Una colaboración de Saya
Hoy sale la segunda parte y en posteriores días las siguientes, según deseo de Saya
Empezaron. Vaya que si empezaron, y menuda se organizó. El Todo, en la Nada, acababa de nacer. El patio de butacas En Lo Inmenso estaba repleto, observando el escenario de la Nada donde, actores y actrices, iniciaban el juego al levantarse el telón.
Las 22 Esencias ya estaban insufladas en mundos yermos muy diferentes de aquel universo inicial que apenas contenía algunos soles y estrellas que pudieran alentar las posibles vidas que acababan de sembrarse como semillas divinas. Pero esos Seres Divinos con el recuerdo olvidado de Quiénes Son, eran muy persistentes. No hubo fallos. La vida se hizo sentir en cada palmo “muerto” e inerte de cada mundo. Cada planeta sembrado florecía en abundancia y grandeza.
No se crea que esto tomó formarse unos segundos como cuesta leer estas pocas letras. El proceso en que cada esfera, girando, suspendida en la nada de aquella Nada ahora habitada, que partió de la misma nada en sí con un Ser Divino Singular plantado en distintos mundos, dando frutos tal y como estaba establecido en el guión, llevó eones y eones multiplicado por más miles de eones hasta que las formas de vida iniciales fueron tomando cuerpos y/o entidades de muy diversas maneras. Pero muchos miles de eones más fueron necesarios para que esas formas de vida fueran evolucionando, tomando conciencia de sí, experimentarse experimentándose para desarrollar una civilización concreta en cada caso, en cada planeta.
Lo maravilloso del espectáculo que se ofrecía consistía en que nada era igual a nada, nada se repetía, y cada Ente nacido mostraba una diferencia continuada a los demás, ya existentes. Así que el jardín de la Nada estaba tomando un color muy hermoso y absolutamente divino, y donde no había Nada, la belleza crecía por doquier.
Los planes salían adecuadamente a lo previsto, aunque las nuevas formas de expresión no supieran Quiénes Eran en realidad. Sólo crecían, aprendían, vivía, se desarrollaban, se expandían y así sin un aparente final, en continuadas reencarnaciones.
La Esencia de cada planeta había conseguido una excelente cosecha por sí misma, sin colaboración alguna con las otras. Es más, desconocían dónde podría haber vida fuera de su planeta, y si la había tampoco podían discernir cómo sería. El Ser insuflado en cada mundo procedía, o procedió desde el inicio, a establecer comunicación <strong “mso-bidi-font-weight:=”» normal”=”»>(NE-8) de forma sutil con cada miembro nuevo que surgía con vida en su fuero. Eso fue algo que desde el inicio se estableció, y para unos seres fue más fácil que para otros establecer tal contacto. Pero no fue un problema, aprendieron. Tras ello, el proceso de crecimiento en conciencia fue incrementándose. Eso posibilitó que las facultades y habilidades propias de cada sociedad fueran desarrolladas; y circunstancias tales, por ejemplo, como las muy diversas ciencias, el arte…, tomaran un calibre muy importante.
(NE-8) A esto se le conoce como Noosfera, y es propio de cada planeta con una Esencia insuflada. Algo similar a los Registros Akásicos, que son a nivel global –cósmicos-, pero referido, en este caso, a nivel local –planetario-. Por tanto, el Ser plantado en un mundo crea vida en el mismo, la que sea, y se comunica con sus seres vivos –llamados en cada lugar de una forma concreta – mediante mensajes sutiles en ese espacio creado para tal propósito y del que pueden participar cada uno de sus miembros.
Desde el patio de butacas la expresión que recibían de los aconteceres de cada parte del universo habitado se recibía con un júbilo inigualable. Experimentar tal inmensa dimensión continuada de expresiones, sensaciones, sentimientos, emociones… en definitiva experiencias, hacía que el show fuese lo único en lo que se ocupaban El Todo y sus Esencias.
Pero llegó el tiempo en la Nada, donde sí existía el tiempo, en que tales civilizaciones llegaron a tener el poder tecnológico para explorar los mundos cercanos y los de más allá. Llegaron a saber definir la galaxia donde estaban viviendo, e incluso, al seguir explorando llegaron a establecer contacto con el resto de las 22 civilizaciones que existían por aquel momento. Una Federación de Galaxias se había fundado (NE-9).<em “mso-bidi-font-style:=”» normal”=”»> La unión y colaboración entre ellos era encomiable. Sus desarrollos en todos los aspectos eran soberbios. Los planes estaban saliendo a la perfección.
(NE-9) Por darle un nombre que se entienda. De esta manera se ha resumido el paso de millones de años, por expresar una escala conocida en la Tierra, por los que pasaron tales Esencias hasta recordar de nuevo Quienes Eran y lo que estaban haciendo. También mencionar que esa Federación de Galaxias no tenía un carácter político como podría deducirse, sino una unión para establecer el plan común que les había traído a este espacio.
Siguieron pasando miles de miles de eones y la Federación había sembrado vida muy diversa en miles de planetas inertes. El florecer de muy diversas culturas y civilizaciones de todo tipo era inigualable. Con la mezcla o combinaciones, no total, de los distintos genes de las 22 iniciales razas, fueron saliendo un sin fin inimaginado de formas de vida que seguían ofreciendo una variedad de riqueza en la experimentación que se pretendió desde el comienzo mismo de esta historia. Por igual, fueron creando, con su alta tecnología, nuevos universos, multi-universos…
La Nada cada vez estaba más llena de numerosas Esencias del Todo, pues muchas otras Esencias, que antes estaban en el patio de butacas observando el espectáculo, decidieron, ante lo que se ofrecía, insuflarse en esos nuevos escenarios (bien en mundos, o en vidas que crecían en distintos planetas), que se estaban creando, pues la variedad era tan amplia que el gustazo de expresarlo y experimentarlo en primera instancia, hacía que el impulso de la toma de decisión fuera algo inmediato, no se dudaba en lo más mínimo.
Había llegado el instante en que no les parecía tan abrumadora la toma de papeles en la participación de esta obra universal del Todo en la Nada haciendo que lo que no era nada fuera convirtiéndose en un todo muy cercano al Todo.
Si bien las 22 Esencias iniciales eran las más evolucionadas en cualquiera de los planos y dimensiones que se habían creado tras su ingreso en la Nada, el resto de las Esencias que lo habían hecho, posteriormente, en las muy diversas razas que se habían creado, iban progresando y evolucionando a grandes pasos.
El proceso, como ya se mencionó, tomó un tiempo que no es posible expresar como una medición creíble o incluso determinada, aunque se podría expresar matemáticamente, pero es lo de menos. Lo importante consistía, y consiste, en que, cada vez más, miles de Esencias crecían e iban expandiéndose provocando, en su progresión, un número ingente de nuevas variedades de formas de vida. La riqueza en la Nada estaba barriendo la sequedad que la poseía en su estado inicial.
Todo estaba siendo y saliendo perfecto, como Dios había pedido: que hicieran perfecto lo imperfecto. Que ejecutaran el plan tal y como fue concebido desde el origen. No obstante, en el patio de butacas del Todo al observar el espectáculo en el escenario de la Nada, en un eón concreto, hubo un “¡Oh!” inmenso que se tradujo en un “Ohmmm” prolongado a modo de eco por toda la Nada. Fue impactante, pero los habitantes de todos el Cosmos no supieron traducir qué era aquello que se había dado por primera vez, y pese a que lo investigaron no consiguieron sacar ninguna deducción. El caso es que cuando aquel “Oh” se produjo, fue debido a que la Esencias que observaban, guión en mano, siguiendo cada frase que se tenía que ir transmitiendo en la sinfonía que se realizaba en la Nada, se dieron cuenta que se habían saltado una escena completa, que si bien era pequeña en comparación al resto del inmenso libreto de interpretación, desencajaba con el seguir de la escenificación.
Pasaron unos miles de miles de millones de eones más hasta que las 22 Esencias de inicio, llegaban a completar el total del guión que se habían ofrecido a interpretar. El resto de las Esencias encarnadas seguían sus respectivas interpretaciones al ritmo concreto de sus evoluciones individuales y como sociedades diversas, y todo ello estaba ajustado al plan que se había determinado al comienzo. Sólo les quedaba realizar el acto final que no se les había ofrecido antes de encarnar en la Nada y así poder completar todo el proceso deseado, diseñado y querido por el Todo en la Nada. Y cuando llegó esto, sus planos evolutivos eran grandiosos, conocían de su origen inicial como Esencias, sabían Quienes Eran; y esto les capacitaba perfectamente para establecer contacto directo desde la Nada con el Todo, con Dios mismo, obviamente. Entonces se reunieron en concilio las 22 Esencias para evaluar, repasar y puntualizar sobre todo el devenir en el que habían estado involucrada por si algo tenían que perfeccionar antes de acudir a solicitar el panfleto de la escena final y concluir el querer divino al que habían accedido hacía muchísimo tiempo. Una vez que tuvieron las conclusiones pertinentes llamaron a Dios para rendir cuentas y solicitar el guión del acto final. Y Dios acudió a la cita prevista sonriendo, emitiendo una calidez, bondad y ternura que las Esencias no recordaban de tan lejanas que habían estado, durante tanto tiempo, de La Fuente. Fue un encuentro formidable, lleno de abrazos, besos y miradas llenas de un amor insondable. Tras esos momentos tan entrañables, las Esencias expusieron el resultado de su concilio, Dios les escuchó con una paciencia exquisita, pues el informe de situación era inmensamente largo de exponer, y era lógico, pues mencionar todo lo que se habían conseguido realizar y experimentar en tan largo tiempo y por tan inmenso espacio habitado y cosechado, llevaba sus instantes…
Ni que decir tiene que, desde el patio de butacas, en El Todo, todo estaba siendo observado, pues se había llegado a un punto en que el libreto que habían ido leyendo y observando en la interpretación del mismo en el escenario de la Nada se había concluido, aunque… algo faltaba, y no se sabía qué pasaría, pues no estaba escrito nada al respecto, así que todo estaba ahora un poco fuera de guión, y, o bien se retomaba el mismo, o habría que improvisar…
Al término de la exposición de las Esencias, Dios tomó la palabra, y menudas palabras salieron, no en tono de dureza, ¡NO!, eso nunca, sino de hacerles descubrir algo que habían obviado sin darse cuenta de la magnitud que producía tal omisión en toda la trama que se había desarrollado.
– Todos, en el Todo Eterno, estamos infinitamente agradecidos por vuestros logros, nos congratulamos con vuestras Esencias y estamos inmensamente satisfechos de todos sin excepción alguna. No obstante, ¿recordáis aquel Ohmmm que resonó en todos los universos en un momento tan peculiar, y que estuvisteis investigando al detalle pero no supisteis sacar ninguna conclusión al respecto?
Las Esencias encarnadas en Seres Divinos Multidimensionales se fusionaron al instante buscando dar una respuesta adecuada, dado que se habían quedado algo estupefactas. Pero no sabían qué manifestar como argumento más que un sí al recuerdo de aquello, pero sin saber a qué venía tal cuestión, pues lo que esperaban es la entrega del acto último. Por tanto, Dios, ante esta evidencia habló de nuevo
– Recordad aquel Ohmmm… – exhortó dándoles tiempo – fue un aviso para que pudierais rectificar un salto en el guión. Ahí fue cuando una escena no se materializó; no la ejecutasteis a la perfección, y lo posterior, como consecuencia, tampoco. Pero pese a eso, sigo manifestando nuestra inmensa gratitud por todo lo que habéis realizado, fuera como fue, y es actualmente.
Entonces las Esencias recordaron al instante, y al instante contestaron, a modo de excusa, que no serviría, que sí, que habían obviado una escena, y que la exclusión de la misma suponía un porcentaje mínimo de 0.1^10 eones en comparación a los millones y millones y millones de eones que sí habían interpretado a la perfección el resto del guión.
La réplica divina no se hizo esperar.
– Son ciertos los datos numéricos que dais, pero recordad que había que hacer perfecto todo, y os habéis saltado una parte, que si bien es pequeña, no está realizada, por tanto no es perfecta esa parte que ni se ha hecho y, consecuentemente, no lo es el resto que se desvió de la traza inicial en ese instante preciso. Evidentemente, desde aquel salto de página, el resto del guión ha sido realizado sin toda la sustancia que tendría que haber tenido, ¿lo entendéis? (NE-10)
Pues no, no conseguían entenderlo. ¿Cómo un mínimo tan mínimo de salto de página podría repercutir en el sentido que Lo Inmenso les estaba advirtiendo? En verdad no querían alcanzar a asumir tal “error”, si error se le quiere considerar a la omisión perpetrada.
(NE-10) lo que se había ocasionado fue una cantidad inmensa de líneas de tiempos distintas, a la que en su inicio se tenía trazada, así la interpretación del resto de las escenas fueron realizadas de una forma enturbiada, a destiempo, ocasionando un serio caos que no sabían predecir.
Al comprobar, El Eterno, que no podían reconocer los hechos y las perturbaciones que se habían ocasionado, les insto de nuevo.
– No quiero decir que no sea perfecto lo que habéis hecho, que lo es, pero no es la perfección que se os pidió y que libremente asumisteis. Lo que acontece es que no os puedo dar el acto final porque no podréis interpretarlo en la concordancia debida a lo que se exige en el mismo, dado que no estáis en el escenario concreto para poder seguir ejecutándolo. Por tanto, lo que voy a hacer es mostraros qué es lo que habéis provocado con aquella omisión en el punto siguiente al que estáis, y tras ello volvemos a hablar.
Así se hizo. Y como si en una pantalla de cine se proyectara, la Esencias visionaron, perplejas, hacia donde les iba a conducir la falla provocada. Como resultante de no haber experimentado aquello concreto, su sociedad (la de las 22 iniciales) y el resto de las civilizaciones que crearon, posterior a su evolución, estaban “condenadas” a una involución épica y de dimensiones catastróficas. La Nada terminaría con todo lo que Todos habían sembrado de Eterno en lo que no lo era. Estaban abocados a la desaparición como si nada hubieran realizado. El retroceso sería inevitable si no se reparaba cuanto antes aquel momento de desvío. Y de no hacerlo, no podrían seguir creciendo, y, por supuesto, no podrían terminar el acto final sin alinear las miles de líneas de tiempo alteradas.
Cuando la proyección concluyó, y ante tal impacto, Dios les hizo una proposición.
– Bien, que esto no sea un problema, que todo se puede solucionar, todo es enmendable, y sabréis hacerlo. Y como prueba de lo inmensamente satisfecho que estamos en el Todo de vuestra realización en la Nada, os nombramos Dioses Menores. Esto os otorga el poder de hacer lo que sea que tengáis que hacer para enmendar la plana. Estáis, por tanto, fuera del guión, ahora ya no hay más texto que escenificar sino que podréis escribir el contexto necesario para rectificar aquello que os saltasteis, y una vez se produzca, tendréis la línea teatral totalmente arreglada al instante. En ese momento sí os podré dar el acto final para concluir esta petición que os hice en aquel eón concreto en lo Eterno. ¿Estáis de acuerdo?
Evidentemente, había acuerdo. Además contaban con el poder de hacer cualquier cosa necesaria, eran Dioses Menores. No había guión (NE-11), podrían improvisar, inventar, reorganizar… tenían las manos desatadas para cualquier resolución que acordaran. Tenían libertad, y como consecuencia tenían que ser responsable hasta el último detalle de lo que hicieran a partir de ahora para solucionar el escollo en el que se habían metido.
(NE-11) Lo que no se habían dado cuenta los 22 es que a partir de ese instante era cuando iba a obrar con total libertad, no como hasta ahora donde había estado interpretado el guión lo mejor que pudieron. Pero quiero hacer constar, que fue a partir de aquí donde la libertad se encarnó totalmente en la Nada, y esto fue en sí un gran logro y regalo otorgado.
Había, pese a la disyuntiva ocasionada, un gran ambiente entre las Esencias y Dios. Habían visto el fallo, no había enfados y estaban dispuestos a lo que fuera por cumplir, con las expectativas divinas, aquello que desde el inicio habían asumido en realizar. Después de todo, sólo habían cometido un pequeño fallo, y reparado el mismo, el resto estaría alineado.
Y viendo Dios que habían realizado un acuerdo verdadero, se despidió en Amor a sus Esencias y las dejó Ser en el hacer que tuvieran que hacer, como hasta ahora había hecho, sin interferir.