La estadounidense Jessy Taylor entró en un estado de desesperación cuando se enteró que Instagram le había cerrado la cuenta. Es influencer, y parte de sus ingresos dependen de su vida en la red. En la exasperación, la chica de 21 años viajó a las oficinas de Instagram en California para reclamar que le devuelvan su cuenta. Ésta es su historia.
«No soy nada sin mis seguidores, no soy nada sin mis seguidores», repetía en un vídeo que subió a YouTube cuando se dio cuenta que su perfil en Instagram ya no existía.
La joven mostró su angustia al perder 113.000 seguidores; su cuenta fue borrada tras ser reportada como spam, presuntamente por trolls. Taylor acusó a quienes la reportaron como spam de haber «arruinado su vida», pues teme terminar como una «prostituta vagabunda».
En un mar de lágrimas, dijo que necesita recuperar su perfil para seguir con su carrera de influencer, para no trabajar como una persona normal en un horario establecido.
Recordó cuando trabajaba en un McDonald’s y dijo que no quería volver a esa vida.
También confesó que se dedicó a la prostitución y a desnudarse cada día. «No quiero volver a hacer eso, porque ahora gano dinero en línea. No quiero volver a esa vida», insistió.
«Quiero decirles a quienes me han reportado que piensen dos veces antes de arruinarme la vida, porque hago dinero en internet, mucho, y no quiero perder eso», dice en el vídeo.