Se trata de un rostro esculpido en la roca que recuerda al de la Gran Esfinge en Guiza.
Situado en el centro de la necrópolis tebana, existe un agreste paraje bautizado como el Valle del Escondrijo Real porque allí se encontró en 1881 la tumba TT 320, con casi 40 momias de grandes faraones de Egipto como Ramsés II, Seti I o Tutmosis III. Pero esas momias, al parecer, siempre estuvieron bajo la mirada de un guardián.
Hoy solo quedan sus restos. Parte de la sien, el arco de la ceja y hasta el hueco de la nariz, todo con proporciones exactas. Así lo ha documentado una reciente misión de arqueólogos españoles de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en colaboración con el Centro de Documentación del Antiguo Egipto del Ministerio de Antigüedades egipcio (CEDAE).
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