La depresión y los cambios bruscos de ánimo son problemas de salud muy comunes hoy en día. Sin embargo, si usted se siente triste y con desánimo un día sí y otro también, no se lo diga a su médico porque seguramente le extenderá una receta por algún medicamento anti-depresivo.
Antes de recurrir al extremo de mejorar el estado de ánimo con tabletas, tome en cuenta que puede estar sufriendo alguna deficiencia nutricional que le puede causar esos síntomas de “depresión” que está presentando.
Los medicamentos antidepresivos no son la solución real, aunque de pronto pueda sentirse mejor con una píldora estimulante, pero los efectos secundarios que provocan estos fármacos son peligrosos y pueden empeorar un estado de ánimo ya alterado.
Ahora, en los tiempos actuales se sabe que las deficiencias nutricionales son capaces de alterar los estados de ánimo de las personas, al grado de sospechar que los comportamientos agresivos, cambios de humor y otros síntomas pueden desencadenarse ante la falta crónica de alimentos nutritivos.
Antes de dar por hecho que sufre depresión, pregúntese honestamente si cree que su cuerpo está sufriendo deficiencia de nutrientes como los que se enumeran:
1. En la actualidad, la comida chatarra con su carga de azúcar, harinas, grasas y químicos ocupa el espacio en su plato que debieran ocupar los alimentos sanos y naturales. ¿Le faltarían a su cuerpo vitaminas, minerales y enzimas?
2. Con frecuencia se saltea comidas. ¿No desayuna, no come a sus horas, o deja de cenar?
3. Revise su refrigerador y su alacena. Ahí está la historia de su alimentación. ¿Qué hay ahí? Cervezas, refrescos, dulces, galletas, papas fritas, cereales de caja, alimentos congelados listos para el microondas. También ahí está la causa de la obesidad y la diabetes. Si no se siente bien, la comida chatarra le va a empeorar su salud.
4. Deficiencia de ácidos grasos esenciales. Estas grasas “buenas” necesarias para la salud se encuentran en el pescado, aceite de oliva, aceite de linaza, semillas de calabaza y de girasol. Se les llaman ácidos omega3 y omega6; la falta de uno de ellos, conduce a estados depresivos o a lo que se le llamaba en la antigüedad “melancolía”. Estos ácidos grasos se llaman esenciales porque son importantes para las funciones cerebrales y para combatir estados inflamatorios y de dolor. ¿Procura comer estos productos varias veces a la semana?
5. Deficiencia de Vitamina D. Esta vitamina es importante para las funciones inmunológicas, para la salud de los huesos y del cerebro. La luz del sol es la mayor fuente de vitamina D. A las personas con depresión les conviene asolearse un rato todos los días. Muchas personas de 60 años en adelante tienen deficiencia de vitamina D por falta de sol. Quienes trabajan de sol a sombra en oficinas o fábricas, desarrollarán esta deficiencia por falta de luz solar directa. ¿Se preocupa por asolearse un rato todos los días?
6. Deficiencia de vitaminas del grupo B. La falta de estas vitaminas también conducen a estados de debilidad nerviosa. Es importante llevar una dieta balanceada con abundancia de vegetales de hoja verde y no olvide beber jugo de zanahoria fresco de diario o por lo menos cada tercer día. ¿Incluye en su alimentación este tipo de vegetales diariamente?
Falta de Minerales. La comida chatarra y la comida industrial dejan al cuerpo falto de minerales indispensables para un buen funcionamiento de las glándulas y del cerebro. El zinc, cromo, hierro, magnesio y yodo son importantes para la vida. Especialmente la deficiencia de yodo afecta el funcionamiento de la glándula tiroides que a su vez altera la temperatura corporal, las funciones inmunológicas y las funciones cerebrales. Estos minerales se encuentran en los vegetales que crecen por debajo del suelo como las papas, betabeles, zanahorias, jícamas y camotes. También en las algas marinas y de río. Evite las comidas saladas como las papas fritas, las sopas de vasito, cacahuates salados, etc.
La depresión igual que muchos síntomas, se origina en una nutrición deficiente y en el descuido por incluir los nutrientes necesarios en nuestra alimentación. Recuerde lo que decía el médico Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.
Revista Mundo Natural