Según un estudio, ciertos cambios sociales influyeron en los movimientos de población. Los grupos humanos se hicieron más complejos, aumentó la motivación para buscar a los tramposos y a a la vez se desarrolló el lado «oscuro» de la especie
Una nueva investigación de una arqueóloga de la Universidad de York sugiere que la traición es el eslabón perdido en la comprensión de la rápida propagación de nuestra especie en el mundo. Concretamente, Penny Spikins sostiene que la velocidad y el carácter de las dispersiones humanas ha cambiado significativamente hace alrededor de 100.000 años.
Antes de eso, el movimiento de los humanos arcaicos fue lento y en gran medida obligado por eventos ambientales debidos a los aumentos de población o cambios ecológicos. Después, las poblaciones se extendieron con una velocidad notable superando las principales barreras ambientales, apunta el trabajo.
Pero Spikins, catedrática de Arqueología de los Orígenes Humanos, relaciona este cambio a alteraciones en el intercambio emocional en las relaciones humanas. En una investigación publicada en «Open Cuaternary», dice que ni el incremento de la población ni el intercambio ecológico ofrecen una explicación adecuada de los patrones de movimiento humano a nuevas regiones que comenzó alrededor de hace 100.000 años.
Ella sugiere que los compromisos con los demás se volvieron más esenciales para la supervivencia, y que con grupos humanos cada vez más motivados para identificar y castigar a los que hacen trampas, el lado «oscuro» de la especie humana también se desarrolló.
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