Archivo por días: diciembre 27, 2014

Aida. Cómo cuidar la autoestima de los niños

Que los niños se quieran mucho y se respeten a sí mismos es la clave para que se sientan felices en su propia piel, lo que a su vez les ayudará a tener éxito en la vida.

Para que tu pequeño pueda realizarse como persona y relacionarse bien con los que le rodean es imprescindible que se quiera mucho, se acepte con sus defectos y virtudes y sea consciente de su propio valor y de lo mucho que le queréis su padre y tú; dicho de otra forma: es básico que tenga una buena estima. Te contamos algunas de las maneras más eficaces de potenciársela.

ASÍ APRENDERÁ A QUERERSE MUCHO

– Todos los días dedícale un ratito en exclusiva para jugar, hablar, hojear cuentos, ver fotos… Así se sentirá querido, comprendido y valorado. Esto es especialmente importante si acaba de tener un hermanito, para que no se sienta desplazado por él.

– En lugar de darle todo hecho, responsabilízale de tareas sencillas, que sean adecuadas para su edad, y ofrécele ocasiones para superarse.

– Agradécele siempre su colaboración, al margen de los resultados obtenidos. Comprobar que reconoces y celebras su esfuerzo le ayudará a sentirse más seguro de sí mismo y más dispuesto a colaborar en todo y con todos.

– Jamás le descalifiques por sus errores. En lugar de ello, quítales importancia y explícale que equivocarse no es un fracaso, sino una oportunidad estupenda para aprender y mejorar. Acto seguido, anímale a intentar de nuevo lo que le ha salido mal.

Cuidar la salud emocional de tu hijo es tan importante como velar por su salud física. Y es que tener una buena autoestima determinará sus conductas y su actitud tanto ahora como cuando se haga mayor. Y le ayudará a ser más feliz, que al fin y al cabo es la meta que todos los padres perseguimos para nuestros hijos.

Aida. El amor romántico SÍ puede permanecer a largo plazo

En la ciencia del amor se da por asumido que el amor romántico y apasionado solo dura unos años como máximo pues luego los sistemas encargados de producir esa euforia se “atrofian”, se cansan de producir tal respuesta química. Hoy vamos a desvelar uno de los estudios pioneros sobre el amor a largo plazo. Veremos qué diferencias hay entre los que mantienen la misma activación cerebral que las parejas recién enamoradas pasado un largo tiempo. ¿Qué determina que ese amor tan intenso perdure?

El estudio:

Este estudio, publicado en la revista “Social Cognitive and Affective Neuroscience”, estudió por primera vez las regiones cerebrales asociadas con el amor a largo plazo. Para sorpresa de todos parecen ser las mismas que actúan en el amor a corto plazo.

Los investigadores compararon las imágenes de escáneres cerebrales (mediante resonancia magnética funcional) de parejas felizmente casadas durante muchos años (con una media de unos 21 años de matrimonio) y que manifestaban amor intenso y romántico por su pareja contrastándolas con las imágenes de parejas recientemente enamoradas (individuos evaluados el año anterior con el mismo método, con menos de un año de enamoramiento). En concreto 10 mujeres y 7 hombres casados fueron evaluados, se evaluó la respuesta cerebral de los sujetos al visualizar imágenes de la cara de su pareja en contraste con familiares o conocidos. Estas imágenes cerebrales mostraron que había activación similar, en las mismas áreas (específicas) tanto para el amor en estadios tempranos como para aquel que ya está en fases más tardías.

Los resultados:

La respuesta asociada a los sistemas de refuerzo cerebrales, considerada típica del amor en fases iniciales parecen poder mantenerse a largo plazo, pero además asociándose con sistemas encargados del apego y de los lazos de pareja. Concretamente se encontró que en los cerebros con enamoramiento a largo plazo:

  • Las áreas de refuerzo (sistema dopaminérgico) en los ganglios basales (como el área tegmental ventral o el estriado  dorsal) presentan una activación consistente con el enamoramiento inicial. Este es el descubrimiento más revelador ya que tradicionalmente se postulaba que esta respuesta fisiológica era insostenible a largo plazo y solo aparecía en las etapas iniciales de la fase de enamoramiento.
  • Activación en regiones implicadas en el apego materno (por ejemplo el globo pálido, la sustancia negra, el tálamo, núcleo del rafe, córtex insular y cingulado anterior y posterior).

A estos resultados se añadieron además otros comparados con correlatos empíricos (pruebas) que demostraran su implicación en las conductas y el enamoramiento, para esto compararon la activación de los sujetos con las respuestas a cuestionarios:

  • Las respuestas del área tegmental ventral y el caudado correlacionan con puntuaciones en cuestionarios de amor romántico e inclusión del otro en el propio self (el yo), así como cercanía con la pareja.
  • Las respuestas del globo pálido correlacionan con puntuaciones en cuestionarios sobre amor basado en la amistad.
  • Las respuestas del hipocampo posterior y el hipotálamo correlacionan con la frecuencia sexual.
  • Las respuestas del caudado, el septum/fórnix, el cingulado posterior y el hipocampo posterior correlacionan con la obsesión.

Los investigadores de este estudio postulan que la respuesta de del sistema de refuerzo presente en el área tegmental ventral puede permanecer porque enlaza los sistemas motivacionales con los de refuerzo.

Unos sistemas que no están presentes en el amor romántico inicial pero si en el amor a largo plazo son los sistemas serotoninérgicos y opioides. Estos proporcionan la sensación de calma típica de relaciones más largas y asociada a un menor estrés y dolor.

Esto demuestra que el amor y su correlato cerebral no tiene por qué tener fecha de caducidad. Tras encontrar esto se propusieron averiguar que factores son los qué habían estado asociados con la permanencia de esa activación similar a la que había los primeros meses de enamoramiento y que probablemente era la clave del amor que se mantenía a largo plazo.

¿Cómo se mantiene ese amor romántico a largo plazo?

Siguiendo los resultados del estudio y las respuestas a los cuestionarios, los investigadores descubrieron que factores estaban asociados a esa respuesta fisiológica o neurológica típica del enamoramiento, por lo tanto podemos saber que conductas están asociadas a esas respuestas. Estas son algunas:

  • Estas parejas mostraban una alta frecuencia de encuentros sexuales. Esta alta frecuencia se asociaba con activación en el hipocampo posterior izquierdo. A mayor activación en este área mayores niveles de pasión en los cuestionarios. Entonces sí es posible que se mantenga una alta actividad sexual aún pasados muchos años de relación. Aquí se desbanca otro mito. La intensidad, la pasión y la atracción sexual sí pueden permanecer a largo plazo. Este área del hipocampo se asocia con el deseo y parece ser que con la memoria de los estímulos que conducen al refuerzo.
  • El amor romántico es un deseo de unión y motivación para unirse al otro y este esta mediado por el sistema dopaminérgico. A largo plazo se une a la activación del estriado dorsal que se encarga de las conductas dirigidas a un fin. Esta motivación es la que mantiene la cercanía y la unión en las parejas a largo plazo. Según el IOS (cuestionario que evalúa la inclusión del otro en nuestro propio self) esto es lo que promueve la unión y la cercanía.
  • Las regiones como el tálamo y la sustancia negra, que antes hemos comentado están asociadas al apego maternal y también presentes en el amor a largo plazo son las que están asociadas a la tan conocida oxitocina y también a la vasopresina. Estas regulan la conducta social, la unión y la monogamia.
  • Otro dato interesante es que el rafe dorsal es un área involucrada en la respuesta al dolor y el estrés, parece ser que el sistema de apego que activa cuando se desarrolla en una relación romántica tiene la función de generar esa sensación de seguridad.Asociarnos con una figura de seguridad reduce los niveles de estrés y dolor.
  • El estudio demuestra que hay diferencias entre el amor romántico (el querer a la otra persona, mediado por el sistema dopaminérgico) y el amor de la amistad (la otra persona nos gusta pero nada más, más asociado al sistema opiáceo). En el amor a largo plazo permanece la activación del primero pero añadiéndose la del segundo. Algunos estudios han demostrado que puede llevar hasta dos años desarrollar un lazo de apego fuerte.

 

Conclusiones:

Parece ser que el amor a largo plazo es una conducta dirigida a una meta, la meta de obtener refuerzos. Estos refuerzos pueden ser la seguridad, la reducción de la ansiedad, la unión con otro ser, sentir seguridad, etc… La conducta de hacer feliz al otro es una forma de mantener nuestro propio sistema de refuerzos. Pero además en las relaciones a largo plazo parece ser clave incorporar a la otra persona en la propia concepción que tenemos de nosotros mismos.

Sin duda es un alivio y algo muy motivador el saber que el amor romántico, apasionado, tierno y profundo puede mantenerse (y enriquecerse) con los años.

Los puntos clave para conseguirlo:

  1. Buscar la unión con la otra persona.
  2. Atención focalizada.
  3. Energía aumentada con la pareja.
  4. Motivación por hacer cosas que mantengan a la pareja feliz (lo cual por rebote nos hará felices a nosotros).
  5. La atracción sexual y el pensar en el otro cuando se están separados.

A este estudio tal vez le falta un contraste con parejas en las que las cosas no van bien o el enamoramiento ha desaparecido para comprobar si en esas mismas áreas desaparece la activación. Pero sin duda va a abrir cambios en el campo de la concepción biológica del amor.

MedCiencia

Aida. Porqué se corresponden notas, con colores, olores, sabores, elementos,…etc..

En unos de los últimos cursos, a algunas de las personas que asistían les llamaba la atención que, en diferentes tradiciones o enseñanzas, desde la medicina tradicional china, hasta las matemáticas, pasando por las explicaciones metafísicas, existan correspondencias tan exactas entre diferentes cosas que parecen estar tan alejadas, como pueden o parecen ser un olor, un sabor, una nota musical, un color, un número, un órgano físico del cuerpo humano o un rayo gamma.

Todo tiene una explicación, y esta explicación está basada evidentemente en los procesos energéticos y componentes que forman absolutamente todo lo que existe. No hace falta recordar que un ser humano, una mesa, una flor, una nube o Venus, estamos hechos todos de energía, de partículas vibratorias, de componentes básicos nacidos del océano primordial de éter, simplemente en diferentes estadios de condensación, frecuencia y vibración. Es todo lo que hemos visto en los últimos artículos.
Grupos de vibraciones
El estudio de la materia y de la energía que el ser humano ha realizado a lo largo de su historia, ha conseguido medir, con mayor o menor exactitud, la frecuencia de vibración de los diferentes tipos de energía que somos capaces de detectar en nuestra realidad física. Si buscamos por Google los diferentes rangos frecuenciales en los que dividimos todo aquello que podemos observar, tenemos una clasificación del siguiente tipo, ordenadas de mayor a menor:
Rayos Cósmicos – Van de una frecuencia de 1024 Hz hasta una frecuencia infinita indeterminada
Rayos Gamma – Comprendidos más o menos entre los 1019 y 1024 Hz
Rayos X – Aproximadamente entre 1016 y 1019 Hz
Rayos ultravioletas- Comprendidos más o menos entre los 1014 y 1016 Hz
Espectro de colores visibles- Aproximadamente en un rango de frecuencias de 1014 Hz
Infrarrojos – Entre 1012 y 1014 Hz
Ondas caloríficas – Entre 1011 y 1012 Hz
Micro-ondas- Aproximadamente entre 108 y 1010 Hz
Ondas de radio- Funcionan principalmente en frecuencias de 104 y 108 Hz
Ultrasonidos- Aproximadamente 104 Hz
Ondas sonoras audibles por el oído humano- Entre 101 y 104 Hz
Olores, Sabores – Entre 10 y 100 Hz principalmente
Infrasonidos- Por debajo de 10 Hz
Materia física- Por debajo de 10 Hz
Dentro de esta escala anterior, cada grupo de vibraciones tiene una estructura “musical”, siguiendo la ley de las octavas, de forma que, tanto si hablamos de rayos gamma, como si hablamos de los olores, las frecuencias y energías que los componen existen en niveles diferentes de vibración siguiendo la estructura de notas del DO al SI, donde el DO es el nivel más bajo en vibración dentro de esa octava, y el SI el más alto. Dentro de cada grupo, puede haber muchas octavas, a priori, según algunas enseñanzas, hasta 144 sub-octavas dentro de cada macro-octava o división de la escala anterior.
Misma nota, mismas características
Sin embargo, como todo sigue el mismo proceso fractal y repetitivo, las características del “DO” de la escala de olores, tiene correlación con las características del “DO” de los colores visibles, también con las características del “DO” de las ondas sonoras, igual que con las de los elementos de la materia física, con la octava de elementos químicos, con la octava de los sabores, etc., etc. Así, pasa igual con las otras notas, aquello que resuena como “RE” en la escala de infrasonidos, tiene correlación con aquello que vibra en “RE” en la escala de las micro-ondas, de los ultravioletas, de los sabores, de las ondas sonoras, de los órganos del cuerpo humano, de las fuerzas de la naturaleza, etc., etc.
Espero entendáis la idea. De aquí, uno puede, o podría, si relaciona y hace las correspondencias adecuadas, entender porqué, por ejemplo, el órgano físico que sea se relaciona con la nota musical tal, el olor tal, el sabor tal, la emoción esa, el mineral ese, el color este, el número no se que, o la vibración aquella (no estoy dando ejemplos concretos porque lo que quiero es explicar el mecanismo del porqué de la asociación). Simplemente todo lo que se encuentra en la misma posición de su escala vibratoria y octava correspondiente está relacionado con el mismo nivel del resto de octavas que componen nuestra realidad.
Puesto que, por ejemplo, un órgano físico en la octava de vibración que corresponde a los órganos del cuerpo humano está asociado a la nota X, todo lo que en las otras octavas de otros grupos y conjuntos de ondas (sub-octavas) esté asociado al mismo nivel que esa nota ( el FA de distintos tipos de materia, con el FA de los infrasonidos, con el FA de los olores, con el FA de los sabores, con el FA de los colores visibles, con el FA de las ondas sonoras, etc., etc.) podrá ser usado como instrumento para influir en el órgano, ya que, por resonancia, por armónicos y por las características de cada elemento dentro de su octava particular, ese color, olor, energía, nota musical o tipo de materia tiene las mismas propiedades complementarias que el órgano físico en cuestión, simplemente en diferente estado de vibración y composición energética.
Así, espero que ahora ya será más sencillo entender todas las tablas de correspondencias que existen en múltiples disciplinas, en mi caso, evidentemente, en el caso de las terapias energéticas, pues entendemos porqué cosas que a priori parecen tan dispares por pertenecer a ordenes de manifestación distintos, son aplicables y complementarias entre si y podemos usarlas para que se influencien unas con otras y nos ayuden según lo necesitemos.

Autor/ David Topí

Sabiens

El descontento popular en Haití se cobra la cabeza del primer ministro

Tras varios días de manifestaciones en las calles, el primer ministro, Laurent Lamothe, ha anunciado su dimisión a través de un mensaje televisado.

«Dejo el cargo de primer ministro con la sensación del trabajo realizado», declaraba el hasta ahora jefe de Gobierno.

Anteriormente, el presidente del país más pobre de América, Michel Martelly, que también se encuentra en el punto de mira de la oposición, dijo que aceptaba la renuncia de un político que llevaba dos años y medio en el cargo.

 

 

Dríades, espíritus de los árboles

Los árboles siempre han sido sagrados para todos aquellos pueblos que vivieron en permanente contacto con la naturaleza. Adentrarse en un bosque era una aventura, una hazaña que sólo había de ser realizada por los Cunning Men and Women, Hombres y Mujeres de Astucia, como así eran conocidos los Curanderos, o por los mismos Brujos, conocedores del Elphame, el Reino que se extiende bajo las colinas huecas.

En el folklore de muchos pueblos encontramos todo tipo de cuentos acerca de seres de la naturaleza. Habitantes extraños de un mundo no menos extraño. Demasiadas historias para pensar que es un mito. En Brujería del Cerco creemos en la existencia de estos seres porque no en vano la brujería trabaja estrechamente ligada a estos seres y fuerzas de la naturaleza. Como he dicho, estas leyendas tan prolíficas a lo largo de la Vieja Europa no son producto de la casualidad o de la fértil imaginación de los aldeanos. Son muy numerosos los testimonios sobre este tipo de acontecimientos y sobre la presencia de habitantes invisibles que durante muchos siglos fueron incluso vistos por todas las gentes que vivían en entornos rurales. ¿Imaginación? En absoluto.

Hoy hablaremos de las Dríades.

En todo árbol habita un espíritu, un evolucionado ser de la naturaleza. Son las llamados Espíritus de los árboles, cuya vida dura lo mismo que la del árbol que habita. Son seres de gran belleza, altos y esbeltos. Tienen los ojos dorados, como hechos de sabia del propio árbol. Nos hablan a través de los movimientos del árbol que habitan. Por eso cada árbol es especial y por eso, cada uno tiene una personalidad. Solo quien sabe observar es consciente de esta magia.

Hubo una vez una encina en un enorme y bello jardín. Su tronco y sus ramas eran frondosos y rezumaban vida. Una noche, mientras una mujer se hallaba sentada a sus pies pues se encontraba cansada, se le ocurrió recostar su cabeza sobre el rugoso y suave tronco de la imponente encina. Cuál no sería su sorpresa cuando pudo ver que el tronco se convertía en una altísima y esbelta mujer. Tenía el cabello corto y negro como el carbón, sus ojos, almendrados, eran dorados y cálidos, haciendo juego con la capa que envolvía un vestido blanco que arrastraba por el suelo. Aquel misterioso ser le dijo su nombre. De esa manera supo que aquella hermosa encina que desde siempre había habitado su jardín, era un ser vivo y consciente y descubrió maravillada que el espíritu de aquel árbol acababa de comunicarse con ella.

Una Dríade es el espíritu de una planta o de un árbol. Son esquivas, como todos los seres de la naturaleza. Su esencia es la que hace que el árbol que habita capte las energías cósmicas y las baje a la tierra, hacia la serpiente telúrica o Nwyvre. Ese espíritu es la confluencia de esas dos potentes energías por eso es uno de los seres más evolucionados del Elphame. Y por eso también, los árboles son seres dotados de una gran fuerza, vitalidad y antigua sabiduría. Resplandecen en la oscuridad solo cuando uno sabe escuchar y ver con los ojos del espíritu.

En Brujería del Cerco existe una fuerte interacción con los habitantes del Elphame. Estos son los seres de la naturaleza: hadas, elfos, duendes, gnomos, etc. Existe un mundo invisible que desde siempre ha hechizado a la humanidad. Es otra dimensión, otro ámbito de experiencia sorprendente y mágico que si se busca, se encuentra. Siempre estuvo ahí y durante un tiempo muchos fueron los que lo vieron y ahora solo lo hacen los que trabajan el Viejo Arte. Quizá esto es así porque hubo un tiempo en que el Arte fluía solo, a través de la sangre y del quehacer cotidiano. Hoy lo tenemos que invocar pero podemos aprender a recuperarlo simplemente teniéndolo en cuenta, contando con su presencia.

Busca un árbol que te llame la atención. Si entre cien árboles te fijas solo en uno, no pienses que es capricho o que lo has elegido aleatoriamente. No, no es así. Ese árbol te ha elegido a ti, mejor dicho, la dríade que lo habita te ha llamado. Como hemos roto hace tiempo la conexión con lo natural, creerás que es fruto de la casualidad pero ella ha apelado a ese canal dormido que tenemos con ese mundo y que lleva desde hace tanto tiempo cerrado. Sería bello que te acercases y comenzases a entregarle preciosas ofrendas de flores, ramas, piedras, plumas y todo aquello que te parezca una bonita ofrenda para él. No te cierres ni prejuzgues. Solo escucha y estate atento.

http://brujeriadelcerco.blogspot.com.es/2012/12/driades-espiritus-de-los-arboles.html

La prensa internacional acusa a Rajoy de ir “camino de una dictadura”

“Camino a una dictadura”, “amenaza a la democracia”, “problemática”, “autoritaria”, estos son los términos que han aparecido en la prensa internacional, en relación al anteproyecto de Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana (conocida como ‘ley mordaza’) que el Consejo de Ministros aprobó hace unas semanas. Una nueva normativa que ha despertado el recelo de columnistas del diario británico The Guardian o del alemán Die Tageszeitung (TAZ), de cuya polémica generada se han hecho eco varios rotativos europeos y que recoge Brais Benítez en lamarea.com.

En el Reino Unido, The Guardian con el titular “De Québec a España, las leyes contra la protesta amenazan verdadera democracia”, una información firmada por Richard Seymour asegura que “el choque entre la austeridad neoliberal y la democracia popular” ha producido una crisis de“ingobernabilidad” en las autoridades. “La reorganización de los estados en una dirección autoritaria es parte de un proyecto a largo plazo para detener la democracia manteniendo un mínimo de legitimidad democrática, de eso es lo que van las leyes antiprotesta”, mantenía el rotativo británico, que calificaba la reforma legal en España como “un ataque a la democracia”.

“No se trata sólo de un elemento más de disuasión de las protestas, sino que tiene un efecto de domesticación a largo plazo para este tipo de manifestaciones”, señalaba el artículo. The Guardianrepasaba las modificaciones legales en varios países y extraía una tajante conclusión: en aquellos donde ha habido recortes y retrocesos en derechos y libertades, los gobiernos han endurecido las leyes para evitar que los ciudadanos protesten.

El columnista señalaba, además, la diferencia del trato policial entre las protestas convocadas por organismos “oficiales”, como podrían ser los sindicatos, y las manifestaciones protagonizadas por ciudadanos que no están bajo ningún ente de este tipo. “Al tratar con las protestas más grandes en representación de entes ‘oficiales’, la policía tiende a preferir enfoques consensuados y negociados, y tienden a tener una mayor distancia física sobre las personas”, indicaba el artículo. “Por el contrario, los pequeños grupos de manifestantes que representan coaliciones sociales independientes son más propensos a ser considerados extremistas , terroristas o incluso –suspiro teatral– anarquistas, y por lo tanto sujetos a la policía militarizada, la vigilancia directa y la coerción física, con la invocación de la ley ‘antiterrorista’ u otras leyes represivas”.

“Te deja sin palabras”

El diario cooperativo alemán Die Tageszeitung publicó un artículo con el titular “Camino a la dictadura”. En su columna, el corresponsal del TAZ en España, Reiner Wandler, criticaba las limitaciones legales de la protesta afirmando que el hecho de que a las “víctimas de la política de estabilidad europea y los que protestan” se las amenace con multas “deja sin palabras”.

“En Madrid no sólo se debe prevenir la protesta social, sino también erradicar la pobreza mediante multas. Quien duerme en la calle puede esperar multas de hasta 750 euros. Y si se queja, puede conllevar 30.000 euros adicionales por insultar o amenazar a la policía”, denunciaba el artículo, publicado antes de que el Ejecutivo español rebajara algunas de las sanciones que preveía inicialmente el borrador.

“En España, claro, no se ha llevado a cabo un golpe de Estado, y el Parlamento todavía está allí, pero ya no defiende más los derechos civiles”, concluía.

“Una ley contra los indignados”

También el semanario alemán Der Spiegel se hacía eco de la reforma legal y recogía las declaraciones de la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Ada Colau, quien denunciaba el “autoritarismo máximo” que supone la norma. También las del director de Greenpeace en España, Mario Rodríguez: “Esta es la nueva arma del Gobierno para intimidar a los desobedientes, a los ‘niños malos’”. “La ley se dirige contra el movimiento de los indignados”, aseguraba Der Spiegel, a la vez que destacaba que “sólo las dictaduras negarían a sus ciudadanos el derecho a manifestarse”.

En Italia, Il Giornale informó de que “indignarse en España saldrá caro”, y destacó como “muy discutible” la confección de un “registro de infractores” que prevé la reforma legal, “con nombres y apellidos de los autores, y la fecha y el lugar del evento”. En una información firmada por Giuliana De Vivo, se hacía eco de la “polémica” suscitada por el anteproyecto de ley y constataba que, “si estuviera en vigor en Italia, aligeraría gran parte de la cuenta bancaria de algunos de los participantes en manifestaciones”.

En este sentido recordaba el “provocador beso” de una manifestante a un policía antidisturbios durante una protesta contra la construcción de una línea de tren de alta velocidad en la ciudad de Susa: “Según lo declarado por la protagonista, ‘no era un mensaje por la paz, sino que quería ridiculizar a la policía’”. Así que, insinuaba el artículo, con la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana en vigor, en España este acto podría llegar a sancionarse con hasta 1.000 euros por “vejar o injuriar a los agentes de las fuerzas de seguridad”, una sanción que inicialmente se preveía como grave, con multas de hasta 30.000 euros.

Una reforma “altamente problemática”

El Consejo de Europa también manifestó sus reparos a la reforma legal del Gobierno. El comisario europeo de Derechos Humanos, Nils Muiznieks, afirmó en Bruselas que el borrador presentado por el Ministerio del Interior es“altamente problemático”, y planteó sus dudas acerca de la necesidad de mantener estas “restricciones en una sociedad democrática, sin interferir demasiado en la libertad de reunión“.

Muiznieks se mostró “seriamente preocupado” por el impacto que pueda tener la ley sobre los derechos fundamentales y declaró que espera que el Ejecutivo “no vaya más allá” en la limitación de la protesta porque la ciudadanía tiene derecho a expresar “el desacuerdo con las medidas de un Gobierno”.

https://cazadebunkers.wordpress.com/

LA ACEPTACIÓN RESUELVE CASI TODO

Una colaboración de Francisco de Sales

En mi opinión, en muchas ocasiones nos estancamos en una pataleta infantil del ego, del todo inútil, porque no queremos aceptar la realidad.

Negar la realidad, que es un modo de autoengaño, no sólo es inútil, sino que es contraproducente.

Y el dolor, el sufrimiento, y todos sus sinónimos, son el fruto de la no aceptación de la realidad.

Si una persona pierde a un ser querido se manifiestan en ella toda una serie de sentimientos o emociones –afección, desolación, disgusto, abatimiento, tristeza, nostalgia, etc.-, que son de los humanos y son naturales, pero la permanencia del dolor o el sufrimiento son producto de una persistencia en no querer aceptar lo que ha sucedido que, aunque indeseado, es real.

Ya sé que cuando los sentimientos están por medio desbaratan todas las teorías -porque se niegan a tratar con lógica racional y fría una cuestión que se convierte en asunto del corazón-, pero es conveniente ir metiendo en el caos sentimental algunas razones que vayan mitigando, muy poco a poco, el dolor y el sufrimiento que sólo nos van a llevar a un estado emocional quebradizo y desacertado del que seremos los más directos sufrientes.

Sí, ya sé que cuando los sentimientos se meten por medio desbaratan todas las teorías, pero esa de que si no se llora mucho, y si no se alargan la aflicción y el lamento es que se quiere menos a la persona que falta, no está acertada del todo. Es mejor que el recuerdo de quien ya no está nos deje la sensación de amor que nos unió, el cariño que sentimos, lo bueno que fue mientras duró, y el amor que provoca cuando se le recuerda, que estancarnos en la desdicha de su ausencia.

Su fuésemos capaces de aceptar con naturalidad cualquier situación, sobre todo las menos agradables, nuestro estado de ánimo y emocional estarían más equilibrados, más en paz y justicia.

Y no me refiero a una rendición incondicional ante las cosas indeseadas que suceden, ni a una sumisión a los hechos que no permita ni siquiera la expresión del sentimiento humano que despiertan.

Fallece un ser querido… ¡y qué se le va a hacer! Y que no se interprete esto como el pensamiento de una persona desnaturalizada y sin sentimientos. Se ha de hacer el duelo de su ausencia, pero ese duelo, tras los pasos habituales que hay que realizar, nos ha de llevar a la aceptación de su ausencia, como algo natural, como algo irreparable y como algo cierto.

Fallece un ser querido… ¡y yo también voy a fallecer! y el mundo seguirá exactamente igual sin mí, y otras personas seguirán cantando a pesar de mi ausencia, y otros se casarán o se irán de viaje aunque yo no esté, y otros ni siquiera sabrán quién soy yo ni les importaré. Y a quien no entienda esto bien, le recomiendo un paseo por un cementerio.

Me despiden del trabajo… ¡y qué se le va a hacer! pasar por todos los estados de rabia, o ira, o indignación, o lo que sea que provoque –y no evitar todo ello, sino pasar todo el proceso de cualquier duelo-, pero no estancarse en ese estado, sino pasar a la mayor brevedad posible al paso positivo que es serenarse para comenzar a buscar el siguiente trabajo, preferiblemente con el convencimiento de que va a ser mejor que el anterior.

No me ama la persona que me gustaría que me amara… ¡y qué se le va a hacer! pues lo mismo que ya se ha descrito en el párrafo anterior para llegar lo antes posible a la conclusión de que no se le puede imponer a alguien que nos ame, y que en el mundo hay muchas personas que nos pueden amar y a las que podríamos amar con toda la intensidad que sabemos hacerlo, o más, así que hay que plantarse una sonrisa de fe y esperanza –los tristes y amargados no despiertan pasiones en los otros…- y ponerse a la búsqueda de esa persona.

No soy tan alto como quisiera –esto no tiene remedio-; tengo unos kilos de más –a esto sí se le puede busca solución-; no me gusta mi carácter –esto también tiene arreglo-; no me van bien las cosas –se puede hacer algo por cambiarlo-; etc. etc. etc.

Aceptación no quiere decir rendición ni sumisión. Quiere decir que se comprende y se admite que eso es lo que hay en este momento y no se niega ni se elude. Eso sí, tras la aceptación, casi siempre ha de aparecer la opción de modificar las cosas, de mejorarlas, o de intentar verlas con otros ojos u otra perspectiva. Y, sin duda, la opción de quitarle el adjetivo calificativo y dejarlo en el hecho sin más.

Como todo lo escrito son generalidades, sería interesante que revisaras en ti cómo te afectan las cosas que no aceptas, que vieras si es agradable persistir en esa actitud si es de algún modo dañina, si crees que sería mejor que actuaras de otra forma, y que valorases la posibilidad de aceptarlo sin más –y que no te duela- o la de de esforzarte en cambiarlo, si ello es posible o aunque sea un poco imposible.

A partir de ahora ya es un asunto tuyo

Te dejo con tus reflexiones…

Francisco de Sales es el creador de la web www.buscandome.es orientada al Desarrollo y Crecimiento Personal y Espiritual de las personas interesadas en el mejoramiento de su vida.

domi Desarrolla tu fuerza de voluntad.

¿Qué es la fuerza de voluntad?

Si tuvieras que calificar tu fuerza de voluntad ¿cuánto te pondrías?

¿Cuánto te gustaría ponerte?

Creemos que cuando no podemos hacer algo es por falta de voluntad y que si no la tenemos, no podemos obtenerla.
Esto es un gran error.

podemos desarrollar y fortalecer nuestra fuerza de voluntad, pero primero tenemos que entender su significado.

<color=»#000000″>La fuerza de voluntad es la capacidad (la energía y el conocimiento) que tenemos para controlar nuestros impulsos y nuestras conductas.
Para dirigir nuestros pasos hacia donde nosotros queremos.

Tener voluntad es lograr llevar a cabo acciones claras, definidas y concretas, basadas en nuestrosdeseos y nuestras decisiones.

Nadie carece completamente de esta capacidad, porque no podría sobrevivir.
No podría encausar su vida, en ningún aspecto.

Imagínate que sucedería si todas las personas que creen que no tiene fuerza de voluntad, se dejaran llevar por sus impulsos.

 

  • Comerían, beberían o fumarían hasta enfermar o morir.

  • Golpearían e insultarían a cualquiera que los hiciera enojar, por lo que vivirían peleándose con todo mundo.

  • Abandonarían a su familia, trabajo y responsabilidades, cada vez que se sintieran presionados o agobiados.

  • Etc.

 


Todos hemos deseado actuar así en algún momento.
Y todos nos hemos controlado la mayor parte de las veces.

Por lo tanto, todos tenemos fuerza de voluntad.
Pero la tenemos en ciertas áreas y en otras no.

En las que no la tenemos, podemos aprender a hacerlo

Los pilares de la fuerza de voluntad.

La fuerza de voluntad está íntimamente relacionada con los siguientes elementos:

  1. Nuestra motivación.

  2. Autoestima.

  3. Tolerancia a la frustración.

  4. Creencias respecto al cambio, éxito y fracaso.


Nuestra motivación.

Para estar motivados es importante que la meta sea importante para nosotros.
Que sea nuestra meta y que sea realista, alcanzable.

La motivación está relacionada con darle valor a lo que hacemos.
Con sentirnos entusiasmados y estar dispuestos a hacer el esfuerzo que se requiere.
Es una actitud ante la vida.

¿Conoces la siguiente historia?

Cuentan que un caballero que se dirigía a Santiago, se detuvo a descansar en Miranda de Ebro.
Mientras reposaba, miraba a tres canteros que realizaban exactamente el mismo trabajo, pero con una actitud muy diferente.

Intrigado, le preguntó al primero:
– Perdone, ¿qué es lo que está usted haciendo?
El hombre le contestó de mala manera:
– ¿No lo ve? Estoy picando piedras.

Entonces, el caballero se acercó al segundo, que trabajaba muy concentrado en su labor y le hizo la misma pregunta.
El cantero se volvió hacia él y con mucha parsimonia le empezó a relatar:
– Está clarísimo.
Pulo las piedras con el cincel y el buril para que puedan ser trabajadas más fácilmente.

Por último, el caballero se dirigió hacia el tercer hombre que silbaba y cantaba mientras picaba las piedras.
Al oír la pregunta, el cantero miró al forastero con una amplia sonrisa y le respondió entusiasmado:
– ¡Estoy construyendo la catedral de Burgos!

¿Con cuál de los tres hombres te identificas?


Una buena autoestima.

Una autoestima alta ayuda a mantener la fuerza de voluntad.

¿Por qué?

Porque si me siento capaz de hacer las cosas, las voy a hacer a pesar de las dificultades.
Si no me devalúo cuando fallo, no le temo a los errores y a los fracasos y éstos no me limitan.


Tolerancia a la frustración.

Tener fuerza de voluntad implica actuar.
Y actuar, significa esfuerzo, progreso y frustración.

Si acepto la frustración como parte de la vida y aprendo a tolerarla y a manejarla, mi fuerza de voluntad no se debilita.


Creencias respecto al cambio, éxito y fracaso.

Nuestros pensamientos, ideas y creencias influyen en nuestras emociones y en nuestra conducta.

Si estoy convencido de que no soy capaz de hacer ciertas cosas, ni siquiera voy a intentar hacerlas.
Si creo que mis errores demuestran que soy un fracasado, ante la posibilidad de no tener éxito me justifico, diciendo que no tengo fuerza de voluntad.

Pero nuestras creencias y estilo de pensamiento pueden estar equivocados y pueden ser cambiados.

Cuando sientes que te falla la fuerza de voluntad, pregúntate a qué crees que se debe.

¿Tal vez no estás motivado, porque no es algo que tú realmente deseas?
¿Quizás consideras que no vale la pena el esfuerzo?
¿Que el costo es mucho mayor que el beneficio?
¿O crees que no vas a poder lograrlo?
Si es así, ¿por qué lo crees?
¿Piensas que no puedes soportar el malestar momentáneo que implica hacer el esfuerzo?
¿Crees que si no lo logras, vas a ser criticado por los demás o por ti mismo?
¿No sabes cómo hacerlo?

Analiza estas y otras posibles opciones y descubre la causa real que te está impidiendo realizar el esfuerzo necesario para lograr tus metas.

Con frecuencia, tenemos ciertas opiniones y criterios equivocados y un estilo de pensamiento parcialmente incorrecto, que nos impiden lograr nuestras metas y mejorar nuestra calidad de vida.

Pero estos obstáculos tienen solución.
Podemos vencerlos.

Adopta una actitud positiva.
Confía en que sí puedes lograr lo que te propongas.
Sólo tienes que aprender a vencer dichos obstáculos.

No te regañes por lo que no has hecho.
No busques ejemplos que demuestren que, como no lo has logrado en el pasado, no lo vas a lograr en el presente o en el futuro.

Recuerda que tu conducta es resultado de lo que has aprendido.
Todo aprendizaje puede ser substituido por uno nuevo.

No confundas la fuerza de voluntad con el sacrificio y el sufrimiento que piensas que ésta implica.

Para aprender una conducta o un nuevo hábito, tenemos que practicar, equivocarnos, corregir los errores y seguir practicando.

Todos tenemos facilidad para hacer algunas cosas y dificultad para otras.
Lo importante no es hacer sólo lo fácil.

Lo verdaderamente importante, es hacer lo que necesitamos para estar mejor.
Las cosas son difíciles cuando no sabemos hacerlas y se vuelven fáciles cuando aprendemos a realizarlas.

http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/fuerza-de-voluntad.html

 

domi Sincronicidad: el significado de las coincidencias en un universo espejo

Investigamos a fondo la sincronicidad, uno de los grandes enigmas del universo: ¿cuál es el significado de las coincidencias? ¿pueden haber eventos sin causas? ¿borran las sincronicidades la frontera entre el mundo de los sueños y el mundo despierto? ¿Seguir las sincronicidades, los signos sutiles en el camino, nos puede llevar al Tao?

Uno de los aspectos más enigmáticos y cautivadores del universo en el que vivimos es la sincronicidad. A todos nos ha pasado en alguna ocasión una coincidencia tan improbable que nos resulta ominosa, mágica, epifánica o perturbadora. Conexiones entre sucesos, personas e información que trascienden la realidad convencional: como si las cosas tuvieran hilos invisibles que sólo por momentos —en estados de conciencia elevados o por una misteriosa alineación— podemos vislumbrar.

Aunque el concepto de sincronicidad existe al menos desde el tiempo de los Vedas, fue el psicólogo suizo Carl Jung quien acuñó el término e inició el estudio de este fenómeno de manera rigurosa, si no científica: la dificultad de abordar la sincronicidad desde una metodología solamente científica yace en que los eventos que se concatenan lo hacen sin tener una causa, al menos no una causa que podamos encontrar dentro de los límites de la física clásica y de un universo mécanico. Consciente de la vastedad y elusividad del principio de la sincronicidad, Jung ensayó diversas definiciones a manera de un acercamiento teórico. Empezando desde lo más general y sintético podemos decir con Jung que la sincronicidad es “la ocurrencia temporal coincidente de eventos acausales”, que es un “principio de conexión acausal”, una “coincidencia significativa” o que es un “paralelismo acausal”.

Pero la sincronicidad para Jung va mucho más allá de estas someras descripciones. Toca y se entronca con los campos más profundos de la mente humana, siendo en muchos casos una manifestación externa del inconsciente colectivo, a veces materializada a través de símbolos. Jung creía que las “coincidencias” no solo estaban gobernadas por el azar —siendo que su probabilidad de suceder era tan poca que podrían considerarse estadísticamente significativas— sino por una dinámica más profunda. Coincide en esto con el texto gnóstico del Kybalion, que dice: “Azar no es más que el nombre que se da a una ley desconocida; hay muchos planos de causación”. Y para ampliar la madeja de posibles conexiones, recordemos que Don Juan le dice a Carlos Castaneda, como si fuera un experto jugador de póquer de realidades alternas, que la suerte es una forma de poder.

Al igual que su concepto de los arquetipos, Jung, lo mismo que el físico Wolfgang Pauli, pensaba que la sincronicidad era una expresión de lo que llamaba unus mundus, una realidad unificada subyacente de la cual todo lo que vemos emerge y a la cual todo regresa. Este unus mundus es similar a la teoría de la mecánica cuántica de David Bohm expuesta en La Totalidad y el Orden Implicado, en la que se postula la existencia de una especie de mar universal de energía infinita del cual se desdobla —o se ex-plica— el mundo material fenoménico que percibimos, el cual apenas es una ondulación en la superficie de lo inconmensurable. Para Jung la improbable pero significativa coincidencia de una sincronicidad era posible por el hecho de que tanto el observador como el evento observado a fin de cuentas brotan de una misma fuente, del unus mundus. Es decir, la conexión acausal, a distancia, sin la aparente acción de una fuerza física (conocida) sería posible porque en profundidad todos los eventos y todos los sujetos que perciben un evento no son más que la misma cosa. El uno es el otro: es el mismo. “We are like islands in the sea, separate on the surface but connected in the deep”, dijo à propos William James. Es como si todo lo que ocurriera en el universo en realidad ocurriera dentro de una sola mente, que por momentos y siempre en la superficie, padece una esquizofrenia omnipotente. Pero más allá de sugerir esta idea un tanto trillada de la unidad subyacente, del todo en cada parte, del holograma que se proyecta en el mundo, en fractales, invetiguemos la sincronicidad y deshebremos el misterio de la coincidencias.

Cables de un Universo Paralelo /¿Qué hay detrás de una coincidencia?

Después de esta breve introducción al fascinante mundo de la sincronicidad, entremos en materia. Aquí lo interesante son las sincronicidades, las experiencias, lo que se vive y mistifica. Estoy seguro de que todas las personas que están leyendo este texto sobre la sincronicidad —el cual pretende ser un espejo— han sentido el asombro medular de descubrir que una coincidencia en sus vidas tiene un significado oculto. Es decir, que más allá de lo inefable y extraño que puede ser que yo me haya encontrado en la calle a una persona que no había visto hace años justo después de haber soñdo con ella la noche anterior, o de que por alguna razón decido abrir un libro y en esa página “azarosa” me encuentro con la palabra extacta que antes ya flotaba en mi mente, o tal vez estoy considerando viajar y salgo a la calle y veo las placas de un coche que dicen LSD, estas co-ocurrencias nos están diciendo algo, el universo o nosotros mismos estamos queriendo comunicar algo, algo que va más allá de la trivialidad cotidiana en la cual generalmente nos movemos. Veamos algunos ejemplos.

En su ensayo Synchronicity (1952) Jung relata un evento sincrónico que ha pasado a ser un referente:

Una joven paciente soñó, en un momento decisivo de su tratamiento, que le regalaban un escarabajo de oro. Mientras ella me contaba el sueño yo estaba sentado de espaldas a la ventana cerrada. De repente, oí detrás de mí un ruido como si algo golpeara suavemente la ventana. Me di media vuelta y vi fuera un insecto volador que chocaba contra la ventana. Abrí la ventana y capture a la criatura mientras volaba hacia el interior de la habitación . Era la analogía más próxima a un escarabajo de oro que pueda darse en nuestras latitudes, a saber, un escarabeido (crisomélido), la Cetonia aurata, la «cetonia común», que al parecer, en contra de sus costumbres habituales, se vio en la necesidad de entrar en una habitación oscura precisamente en ese momento. Tengo que decir que no me había ocurrido nada semejante ni antes ni después de aquello, y que el sueño de aquella paciente sigue siendo un caso único en mi experiencia.

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Jung interpretó que la aparición material de un escarabajo onírico tenía un contenido simbólico altamente significativo para el presente de su paciente. El escarabajo es un símbolo egipcio del renacimiento —algo que la psique dentro de un proceso de sanación o de alquimia necesita experimentar: morir para renacer en su sí mismo; los símbolos son el lenguaje de los sueños. Esta afirmación en la realidad “objetiva” de la imaginación subjetiva nos sugiere que la sincronicidad podría actuar como un vaso comunicante entre el mundo de la vigilia y el mundo de los sueños, erradicando, al menos parcialmente, la brecha supuestamente insalvable entre estos mundos. Según Braud y Anderson, la sincronicidad es ”una coincidencia significativa entre un estado interno, usualmente de necesidad, y un evento externo inexplicable que corresponde a/o responde la necesidad”.

Siguiendo este tren de ideas podemos hablar de algo como un “dreamwake continuum“, similar a Alcheringa, el “Tiempo del Sueño” de los aborígenes australianos, en el que se disuelven las fronteras entre lo que soñamos y vivimos, es más, lo que hacemos soñando se filtra a la realidad y se convierte en lo que vivimos —posiblemente las ideas platónicas y los arquetipos que gobiernan el mundo en la psicología jungiana se proyecten a nuestra realidad desde estos espacios astrales de ensueño. El mismo Jung percibió esta analogía creativa en la sincronicidad: “La sincronicidad en sentido estricto solo es un caso especial de un orden general acausal que da lugar a actos de creación en el tiempo“. De manera más poética, Octavio Paz había dicho: “Hay que dormir con los ojos abiertos /hay que soñar con las manos/soñemos sueños activos de río/buscando su cauce/sueños de sol soñando sus mundos”. Una disciplina etérea probablemente rendirá frutos: las imágenes que generamos en el fuero interno —con el fuego interno— se podrán volver vibrantes edificios para experimentar los deseos narrativos más profundos de nuestro espíritu.

Regresando a las experiencias puntuales de sincronicidad —y es inevitable tomar excursiones momentáneas para conectar diversos aspectos, cauces no lineales que confluyen simultáneamente tejiendo un mandala más complejo— recordemos que Jung escribió que el caso del escarabajo dorado fue el más sobresaliente ejemplo de sincronicidad que vivió. Tal vez esto sea cierto pero quizás haya una sincronicidad entrelazada a Jung aún más sorprendente. En el marco del 40° aniversario de la muerte de Carl Gustav Jung, la Dra. Irene Gad contó la siguiente anécdota sincromística:

La tarde en que Jung murió, una gran tormenta eléctrica estalló sobre su casa en Künsnach, como si la naturaleza misma se hubiera movilizado a reconocer el evento. Y casi justo en el momento en el que murió, un relámpago atronó su árbol favorito en el jardín. Algunos años después Laurens van der Post estaba haciendo una película sobre la vida de Jung. La última secuencia iba a a ser filmada en la casa de Jung.

Laurens van der Post continúa:

Cuando llegó el momento de hablar directamente a la cámara de la muerte de Jung y empecé a describir cómo un rayo demolió su árbol favorito, otro rayo cayó en el jardín. El relámpago sonó tan fuerte que me produjo un sobresalto. Y hasta la fecha, el sobresalto, el relámpago y el impedimento de habla que me provocó pueden ser vistos en la película, así como el rayo aparece en la pantalla sobre el lago atormentado y los árboles agitados por el vendaval.

El relámpago, se sabe, es el símbolo de la divinidad suprema en diferentes culturas y evoca una especie de muerte luminosa. El árbol evidentemente es el símbolo más común de la vida. Jung se habría servido un festín simbólico para analizar esta, su última sincronicidad. De cualquier forma parece una tributo merecido del universo —un broche de oro Ouroboros— que el padre de la sincronicidad haya dejado el mundo con una sincronicidad tan especial. Un sí celestial, una caravana cósmica o un dios que le cierra el ojo. Y a la vez el rayo en el cielo como un eterno signo de interrogación, de un enigma que pese a tener un momento de desnuda claridad, sigue ahí.

SINCRONUMEROLOGÍA

Los númenes de la sincronicidad, esos geniecillos de las manecillas de la realidad, también habitan en los números. Uno de los casos más comunes en la actualidad es el fenómeno del 11:11. Click . Cientos de miles de personas, acaso por la sugestión mental del New Age o por un código planetario en aras de activarse, reportan tener momentos epifánicos constantemente detectando esta hora. “Sí, la sincronicidad. Estás codificando tu propia vibración y permitiendo que tu conciencia te recuerde que estás en esa vía, cuando estás en esa frecuencia. Algunos individuos usan diferentes números en diferentes momentos”, dice Bashar. Lo interesante de esto es que el llamado reloj biológico interno parece derramarse, como el tiempo líquido de Dalí, hacia el mundo externo, el cual, entonces, se convierte en nuestro espejo —un espejo como el de Alicia.

La sincronicidad numérica más popular en las dimensiones que frecuentamos en Pijama Surf es la del número 23, la cual ha sido popularizada por Robert Anton Wilson, uno de nuestros escritores favoritos:

Escuché por primera vez sobre el enigma del 23 de William S. Burroughs, autor de Naked Lunch,Nova Express, etc. Según Burroughs, él había conocido a un tal Capitán Clark, cerca de 1960 en Marruecos, quien había presumido haber navegado 23 años sin accidentarse. Ese mismo día, el barco de Clark tuvo un accidente que mató a todos abordo. Cuando Burroughs estaba pensando en este crudo ejemplo de la ironía de los dioses, esa tarde, un boletín en la radio anunció el choque de un avión en Florida. El piloto era otro capitán Clark y el vuelo era el 23.

El caso del número 23 en la mente de uno de los escritores más psicodélicos pero también uno de los menos crédulos nos conduce a un extraño túnel de realidad:

El 23 de julio de 1973 tuve la impresión de ser contactado por algún tipo de inteligencia avanzada del sistema estelar binario de Sirio. He tenido extrañas experiencias psíquicas como esa durante algunos años y siempre las registro cuidadosamente, pero me niego a tomarlas literalmente, hasta que o solo si obtengo evidencia de naturaleza objetiva que las sustenta.

Anton Wilson descubrió que el 23 está estrechamente asociado a Sirio. Los sacerdotes egipcios empezaban sus rituales dedicados a esta estrella (a su vez asociada a una divinidad) el 23 julio, fecha en la que empiezan los días de la canícula. Sirio está en la constelación del Canis Mayor. Anton Wilson encontró múltiples coincidencias relacionadas con Sirio, el número 23 y ciertos fenómenos que ocurrieron en su vida (algunas de las cuales pueden consultarse aquí). Quizás lo más sobresaliente fue el encuentro del libro The Sirius Mystery, en el que Robert KG Temple propone, investigando a la tribu africana de los Dogon y su aparente conocimiento del sistema estelar binario de Sirio sin contar con herramientas tecnológicas que lo hiceran posible, que un contacto entre una civilización proveniente de Sirio y la Tierra ocurrió cerca del años 4500 AC. Algunos años después Anton Wilson, autor del libro Illuminatus! Trilogy, desestimó su creencia temporal de haber recibido comunicación astral y la atribuyó a diversos factores más terrenales. Como parte de su espíritu agnóstico, sin embargo, tampoco la descartó del todo.

Añadiendo un poco a este telar de conexiones, se me ocurre que el número 23 en nuestra época está sobre todo relacionado con Michael Jordan, quien lo usó inmortalmente en el dorso de su jersey. Curiosamente Jordan y sus Chicago Bulls durante años salieron a la cancha en la oscuridad con la canción “Sirius” de Alan Parsons Project. Este track en el disco original está mezclado con el track “Eye in the Sky”, el cual remite al Ojo que Todo lo Ve, al Ojo de Horus, que actualmente se asocia con la mítica y un tanto cómica sociedad secreta de los Iluminati, la cual tuvo en Robert Anton Wilson a su máximo crítico

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=R7nJv3IDJkA[/youtube]

UN EJEMPLO PERSONAL DE SINCRONICIDAD

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Entre la microsociología y el interaccionismo simbólico: Relaciones sociales e interacción social en George Herbert Mead y Erving Goffman

  En sociología se trabajan con conceptos clave, que permiten comprender el significado y hallar una explicación a los fenómenos sociales y las acciones colectivas. Estos conceptos, se han empleado en buena parte de las escuelas de pensamiento y teorías sociológicas. Así, es de gran familiaridad, encontrar las palabras “interacción social” y “relaciones sociales”.

Entre la microsociología y el interaccionismo simbólico

    Cada escuela de pensamiento, aporta y entrelaza estos conceptos en sus paradigmas; sin embargo, teorías como el marxismo, el funcionalismo, la sociología comprensiva, el estructural-funcionalismo y la teoría crítica, trabajan con explicaciones macro-estructurales, es decir, analizan las estructuras sociales de una época determinada, sin ahondar en el elemento más básico de cualquier sociedad: el individuo.

     La inconformidad con los paradigmas macrosociales, es que los fenómenos sociales visualizados tienden a una generalización profunda. Las generalizaciones causales tienden a una problemática central, pasan desapercibidos los casos concretos de socialización en contextos sociales muy reducidos. Y en más de una ocasión, se le ha reconocido a las explicaciones microsociales, la capacidad de transformación de los actores sociales en escalas pequeñas.

    Este artículo, somete a una revisión exhaustiva, la interpretación microsocial de “interacción social” y “relaciones sociales”. Para esto, recurro a uno de los fundadores directos del interaccionismo simbólico, George H. Mead; después, realizaré un bosquejo en los escritos de Erving Goffman, principalmente en su obra La presentación de la persona en la vida cotidiana, donde expone las relaciones sociales a través de los roles sociales y los escenarios.

    En el primer apartado, realizo un esbozo acerca de los conceptos empleados por Mead para analizar la interacción social. Esto incluye “el yo”, “el mí” y “el otro generalizado”, conectándolos con el proceso de socialización.

    La segunda parte, consiste en revisar las relaciones sociales a través de los roles, expresados por medio de los escenarios sociales. Ya que el espacio es reducido, y las definiciones propuestas por Goffman son amplias, sólo trataré los elementos de mayor importancia.

 George H. Mead: La comunicación y la adopción de roles por medio de la interacción social.

      George H. Mead es uno de los teóricos sociales más originales de la primera mitad del siglo XX. A pesar de que no escribió libro alguno, se conservan sus discursos, gracias a las notas de sus alumnos en la Universidad de Chicago. Los apuntes reúnen sus principales ideas y dan paso a una obra distinguida en la teoría sociológica. “Espíritu, persona y sociedad”, marca una etapa dentro de la sociología y la psicología social.

    En esta obra, Mead aborda la interacción social desde perspectivas innovadoras. Se apoya en el conductismo social, estudia el lenguaje como construcción social y la vía por la cual se transmiten los roles sociales y determinados valores. A partir de esto, llega a la conclusión de que los seres humanos son conformamos simbólicamente por medio del lenguaje.

    Los componentes que permiten la constitución de los seres humanos, es por medio de la socialización con otros de su especie. La personalidad, la identidad, el concepto propio del individuo y cualquier característica personalizada, son producto de la integración a los grupos sociales. Los componentes de la interacción que posibilitan la incorporación de comportamientos y conductas en los individuos, son el “yo”, el “mi” y el “otro generalizado”.

    Bajo los conceptos anteriormente mencionados, se construye la base de la persona. La comunicación transmite de forma simbólica, las normas, las pautas de comportamiento y los roles socialmente establecidos.

El otro generalizado y la adaptación del individuo.

     Los seres humanos somos seres sociales por excelencia. Esta máxima se refleja en cualquier parte del mundo. No pueden existir personas aisladas, ni sujetos que hayan adquirido su humanidad de manera autónoma e individual. Las relaciones sociales son el pilar fundamental que rige la vida colectiva.

    En “Espíritu, persona y sociedad”, hay un concepto clave, localizado en el apartado de la persona. Ahí Mead explica como es que se consolidan las relaciones sociales de manera automática, y cómo hallan su reproducción dentro de la interacción de los grupos sociales.

    Los actores sociales estamos integrados en un mundo construido socialmente. Bajo esta lógica, podemos adquirir las pautas de comportamiento validas para un contexto y que este nos valga la anexión a los distintos conglomerados sociales.

    La adaptación de los individuos parte de la adopción de las conductas socialmente establecidas. En este proceso se configura la personalidad del individuo, relacionándose con sus similares e interactuando con estos. A este proceso Meda lo define de la siguiente manera:

  “La comunidad o grupo social organizados, que proporciona al individuo su unidad de persona puede ser llamado “el otro generalizado”. La actitud del otro generalizado es la actitud de toda la comunidad. (…) Además, del mismo modo que adopta las actitudes de otros individuos hacia él y de ellos entre sí, tiene que adoptar sus actitudes hacia las distintas fases o aspectos de la actividad social común o serie de empresas sociales, en las que, como miembros de una sociedad organizada o grupo social, están todos ocupados”.

(Mead, 1968: 174)

     Entiéndase al otro generalizado, como la capacidad de los individuos para interactuar y coordinarse ellos mismos; es la introducción de los comportamientos socialmente establecidos a su personalidad. El otro generalizado se relaciona con el imaginario social de una colectividad, la diferencia radica en el contexto específico de cada comunidad. Pero no solo es eso, los actores tienen en sus manos, transformar elementos de esa cosmovisión, sin dañar en forma permanente los elementos centrales.

    De esta manera, los individuos tienen razón de ser, si son parte de un grupo, que les brinda identidad, una forma de pensar, actuar y relacionarse con los demás. La función del otro generalizado es la de adecuar al individuo en modo funcional para el grupo social o la comunidad donde se encuentre.

    Cabe mencionar que el otro generalizado puede ser modificado, a través de los roles, la reciprocidad de las relaciones sociales y con el paso del tiempo, se van transformando acorde a las tendencias y los procesos de socialización.

 El “YO” y el “MI”.

     La interacción social, sólo es posible cuando existe una reciprocidad entre las actitudes de los sujetos. Se requiere de una comprensión mutua entre los actores que interactúan, para que se produzca un intercambio de conductas y de esta manera haya una respuesta óptima.

    En la medida que los seres humanos nos entrelazamos socialmente, requerimos de ciertos elementos que nos permitan diferenciarnos de los demás, y simultáneamente nos apropiemos de las conductas socialmente establecidas. Para que haya cambio de gestos, comunicación verbal y corporal, es indispensable acoplarse a las situaciones sociales que se viven al momento. A esta dificultad, Mead agrega el concepto del “yo”. El “yo” es la capacidad que tengo como individuo para reafirmarme a través de los otros, adaptarme a su forma de pensar, actuar y de ser, de esta forma puedo interactuar libremente con ellos. Por otra parte, el “mi” es una actitud social, que se reproduce en el comportamiento de una comunidad y se inserta en el individuo, por lo tanto el “mi” establece las pautas de acción colectiva. Mead define estos conceptos de la siguiente manera:

    “El “yo” es la reacción del organismo a las actitudes de los otros, el “mi” es la serie de actitudes organizadas de los otros que adopta uno mismo. Las actitudes de los otros constituyen el “mi” organizado (…) El “yo” es la acción del individuo frente a la situación social que existe dentro de su propia conducta, y se incorpora a su experiencia (…) El “mi” surge para cumplir tal deber”.

 

(Mead, 1968: 186)

 

    El yo y el mi son las fases de la interacción, que permiten acoplarse al otro generalizado de la comunidad o grupo social. El yo es la capacidad de los sujetos para expresarse, por medio del lenguaje oral, corporal o señales, el yo reafirma a las personas con relación a los demás. Por el contrario, el mi son las conductas y actitudes comunes en un grupo, y que los individuos deben transmitir a los otros para generar la interacción cotidiana. El yo y el mi garantizan una idónea comunicación, ya sea el habla, el lenguaje corporal o los gestos, los seres humanos somos simbólicos en todos los aspectos y así es nuestra forma de interactuar socialmente.

Erving Goffman: Las relaciones sociales por medio de los escenarios y los roles.

     El análisis realizado por Erving Goffman, es innovador en la teoría sociológica, al poner su atención en los seres humanos y la manera como llevan su vida cotidiana. Goffman se centra en las relaciones sociales y como se tejen a partir de distintos escenarios, es decir, cómo es que los seres humanos somos influenciados por los escenarios sociales y éstos determinan nuestra actuación a lo largo del día.

    En “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, se ofrece todo un marco conceptual para definir las relaciones sociales por medio de los papeles asignados a cada persona. Según sea la situación social a la que esté inserta en un momento determinado. Conceptos como la fachada, la realización dramática, idealización, el control expresivo, tergiversación, mistificación, realidad y artificio etc., son parte de la actuación que ejecutamos todo el tiempo.

    La presentación de la persona en la vida cotidiana, se asemeja a un teatro, donde los actores sociales representan de forma casi perfecta su rol, adaptándose al guión y la actuación que el papel conlleva. Es en este teatro, donde nos conformamos socialmente y nos relacionamos conforme sea nuestro rol en turno. Corresponder al papel de hijo se representa de una forma, mientras que ser trabajador lleva otro comportamiento, lo mismo que las relaciones familiares y personales, mostramos una porción de nuestra persona; es así como nos construimos socialmente, somos determinados por el entorno y reaccionamos acorde a las necesidades del momento.

La representación: La fachada. 

    La representación de los roles sociales, está fijada por el escenario en el que se desarrolla. Todo contexto tiene un trasfondo escénico y éste determina la manera en que la persona se identifica con su actuación. El término de fachada abarca distintos ámbitos y características; entre ellos se encuentran los modales, la apariencia, la manera de dirigirse a un público, los gestos corporales, el lugar de trabajo, las actividades cotidianas entre otros.

    La fachada social es una construcción que va más allá de un tiempo determinado, y en otros casos es temporal, se acopla a los papeles que ejecute el actor. Por fachada Goffman entiende lo siguiente:

    “(…) a la parte de la actuación del individuo que funciona regularmente de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan dicha situación. La fachada, entonces, es la dotación expresiva de tipo corriente empleada intencional o inconscientemente empleada por el individuo durante su actuación”.

 (Goffman, 1959: 14) 

    Bajo esta definición, Goffman advierte la necesidad de identificarnos con una serie de elementos distintivos. El medio en el cual nos relacionamos, el vestuario de una persona y el modo de dirigirse hacia sus interlocutores, influyen profundamente en las relaciones sociales. Si nos hallamos en un club social y es para un público selecto y distinguido, lo más probable es que un trabajador manual, una persona en situación de calle o un comerciante no sean bienvenidos. No cumplen con la vestimenta adecuada, no tienen un medio de transporte de renombre y sus condiciones sociales advierten cierta inferioridad frente al estatus de los asistentes. De cierta manera, su propia fachada es lo que los excluye de socializar y lograr concretar relaciones sociales con los estratos sociales superiores.

    La fachada no es fija, tampoco se diluye fácilmente, solamente se moldea de acuerdo a los contextos y situaciones sociales presentes. Por último, la fachada social es el rol social interpretado por un actor social, y el recibimiento que obtiene para con los otros individuos, es lo que conforma el tipo de fachada social.

La expresión subjetiva: La realización dramática.

     Cuando se habla de la realización dramática, nos referimos a la capacidad de los actores sociales por congeniar con el auditorio y expresar sus estados de ánimo y emociones; sin embargo, en muchas ocasiones el actor se ve contrariado por la dificultad del papel, ya que ostenta rasgos predeterminados, y si falla en su ejecución, tiene que lidiar con las repercusiones. Se entiende por realización dramática lo siguiente:

    “Mientras se encuentra en presencia de otros, por lo general, el individuo dota a su actividad de signos que destacan y pintan hechos confirmativos (…) Porque si la actividad del individuo ha de llegar a ser significante para otros, debe movilizarla de manera que exprese durante la interacción lo que él desea transmitir. (…) se puede pedir al actuante que no solo exprese durante la interacción las capacidades que alega tener sino que también lo haga de forma instantánea”.

(Goffman, 1959: 19)

 

    En la realización dramática se alternan las máscaras de los individuos; al tratar de igualar sus emociones y estados de ánimo para que la interacción resulte correcta, deben dominar ciertos comportamientos preestablecidos para aquellos roles. Siempre habrá una diferencia entre lo que se piensa, cómo se actúa y cómo se transmite al auditorio. Ésta diferencia de lo que se espera de una dramatización y lo que resulta, pone en evidencia que las actuaciones varían según el contexto, el medio y el esfuerzo que realice la persona para interpretar su personaje a la perfección.

 Bibliografía. 

Goffman, Erving, La presentación de la persona en la vida cotidiana, Amorrortu editores, Buenos Aires, Argentina, 1959, 320 Págs.

Herbert Mead, George, Espíritu, persona y sociedad, Paidòs Editorial, Buenos Aires, 1968.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=133009 (imagen).

http://ssociologos.com/2014/12/23/entre-la-microsociologia-y-el-interaccionismo-simbolico-relaciones-sociales-e-interaccion-social-en-george-herbert-mead-y-erving-goffman/