ADÍS ABEBA, (IPS) – África podría garantizar su seguridad alimentaria gracias a la producción de trigo. Nuevas investigaciones presentadas en la capital de Etiopía muestran que este continente tiene posibilidades de ser autosuficiente.
La demanda de trigo aumenta más rápido que la de otros cultivos, según estadísticas del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT).
Investigadores estudian la posibilidad de convertir a África en un gran productor de trigo, pues este continente es el mayor importador del mundo. Se estima que el gasto de este año ascenderá a 12.000 millones de dólares por 40 millones de toneladas de este cereal.
Con mayor producción y menos importaciones se podría garantizar una mayor seguridad alimentaria en África subsahariana dijeron investigadores en la Conferencia sobre Trigo para la Seguridad Alimentaria, organizada por el CIMMYT en Adís Abeba desde el lunes 8 y hasta este viernes 12.
Los agricultores que dependen del régimen de lluvias tienen especiales posibilidades de ampliar su producción. Esto favorecerá la seguridad alimentaria, pues gastarán menos dinero en la importación de comestibles.
Un informe presentado en la conferencia se concentra en Angola, Burundi, Etiopía, Kenia, Madagascar, Mozambique, República Democrática del Congo, Ruanda, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabwe, donde el trigo se produce de forma tradicional.
Tienen suficientes precipitaciones para que la producción sea autosustentable. El estudio muestra que en esos países, entre 20 y 100 por ciento de las tierras cultivables son propicias para un redituable cultivo de trigo.
Nicole Mason, profesora adjunta de desarrollo internacional del Departamento de Agricultura, Alimentación y Economía de Recursos de la Universidad de Michigan, dijo a IPS que hay varios factores que aumentan la demanda de trigo.
Presente en el pan, la pasta y los cereales, el trigo es el segundo alimento básico, después del maíz, y una importante fuente de proteínas en los países del Sur en desarrollo.
«Vemos que hay una mayor disponibilidad de productos derivados del trigo, un crecimiento poblacional y un aumento de ingresos como promotores clave. Los consumidores urbanos tienden a gastar más en trigo que los rurales, así que la rápida urbanización de África podría ser otro factor clave», explicó.
El cambio en el estilo de vida de las mujeres de este continente también tuvo un impacto significativo en la demanda de trigo, observó.
«A medida que las mujeres trabajan más fuera de su casa, tienen menos tiempo para preparar la comida, y buscan alimentos convenientes y fáciles de preparar. El pan y la pasta son un ejemplos clave», indicó.
Como la urbanización es uno de los factores clave del aumento de la demanda es necesario investigar alternativas para hacer frente al crecimiento de población de 300 por ciento previsto en África para los próximos 40 años.
Si los agricultores aumentaran su producción entre 10 y 25 por ciento sería una actividad rentable, según investigadores del CIMMYT.
Hans-Joachim Braun, director del Programa Global de Trigo del CIMMYT, también dijo a IPS que África es el mayor importador de este cereal y que tiene posibilidades de producir lo que consume.
«África tiene condiciones para producir muchos cultivos, pero le falta agua y fertilizantes», indicó.
Se necesita invertir en semillas y tecnología para que África se convierta en un productor de trigo autosustentable. Si se le proporciona agua, incluidas centrales hidroeléctricas para irrigar, y fertilizantes podrá convertirse en el granero del mundo de numerosos cereales, no solo trigo.
Pero se necesitan muchos más cambios para que este continente cumpla ese objetivo.
Los aranceles a las importaciones generan obstáculos para el sector agrícola. Muchos de los problemas que padece tienen que ver con políticas específicas de esta rama de actividad, indicó Braun.
«Es necesario cambiar esos obstáculos, que tienen mucho que ver con cuestiones políticas, porque la producción de otros cultivos también es extremadamente baja», añadió.
Muchos países africanos producían trigo a gran escala hasta los años 80. Pero la gran cantidad de suministros alimentarios donados entonces redujo sensiblemente los precios internacionales.
Los pequeños agricultores de los países subsaharianos son responsables de la mayor parte de la producción.
Según Braun, a menudo necesitan mejores variedades y acceso a semillas para que la producción sea realmente viable. Esto es solo la parte técnica, aclaró, la infraestructura es igual de importante.
«También hay que garantizar que el trigo sea procesado y que llegue al consumidor final», añadió.
La reducción de la pobreza puede ser, a la larga, una de las consecuencias positivas de que el trigo sea producido por pequeños agricultores, indicó Mason.
«Si la población de las ciudades demanda su producción, ganarán más dinero y eso ayudará a reducir la pobreza», dijo a IPS.
Braun cree que hay que mostrar a los agricultores africanos que hay un mercado significativo para sus productos, sin empujar a África ni a ellos mismos a la producción de trigo.
«Lo que cuenta es lo que tienen en sus bolsillos para ofrecerles una alternativa de mayores ingresos», arguyó.
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