Somos sabiduría, el Ser es todo sabiduría, mas esa sabiduría llega hasta le mente y es allí filtrada, es procesada por ésta. Mas todas las impresiones que nos llegan vienen del Ser y pasan y llegan a nosotros a través del corazón.
El corazón no sólo es una bomba de sangre, sino que además, y por encima de todo, es nuestro centro energético.
Hace algunos años la Universidad de Oxford realizó un descubrimiento muy importante: el corazón tiene cerebro. Se han descubierto unas 40.000 neuronas y no sólo eso, también una compleja red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. También el corazón tiene un campo electromagnético que llega a una distancia de unos cuatro metros a nuestro alrededor, genera ondas de luz que constituyen la principal fuente de información sobre la cual el cuerpo y el cerebro construyen la red neural y la percepción del mundo.
Todas las ideas e impresiones que recibimos no se originan en la mente, sino en el corazón, simplemente del corazón pasan a la mente donde son procesadas, pues eso es la mente, un procesador, por eso es fría y calculadora. No puede crear información de ningún tipo, no tiene autonomía, lo único que hace es procesar todo lo que llega del Ser a través del corazón.
El corazón ya hace de filtro para nosotros debido a nuestro cuerpo físico, a través de la conexión con nuestro Ser, con nuestra conciencia. Mas es un filtro mucho más limpio y puro que la mente, pues el corazón está libre de ego, sin embargo la mente es la cueva del ego. Y que conste que el ego no es nuestro enemigo, él cumple una función muy importante y específica dentro de nuestros limitados y frágiles cuerpos físicos, pues se encarga de nuestro cuidado y supervivencia. Es lo que, por ejemplo, nos previene de sufrir accidentes, nos hace mantenernos alerta sobre algún posible peligro.
Sin embargo, cuando la información que pasa del corazón a la mente y ésta la procesa a través del miedo, nuestro ego comienza a desarrollarse en contra nuestra. Pues cuanto mayor son los «supuestos peligros» que nos rodean y acechan, mayor será nuestro ego para protegernos, pero… ¿protegernos de qué realmente?, pues para protegernos de una ilusión, la ilusión que hayamos dejado que nuestro propio ego creara.
Pues todo aquello que tememos no somos nosotros quienes lo tememos, sino nuestro apego. Todos nosotros somos seres espirituales, sin apego absolutamente a nada ni siquiera a la vida, pues nuestro espíritu es muy consciente de que no hay muerte, sino continuo cambio y su naturaleza es fluir con él.
El ego es nuestra conciencia primaria, nuestra conciencia más básica y primitiva, de menor frecuencia vibratoria y mayor densidad, en él nacen todos los apegos terrenales y de éstos nacen los miedos. Tu verdadero Ser entonces, es espiritual y jamás experimenta miedo, pues tu verdadero Ser responde a una conciencia superior de una alta y sutil frecuencia vibratoria.
Por eso en toda situación en la que puedas sentir temor, has de seguir adelante a pesar de tus miedos, porque estarás escuchando y siguiendo el dictado de tu corazón (de tu Ser) a pesar de que es filtrado por tu mente, que es la que produce ese temor a raíz de los apegos que hayas desarrollado a lo largo de tu vida.
Así pues, HAY QUE PENSAR CON EL CORAZÓN. Muchas ocasiones sentimos por ejemplo, que nos provoca esto o lo otro, cuando sabemos que es algo perjudicial para nosotros o tenemos tendencia a actuar de una determinada manera que sabemos que nos intoxica. Sin embargo, terminamos convenciéndonos de que nuestro cuerpo nos lo pide, que así nos nace y que no tenemos que reprimirnos. Mas estamos cayendo en nuestro propio engaño, pues esa emoción, ese impulso, es el resultado del procesamiento de nuestra mente, mas no de la voluntad del Ser. Conforme vayamos poniendo en práctica en nuestras vidas el aprender a discernir entre pensar con el corazón y pensar con la mente, con mayor facilidad identificaremos cuáles son nuestras impresiones genuinas y cuáles son las procesadas por la mente. Los pensamientos genuinos proceden del corazón. Y por supuesto, nuestros pensamientos genuinos nos hacen vivir el presente con paz y felicidad. Los pensamientos procesados de la mente nos desplazan al pasado o al futuro y nos terminan creando desestabilidad y sufrimiento.
Esta frase que últimamente se oye tanto, «Escucha tu voz interior«, no se refiere a otra que a la voz genuina de tu corazón (sin haber sido procesada por la mente).
En relación a esto, Oriente dice «No-mente«, Jesús dijo, «Haceos como niños«. Ambos conceptos vienen a ser lo mismo, comparten la misma raíz.
No-mente, es sin-pensamientos o sin-pensamientos procesados por la mente, pensamientos directos del Ser. Y hacernos como niños es pensar desde el corazón, sin el filtro de la mente, tal y como en su inocencia y pureza, hacen los niños pequeños.
Los animales ya dominan esta sabiduría del corazón, nos llevan muchos, muchos siglos de adelanto en esto. Ellos no desarrollan el ego como nosotros, mientras los humanos no se los estimulemos, sus egos permanecen como un equipamiento básico de supervivencia ante algún posible peligro que pueda acaecer, como la amenaza de un depredador por los alrededores o algo parecido, pero nada más, de ahí no pasa.
Los animales piensan con el corazón, por eso viven en equilibrio y armonía, comprometidos constantemente con el aquí y ahora, escuchan a su instinto natural, su sabiduría interna, que les llega directa de su Ser. El humano tiene mucho que aprender aún de los animales en este sentido.
Escucha a tu corazón y sobre todo empieza a dejar de identificarte con tu mente y comienza a discernir los pensamientos procesados que llegan a ti desde tu mente, de los que son genuinos de tu corazón. Esto es fácil (discernir unos de otros me refiero, obtener el dominio en ello conlleva práctica) los pensamientos de tu corazón te traen paz, satisfacción verdadera, relajación, tranquilidad, amor, felicidad. Los pensamientos procesados por tu mente te traen preocupación, malestar, incomodidad, inestabilidad, inseguridad, temor, culpa, vergüenza, frustración, angustia, ansiedad… bueno, la lista es larga.
Piensa con el Corazón y utiliza tu mente siendo muy consciente de lo que es, un simple procesador, una herramienta muy potente y que puede ser muy útil, pero una herramienta, nada más. No eres tú en absoluto, eso que te quede bien clarito.
El corazón es como un mar embravecido, siempre está generando energía. La mente en cambio, la consume, te desgasta…
Ahora que sabes esto, es la hora de tomar tu responsabilidad para contig@ mism@.
«Somos absolutamente libres
cuando somos absolutamente responsables»
La comodidad es lo que nos aleja de la responsabilidad y esto crea un círculo vicioso. El ego nos hace acomodarnos al «confort» de una vida de la cual no nos tengamos que responsabilizar y esto a su vez genera más ego. El resultado; apego, desolación, frustración, desvalorización, inferioridad, dolor y sufrimiento.
La comodidad nos reprime, reprime al Ser, a la conciencia que tú eres en verdad. La responsabilidad nos conecta al Ser, a tu conciencia superior.
Así pues, COMODIDAD es sinónimo de REPRESIÓN, mientras que RESPONSABILIDAD es sinónimo de CONEXIÓN.
CONEXIÓN, es el fenómeno más Grande que te puede suceder, es aquello que te permite fluir en la vida, aceptándola tal y como Es, sin lucha, sin expectativas, pretensiones ni deseos que te coloquen en conflicto. Con fe y confianza plena en la existencia, es reencontrarte contig@ mism@. Felicidad Plena proveniente de un corazón desbordado por el Ser.
Conectar contig@ mism@, con tu corazón, con tu centro, es conectar con tu Ser, con tu elevada conciencia. Y a la vez, es conectar con el cosmos!!