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Desde que hace más de mil años los gitanos comenzaran a trasladarsedesde el norte de la India hacia Oriente Medio y el continente europeo en busca de prosperidad su situación parece no haber mejorado demasiado.
Racismo, miedo, rechazo, odio… el pueblo romaní sufre un estigma que no se ha borrado y que durante el Holocausto condujo a la muerte a alrededor de medio millón de ellos durante el
Holocausto.
En la Alemania en la que la raza aria era la que debía perdurar y liderar al mundo, los gitanos se encontraban dentro del grupo de los otros, los que, simplemente, no merecían vivir. Junto a ellos, judíos, homosexuales o disidentes políticos.
Alegaban que era una característica genética, que los romaníes o gitanos (esta palabra es considerada peyorativa por algunos grupos) tenían lacriminalidad en el ADN y se transmitía de padres a hijos.
En los años 20 empezaron a aprobar leyes por las que les prohibían entrar en sitios públicos como parques, ferias o baños.
Se les fichó (con foto y huellas) y quienes no tenían empleo u hogar fijos fueron confinados en campos.
Las tres cuartas partes de los gitanos que residían en Alemania en el año 1933 habían sido asesinadas para el año 1945.
En 1933 cuando Hitler llegó el camino ya había comenzado y la persecución empeoró.
En 1934 hubo campañas de esterilización por inyección o castración; en 1935 fueron sujetos a las leyes de Nuremberg y se les impedía el matrimonio con arios; poco tiempo después la Ley de Ciudadanía les arrebató los derechos civiles.
De manera muy similar a lo que sucedió con los judíos en la ‘Kristallnacht’, en junio de 1938 se instauró la ‘Semana de Limpieza Gitana’.
Dos años después tuvo lugar el primer genocidio a mano de los nazis: 250 niños romaníes fueron ejecutados en el campo de Buchenwald para comprobar la eficacia de los cristales de zyklon-B, que serían utilizados más tarde en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau.
A finales de 1940, Hitler mandó matar a todos los romaníes.
No eran las únicas presas: judíos y minusválidos psíquicos estaban en la lista.Fusilamientos y matanzas en las furgonetas móviles de gas fue el destino de miles de ellos en el frente oriental, recuerda la abogada Ana Mª. Mendiola, en la revista ‘Gitanos, pensamiento y cultura’.
En diciembre de 1941, cuando Hitler ordenó la deportación de todos los gitanos que quedaban en Europa a Auschwitz-Birkenau ya no quedaban muchos.
Un año antes otros campos como los de Chelmo/Kulmhof,Treblinka y Majdanek habían empezado a recibir cargamentos de romaníes y otros había sido asesinados.
Con todo, como recoge Ian Hancock en su libro ‘Roma: Genocide of Roma in the Holocaust’, el 1 de agosto de 1944, en Auschwitz, 4.000 gitanos pasaron por la cámara de gas y fueron incinerados en una sola acción.
Se llamó, ‘Zigeunermacht’ (la noche de los gitanos).
Las tres cuartas partes de los gitanos que residían en Alemania en el año 1933 habían sido asesinadas para el año 1945.
«La persecución y asesinato de gitanos en el Holocausto queda muchas veces en segundo plano, pero no fue algo accidental.
Es un ejemplo más de la difícil posición que ha tenido este pueblo y que todavía persiste», denuncia Isidoro Rodríguez, director de la Fundación Secretariado Gitano (FSG).
Creciente antigitanismo
Con motivo del Día Internacional del Holocausto, Rodríguez insiste en alertar del creciente antigitanismo -término acuñado por el Consejo Europa- en Europa.
«En
Hungría incluso ha habido declaraciones del gobierno en contra de los gitanos; en
Grecia hemos visto a un parlamentario de Amanecer Dorado relacionado con ataques a esta comunidad; y también ha habido agresiones recientes en
Eslovaquia y en
España«, denuncia.
El 1 de agosto de 1944, en Auschwitz, 4.000 gitanos pasaron por la cámara de gas y fueron incinerados en una sola acción.
Hace dos años, incluso desde El Vaticano se dio la alarma.
El arzobispoAgostino Marchetto, el secretario de Consejo Pontificio para los emigrantes, dijo que la persecución de la que son víctimas los gitanos es una suerte de
nuevo Holocausto, en una entrevista a la agencia de información vaticana.
La canciller alemana Angela Merkel afirmaba que «el genocidio nazi es una advertencia para el presente».
Lo hacía hace unos meses, durante la inauguración del primer
Memorial en Berlín por las cerca de 500.000 víctimas gitanas del Holocausto.
Desde la Fundación Secretariado Gitano, piden resaltar la persecución y el rechazo que el pueblo gitano lleva sufriendo secularmente, comprender mejor su situación actual de rechazo y exclusión en muchos países y exigir del conjunto de la sociedad y de las autoridades responsables de la lucha contra la discriminación una actitud más contundente frente a cualquier conducta racista, estigmatización y prejuicio contra los gitanos.
En reciente un informe elaborado por la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la UE se dice sin paliativos: los gitanos -como los que se trasladan desde el Este- están marginados y empobrecidos en sus países de origen y son discriminados en los de acogida -como Italia, España o Finlandia-.
Es decir: la misma pobreza y discriminación de las que huyen los gitanos es la que encuentran cuando llegan los países de destino.