Los pueblos, una vez habituados a los amos, no pueden pasarse sin ellos.
Rousseau
Las emociones básicas, desarrollos evolutivos de los tiempos iniciales de los sistemas vivos.
Las emociones humanas, son el espacio predilecto de las estrategias de la producción y del capital para alcanzar el máximo de consumo, llevando al individualismo, con la manipulación del principio de libertad y el de la democracia, ha sido una herramienta muy bien utilizada y con excelentes frutos para el sistema social domínate; los discursos distorsionadores es un denominador común utilizado para estos fines, así el uso y abuso de palabras, de conceptos, de símbolos, es una herramienta aplicada, ejemplo con la inclusión de la población en la toma de decisiones, como sinónimo de democracia, sirve para la manipulación y confusión de los públicos, como lo indica Nicolás Paredes (2018), la inclusión es una construcción demagógica, utilizada en los discursos pero que dista de ser cierta en la práctica, estamos muy distanciados para que aquello sea una realidad, y que es parte de la lucha por una sociedad en pleno ejercicio de la democracia, es sólo un decir con instituciones que aparecen como inclusivas pero son un teatro de lo que debería ser. Esta forma de actuar característica de la gubernamentalidad, genera incertidumbre, temor, asombro, miedo, desesperanza en la población.
Las emociones son producto del desarrollo del sistema nervioso central (SNC), a partir del tronco cerebral, se formaron los centros olfatorios, para diferenciar olores que eran reconocidos como buenos, sanos para la vida de aquellos nocivos, perniciosos y malos para la existencia; así mismo les permitían identificar el momento para realizar la copula por el olor que emanaban los animales heterosexuales de su misma especie. Un dato particular, corresponde a la captación a través del olor para discriminar aquellas substancias que eran producidas y eliminadas por distintos seres vivos o que estaban presentes en la naturaleza sea la tierra, el agua o el aíre, una vez ubicado e identificado esos olores que habían sido catalogados como nocivos, la reacción de huida, de protección, de defensa se ponía en marcha de manera inmediata. Esto significa, que estos centros nerviosos no sólo permitían captar el olor, sino discriminar sus características que le podían poner en alerta o inmediatamente huir, es la forma primaria del desarrollo de los mecanismos de sobrevivencia. El miedo es la expresión de la evolución, desde el primer momento de su aparición permitió la posibilidad de mantener la vida, colocando a todo el cuerpo en alerta y en condiciones de huida, de escape de la situación, y que fue estructurándose con mayor especialización y complejidad en el cerebro límbico, en una gamma cada vez mayor de posibilidades ante las diferentes circunstancias y eventos, en ese mundo lleno de adversidades para los sistemas vivos.
De allí, que sea esta estructura nerviosa, el sistema límbico, principalmente con la amígdala*, la que en los humanos domina las emociones, el llamado cerebro emocional, el mismo que se conecta con las variadas partes del encéfalo, que coloca a todo el cerebro en situación de alerta ante el evento que es percibido como peligro o riesgo para su sobrevivencia, y de esta manera el resto del organismo se encuentra integrado con los patrones de respuesta respectivas e inmediatas.
Pero no solo el miedo, es parte de las emociones, que en el caso humano se refieren también a la angustia, al temor, la alegría, la tristeza, al afecto, la nostalgia, la excitación, la apatía, el menosprecio, la indiferencia, y muchas más, que permiten colocar significados a las palabras e ideas, dando el sentido humano, que nos permite relacionarnos, para mantener la empatía, la cooperación, el sentido de la importancia de la existencia de los otros, la responsabilidad compartida, es decir, mantener la humanidad como humanos, preservando el bien común, el respeto, la consideración, el apoyo, la solidaridad, los derechos humanos, etc., etc.
Seguir leyendo LA GLOBALIZACIÓN DE LAS EMOCIONES COMO ESTRATEGIA POSTMODERNA DE LA DOMINACIÓN →