El gobierno de Francia está celebrando una reunión de emergencia para discutir medidas de seguridad, un día después de que millones de personas participaran en marchas para protestar por los recientes ataques en París.
La policía todavía está buscando a posibles cómplices de los tres hombres que mataron a 17 personas, incluido personal de la revista satírica Charlie Hebdo, en un ataque el miércoles pasado, y personas que se encontraban en una tienda de productos kosher, en otro incidente el viernes.
Estos ataques, como casi todos los atentados modernos, ha sido seguido por acusaciones de supuestas fallas de inteligencia.
Y en este caso la suposición tiene más fuerza: los sospechosos eran conocidos no sólo por las autoridades francesas sino también también por las europeas y estadounidenses.
Uno de ellos había estado en Yemen tres años y otro había sido declarado culpable por buscar viajar a Irak.
Ambos estaban conectados a redes yihadistas establecidas.
¿Fue un error de Francia?
La respuesta a si fue un error francés no es clara. Lo cierto es que los sospechosos no eran desconocidos.
Los hermanos Cherif y Said Kouachi, autores de la masacre de Charlie Hebdo; Amedy Coulibaly, quien tomó rehenes en un supermercado judío; y Hayat Boumeddiene, la novia de Coulibaly, estaban conectados entre ellos y a una amplia red de organizaciones extremistas en Europa.
El más joven de los Kouachi, Cherif, había estado encarcelado por tratar de unirse a yihadistas iraquíes hace casi una década.
En prisión fue apadrinado por Djamel Beghal, vinculado a Al Qaeda y quien había pasado tiempo en la mezquita de Finsbury Park en Londres, donde compartió con el clérigo radical Abu Hamza.
Said Kouachi, el hermano mayor, tuvo entrenamiento militar en Yemen en 2011.
Allí conoció al influyente predicador Anwar al Awlaki.
Awlaki era un miembro de alto rango en Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP, por sus siglas en inglés), la rama de la red que ha demostrado ser la más eficaz en la colocación de bombas en aviones occidentales y que se atribuyó la responsabilidad de los ataques franceses.
¿Qué recursos tienen las agencias de inteligencia?
Es importante recordar, sin embargo, que miles de personas se han sumado a esas mismas redes, algunas de las cuales tienen más de una década de antigüedad.
Además de esto, más de mil ciudadanos franceses -una gran proporción de los cuales eran previamente desconocidos- han viajado a Irak y Siria para unirse a Estado Islámico durante los últimos años.
Cerca de 200 han regresado.
Las agencias de inteligencia de Francia son poderosas pero ninguna agencia de Occidente tiene facultades legales ni recursos para para llevar a cabo vigilancia intrusiva y constante de miles de ciudadanos que no han sido acusados de ningún delito.
Tal y como un oficial de inteligencia francesa le dijo a The New York Times: «Tendríamos que triplicar nuestro personal para proteger mejor a París».
¿Cómo concentrarse en las verdaderas amenazas?
El reto es identificar qué redes de individuos merecen mayor atención, teniendo en cuenta que la información es limitada.
Esa información es aún más limitada si los complots se desarrollan sin una dirección extranjera, lo cual minimiza las posibilidades de espionaje.
En el extranjero, pueden utilizar más fácilmente los recursos disponibles.
Por lo tanto, sería injusto culpar a los franceses por supuestamente haber dejado de vigilar a Said Kouachi después de su regreso de Yemen, sin tener antes claro cuáles eran las amenazas.
En otras palabras, antes de llamarlo un «fracaso de inteligencia», es necesario comprender mejor el tamaño de las agujas y del pajar, y la calidad del proceso de revisión.
¿Las pistas se colaron en la red?
Hay razones para pensar que los franceses fallaron en obtener alguna información que debían haber tenido.
Los hermanos Kouachi lograron tener un arsenal de armas en su apartamento.
Unos vecinos lo descubrieron pero fueron intimidados para que guardaran silencio.
Esto, sin embargo, podría representar más un fracaso de la policía local -y de malas relaciones entre la comunidad musulmana local y las autoridades – que de la inteligencia nacional.
Sin embargo, los rifles de asalto y lanzacohetes no son fáciles de conseguir en Europa Occidental.
Por lo tanto, se esperaría que las autoridades francesas tuvieran un control más estricto de las redes de abastecimiento.
Cabría también la pregunta de si las autoridades francesas y sus homólogos extranjeros, especialmente los de Yemen y EE.UU., compartieron información de inteligencia.
Ésta, de haberse puesto en común, hubiera permitido llegar a más conclusiones que con las informaciones de cada país por separado.
Un reporte sugiere que Francia les restó prioridad a los hermanos Kouachi cuando los estadounidenses lo dejaron en sus manos.
Hay que recordar que Francia no es miembro de la alianza de inteligencia Cinco Ojos, liderada por EE.UU.
¿Es importante la amenaza del yihadismo internacional?
Cada vez más, de manera simplista, intentamos ubicar a los ataques en cualquiera de dos categorías: de baja tecnología, operadas por individuos -conocidos como lobos solitarios-, de pequeños grupos, o de operaciones complejas y de grandes recursos y comandados por organizaciones.
Los últimos seis meses se ha visto un aumento de ataques de bajo nivel en toda Europa y América del Norte, dando la impresión de que incluso los de una escala ligeramente mayor -que implican armamento de más calibre o mejor preparación- deben ser perpetrados por grupos establecidos.
En este caso, los propios atacantes afirmaron haber sido enviados por AQPA, que a su vez afirmó haber «dirigido» la trama.
Además, en un video póstumo publicado en internet este domingo, Amedy Coulibaly promete lealtad al grupo autodenominado Estado Islámico.
Coulibaly se refugió el viernes en un supermercado judío de Vincennes, en la capital francesa, donde tomó varios rehenes.
Y falleció ese mismo día durante la operación policial.
¿Deberíamos ser escépticos?
Tal como recuerda el analista australiano especializado en contraterrorismo Leah Farrall, los miembros de Al Qaeda que atacaron las embajadas estadounidenses en 1998 sólo recibieron una instrucción: atacar a estadounidenses.
Supieron de los objetivos cuando los ataques estaban en marcha.
En este caso, los líderes trataron más inspirar o animar que dar directrices exactas.
Y ese puede ser también el modelo de los ataques de París, especialmente porque los ataques previos de AQAP fueron con bombas, sin que mediaran hombres armados.
En medio del ascenso de Estado Islámico, Al Qaeda -en especial su rama yemení- continúa siendo una gran amenaza.
Además, está por probarse la existencia de una conexión siria, ya que AQAP ha tenido relación con miembros de Al Qaeda en ese país.
Pero hacen falta más evidencias para poder sacar conclusiones firmes.
¿Cuáles son las conclusiones hasta ahora?
Los ataques de París no son de un nuevo tipo.
El uso de hombres armados, la toma de rehenes en un ataque prolongado y con gran número de muertos y el papel que juegan las complejas redes formadas por individuos de diferentes países han sido las características comunes en los últimos 50 años.
El nuevo reto no es la priorización de amenazas, sino la creciente disparidad entre el número de amenazas potenciales y lo limitado de los recursos.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/01/150110_internacional_francia_fallas_seguridad_ng