.
Cómo seguramente muchos de los lectores no conocen, o han olvidado, algunos conceptos básicos sobre los eones y eras geológicas oficiales, que no tienen por qué ser verdades absolutas sino solamente una de las teorías más generalmente aceptadas, antes vamos a refrescar algunos conocimientos básicos al respecto. En millones de años se ha ido formando la corteza terrestre, que ha experimentado cambios profundos por la elevación o hundimiento de las masas continentales y la formación de plegamientos o cadenas de montañas. En un momento determinado aparecieron las primeras formas de vida que fueron evolucionando. Estos procesos nos permiten distinguir las llamadas eras geológicas de la Tierra. Pero antes aclaremos que un eón agrupa varias eras, que a su vez agrupan varios periodos, que a su vez agrupan varias épocas. Los eones equivalen a mil millones de años. Como sabemos el estudio del planeta tierra es ciertamente complejo porque la entidad en observación lo es. Por ello los expertos y estudiosos en la materia utilizan diversas herramientas estructuradas para que sea más asequible su conocimiento. Y en este camino es que aparece el concepto de eones. Porque los eones son cada período en el que los geólogos han determinado dividir la historia de nuestro planeta tierra. Más precisamente son tres. Es decir, el eón es la máxima división de tiempo que existe y se utiliza en la escala temporal geológica, que es el único marco de referencia con el que los humanos contamos para poder representar de manera ordenada y cronológica los diversos acontecimientos que tuvieron lugar en la historia del planeta. Ahora bien, a la hora de comprender porque empieza o termina un eón, debemos decir que esta situación de comienzo o de final estará determinada por aquellos cambios sustanciales e importantes en lo que respecta a la evolución de los seres vivientes. También es importante que aclaremos que un eón no implica una cantidad de años concreta para ser definida como tal, aunque se puede hablar de un número de años. La idea de su uso es para indicar que el tiempo implicado en un eón es importante. Para comprender mejor esta estratificación que realiza la geología para conocer el planeta que habitamos debemos indicar que la división que antecede a la de eón es la del supereón, mientras que las que continúan como subdivisiones son las famosas eras: cenozoica, paleozoica, mesozoica, entre otras.
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