En mi opinión, es un error tomar la decisión de cambiar. (Y ahora, a ver cómo soy capaz de justificar esta opinión)
No me refiero a que sea malo querer ser de otro modo distinto para quien no está a gusto con su modo de ser o manifestarse habitualmente, a lo que refiero es al error de plantearlo como un CAMBIO.
Básicamente, querer cambiar proviene del hecho de no encontrarse a gusto con el modelo de persona o personaje que uno está representando. Ese modelo que ha formado en sus primeros años de vida, y sin ser consciente de ello, en base a los datos y directrices que le han ido inculcando sus padres y educadores.
Si le han dicho que es torpe, por ejemplo, y como en esa temprana edad no se tiene criterio propio, y como además se confía en los progenitores y educadores, uno empieza a ser y mostrarse como torpe, porque le han hecho creer que es un convencimiento propio, y también para no defraudar a quienes le dijeron que era torpe. Si le dijeron que era inútil, tonto, lento, feo, o que no valía o no se merecía nada, el personaje que va creando tiene esos ingredientes y actúa y se comporta como tales.
Si para contentar a sus padres tiene que acatar lo que le digan sin poder opinar -y menos aún protestar-, entonces, para contentarles y para sobrevivir, no le queda otro remedio que adoptar y desarrollar un personaje –una especie de personalidad- que contenga los elementos que le exigen para darle su beneplácito, y que además no contenga ninguna de las cosas que les resultan desagradables a los otros para que de ese modo, al cumplir los requisitos y condiciones que les imponen los otros, le den un poco de cariño o atención. Los padres, y muy posiblemente sin darse cuenta, están creando un ser necesitado de cariño que por recibir una migaja de atención o un sucedáneo de cariño por parte de los otros será capaz de renunciar a sí mismo, a sus derechos y sus merecimientos, y de mendigar hasta la humillación para conseguir la atención de los otros. Un monstruo para sí mismo.
A veces, uno observa a una persona que admira -o que envidia-, o algunas actitudes o el modo de ser que le gusta de otra persona, y dentro de sí escucha una vocecita que le dice que tendría que cambiar, que tendría que tomar como modelo a ese otro y parecerse a él, que en la apreciación personal le parece excelente. Y es ahí, precisamente, donde comienza el drama, porque no va a pretender ser él mismo sino que lo que está pretendiendo es inventarse un nuevo personaje que reúna unas cualidades ideales para ser, o aparentar ser, una persona perfecta o admirable.
Al personaje que creó para representar en su vida, en función de las opiniones de los otros ya que no tenía criterio propio, se denomina YO IDEA –porque está formado con las ideas de lo que cree que es- el personaje que ahora se pretende construir se llama YO IDEAL, y es un compendio de perfecciones y virtudes que se pretende incorporar al YO IDEA –para contrarrestar sus “imperfecciones y defectos”.
El proceso adecuado no sería incorporar un personaje a otro personaje -porque no convivirían bien y porque ambos están creados a partir de una mentira- sino que sería conveniente deshacerse primero del YO IDEA –y eso se consigue a partir de un proceso de Autoconomiento- y fomentando –y perfeccionando, pero no cambiando- quien uno es realmente.
Sustituir un personaje por otro personaje, aunque el segundo sea “mejor” nos condena a seguir sin ser nosotros mismos, porque el hecho seguir siendo un personaje nos obliga a seguir fingiendo quienes no somos. Eso conlleva tensión, incomodidad, desubicación, disgusto.
Es cierto que el nuevo personaje puede ser mejor aceptado por la sociedad, y que puede recibir halagos y sonrisas de complacencia, pero no obtendrá las propias sonrisas porque uno sabe, en su auténtico YO, que está siendo una farsa, un actor en un papel ajeno, un intérprete maquillado y disfrazado: el figurante de una historia falsa.
No hay que cambiar. Es un error.
Lo que hay que hacer es conocerse en la esencia, despojado de todos los personajes que hemos ido creando para sobrevivir o para agradar a los otros. Y hay que hacerlo sin miedo a qué vamos a encontrar por debajo de lo que creemos ser.
El Ser Humano está construido exclusivamente a partir de virtudes y cualidades. Todo lo que nos constituye es perfecto. Nuestra esencia es perfecta. No hay defectos, sólo virtudes.
Denominamos “defectos” a la parte de las virtudes y cualidades que no hemos desarrollado hasta el ciento por ciento de sus posibilidades. Uno no es egoísta, lo que pasa es que no ha desarrollado su generosidad hasta el ciento por ciento. Si uno lo hace, ya no queda espacio para el egoísmo con lo cual ese “defecto” desaparece. Uno no es antipático, lo que pasa es que no ha desarrollado su capacidad de amabilidad hasta el ciento por ciento. Si uno lo hace, ya no queda espacio para la antipatía con lo cual ese “defecto” desaparece.
Es necesario conocerse en profundidad, pero conocerse Uno Mismo y de verdad, y no conocer al personaje que creemos ser, el personaje que estamos interpretando.
Para darnos cuenta de lo que hemos incorporado a nuestra realidad –o sea, quienes no somos de verdad- podemos optar por la ayuda de un psicólogo o por quien nos pueda orientar, pero ha de ser el mejor profesional que podamos encontrar o permitirnos, ya que este es un asunto tan importante y tan delicado que caer en manos de un estafador o de alguien que no esté capacitado sin duda nos va a perjudicar.
Si esta opción no está a nuestro alcance nos queda el camino del Autodescubrimiento, de la observación, de la verdad –por supuesto-, de la comprensión, del descubrimiento de las mentiras que nos han o nos hemos contado, de la deseducación en lo que nos han educado erróneamente, y de la eliminación de las barreras que nos hemos autoimpuesto a base de miedos, complejos y traumas.
En mi opinión, para ese descubrimiento es muy útil el Análisis Transaccional. Invito a que se conozca a través de libros o buscando en internet textos donde esté bien explicado. Se puede encontrar lo más básico en estos enlaces:
LOS IMPULSORES:
http://es.scribd.com/doc/36979207/Los-Impulsores#fullscreen
LOS MANDATOS:
http://es.scribd.com/doc/36979213/Los-Mandatos#fullscreen
Conviene comprender perfectamente el efecto que provocan en nosotros los IMPULSORES –el modo en que nos movemos por nuestra vida- y los MANDATOS –las órdenes que nos inculcaron en la infancia por las que nos regimos inconscientemente-. En mi opinión, ahí está la base de casi todos los conflictos que tengamos.
Insisto en la necesidad imperiosa de deshacerse de todo aquello que uno no es realmente, de todo aquello que es perjudicial para uno mismo, deshacerse de miedos, complejos, traumas, mentiras, y lastres que arrastramos desde un pasado que se ha convertido en nuestro freno o nuestro enemigo.
Conviene conocer y reconocer la realidad de Uno Mismo, lo que Uno es de verdad, aunque sea o aparente ser poco. Siempre hay tiempo después de ir fomentando, alimentando, desarrollando lo que es propio.
Cambiar, no. Desarrollar el potencial y Ser Uno Mismo, sí.
Construir un YO IDEAL, no. Por muy “ideal” y maravilloso que aparente ser. Desarrollar el potencial y Ser Uno Mismo, sí.
El siguiente paso es RE – NACER.
Esta vez sin que alguien ajeno pueda intervenir transmitiendo o imponiendo sus criterios, sus opiniones, sus deseos o sus traumas. Esta vez no permitiremos que alguien se haga cargo de modelarnos a su gusto. Esta vez vamos a averiguar quiénes somos y vamos a ser quienes realmente somos. (Tal vez te interese leer el artículo titulado RE – NACER)
http://buscandome.es/index.php?topic=11214.0
Te dejo con tus reflexiones…