Las familias que controlan el poder en España asentadas en unas oligarquías políticas y financieras, intactas como herencia del franquismo, constituyen un monopolio que se ha extendido por todas las instituciones del país. El control es absoluto y directamente proporcional a la perdida de democracia hasta convertirla en un teatrillo de cartón piedra. Recomendaría, para aquellos que les ha pasado por alto: Ver El clan de la Dehesilla en los archivos del mes de diciembre ya que ayuda a entender lo que aquí se dice. Los malos de la película viajan por la galaxia en su particular Estrella de la Muerte, un baluarte, teóricamente, infranqueable con la eficacia demostrada en Star Wars donde, no obstante, los rebeldes de la galaxia acabaron con ella. Para conseguir tal hazaña tuvieron que ir al centro del reactor y hacerlo explotar. Como símil no es nada bueno pero tiene la aproximación, que ya viene de antiguo, tal como la eficacia del método “duro y a la cabeza” que David utilizó contra Goliat. La efectividad progresa y en los tiempos ultramodernos se sitúa “duro y al núcleo”. Traducido a una acción más mundana, viene a decir: concentrar todas las fuerzas que sean posible, dejando al margen distracciones innecesarias, para descargarlas sobre un punto débil del adversario. La dificultad consiste en encontrar ese Talón de Aquiles para poder machacarlo convenientemente. Los de nuestra Estrella de la Muerte se sienten protegidos por un bunker de hormigón armado recubierto de impunidad absoluta que les mantiene al mando después de ser los responsables del hundimiento del país. La grieta por donde colarse a su reactor nuclear, puede estar y de hecho lo está, en la golfería de desatender las necesidades de la nación en una política de salvar, indiscriminadamente, a los bancos y cajas de ahorro. Evidentemente, las presunciones no valen, ni las quejas al por mayor, ni las manifestaciones, cada uno a la suya, de colectivos afectados por una austeridad impuesta por designio divino. Se trata sólo de pagar deudas contraídas con los mercados financieros. Nada vale, pero ¿Es lícita la deuda que se nos exige? Por aquí tendríamos que empezar.
Admito que el tema de la deuda se puede hacer cansino pero, en mi opinión, es realmente el que puede servir de palanca y portavoz exterior a favor de la ciudadanía ya que es demostrable, documentalmente, que a los españoles nos han levantado la camisa y hemos sido victimas de un engaño estratosférico por una camarilla de desalmados que ostentan el poder. Sería oportuno, para aquellos que no tuvieron ocasión, ver No quieren que hable en los archivos del mes de diciembre, donde se pone de manifiesto que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordonez, se mordió la lengua al pronunciar la consigna de silencio propia de la Mafia. No querían que hablara para silenciar el desaguisado del derrumbe de los bancos españoles producto de las consignas, en instancias superiores, de la expansión del crédito a través del endeudamiento de todo el sistema financiero con el fin de crecer hasta el infinito. Este inusitado invento del crecimiento sin límite es tan sólo una ilusión propia de la avaricia de los banqueros a los que no les importaba correr el riesgo que todo acabara en explosión nuclear con tal de que los bonus, primas, y recompensas les hicieran ricos. No obstante, antes que explotara el reactor de las finanzas, nuestros políticos tuvieron advertimiento que se iba a producir y no hicieron caso e hicieron oídos sordos para contentar a sus señores y continuar como si nada estuviera ocurriendo. Afortunadamente, de esta cabronada ha quedado documentación escrita. El 2005 la Asociación de Inspectores de Entidades de Crédito del Banco de España (AIECA) dirigió una carta al gobierno y al gobernador del Banco de España y en 2006 un detallado informe con el fin de que se tomaran medidas urgentes para reconducir la situación “de forma que se consiga evitar, en lo posible, que las consecuencias de los errores cometidos por las entidades al conceder sus operaciones acaben siendo transferidas, de una manera u otra, a la Sociedad en su conjunto”. El documento, a ésta altura de acontecimientos, tiene un valor incalculable. No se trata de un papelote cualquiera, está firmado por Juan Manuel Quintero Ortiz como presidente de la AIECA.
En el anterior post citaba el anuncio de una agradable sorpresa, se trata de una joya caída del cielo que tiene por título: Informe sobre la legitimidad de la deuda pública de la Administración Central del Estado de España. El autor es Agustín G. Turiel Martínez. Inspector de Hacienda del Estado, Interventor y auditor del Estado al que se le supone, al igual que a los soldados en el ejercito, el valor de publicar un informe que en el primer párrafo define como. “Objetivo: El presente informe pretende demostrar que buena parte de la deuda pública emitida por la Administración Central del Estado no corresponde a las necesidades del funcionamiento operativo del Estado, sino a otras causas. El informe pretende también deducir cuáles son esas causas y el importe de esa deuda espuria”. En su informe, el inspector Turiel Martínez, va desgranando partida por partida en los Presupuestos Generales del Estado la afectación de cargos que demuestran la falta de correspondencia con las necesidades del país. En otras palabras, el inspector de Hacienda acredita un agujero negro en las cuentas del Estado pero para dejar las cosas en su sitio prefiero remitirme literalmente al capítulo de Conclusiones:
Primera.– La deuda “ilegítima”, considerada exclusivamente como aquélla generada no con la finalidad de cubrir déficits públicos no financieros, asciende en principal e intereses, en la actualidad, a más de ciento veinte mil millones de euros (120.842), aproximadamente un 12% del P.I.B.
Segunda.- El origen de esta conducta, iniciada en 2.008, según la cual el Estado pide prestado para luego, a su vez prestar a terceros, son las prácticas de inyección de fondos a la banca privada, cantidades que, con criterios realistas, ni son ni serán devueltas y que no han generado apenas ingresos de ningún tipo. Dentro de los ciento veinte mil millones de euros de deuda ilegítima y, de acuerdo con el trabajo de campo, se podrían identificar unos cuarenta y cinco mil millones de euros (hasta 2.010), directamente empleados en el saneamiento del sector bancario.
Tercera.- La carga financiera de esa “deuda ilegítima” supone el pago de más de cinco mil millones de euros al año, un 0,5% del P.I.B. En los años siguientes, si el principal de la deuda ilegítima va en aumento y los tipos de interés suben, el pago de intereses de esta deuda ilegítima podrían llegar al 1% del P.I.B. y representarían (siempre que se recorte el déficit público) la cuarta parte de ese déficit.
Cuarta.- En realidad la deuda pública ilegítima es mucho mayor: este informe no ha examinado ni la deuda pública de otras administraciones (Comunidades Autónomas y Entidades Locales) ni la ilegitimidad por otros conceptos que los estrictamente económicos. Ha quedado fuera la evaluación de la deuda ilegítima generada por gastos en armamento, obra pública inútil, transferencias a confesiones religiosas…
El informe completo lo dejo en pdf al final de este post. Los dos informes, el de la asociación de inspectores del Banco de España y éste del inspector de Hacienda, completan la cuadratura del círculo: un problema matemático irresoluble de geometría, utilizando sólo regla y compás, en hallar el área de un cuadrado que sea igual al área del círculo. La resolución de este problema trató de abordarse repetidas veces, sin éxito, desde la antigüedad clásica hasta el sigo XIX. Creo, sinceramente, que con estos dos documentos se ha conseguido la cuadratura del círculo ya que hablar de deuda ilegitima o deuda odiosa sin las pruebas documentales es un brindis al sol, otra cosa son los detallados informes, que aquí se presentan, suscritos desde dentro y por personas cabales. Sirven ante un Tribunal o en su defecto la calle, ya que demuestran que se nos ha tomado el pelo. Estamos hablando, mejor dicho, nos dice el inspector Turiel Martínez que la deuda “ilegitima” hasta 2010 se eleva a los 120.842 millones de euros, a los que hay que añadir los años 2011 y el que ahora acaba 2012 que están fuera del alcance de este informe.Es de tal magnitud el despilfarro de los fondos públicos que el Ministerio de Economía ha decidido habilitar un crédito extraordinario con cargo a los Presupuestos del Estado de 2012. La operación, por importe de 60.000 millones de euros va destinada a los bancos españoles. La cuantía de la deuda odiosa es monstruosa y llega en el peor momento cuando los ingresos públicos van a la baja por una loca política de salvar a los bancos hundiendo el país.
No deja de ser curioso el origen del tema recurrente de las deudas odiosas, ilegitimas e inválidas que como doctrina fue establecida en 1898 cuando el Gobierno de Estados Unidos se resistió a reconocer las deudas de Cuba con España para la realización de la Guerra Hispano Americana. Desde entonces varios países han recurrido a la nulidad de la deuda externa una vez que se han liberado de sus gobernantes corruptos. Es entonces la corrupción y la impunidad la que originan deudas públicas que pertenecían a deudas privadas en España se ha dado la mayor socialización de pérdidas de toda la historia. La deuda odiosa es la vía directa para sojuzgar al pueblo e impulsar, sin remedio, políticas ultraconservadoras que justifican el “no hay dinero” para educación, sanidad, impulso económico y un largo etcétera a pesar del extraordinario potencial de crecimiento de España: millones de jóvenes más que preparados y con unas ganas locas de trabajar, una masa laboral, que una vez que le ha visto las orejas al lobo, esta dispuesta a tirar del carro y así podía seguir hasta completar la página. ¿Cuál es entonces el palo en la rueda? El palo es un rescate bancario inútil e innecesario impulsado por unas oligarquías políticas y financieras que han asaltado el poder estableciendo monopolios que nos imponen los precios de los servicios esenciales más elevados de Europa. ¿Qué tal le sienta al cuerpo saber que el déficit de la tarifa eléctrica es una monumental estafa y el día uno de enero suben otra vez la luz? Alguna explicación se puede encontrar a este desquicio. Ver Políticos bajo sospecha o delincuentes habitualesen los archivos del mes de octubre. La corrupción es evidente y los mangantes se sientes impunes mientras cada día aprietan las clavijas al populacho ¿Hay alguien que piense que esto puede acabar bien?
A la corrupción, duro y a la cabeza
Para la cruzada que se nos presenta tenemos que tener las ideas muy claras, de lo contrario, las dudas y el miedo nos paralizan. Vamos a situar las cosas en su sitio: es el caballo que tira del carro y no al contrario, tanto es así que el déficit público y en endeudamiento no son a causa de la crisis sino su consecuencia. El déficit público es un peso muerto, como el carro, la crisis, como el caballo, tiran del endeudamiento. Entonces, queda claro que mientras no se resuelva las causas que provocan la crisis se irá generando endeudamiento. El gobierno no hace nada para atajar la crisis, no incentiva la producción, el trabajo, el desarrollo; tan sólo recorta gastos indiscriminadamente llevando el país a hacer puñetas y las cuentas del Estado a la ruina. Como he mencionado, en párrafos anteriores, el informe suscrito por el inspector Turiel Martínez es una joya, para aquellos que prescindan de su lectura he recogido algunos párrafos que ilustran su contenido. Hablando en plata, el inspector hace la “cuenta de la vieja” la forma más sencilla de sacar una cuenta y poder concluir que nos toman el pelo. Antes de entrar en el meollo unas definiciones, esta de Stiglitz, premio Nobel de Economía: “cuando el Estado gasta más de lo que recibe en impuestos y otros ingresos en un año cualquiera tiene un déficit presupuestario, que suele denominarse déficit fiscal”. Queda claro, de nuevo Stiglitz explica el siguiente paso así: “Cuando el Estado incurre en un déficit, debe endeudarse para pagar la diferencia entre sus gastos y sus ingresos. Cuando incurre en un déficit año tras año, debe endeudarse año tras año. El valor acumulado de este endeudamiento es la deuda pública, es decir, lo que debe al estado”.
Sigamos adelante en aquello que interesa; conocer la legitimidad de la deuda, en cuanto que cumpla o no el fin asignado de financiación del déficit público: “Se considera “deuda ilegítima” a efectos del presente informe aquella deuda pública emitida por la Administración Central del Estado cuyos fondos se destinan no a sufragar gastos operativos corrientes o de capital, sino a ser nuevamente prestados a terceros”. Una puntualización sobre este párrafo, el inspector de Hacienda con benevolencia menciona “prestados” pero entre nosotros, que ya nos conocemos, convendría sustituirlo por “regalados” y “a terceros” por “a los bancos”. Hecha esta necesaria matización continua el informe “Si el Estado no obtiene beneficio porque presta a un tipo inferior o sin interés, como sucede con préstamos al sector privado o a empresas públicas, la deuda es ilegítima porque carga los intereses de su endeudamiento, como gastos financieros que forman parte del déficit público, desvían recursos hacia otros aspectos más necesarios (Sanidad, Educación…) y justifican las políticas de recortes por déficit excesivo” …..”Si el Estado, obtenga o no beneficios del primer tipo (presta a mayor tipo del que recibe el dinero) no espera razonablemente recuperar el dinero prestado, como sucede con el sector bancario, la deuda es ilegítima porque no está cubriendo un préstamo”. Es aquí cuando tenemos la confirmación de esplendoroso “regalo”.
Gráfico (1)
En este párrafo se remata la cuestión, sirve de apoyo el gráfico que tienes a la izquierda (1), donde los gastos alcanzan un nivel que supera a los ingresos. El diferencial (en rojo) es el dinero que se precisa pedir prestado. Así de simple y así de elemental, en palabras de Turiel Martínez: “En definitiva, en este informe sostengo y mantengo que la única deuda pública legítima es aquella que sirve para equilibrar las cuentas de la Administración del Estado respecto de las operaciones propias de la actividad del Estado (Justicia, Servicios Generales, Seguridad, Sanidad, prestaciones sociales, infraestructuras…)”
Gráfico (2)
El siguiente gráfico (2) ayuda a entender la “deuda ilegitima o deuda odiosa” utilizando la “cuenta de la vieja”, ya que no son necesarias formulas matemáticas y complicados cálculos tan sólo el sentido común. La masa dineraria (representada en rojo) en el gráfico anterior es el déficit necesario para cubrir los gastos y este tendría que ser igual a la deuda contraída.Pues no, la deuda contraía es mayor y supera el déficit. Veamos como lo manifiesta el inspector “…. no debe recurrirse al endeudamiento para otros fines, pues este uso “ilegítimo” de la deuda, en la actual “crisis de deuda”, dificulta el acceso al crédito del Estado, hace aumentar los tipos de interés, aumenta, vía gastos financieros, el déficit público y facilita la justificación de los agentes neoliberales para los recortes al Estado de Bienestar. Llegamos así al punto clave para la comprensión de este informe”…. “Si el endeudamiento es mayor que ese déficit, la deuda es “ilegítima” en el sentido que está sirviendo para financiar gastos financieros”.
http://ataquealpoder.wordpress.com/2012/12/31/la-corrupcion-y-la-deuda-odiosa/