El budismo puede considerarse una ciencia de la mente (sin dejar de ser una religión) y en sus más de 2 mil 500 años de existencia ha generado una serie de prácticas dedicadas a cultivar emociones y pensamientos positivos que transforman la conciencia y se difunden por el cuerpo como una sustancia alquímica.
Uno de ellos es la práctica de los cuatro inconmensurables, también llamados en sánscrito brahmavihāras, literalmente las «moradas de Brahma», una referencia a la dimensión divina que genera el cultivo de los cuatro inconmensurables, igualmente conocidos como «las actitudes sublimes». Aunque existen perspectivas que indican que los cuatro inconmensurables predatan al budismo, el budismo los emplea de manera muy hábil para producir lo que dentro del mahayana (el vehículo universal) se llama bodhicitta, esto es, la mente de la iluminación o despertar. En otras palabras, cultivar amor bondadoso (maitrī en sánscrito), compasión (karuṇā), alegría empática o regocijo (mudita) y ecuanimidad o imparcialidad (upekṣā) es la estrategia más efectiva, según la experiencia de cientos de miles de meditadores budistas durante milenios, para alcanzar la iluminación. En este artículo revisaremos qué significan estas cuatro actitudes o pensamientos y presentaremos una meditación para cada uno de ellos, a partir de las enseñanzas del maestro de meditación budista Alan Wallace.
En el budismo tibetano se suele utilizar la siguiente oración que abarca los cuatros pensamientos inconmensurables:
Que todos los seres posean la felicidad y sus causas [amor bondadoso o benevolencia].
Que todos los seres estén libres del sufrimiento y de sus causas [compasión].
Que todos los seres permanezcan para siempre en el gozo [alegría empática].
Que todos los seres permanezcan en ecuanimidad, libres de la aversión y del apego [ecuanimidad].
Tony Karam, director de la Casa Tíbet de México, explica que «El cultivo de los pensamientos inconmensurables tiene como objetivo a todos los seres sensibles»; es por ello que se consideran inconmensurables, ya que abarcan a todos los seres del universo y, también, «porque producen efectos inconmensurables, fortalecen virtudes y cualidades positivas que determinan la calidad de la vida presente y, desde la óptica budista que contempla el renacimiento, de nuestras vidas futuras».
Una breve introducción al shamatha
Antes de realizar las prácticas de los cuatro inconmensurables recomendamos practicar un par de minutos una meditación para aquietar la mente, utilizando la técnica de shamatha(pacificación de la mente). Primero, establece una posición meditativa: generalmente se recomienda sentarse en el suelo sobre un cojín, pero puede ser también en una silla o en cualquier posición que mantenga la espalda recta. Antes de iniciar la meditación como tal, tómate unos momentos para observar tu posición, liberar tensión y relajar los músculos: debes estar completamente relajado pero manteniendo la espalda recta. Cada vez que notes que estás tensando alguna parte del cuerpo, sin hacer esfuerzo, suelta la tensión al exhalar.