por SABIENS
Tu vida se desarrolla en una inconsciencia provocada por ti mismo y por la manipulación de otros
Tu vida se desarrolla en la inconsciencia y tus actos raramente son tuyos. Crees que lo son, pero es mentira… ¿Aún no te has dado cuenta?… Parece que te encuentras en algún sitio, pero verdaderamente andas lejos viajando con la mente a otros momentos y lugares; estás con alguien, pero pronto cesas de escucharlo e, incluso, se hace invisible para ti porque empiezas a pensar en otras personas y escenarios; miras o tocas algo, pero tu atención se desconcentra enfocando mentalmente hacia otra parte y terminas por no ver lo que tienes delante; traes a tu cabeza un asunto sobre el que quieres recapacitar, pero tu reflexión se desvanece ante una avalancha de pensamientos que te descentran y colocan ante otros temas… ¡Cuánto desgaste energético, cuánta sandez!… ¿A qué juegas?… Ni en las situaciones más elementales del día a día eres capaz de mantenerte presente. De este modo, ya es hora de que tomes consciencia de ello, tus acciones y reacciones, lejos de ser tuyas, son meras respuestas automáticas derivadas de los sistemas de creencias que otros (en tu vida de familia, en el colegio, el instituto y la universidad, en la relación con tus amigos, desde los medios de comunicación…) han metido en tu cerebro. No estás donde pareces estar y, ante tu ausencia, los sistemas de creencias que te han implantado actúan y reaccionan por ti, limitándote a hacer lo que otros han programado que debes hacer ¿Por qué te comportas tan estúpidamente?
Dos son las razones:
Ante todo, por tu propia inconsciencia: tu mente no se halla a tu servicio, sino que eres tú el abducido por ella.
Íntimamente unido a lo anterior, porque hay quienes te manipulan y confunden para que permanezcas en tamaña inconsciencia… ¿Qué es imposible?, ¿qué lo de la manipulación de la gente es un invento de los paranoicos de la conspiraciones? Que así lo creas y no te percates de algo tan evidente es consecuencia, precisamente, de la manipulación que sufres…
Debido a la inconsciencia en la que se desarrolla tu vida, sobrevives y trabajas como esclavo integral, uno más dentro de la raza de deudores, sin siquiera darte cuenta de la esclavitud que sufres. De tanta inconsciencia, tú eres el primer responsable: en lugar de llevar el mando consciente de tu vida, permites que la mente no esté a tu servicio, sino tú al de ella, por lo que son el ego y la mente, con sus pensamientos-pestañeos y los sistemas de creencias que han insertado en tu cabeza, los que dirigen tu vida. Y, además, los hay muy interesados en que sigas sumido y dormido en la inconsciencia y, con esta finalidad, te manipulan.
Un reducidísimo núcleo, que maneja y gobierna a todas las élites y sub-élites del planeta, te manipula a ti y ala Humanidad
Sin olvidar que tú eres el primer responsable de tu propia inconsciencia, ¿quiénes son los que te manipulan y confunden -a ti y a la Humanidad- para que permanezcas en ella? Son los actuales amos del mundo: el núcleo duro de un entramado, perfectamente estructurado en círculos de élites y sub-élites, que domina y maneja la economía y la sociedad a escala mundial y global. ¿Quiénes son exactamente?, ¿cómo se llaman?, ¿cómo se organizan para conseguirlo?, ¿cómo lo hacen?… Las contestaciones a estos cuatro interrogantes están dentro de ti, aunque muy olvidadas debido, precisamente, a la manipulación que sufres… Abre tu Corazón para que, con las preguntas, broten las respuestas:
¿Quiénes son?
Los que desean que los seres humanos sigan siendo esclavos integrales que se auto-explotan voluntariamente a sí mismos, una raza de deudores, una masa sin sentido trascendente de la existencia y atada a lo material, un rebaño dócil y alienado bajo su completo poder y control.
Los que desean que los seres humanos sigan siendo esclavos integrales que se auto-explotan voluntariamente a sí mismos, una raza de deudores, una masa sin sentido trascendente de la existencia y atada a lo material, un rebaño dócil y alienado bajo su completo poder y control.
¿Cómo se llaman?
Se consideran tan poderosos que no aspiran a ser conocidos –esto lo dejan para las élites y sub-élites que están su servicio- y se mantienen en el sigilo y el anonimato. Como hace siglos adelantaron Las profecías de Juan de Jerusalén (llamado “el templario” o “el ermitaño”): “Cuando comience el año mil que sigue al año mil, gobernarán los que carecen de fe. Mandarán sobre multitudes humanas inconscientes y pasivas. Lo harán escondiendo sus rostros, guardando en secreto sus nombres; y sus fortalezas estarán ocultas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos; nadie participará en sus reuniones. Todos serán sus siervos, pero se creerán hombres libres y hasta caballeros”. Aquí-ahora, puedes denominarlos los amos del mundo: un reducidísimo núcleo que dirige y gobierna a todas las élites y sub-élites del planeta (financieras, empresariales, militares, políticas, sociales, religiosas…) y, a través de ellas, a la Humanidad.
¿Cómo se organizan?
La manipulación se crea, gesta y dirige desde un núcleo duro o primer círculo. Y a partir de él, como las ondas que provoca la caída de una piedra en el agua, existen una serie de círculos (una vasta red de élites y sub-élites) que ese círculo primero utiliza para sus fines bajo una férrea estructura jerarquizada.
¿Cómo lo hacen?
Nada que ver con lo que arguyen las teorías conspirativas. Tres son los ejes principales de la manipulación que sufres: el miedo y la inseguridad; la idea de que este mundo –la vida humana, este planeta…- es un valle de lágrimas y un plano inferior y hasta nauseabundo del Cosmos y la Creación donde tienes que esforzarte y comportarte adecuadamente (es decir, cumpliendo los sistemas de creencias, normas morales y preceptos religiosos que la propia élite inventa e inserta en tu cabeza) para ganarte la “ascensión” a un plano superior (el Cielo, la Gloria, otra Dimensión…); y, sobre todo, la creencia en el tiempo.
Tres son los ejes principales de la manipulación que sufres:
El miedo y la inseguridad, la creencia de quela vida humana es un valle de lágrimas y la creencia en la existencia del tiempo.
El primer círculo del entramado de dominio y manipulación de la Humanidad
El entramado de dominio que intenta mantener a la Humanidad en la inconsciencia y maneja la economía y la sociedad, cuenta con un núcleo duro o primer círculo cuyos componentes son hoy los amos del mundo: lideran la red global de control y manipulación; y dirigen a todos los demás círculos (una extensa y jerarquizada malla de élites y sub-élites) mediante una estricta cadena de mando en la que cada nivel sólo conoce parcialmente al inmediatamente superior. Por extraño que te parezca por los sistemas de creencias que se han encargado de implantar en ti y en la gente, entre los integrantes de este círculo primero no hay seres humanos. Se trata de seres sutiles -carecen de corporeidad material, aunque pueden manifestarse y hacerse visibles- y poseen conocimientos y medios de actuación impensables para la Humanidad. Sin embargo, son muy densos consciencialmente al estar apegados a deseos de poder tan egóicos como insaciables. Y mantienen relaciones con otros seres de baja frecuencia consciencial (entre ellos, diferente razas extraterrestres, así como diversas entidades energéticamente plúmbeas y sombrías que parecerían sacadas de relatos de ficción), pero avanzados tecnológicamente y avezados en el uso y movimiento de las fuerzas naturales y las energías vitales. ¿Cuál es la naturaleza exacta de los componentes de este primer círculo? Los textos antiguos de bastantes tradiciones espirituales aportan importantes pistas al respecto. Por ejemplo, los evangelios cristianos, en los que se narra (Evangelio de Lucas 4, 5-7 y Evangelio de Mateos 4, 8-9) como a Cristo Jesús se le presentó el diablo, quien “lo llevó a un monte muy alto”, “le mostró en un instante todos los reinos del mundo” y “le dijo: te daré toda esta autoridad y su gloria, porque me la han dado a mí y yo la doy a quien quiero; si tú me rindes homenaje (si postrado me adoras), será toda tuya”. Jesús rechazó este ofrecimiento de quien él mismo denominó “Satanás” (Evangelio de Mateos 4, 10) o “príncipe de este mundo” (Evangelio de Juan 12, 31) y San Pablo llegó a calificar como “dios de esta edad” o “dios de este mundo” (Segunda Carta a los Corintios 4, 4). Ciertamente, el diablo hace creer que no existe y la mayoría de las personas (“les ha cegado la mente”, se afirma en esa Carta) consideran que es un cuento, un producto de la imaginación o, como mucho, un símbolo metafórico del mal. Sin embargo, el diablo es alguien real y los libros cristianos lo describen como un querubín: tipo de ángel perteneciente al segundo nivel de las dimensiones celestiales. ¿A qué se debió su descenso consciencial –“ángel caído”-? Pues si el místico Al-Hallaj compartió que “Dios es yo; y yo soy Dios cuando cesó de ser yo” (es decir, cuando dejo de identificarme con el yo físico, mental y emocional que uso para experiencia la vivencia humana y tomo consciencia de lo que realmente soy), Satanás, en su libre albedrío y partir de un momento dado de su existencia y proceso consciencial, ansía ser Dios sin cesar de ser él. Otros ángeles se le unieron en esta pretensión (Apocalipsis 12, 7-9). Y tras el retroceso consciencial ocasionado por este afán egóico, intentan ejercer de dios dominando a la Humanidad y consiguiendo que “el mundo entero esté en su poder” (Primera Carta de Juan 5, 19).
Los restantes círculos que, dependiendo del primero, configuran el entramado que domina a la Humanidad
Al servicio del círculo primero del entramado de dominio y manipulación de la Humanidad opera una red jerarquizada de círculos, una extensa y compleja urdimbre de élites y sub-élites:
Círculo segundo: Si Cristo Jesús hubiera aceptado el ofrecimiento hecho por el diablo, se habría integrado en él. Está conformado por un pequeño grupo de personas y familias que, de modo consciente y en libre albedrío, se postraron ante Satanás y se han puesto a su servicio a cambio de poder y riqueza –de la autoridad y la gloria que no interesaron a Jesús-. De hecho, por delegación del primer círculo, sus posesiones, abusos y extorsiones se vienen prolongando durante siglos y en el presente ostentan el control de la economía y la sociedad a escala planetaria. Algunos los llaman Illuminatis, aunque esta denominación se presta a confusiones. Lo verdaderamente significativo es que el círculo primero pone a su disposición conocimientos, capacidades y avances tecnológicos impensables hoy para la Humanidad. Gracias a ellos, tiene contacto y colaboran con anunnakis y otras razas extraterrestres; dirigen las acciones y reacciones de la gente; atiborran sus mentes de sistemas de creencias falaces y limitantes; falsean y tergiversan la historia de la Humanidad, llenándola de mentiras; promueven y utilizan las leyes, las religiones y las normas morales como mecanismos de adiestramiento y alienación de los seres humanos; dirigen en la sombra a todos los Gobiernos e instituciones nacionales e internacionales; y, en el anonimato más absoluto, han creado y rigen el sistema socioeconómico vigente basado en la especulación global y cortoplacista, la crisis sistémica y el reinado del dinero y la deuda.
Círculo tercero: Al igual que del primer círculo cuelga el segundo, de este lo hace un tercero. Para garantizar que los dos primeros actúen de incógnito, el tercer círculo no lo componen personas físicas, sino diversas sociedades y organizaciones secretas y elitistas implantadas a nivel mundial. Desde el segundo círculo, se atrae hacia ellas a gente que por su posicionamiento social y su estado de consciencia denso y egóico puedan ajustarse a sus requerimientos y ser útiles a sus objetivos. En el seno de estas sociedades se usan símbolos y códigos y se celebran ceremonias y ritos ligados a un conocimiento y a una percepción del mundo y la existencia generados desde el primer círculo, aleccionando a sus miembros en la consideración de los seres humanos cual dócil y estúpido rebaño que sólo merece estar sometido. Y en función de la disposición y capacidad que cada cual muestre al respecto, se les promueve para que ocupen unos u otros puestos de poder dentro de esta estructura orientada a la esclavitud material y, muy especialmente, espiritual de la Humanidad, asignándoles responsabilidades concretas en los círculos que vienen.
Círculo cuarto y siguientes: Del tercer circulo depende un cuarto; y de este, un quinto; y así sucesivamente. En ellos se entremezclan tanto sociedades semi-secretas y discretas (por ejemplo, el Club Bilderberg), que captan a los posibles integrantes de los círculos inferiores, como -sumados todos los círculos- cientos de miles de personas distribuidas por los cinco continentes que configuran las diversas élites y sub-elites económicas, empresariales, militares, políticas, académicas, sociales (desde la dirección de los medios de comunicación de masas a la gestión federativa de los deportes más afamados), culturales y religiosas que rigen la economía y la sociedad. Ciertamente, cada nuevo círculo detenta un nivel de poder y económico inferior al anterior, pero participa en el expolio y apropiación de los recursos del planeta y de la riqueza social de la Humanidad, disfrutando a su escala de prebendas y privilegios con los que satisfacer el estado de consciencia egóico de sus miembros a cambio de haber hecho suya, cada uno en su escala y de manera inconsciente (en su inmensa mayoría desconocen la entidad y envergadura del entramado en el que participan), la visión de la existencia y de las cosas que interesan al círculo primero: codicia, ansía de bienes materiales, afán de éxitos, fama y reconocimiento social, carencia de escrúpulos y prevalencia del todo vale para alcanza sus deseos y objetivos, insensibilidad hacia el sufrimiento ajeno y falta de empatía hacia los demás; estilo de vida basado en la velocidad y el exceso…
Instrumentos, procedimientos y ejes fundamentales de la estrategia y la práctica de manipulación
Por su propia inconsciencia y por la manipulación a la que la élite los somete, una ingente cantidad de seres humanos se comportan y actúan cotidianamente como el gran rebaño dócil y alienado que esa élite pretende, es decir, reproduciendo miméticamente, cada cual en su escala e inmersos en una esclavitud consentida, los hábitos, pautas, conductas, normas y paradigmas derivados de la visión de la vida, el mundo y la existencia inculcada desde el círculo primero del entramado de dominio y la red de círculos que de él dependen. Utilizan para ello infinidad de instrumentos y procedimientos. Valgan estos botones de muestra:
La educación (colegios, institutos, universidad…): La educación no es tal, pues no sirve para colaborar a extraer de los niños, adolescentes y jóvenes lo mejor de sí mismos (sus dones y talentos innatos), sino para formatearlos con el modelo de vida y los sistemas de creencias impuestos por el sistema, transformando la educación en un ejercicio de aleccionamiento y amaestramiento en un contexto cada vez más desmotivador.
Medios de comunicación (televisión, radio, periódicos…): Los medios de comunicación de masas practican a consciencia la desinformación y difunden adrede noticias siempre negativas -nunca las de cooperación, solidaridad y amor que cotidianamente acontecen de una esquina a otra del planeta, tu ciudad o tu barrio- para mantener a la gente en el temor, la turbación, la ofuscación y la ignorancia.
Promoción desde todos los estamentos sociales (familia, instituciones, empresas, ámbitos culturales y deportivos…) del materialismo como razón de ser de la vida: consumo/consumismo; anhelos y deseos estrictamente materiales -dinero, bienes, poder, éxito…-; ritmo de vida basado en el culto a la velocidad, con los impactos de estrés, prisas y excesos que acorralan a la mujer y al hombre “modernos”; y carencia de una visión trascendente de la existencia o, en quien la tenga, contaminación de la espiritualidad mediante religiones falsas y tergiversadas.
Por estas vías y muchas más, se practica y consolida la manipulación de la Humanidad, que cuenta con tres ejes fundamentales:
El miedo y la inseguridad: En pro de sus objetivos, la élite se ha especializado en el uso de ambos. Conoce bien la cadena de reacciones que provocan en cada ser humano y la sociedad. Y los utiliza para que su dominio, cada vez más obvio y evidente, sea aceptado por la gente como única solución posible y teórico mal menor en un contexto de crisis sistémica, desconcierto general e incertidumbre personal generado por ellos mismos: guerras y “conflictos locales” provocados constantemente en distintos puntos del planeta; “enfermedades globales”, con campañas mundiales de pánico masivo asociadas a hipotéticos riesgos de pandemias; actos de violencia y terrorismo que la misma élite alienta, cuando no organiza directamente, fomentando una dinámica continúa de confrontación, dolor y resentimiento; turbulencias económicas permanentes para evitar referencias de estabilidad en la vida de las personas, etcétera. Y los mismos que provocan todas estas situaciones se disfrazan de salvadores supuestamente dispuestos a evitarlas o paliar sus efectos (el pirómano que se viste de bombero).
La visión, la noción y la convicción de que este mundo –la vida humana, este planeta…- constituye un plano inferior e imperfecto del Cosmos y la Creación: un valle de lágrimas donde tienes que esforzarte, aprender y comportarte adecuadamente (es decir, conforme a los sistemas de creencias, normas morales y preceptos religiosos que la élite inventa e introduce en tu cabeza cual programas informáticos) para ganarte y ser merecedor de la “ascensión” a un plano pretendidamente superior (el Cielo, la Gloria, otra Dimensión…).
Y, muy especialmente, la creencia en el tiempo, que es la columna vertebral de la manipulación que sufres. La ciencia confirma que el tiempo es una percepción ilusoria de la realidad, pero tú crees en él. En tu vida, la Naturaleza, el Cosmos y la Creación no existe el tiempo, sino los ciclos, en cuyo seno y discurrir sólo laten el aquí-ahora y la cadena de causas-efectos generada por cada acción y acontecimiento. Pero por todos los medios te hacen creer en la existencia del tiempo. Y, a partir de ahí, el “acto de pensar”, que se produce en el aquí-ahora, se transforma en el “proceso de pensar”, donde el momento presente, lo real, deja de existir y el tiempo, una mentira, ocupa su lugar, colocando tu atención en lo que pasó o podría pasar y en escenarios y situaciones distintos de los que estás viviendo… El aquí-ahora es un espacio sagrado de libertad donde generas –tú y solo tú– las actitudes, acciones y reacciones con las que vives la vida y respondes a cada hecho, estímulo o impacto exterior. Sin embargo, la creencia en el tiempo te saca de la realidad (ya no estás ahí, sino viajando en el tiempo). Y, sin darte cuenta, no actúas en el momento presente de manera consciente, sino, debido a tu ausencia, con respuestas automatizadas derivadas de los sistemas de creencias que han insertado en tu mente.
¿Qué hacer? La clave es el amor: ama a la élite y a todos y cada uno de sus integrantes
Ante todo lo descrito con relación al sistema socioeconómico vigente y la élite que lo dirige, surge en la mente y el corazón la pregunta del qué hacer, si es que se puede hacer algo. Pues bien, sí se puede, aunque poco tenga que ver con las ideas y propuestas, sean de reforma del sistema o de confrontación directa y rebeldía contra él, que la propia élite alienta entre los disconformes como modo de mantenerlos instalados y atrapados dentro del mismo sistema y desgastar sus energías. Entonces, ¿qué hacer? Pues la clave es el amor: ama a la élite y a todos y cada uno de sus integrantes. Sí, has leído bien: ¡ámalos!… Todos los que conforman el entramado de dominio y manipulación de la Humanidad, cada uno –humanos y no humanos- de los que componen sus diversos círculos -del primero al último-, están, como tú y como todos, en su respectivo proceso consciencial y evolutivo. Ciertamente, en el contexto de ese proceso, ellos tienen aquí-ahora un estado de consciencia marcado por una visión sumamente densa y egocéntrica de la existencia. Ahora bien, ¡están en su derecho de experienciarlo! La Creación es amor y el libre albedrío es fruto precisamente de ese amor. Darte cuenta de esto no supone, en absoluto, la justificación de sus actos, ni la inacción, ni que te sometas a sus deseos. Todo lo contrario: ya es hora de que tomes consciencia de sus engaños y desconectes del sistema y la élite para, por fin, vivir realmente la vida y, sin gastar ni un gramo de energía en luchar contra ese viejo mundo, centrar y concentrar tu consciencia y tu práctica diaria en crear la nueva realidad que brota de tu corazón. Pero hazlo desde la honda comprensión hacia los que impulsan y se mantienen en ese viejo mundo y en la rueda incesante de afanes egóicos. En cuanto al dolor que originan y causan a su alrededor a tantas personas, ten muy presente que interacciona con la dinámica consciencial de estas y las experiencias que ellas mismas están generando en su vida y atrayendo en su discurrir evolutivo. Desde la mente jamás lo entenderás. Sin embargo, todo encaja… Por tanto, para ti, que estás ya recordando, todos los miembros de la élite merecen amor, cantidades ingentes de amor, y un profundo respeto a su proceso evolutivo. Suficiente carga, zozobra y desazón arrastran siendo esclavos del ego y sus anhelos, siempre insaciables, de dominio, riqueza, éxito… ¡cuánto sufrimiento oculto bajo posesiones y vivencias materiales! Y fíjate bien: que lo comprendas así y pongas en acción ese amor hacia la élite es la contribución de ellos y el sistema imperante a tu expansión de consciencia. Si eres capaz de verlo, tu consciencia se ampliará exponencialmente y tu mirada se volverá diáfana y clara para contemplar, por fin, la realidad. Y no es que los llamados poderosos quieran ayudarte. Es que, sencillamente, nada sobra ni falta y todo tiene su porqué y para qué en la Creación y el Cosmos, en tu vida y en la de los demás… Cuando veas lo real, te percatarás además de que ese poder que teóricamente detentan es una falacia creada por tu mente y por tu inconsciencia. La verdad es que no hay ningún poder, ninguno, salvo el tuyo. Cosa distinta es que, desde tu inconsciencia, lo hayas cedido a otros… ¡Recupéralo, empodérate, endiósate! Y esto significa que desde el amor –no desde la ira, no desde el resentimiento, no desde la lucha– dejes de esperar nada de los pretendidamente poderosos. ¡Ya está bien! No les pidas ni reclames nada. Ni a ellos ni a las instituciones públicas que gestionan y gobiernan. Tu vida no tiene que depender de sus decisiones, sus leyes, sus normas, sus morales, sus religiones, sus hábitos, sus políticas, sus intrigas, sus paranoias… Te lo han hecho creer así, pero no es cierto. Realmente, nada pueden ofrecerte ni darte que no sea la mera reproducción de su angustia, su desasosiego, sus ansiedades… No permitas que sus mensajes te afecten, te trastornen, te confundan, te alienen… Y para ello no tienes que retirarte a ningún lugar recóndito. Hazlo si te apetece, pero no es preciso. Conviviendo en sociedad y haciendo una vida normal -es decir, consciente-, es perfectamente factible vivir fuera de sus paradigmas, creencias y pautas vitales y desligarte de tanto enredo. Desde el amor, lo único que necesitas es Consciencia para desconectar del sistema y de la élite que lo controla y sustenta.
Consciencia para desconectar del sistema y de la élite que lo promueve, maneja y sustenta
Continuando con el qué hacer en relación al sistema socioeconómico imperante y la élite que lo maneja, a partir del amor hacia todos y cada uno de sus integrantes, lo único que se necesita es Consciencia para desconectar de todo ello. ¿Cómo?:
Lo primero, al hilo de lo que se viene compartiendo, percatarse del calado e implicaciones de la mutación que el sistema socioeconómico ha experimentado y de la verdadera naturaleza y envergadura del entramado de dominio y manipulación que lo promueve y sustenta. Sin ello, continuará vigente una visión obsoleta y falaz de lo que está aconteciendo. Lo que impedirá, a su vez, iniciativas y actuaciones que respondan a lo que realmente está ocurriendo.
Igualmente, comprender que la dinámica y el devenir del sistema en su fase actual –dada su voracidad especulativa y cortoplacista, su fundamentación en el todo vale, su irrefrenable lógica expansiva y la puesta a su servicio de la crisis sistémica- es comparable a un huracán de magnitud creciente que recorre y azota el planeta de una punta a otra, cada vez con mayor virulencia y abrasión. Ante esto, el qué hacer no puede dirigirse a intentar detener o moderar el huracán ni a escapar de él, cosas del todo imposibles, sino, enunciado metafóricamente, a situarse precisamente en el centro del huracán, donde no hay viento, la temperatura es cálida y los cielos están despejados. Esto coloca inevitablemente a cada persona frente al espejo de su propia vida, pues sólo mediante una evolución en consciencia y el recuerdo de lo que, más allá de las mentiras y engaños del sistema, realmente somos y es, se podrá poner en práctica la forma de vida y las experiencias vitales que posibilitan posicionarse en ese centro.
Unido a esto último, darse cuenta de que no sólo es cuestión de qué hacer, sino, muy especialmente, de qué hay que dejar de hacer. No en balde, para situarte en el centro del citado huracán hay que romper con los comportamientos, hábitos, percepciones e inercias que han metido en tu vida y en tu cabeza: deja de confundir valor y precio, dándote cuenta de la diferencia entre vivir y sobrevivir y de las cosas que verdaderamente te aportan amor, armonía y serenidad; cesa de ser un esclavo integral que se auto-explota voluntariamente a sí mismo; ten presente que el trabajo –actividad laboral ajena a tus dones y talentos innatos- es una obligación, no un derecho, y que no has nacido para venderte como fuerza de trabajo; no pidas nuevos préstamos y libérate, en la medida de lo posible, de los créditos que ya tengas para salir así de la esclavitud de la raza de deudores; desarrolla una vida sencilla y aléjate del consumismo y de las necesidades artificiales que el sistema fomenta, midiendo bien tus auténticas necesidades y cubriéndolas con austeridad; desengánchate de la desinformación y la cascada continúa de mensajes de desconcierto y conflicto generada por los medios de comunicación (televisión, radio, periódicos….), no los veas, ni escuches, ni leas (al levantarte cada mañana, mientras comes, antes de acostarte…) y dedica tu consciencia a otros menesteres; y vive ajeno a la política (no votes; desengánchate de los partidos, de sus dirigentes y de sus propuestas y programas, siempre incumplidos; no caigas en la red de sus debates y antagonismos, que nada tienen que ver contigo…), pues es sólo un mundo de apariencias, mentiras, subterfugios, corrupción y vanidades tejido por la élite y en la que una sub-élite, los políticos, que no están a tu servicio, sino al de esa élite, te mantienen enredado y entretenido en un absurdo juego que llaman democracia cuando de tal no tiene nada, siendo auténticamente un instrumento más de los que utiliza el entramado de dominio y manipulación para mantener alienado y ofuscado.
Se trata, por tanto, de que desconectes del sistema y los engaños de la élite en todo lo que te sea posible y tomes el mando consciente de tu vida para que sea auténticamente tuya y responda a lo que realmente eres y sientes. “Nacer de nuevo” lo denominó Cristo Jesús: morir en vida para todo lo que el sistema y la élite representan y resucitar en vida para crear desde tu corazón una nueva realidad. ¿Cómo? Llenando de consciencia tu día a día: conócete a ti mismo, dando gracias al yo físico, mental y emocional que utilizas para experienciar la vivencia humana, pero recordando, a la vez, que eres mucho más que eso; pon la mente a tu servicio y libérala de los sistemas de creencias y autolimitaciones que te atenazan; supera todas las dualidades y vive fructíferamente lo interior y lo exterior, lo espiritual y lo mundano; descubre, practica y comparte tus dones y talentos, recuperando, a la par, el genuino significado de la educación; escucha a tu cuerpo y despliega la sexualidad con plenitud; percibe el sentido profundo de todo lo que experiencias, incluida la enfermedad; ten presente que la muerte no existe y deja a un lado todos los miedos e inquietudes que te impiden vivir la vida; y, desde luego, mantente en el aquí-ahora para que sea un espacio sagrado de libertad en el que se manifieste y desenvuelva lo que realmente eres y para que tus acciones y reacciones sean efectivamente tuyas y no meras respuestas automáticas derivadas de los programas informáticos que han introducido en tu mente.
Fuente: Emilio Carrillo