La doctrina del calentamiento del planeta va asociada a varios fenómenos ambientales, como son las sequías y la desertificación del suelo. A quienes creen en ese tipo de fantasías se les ocurrió construir una “gran muralla verde” en África, plantando una enorme hilera de árboles a lo largo del Sahel (1).
No va a ser necesario. Este año ha llovido torrencialmente en el Sáhara, han reaparecido viejos lagos y desde el espacio las imágenes muestran que el desierto pierde terreno en favor de la vegetación.
La naturaleza es agradecida, incluso en el Sahara, donde la flora ha respondido casi de inmediato a la lluvia. No que no es un fenómeno tan inusual y, como los últimos meses ha llovido tanto, crecen las plantas, que incluyen arbustos y árboles en las zonas bajas, como los lechos de los ríos (2).