«El mundo de la magia dispone de una barrera natural que disuade las almas tímidas. Siempre que el diálogo interno cesa, el mundo se desploma y afloran extraordinarias facetas nuestras, como si hubieran estado celosamente guardadas por nuestras palabras. Pero solo cuando se unen los muchos, se crea lo invencible: el poder de uno. Recuerda que las aparentes sincronicidades y coincidencias son los puntos de iluminación en el tapiz de la magia.»
«Los Cuatro Acuerdos»
La inacción es nuestra forma de negar la vida y consiste en sentarse delante del televisor cada día durante años porque te da miedo estar vivo y arriesgarte a expresar lo que eres. Expresar lo que eres es emprender la acción.
Puede que tengas grandes ideas en la cabeza, pero lo que importa es la acción.
Una idea, si no se lleva a cabo, no producirá ninguna manifestación, ni resultados ni recompensas.
La historia de Forrest Gump es un buen ejemplo. No tenía grandes ideas, pero actuaba. Era feliz porque hacía lo máximo que podía en todo lo que emprendía. Recibió importantes recompensas que no había esperado. Emprender la acción es estar vivo.
Es arriesgarse a salir y expresar tu sueño. Esto no significa que se lo impongas a los demás, porque todo el mundo tiene derecho a expresar su propio sueño.
Hacer lo máximo que puedas es un gran hábito que te conviene adquirir. Yo hago lo máximo que puedo en todo lo que emprendo y siento. Hacerlo se ha convertido en un ritual que forma parte de mi vida, porque yo escogí que así fuese. Es una creencia, como cualquier otra de las que he elegido tener. Lo convierto todo en un ritual y siempre hago lo máximo que puedo. Para mí, ducharse es un ritual; con esta acción le digo a mi cuerpo lo mucho que lo amo. Disfruto al sentir el agua correr por mi cuerpo.
Hago lo máximo que puedo para que las necesidades de mi cuerpo se vean satisfechas, para cuidarlo y para recibir lo que me da.
En la India celebran un ritual denominado puja. En él cogen unas imágenes que representan a Dios de muy diversas maneras y las bañan, les dan de comer y les ofrecen su amor.
Incluso les cantan mantras. Las imágenes no son importantes en sí. Lo que importa es la forma en que celebran el ritual.
Es dejar de ir al pasado y vivir el momento presente, aquí y ahora. Sea lo que sea que la vida te arrebate, permite que se vaya. Cuando te entregas y dejas ir el pasado, te permites estar plenamente vivo en el momento presente. Dejar ir el pasado significa disfrutar del sueño que acontece ahora mismo.
Si vives en un sueño del pasado, no disfrutas de lo que sucede en el momento presente, porque siempre deseas que sea distinto. No hay tiempo para que te pierdas nada ni a nadie, porque estás vivo. No disfrutar de lo que sucede ahora mismo es vivir en el pasado, es vivir sólo a medias. Esto conduce a la autocompasión, al sufrimiento y las lágrimas.
Naciste con el derecho de ser feliz. naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de compartir tu amor. Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala. no te resistas a que la vida pase por ti.
No necesitamos saber ni probar nada. Ser, arriesgarnos a vivir y disfrutar de nuestra vida, es lo único que importa. Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir que sí.
Tienes derecho a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo cuando haces lo máximo que puedes. Cuando no lo haces, te niegas el derecho a ser tú mismo. Esta es una semilla que deberías nutrir en tu mente.
No necesitas muchos conocimientos ni grandes conceptos filosóficos.
No necesitas que los demás te acepten.
Expresas tu propia divinidad mediante tu vida y el amor por ti mismo y por los demás. Los tres primeros acuerdos sólo funcionarán si haces lo máximo que puedas.
No esperes ser siempre impecable con tus palabras. Tus hábitos rutinarios son demasiado fuertes y están firmemente arraigados en tu mente. Pero puedes hacer lo máximo posible. No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas personalmente; sólo haz lo máximo que puedas. No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, pero sí puedes hacer lo máximo posible.
Si haces lo máximo que puedas, hábitos como emplear mal tus palabras, tomarte las cosas personalmente y hacer suposiciones se debilitará y con el tiempo, serán menos frecuentes. No es necesario que te juzgues a ti mismo, que te sientas culpable o que te castigues por no ser capaz de mantener estos acuerdos. Cuando haces lo máximo que puedes, te sientes bien contigo mismo aunque todavía hagas suposiciones, aunque todavía te tomes las cosas personalmente y aunque todavía no seas impecable con tus palabras.
Si siempre haces lo máximo que puedas, una y otra vez, te convertirás en un maestro de la transformación. La práctica forma al maestro. Cuando haces lo máximo que puedes, te conviertes en un maestro. Todo lo que sabes has aprendido mediante la repetición. Aprendiste así a escribir, a conducir e incluso a andar… Eres un maestro hablando tu lengua porque la has practicado. La acción es lo que importa.
Si haces lo máximo que puedas en la búsqueda de tu libertad personal y de tu autoestima, descubrirás que encontrar lo que buscas es sólo cuestión de tiempo. No se trata de soñar despierto ni de sentarse varias horas a soñar mientras meditas.
Debes ponerte en pie y actuar como un ser humano. Debes honrar al hombre o la mujer que es.
Debes respetar tu cuerpo, disfrutarlo, amarlo, alimentarlo, limpiar lo y sanarlo. Ejercítalo y haz todo lo que le haga sentirse bien. Esto es una puja para tu cuerpo, es una comunión entre el universo y tú.
Cuando des amor a todas las partes de tu cuerpo, plantarás semillas de amor en tu mente, y cuando crezcan, amarás, honrarás y respetarás tu cuerpo inmensamente.
Cuando honres estos cuatro acuerdos juntos, ya no vivirás más en el infierno. Definitivamente, no.
Los Cuatro Acuerdos son un resumen de la maestría de la transformación, una de las maestrías de los toltecas.
Transformas el infierno en cielo. El sueño del planeta se transforma en tu sueño personal del cielo.
El conocimiento está ahí; sólo espera a que tú lo utilices. Los Cuatro Acuerdos están ahí; sólo tienes que adoptarlos y respetar su significado y su poder.
Lo único que tienes que hacer es lo máximo que puedas para honrar estos acuerdos. Establece hoy este acuerdo: «Elijo respetar los Cuatro Acuerdos». Son tan sencillos y lógicos que incluso un niño puede entenderlos. Pero para mantenerlos, necesitas una voluntad fuerte. ¿Por qué? Porque vayamos donde vayamos descubrimos que nuestro camino está lleno de obstáculos. Todo el mundo intenta sabotear nuestro compromiso con estos nuevos acuerdos y todo lo que nos rodea está estructurado para que los rompamos. El problema reside en los otros acuerdos que forman parte del sueño del planeta. Están vivos y son muy fuertes.
Por esta razón es necesario que seas un gran cazador, un gran guerrero capaz de defender los Cuatro Acuerdos con tu vida. Tu felicidad, tu libertad, toda tu manera de vivir dependen de ello. El objetivo del guerrero es trascender este mundo, escapar de este infierno y no regresar jamás a él. La recompensa consiste en trascender la experiencia humana del sufrimiento. Esa es la recompensa.
Verdaderamente, para triunfar en el cumplimiento de estos acuerdos, necesitamos utilizar todo el poder que tenemos. Al principio, yo no creía que pudiera ser capaz de hacerlo. He fracasado muchas veces, pero me levanté y seguí adelante. No me compadecí de mí mismo. De ninguna manera iba a compadecerme de mí mismo. Dije: «Si me caigo, soy lo bastante fuerte, bastante inteligente, puedo hacerlo.
Me levanté y seguí adelante. Me caí y seguí adelante, y adelante, y cada vez me resultó más y más fácil. Sin embargo, al comienzo era tan duro y tan difícil…
De modo que, si te caes, no te juzgues. No le des a tu Juez la satisfacción de convertirte en una víctima. No, sé firme contigo mismo. Levántate y establece el acuerdo de nuevo: «Está bien, rompí el acuerdo de ser impecable con mis palabras. Empezaré otra vez desde el principio. Voy a mantener los Cuatro Acuerdos sólo por hoy. Hoy seré impecable con mis palabras, no me tomaré nada personalmente, no haré suposiciones y haré lo máximo que pueda».
Si rompes un acuerdo, empieza de nuevo mañana y de nuevo al día siguiente. Al principio será difícil, pero cada día te parecerá más y más fácil hasta que, un día, descubrirás que los Cuatro Acuerdos dirigen tu vida. Te sorprenderá ver cómo se ha transformado tu existencia.
Tu amor y tu respeto por ti mismo crecen incesantemente. Puedes hacerlo. Si yo lo hice, también tú puedes hacerlo. No te inquietes por el futuro; mantén tu atención en el día de hoy y permanece en el momento presente. Vive el día a día. Haz siempre lo máximo que puedas por mantener estos acuerdos, y pronto te resultará sencillo. Hoy es el principio de un nuevo sueño.
Los recursos con que creas tu realidad
Tú creas tu realidad a partir de:
b) los pensamientos y sentimientos,
c) las actitudes y creencias.
Eso es todo. No hay otras materias primas, no hay otros recursos que tú o nadie más utilice. Aquellos que están creando realidades más emocionantes que las que tú creas, lo están haciendo con las mismas «cosas».
Tus pensamientos y sentimientos son impulsados por tus elecciones y decisiones, y compelidos por tus actitudes y creencias, a manifestarse en el telar del deseo, la imaginación y la expectativa.
Veamos eso por partes:
Tu realidad es el producto de tus pensamientos y sentimientos, ya que ustedes simplemente no pueden sentir sin pensar. Ambas cosas trabajan juntas. Tu realidad es la manifestación sinérgica de lo que piensas y lo que sientes.
¿Qué impulsa lo que piensas y sientes? Las elecciones y las decisiones. Ser capaz de elegir es uno de los dones místicos del ser humano. Tú estás haciendo elecciones todo el tiempo. Incluso el elegir no elegir es una elección. Una vez que eliges nace una decisión. Una elección dinámicamente manifiesta aparece primero como una decisión.
Tus pensamientos y sentimientos no sólo son impulsados, también son compelidos hacia la manifestación sinérgica. Tus actitudes y creencias compelen a lo que piensas y sientes hacia la densidad que llamas fiscalidad.
La creencia precede a la ilusión que llamas realidad. Tu intelecto puede aceptar eso. Sin embargo, hasta que te apropies de ello a nivel emocional, hasta que te apropies de ello en cada célula de tu cuerpo, hasta que se vuelva parte de tu respiración, la metafísica y la espiritualidad serán sólo teoría para ti. Cuando de verdad te apropias de esto, te abres a un «conjunto» enteramente nuevo de la realidad.
¿Qué sucede cuando sostienes una determinada creencia?
He aquí un ejemplo usando la creencia «el amor duele».
El amor duele. Esta es una creencia básica que muchos de ustedes sostienen. Primero creas la creencia y luego procedes a crear la realidad para probarla. El amor duele. Esta creencia colorea tu lente de enfoque hacia el mundo. Produce tu actitud. Con esta actitud, a través de esta lente, verás el mundo de una manera singular.
El amor duele. La creencia y la actitud que engendra forman el manantial del cual brotan tus pensamientos y sentimientos. ¿Qué pensamientos esperarías que surjan de este manantial? ¿Qué sentimientos?
El amor duele. Los pensamientos y sentimientos se manifiestan de manera sinérgica hacia la forma física. ¿Qué clase de amistades esperas? Piensa en el nivel y la intensidad de dar, responder, respetar y conocer que ofrecerías cuando el amor duele. ¿Qué seguridad, qué placer, vulnerabilidad y confiabilidad proporcionarías?
El amor duele. De la actitud y la creencia brotan los pensamientos y sentimientos. De los pensamientos y sentimientos se forman las elecciones y las decisiones.
Los pensamientos y sentimientos son impulsados por las elecciones y decisiones y compelidos por las actitudes y creencias hacia la manifestación en el telar del deseo, la imaginación y la expectativa. Tú crearás relaciones en las que el amor duela.
He aquí otro ejemplo usando la creencia «el amor cura».
El amor cura. También esta creencia producirá una cierta coloración. «El amor cura» generará sus propias actitudes singulares.
El amor cura. Sentimientos y pensamientos totalmente diferentes brotarán de los manantiales de la actitud y la creencia. Habrá pensamientos y sentimientos de viveza anticipadores. Habrá pensamientos de amor, luz y risa y alegría. Habrá sentimientos de gratitud…
El amor cura. Los pensamientos y sentimientos formarán decisiones y elecciones poderosas que se estiren y alcancen hacia el futuro. Habrá elecciones de intimidad y compromiso. Habrá decisiones de amar.
El amor cura. Relaciones sanas serán creadas. El amor crecerá. Tú crecerás… ¡El amor cura!
La creencia antecede a la realidad. Tú creas tu propia realidad.
Haz un inventario de tus creencias, de tus recursos, de tus materias primas. Sin embargo, haz más que eso: reconoce, admite, perdónate a ti mismo y cambia esas materias primas que te están lastimando a ti y a otros.
Asimismo, reconoce, admite, felicítate a ti mismo y continúa con aquellas elecciones, aquellas creencias que están funcionando y que te están curando a ti, a otros y a tu mundo.
Además de tener estos recursos para crear tu realidad, tienes herramientas específicas con las cuales tallar y esculpir tu realidad personal.
El deseo, la imaginación y la expectativa son las herramientas de la creación de la realidad. ¿De dónde obtienes estas herramientas? De Soñar. Desde tus sueños despierto hasta tus sueños de noche, desde los estados alterados hasta los mundos que existen cuando meditas, ahí es donde las herramientas nacen, del Sueño más grande – el sueño consciente, personal y global del futuro. Las herramientas vienen de tu Visión. Todos los Sueños usan deseo, imaginación y expectativa, y surten con creces el abastecimiento y siempre lo aumentan.
Los pasos para llegar ahí son las cualidades de estar ahí. Lo que se requiere para Soñar es lo que el Soñar devuelve exponencialmente… Muchos de ustedes han aprendido sobre los recursos antes, pero verán, el Viaje sagrado implica más que memoria y listas. Implica no sólo conocer las verdades – implica vivirlas.
Crear tu realidad con elegancia
Elegancia significa crear el máximo beneficio con el mínimo gasto de energía. Hay cuatro pasos para lograrla:
2. Clarificar el deseo (personalizarlo, hacerlo tuyo)
3. Tener visión (visualizarte ya con el deseo cumplido)
4. Tener Impecabilidad (no perder de vista el sueño)
Si honestamente deseas sin timidez alguna, si conviertes eso en tu deseo, si tienes visión y la sostienes con la tenacidad de la impecabilidad, sin soltar nunca lo que quieres, ¡entonces estarás creando con elegancia y te encontrarás en el viaje sagrado!
La gratitud es una herramienta poderosa. Si te permites sentirte agradecido, tu procesar y programar pueden funcionar ilimitadamente mejor. Tu éxito puede ser exponencial. Las «cosas» de la vida pueden mejorar marcadamente. Al sentirte agradecido por lo que tienes, empiezas a tener más cosas por las cuales sentir esa gratitud.
Parte de cómo creas tu realidad es esperando que ésta sea maravillosa. Cuando reduces esas expectativas, disminuyes tu habilidad de crear «el triunfo». El acto mismo de reducir tu anticipación para protegerte del dolor es exactamente lo que está produciendo el dolor.
¡Siempre espera lo mejor! Si esa anticipación entusiasta no asegura el éxito, te preparará proporcionándote mayor fuerza, para manejar la desilusión que haya. El fracaso dolerá, pero sorprendentemente menos.
Lo posible se vuelve probable mediante la alquimia misteriosa del amor que confía y la expectativa entusiasta. Lo probable se vuelve actual a través de la voluntad de recibir.
Lazaris
«The sacred journey, you and your Higuer Self»
http://elquecorreconlobos.blogspot.com.es/