Sandra M. Sanabria nos recuerda cómo practicar sin apegos y vivir en el presente en tiempos difíciles.
El recuerdo de una mañana soleada pero fría en Bogotá, permanece nítido en mi memoria. Mi abuela lavando la ropa en el lavadero de piedra mientras el agua jabonosa rueda por el canal que atraviesa el patio. Sentada en la hierba, con la ropa mojada y las manos coloradas por el agua fría, llenando tacitas de plástico con espuma le pregunto, “ Señora, ¿quisiera más espuma en su cafecito? También tengo estos merengues frescos ”. Coloco las tacitas sobre el lavadero, empujándolas entre la ropa hacia mi abuela. Ella, con gracia y con una mirada amorosa, recibe el refrigerio imaginario. Se ve tan bella cuando se ríe. Me siento profundamente amada. Seguir leyendo El dharma de mi abuela