Archivo por días: diciembre 27, 2014

La convivencia entre grandes carnívoros y humanos se consolida en Europa

Las poblaciones de osos, linces, lobos y glotones aumentan en la mayor parte de los países, incluso en sitios densamente poblados

Los grandes carnívoros como el oso pardo, el lince, el lobo y el glotón están estables y en aumento en la mayor parte de los países de Europa, compartiendo espacio con los humanos en una tercera parte del territorio europeo, según constata un estudio que demuestra que esta coexistencia es posible, incluso en sitios densamente poblados.

Si hace un siglo estaban al borde de la extinción, hoy las poblaciones de grandes carnívoros como el oso pardo, el lince, el lobo y el glotón están estables y en aumento en la mayor parte de los países de Europa, según constata un estudio publicado esta semana en la revista Science y que describe la situación de estas especies en todo el continente, con excepción de Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

Los resultados de esta investigación demuestran que, en las últimas décadas, las cuatro especies se encuentran en proceso de recuperación tras haber sido exterminadas de la mayor parte de Europa a mediados del siglo XX, y prueban el éxito del modelo de coexistencia europeo.

Para los autores de la investigación (76 expertos en fauna salvaje de veintiséis países, entre ellos España) este cambio constata que los grandes carnívoros y la especie humana pueden compartir el mismo espacio, incluso en aquellos sitios densamente poblados por humanos.

Menos Bélgica, Dinamarca, Luxemburgo y los Países Bajos albergan de forma permanente al menos una de las especies estudiadas, que viven sobre un territorio de 1,5 millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale a una tercera parte del espacio europeo.

El oso pardo, la especie más numerosa con 17.000 ejemplares (de los cuales 7.000 viven en los Cárpatos), está presente en 22 países, mientras que el lobo, con 12.000 individuos, lo está en 28 países.

El lince, con 9.000 ejemplares, está presente en 23 países y el glotón, aclimatado a las regiones nórdicas, cuenta con 1.250 individuos repartidos entre Noruega, Suecia y Finlandia.

Recolonización continental

La estabilización y expansión de estos carnívoros que no excluye los peligros de extinción de algunas subpoblaciones, como el oso en los Pirineos, el lince en la cordillera de los Vosgos (noreste de Francia) o el lobo en Sierra Morena, al sur de España.

En cualquier caso, asistimos a una especie de recolonización continental por parte de estos carnívoros que lleva a Europa a ostentar el doble de lobos que Estados Unidos, a pesar de que su territorio es dos veces más pequeño y su población dos veces y media más elevada que la norteamericana, destaca Le Monde, añadiendo que la expansión del lobo en Europa se ha producido de manera natural y confirma que estos depredadores, si se les deja en paz, son capaces de adaptarse a medios poblados por humanos.

Para los autores, este descubrimiento pone de manifiesto que el modelo de coexistencia entre depredadores y humanos puede extenderse a la escala de un continente, frente al modelo norteamericano que aísla a los depredadores en grandes espacios reservados a la vida salvaje. Aunque reconocen que esta convivencia no está exenta de conflictos, la experiencia demuestra que es posible.

Entre los factores que han contribuido a esta recolonización del continente europeo de estos grandes carnívoros se encuentra la restauración de especies salvajes como el ciervo y otros, que forman parte de la dieta de estos depredadores en alza. También ha influido el éxodo rural, que ha liberado espacios para la vida salvaje, y la legislación europea protectora del medio natural.

Otro factor importante en esta evolución ha sido el mantenimiento de prácticas tradicionales como el uso de perros pastores, cercados y la figura del pastor, así como nuevas técnicas como cercados eléctricos, señala José Vicente López-Bao, investigador de la Universidad de Oviedo (Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad-CSIC), y uno de los autores principales del estudio, en declaraciones a SINC.


Referencia

G. Chapron et al. «Recovery of large carnivores in Europe’s modern human-dominated landscapes » Science 346 (6216): 1517-1519 19 de diciembre de 2014

http://www.tendencias21.net/La-convivencia-entre-grandes-carnivoros-y-humanos-se-consolida-en-Europa_a39235.html

domi Conozca los peligros más siniestros a través del Internet

Internet no es sólo lo que ves, sino también lo que no ves. Hoy en día que todo el planeta está sumergido en el ciberespacio,  una nueva  palabra nos hace abrir los ojos: Deep Web o  Internet Profunda, donde el inframundo, las negociaciones  y peligros más siniestros se llevan a cabo entre personas de varios países.

En países como Estados Unidos, Alemania, Rusia o China el acceso a al ciberespacio plano solo es de 6 ,  mientras que en otro país como Perú solo podemos navegar en un 4, es decir la mayoría de los peruanos no tenemos acceso a casi el 96 % del conocimiento.

Este gran porcentaje oculto esconde los secretos más oscuros de muchas organizaciones como el tráfico de armas, venta de órganos, creación de bombas nucleares, secuestros, sicariatos, carteles del narcotráfico entre otros. Peor no es tan fácil encontrar estos dominios.

La principal causa de la existencia de la Internet profunda es la imposibilidad de los motores de búsqueda de encontrar o indexar gran parte de la información existente en Internet. Se estima que la Internet Profunda es 500 veces mayor a al que vemos y necesitas claves que un grupo d personas determinadas te tienen que dar para poder tener acceso a estas páginas, que nunca son www o el famoso http.

http://www.americatv.com.pe/a-las-once/noticia/conozca-peligros-mas-siniestros-traves-internet-noticia-10832

domi JORDANIA: EL ENIGMA DE LOS MONOLITOS SAGRADOS

Juan José Sánchez-Oro

La ciudad nabatea de Petra atesora infinitos atractivos. Sus tumbas y templos constituyen el reclamo de películas y documentales. Sin embargo, menos conocidos son unos extraños monolitos, tallados en innumerables rincones de la urbe, los cuales constituirían el receptáculo de poderosos dioses. En los últimos años, los arqueólogos han descubierto las conexiones de estas piedras sagradas con ciertas estrellas y determinados ritos. AÑO/CERO ha viajado hasta la zona en busca de respuestas…

Al comienzo de la película 2001: una odisea del espacio podemos disfrutar de una escena fascinante. En mitad de un grupo de homínidos dormidos entre las rocas del desierto surge, de la nada, un monolito negro de grandes proporciones, clavado en la arena. Su presencia silenciosa altera el despertar de nuestros antepasados prehistóricos, que se agitan desconcertados. En el plano siguiente, uno de los simios duda, observa, reflexiona. Decide entonces empuñar un hueso con el que golpea violentamente una osamenta esparcida por el suelo. Acaba de crear una herramienta con la que podrá cazar piezas de mayor tamaño, gracias al «sortilegio» proyectado sobre él por ese incomprensible rectángulo de piedra negra. En apenas un instante hemos asistido al nacimiento de la tecnología, de la cultura, del ser humano en definitiva.

La película de Stanley Kubrick recrea un momento mágico de nuestra evolución, imposible de conocer con exactitud. Pero, ¿existe en algún lugar de nuestro planeta un objeto similar al representado en 2001? ¿Un monolito capaz de proporcionar esos chispazos de genialidad a quienes lo contemplaban y rendían culto? La respuesta es sí. Lo podemos encontrar en Petra, la mítica ciudad rosa del desierto jordano.

ESPLENDOR EN MEDIO DEL DESIERTO
La historia y la arqueología adjudican la construcción de la ciudad a una antigua cultura de orígenes inciertos: los nabateos. Según Diodoro de Sicilia, los nabateos del siglo IV a. C. eran un pueblo seminómada de procedencia desconocida. Parece que no practicaban la agricultura y destacaban por su astucia. Sobrevivían tanto de la ganadería como de la rapiña y se ocultaban entre los peñascos del desierto: refugios naturales que conocían a la perfección y donde mantenían grandes depósitos secretos de agua, excavados sobre las paredes rocosas.

Unos dos siglos después, la imagen sugerida por Estrabón nos da cuenta de un cambio espectacular. Los nabateos en el siglo I a. C. habían constituido un importante reino, muy admirado por sus contemporáneos extranjeros. Habían hecho de Petra una fastuosa capital en mitad del desierto, absolutamente cosmopolita y floreciente. Todavía hoy es posible contemplar buena parte de ese esplendor, paseando por los restos arqueológicos de la urbe. Causan asombro sus más de quinientas viviendas rupestres y sus casi ochocientas tumbas horadadas en la arenisca con cuidadoso refinamiento, en algunos casos mostrando unas fachadas talladas sobre roca con tal destreza y gusto artístico, que cuesta creerlo. El viajero también cae rendido ante el excelente aprovechamiento de cada gota de agua vertida en el valle. Un sinfín de canales, cisternas, presas y demás obras hidráulicas, realizadas con enorme talento por los nabateos, regaban campos agrícolas y jardines todo el año. Así lograron abastecer a una población permanente mayor de 30.000 personas.

Detrás de esa gran metamorfosis del pueblo nabateo, sin duda estuvo el genio de sus gentes y su capacidad para absorber los conocimientos técnicos y las costumbres procedentes de aquellas culturas con las que entraron en contacto. Pero tampoco debemos olvidarnos del poderoso influjo de sus propios dioses, que adoptaron la enigmática forma de monolito liso, rectangular… Silencioso.

Los nabateos no dejaron extensos escritos ni mitologías que nos permitan acercarnos a su manera de entender lo divino. Únicamente se conservan algunas breves inscripciones junto a los abundantes monolitos tallados en roca, cuyo significado oculto desafía la curiosidad de viajeros y especialistas. Su representación más típica adopta la forma de un rectángulo pétreo con superficies lisas, siendo la mitad de anchos que de altos. Algunas piezas alcanzan varios metros, mientras que las más diminutas apenas tienen unos cuantos centímetros. Pueden aparecer aisladas o junto a otros monolitos, formando parejas, tríos o hasta conjuntos de cinco elementos. Además, las hay talladas en la roca o conservadas en el interior de hornacinas más o menos decoradas, pero también abundan los «ejemplares portátiles».

Suele utilizarse la palabra «betilo» para referirse a todas estas piedras sagradas de los nabateos. El término procede del griego baitulus y del semítico beth-el, cuya traducción sería «templo del dios» o «de Él». Sin embargo, los propios nabateos gustaban de llamar a sus monolitos nsb y msb, es decir, «piedra» o «estela alzada». Ambos vocablos aluden a la piedra como receptáculo de la divinidad. Por tanto, el monolito no se adoraría por sí mismo, sino como elemento depositario de una presencia divina. La arqueóloga Jane Taylor definía muy bien la cuestión, al decir que los betilos reflejaban una manera de reconocer la imposibilidad de representar lo irrepresentable.

http://www.xn--revistaaocero-pkb.com/secciones/geografia-magica/jordania-enigma-monolitos-sagrados

domi Viviendo el Paleolítico: el caballo prehistórico de przewalskii

Foto José María Bermúdez de Castro.

Detalle de la pequeña manada en movimiento. Foto José María Bermúdez de Castro.

Por suerte, ahora somos conscientes de que la enorme pérdida de biodiversidad en el planeta es un tremendo error. Por ello se desarrollan estrategias para la conservación de especies en grave peligro de extinción. Es el caso del proyecto “Paleolitico Vivo”, iniciado hace un par de años en la provincia de Burgos y liderado, entre otros, por Eduardo Cerdá, naturalista y experto en la divulgación de la Prehistoria. Este proyecto trata de conseguir que ciertas especies silvestres puedan vivir en libertad, gracias a la enorme cantidad de espacios deshabitados de la Comunidad de Castilla y León. Las estribaciones de la sierra de la Demanda, entre 1.000 y 1.300 metros de altitud, con bosques cerrados de pinos, praderas y dehesas de viejos robles, ofrecen una oportunidad para la supervivencia de uros, caballos silvestres y bisontes. Estos animales limpian la vegetación que crece de manera caótica tras el abandono de las zonas rurales.

Con ello se evitan incendios, se potencia un turismo de calidad y, cuando estas especies lleguen a un desarrollo sostenible, su carne podrá ser degustada rememorando así la gastronomía de nuestros antepasados del Paleolítico. Gracias a un acuerdo con la Asociación TAKH de Francia, Burgos cuenta ya con una pequeña manada de ocho caballos de przewalskii, que pueden reproducirse y mantener viva la estampa de los caballos de la prehistoria. En la actualidad sobreviven en libertad unos 1.200 ejemplares del caballo de przewalskii en varios parques de Mongolia, China y Europa. Algunos pueden ahora trotar a su antojo por tierras de la península Ibérica.

Viviendo el Paleolítico: el caballo prehistórico de przewalskii